San Juan
La historia de Micaela Lisola
La presidenta se emocionó hoy en cadena nacional al hacer referencia a Micaela Lisola, una estudiante de 16 años a la que el Colegio Monseñor Audino Rodríguez y Olmos, en San Juan, le había aplicado 24 amonestaciones por haber recordado el 24 de Marzo.
Micaela, que milita en La Cámpora y es dirigente de un movimiento provincial de alumnos secundarios, había sido sancionada en el mencionado colegio privado, donde termina sus estudios secundarios, por "hablar de la última dictadura, por querer que sus compañeros sepan que, de haber vivido en esa época, ellos podrían haber sufrido los crímenes que muchos otros jóvenes de entonces sufrieron", contó entonces Belén Icazatti, la mamá de Micaela.
Como las autoridades del establecimiento educativo, que depende de la Universidad Católica de esa provincia cuyana, se negaron en principo a remover la sanción, la mamá denunció el hecho ante la delegación local del Inadi y presentó un expediente en el Ministerio de Educación provincial.
"Le arrebataron el micrófono y le pusieron 24 amonestaciones. Su madre, con mucha justicia, se presentó al Inadi y tomó cartas en el asunto el ministro de Educación de la Nación, porque el Día de la Memoria está en los programas de estudio de los colegios. Finalmente, las amonestaciones fueron retiradas", señaló Cristina durante la cadena nacional, quien se emocionó hasta las ágrimas cuando, con una foto de Micaela en mano dijo: "Aquí está Micaela. Yo quiero contarles que Micaela dijo, contando lo que le había pasado que 'así cómo Néstor (Kirchner) no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, yo tampoco pienso dejar las mías en la puerta del colegio. La verdad, cuando me lo contaron, a mí me hizo una cosita en la panza y me emocioné. Pensé: 'No lo tengo, pero valió la pena'".
"La verdad que valió la pena todo lo que hizo este hombre (en alusión a Kirchner)... Para que una piba de 16 años tenga estas convicciones y en un colegio confesional", añadió y, acto seguido, mostró una antigua foto de la directora del colegio, María Isabel Larrauri, en la que se la ve en una gala en el Auditorio Juan Victoria junto a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez y otros personajes siniestros de la última dictadura.
"Ahora uno entiende por qué a Micaela le pusieron 24 amonestaciones. Si supieran que eso produce el efecto exactamente contrario... La verdad que da un poquito de cosita que gente así esté al frente de la educación, sobre todo cuando la paga el Estado, los argentinos", concluyó.
La historia según Micaela
“Fue la semana del Día de la Memoria, en toda la semana no se había hablado del tema en el Colegio, entonces el 23 de marzo yo le pedí a la directora (María Isabel Larrauri) en el momento de izamiento de la bandera y de rezar, donde están todos, si podía hablar de este tema. Y ella me dijo que no, que no estaba chequeado el tema. Me dijo que sí podía hablar de la marcha de los derechos del niño por nacer que se hacía el domingo 25 de marzo. Yo le dije bueno, y los invité a los chicos a esa marcha", contó Micaela en una entrevista con Tiempo de San Juan.
“Cuando terminé de hablar de eso sentí como un impulso, como palpitaciones, algo que no se puede explicar muy bien, una angustia en el corazón, de querer expresar lo que yo sentí que pasó el 24 de marzo. Explicarles a los chicos lo que representa ese día, porque muchos no saben lo que fue. Decirles que había chicos como nosotros que militaban y se manifestaban como nosotros ahora por el boleto, por el bien común, que participaban activamente, chicos que por leer libros que estaban censurados o que por pensar diferente fueron torturados, muchos asesinados y reprimidos. Fue una generación que desapareció la de esa época”, continuó.
“Entonces cuando yo iba a leer una frase en frente de todos los alumnos que es ‘sin memoria no hay identidad, sin identidad no hay Patria y sin Patria hay colonia’, en ese momento la directora vino y me dijo ‘Lisola, deme el micrófono’. Entonces yo le dije que todos teníamos derecho a expresarnos y le di el micrófono. Ahí se sintió un silencio entre todos, me sentí realmente censurada, no se sabía lo que pasaba. Después de eso, me pusieron 24 amonestaciones, con el argumento de desobediencia, por haber hablado del Día de la Memoria. Me dijeron ‘tenemos un ideario y debe ser respetado’. Entonces yo les dije que está bien que haya un ideario pero debe ir en base a las leyes nacional y provincial de Educación”, detalló al matutino.
“Milito en La Cámpora desde hace un montón, empecé a los 14 años a pelear por la justicia social, pasé por muchos lugares hasta encontrar un espacio donde me siento bien, pero lo importante de todo esto es que vamos todos hacia un mismo objetivo, sea el color que sea”, aseguró "la estudiante censurada", como ya se la conoce.
