Mariela Castro durante su presentación en San Francisco. /AFP
Mariela Castro ya culminó su participación en el congreso ‘Hacia el tercer siglo de independencia de América Latina’, celebrado en San Francisco por la gestión de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA), dependencia de la Universidad de Pittsburgh. No obstante, su visita a suelo estadounidense y su calidad de hija del presidente de Cuba, Raúl Castro, hicieron que la información se centrara mucho más en la polémica que en su papel desempeñado en el congreso académico.
Castro había sido invitada por LASA para exponer el tema de la libertad sexual en la isla, con una presentación titulada ‘Mirada a la diversidad sexual desde lo político’. Pero desde que se supo de su visita, varios de los congresistas del comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes se mostraron en contra y en una carta enviada por la republicana Ileana Ros-Lehtinen pidieron al Departamento de Estado no concederle la visa a Castro.
La iniciativa no tuvo efecto y la presencia de Mariela Castro en Estados Unidos pudo ser vista como un gesto del gobierno de Barack Obama, que a través de diversos medios ha insinuado la necesidad de flexibilizar la política hacia Cuba. Sin embargo, las intervenciones de la invitada resultaron controvertidas.
Poco se habló de su ponencia, en la que no permitió preguntas. Sí en cambio, fueron reveladas sus críticas. En sus últimas palabras, la mujer lanzó las siguientes afirmaciones: "Un grupo de la mafia cubana en los Estados Unidos, ¿por qué le están quitando los derechos al pueblo estadounidense de viajar a Cuba? Eso no es justo".
Las palabras de Mariela Castro iban dirigidas a los legisladores cubanoamericanos que se oponen férreamente a la posibilidad de pactar nuevas políticas de apertura hacia la isla, que permita un tránsito libre de viajeros y que además levante el embargo comercial que impuso Washington desde hace 50 años.
Por supuesto, los republicanos no desaprovecharon la oportunidad para criticar a Obama, por abrirle las puertas del país a la que consideran la hija de un dictador. Más aún, cuando la propia Mariela Castro aseguró que si fuera estadounidense votaría por Obama en las próximas elecciones presidenciales. El rival del presidente, el republicano Mitt Romney no desaprovechó la oportunidad y sentenció que es “una bofetada a todas aquellas valerosas personas en Cuba que sufren una persecución constante”.
No obstante, hay que decir que esta no era la primera vez que la cubana visitaba Estados Unidos. Castro ya había estado en el país en 2002, bajo el gobierno del republicano George W. Bush. En aquella oportunidad, acudió invitada también y estuvo en Los Ángeles, Virginia y Washington. Eso parece haberse olvidado.