Fuente: Terra
Micaela, que milita en La Cámpora y es dirigente de un movimiento provincial de alumnos secundarios, había sido sancionada en el mencionado colegio privado, donde termina sus estudios secundarios, por "hablar de la última dictadura, por querer que sus compañeros sepan que, de haber vivido en esa época, ellos podrían haber sufrido los crímenes que muchos otros jóvenes de entonces sufrieron", contó entonces Belén Icazatti, la mamá de Micaela.
Como las autoridades del establecimiento educativo, que depende de la Universidad Católica de esa provincia cuyana, se negaron en principo a remover la sanción, la mamá denunció el hecho ante la delegación local del Inadi y presentó un expediente en el Ministerio de Educación provincial.
"Le arrebataron el micrófono y le pusieron 24 amonestaciones. Su madre, con mucha justicia, se presentó al Inadi y tomó cartas en el asunto el ministro de Educación de la Nación, porque el Día de la Memoria está en los programas de estudio de los colegios. Finalmente, las amonestaciones fueron retiradas", señaló Cristina durante la cadena nacional, quien se emocionó hasta las ágrimas cuando, con una foto de Micaela en mano dijo: "Aquí está Micaela. Yo quiero contarles que Micaela dijo, contando lo que le había pasado que 'así cómo Néstor (Kirchner) no dejó sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada, yo tampoco pienso dejar las mías en la puerta del colegio. La verdad, cuando me lo contaron, a mí me hizo una cosita en la panza y me emocioné. Pensé: 'No lo tengo, pero valió la pena'".
"La verdad que valió la pena todo lo que hizo este hombre (en alusión a Kirchner)... Para que una piba de 16 años tenga estas convicciones y en un colegio confesional", añadió y, acto seguido, mostró una antigua foto de la directora del colegio, María Isabel Larrauri, en la que se la ve en una gala en el Auditorio Juan Victoria junto a los represores Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamín Menéndez y otros personajes siniestros de la última dictadura.
"Ahora uno entiende por qué a Micaela le pusieron 24 amonestaciones. Si supieran que eso produce el efecto exactamente contrario... La verdad que da un poquito de cosita que gente así esté al frente de la educación, sobre todo cuando la paga el Estado, los argentinos", concluyó.
La historia según Micaela
“Fue la semana del Día de la Memoria, en toda la semana no se había hablado del tema en el Colegio, entonces el 23 de marzo yo le pedí a la directora (María Isabel Larrauri) en el momento de izamiento de la bandera y de rezar, donde están todos, si podía hablar de este tema. Y ella me dijo que no, que no estaba chequeado el tema. Me dijo que sí podía hablar de la marcha de los derechos del niño por nacer que se hacía el domingo 25 de marzo. Yo le dije bueno, y los invité a los chicos a esa marcha", contó Micaela en una entrevista con Tiempo de San Juan.
“Cuando terminé de hablar de eso sentí como un impulso, como palpitaciones, algo que no se puede explicar muy bien, una angustia en el corazón, de querer expresar lo que yo sentí que pasó el 24 de marzo. Explicarles a los chicos lo que representa ese día, porque muchos no saben lo que fue. Decirles que había chicos como nosotros que militaban y se manifestaban como nosotros ahora por el boleto, por el bien común, que participaban activamente, chicos que por leer libros que estaban censurados o que por pensar diferente fueron torturados, muchos asesinados y reprimidos. Fue una generación que desapareció la de esa época”, continuó.
“Entonces cuando yo iba a leer una frase en frente de todos los alumnos que es ‘sin memoria no hay identidad, sin identidad no hay Patria y sin Patria hay colonia’, en ese momento la directora vino y me dijo ‘Lisola, deme el micrófono’. Entonces yo le dije que todos teníamos derecho a expresarnos y le di el micrófono. Ahí se sintió un silencio entre todos, me sentí realmente censurada, no se sabía lo que pasaba. Después de eso, me pusieron 24 amonestaciones, con el argumento de desobediencia, por haber hablado del Día de la Memoria. Me dijeron ‘tenemos un ideario y debe ser respetado’. Entonces yo les dije que está bien que haya un ideario pero debe ir en base a las leyes nacional y provincial de Educación”, detalló al matutino.
“Milito en La Cámpora desde hace un montón, empecé a los 14 años a pelear por la justicia social, pasé por muchos lugares hasta encontrar un espacio donde me siento bien, pero lo importante de todo esto es que vamos todos hacia un mismo objetivo, sea el color que sea”, aseguró "la estudiante censurada", como ya se la conoce.
Fuente: Terra