El ex preso cubano excarcelado a caución del Gobierno de España, Albert Santiago Du Bouchet, se suicidó esta semana por el impago de ayuda gubernamental y la penuria que sufría en su asilo en Las Palmas de Gran Canaria.
Antes de su disidencia, se desempeñó en Cuba como director de la agencia de prensa independiente Habana Press y luego escribió para varios medios de comunicación. Sin embargo, al otro lado del Atlántico se quedó sin medios de subsistencia.
Después de ser condenado a prisión en dos ocasiones (2005 y 2009) por desobediencia a las autoridades, Du Bouchet optó por el exilio. Aprovechó así los acuerdos logrados en 2010 entre los Gobiernos de José Luís Rodríguez Zapatero y Raúl Castro. Al día siguiente de haber cumplido su segunda condena, hace un año, abandonó la isla para asentarse en la Península Ibérica.
A lo largo de un año el periodista recibió una pensión mínima de las autoridades españolas, al igual que el resto de los disidentes acogidos al plan de ayuda. Se estipuló que sería por un año, con opción a una prórroga de seis meses. En todo ese tiempo no pudo encontrar trabajo.
Inicialmente vivió con su pareja y su hijo en Torremolinos y Málaga y luego se trasladó a las Islas Canarias en búsqueda de empleo, ya que conocía allí a un médico cubano. No obstante, el plan fracasó y Du Bouchet sobrevivía únicamente gracias a las ayudas gubernamentales.
La semana pasada el periodista habló por teléfono con su compañera sentimental de la época anterior, Ana Iris, y le confesó que tenía pensado volver a Madrid para comenzar la tramitación para marcharse de España. A su hijo, el exiliado cubano le dijo que estaba “tristón” por no tener perspectivas de encontrar trabajo. “No tenía ni para comer”, aseguró Iris.
La mujer agregó que para comienzos de este mes él no había recibido la parte de la ayuda del Gobierno español correspondiente al mes de marzo y tampoco el dinero destinado para el alquiler de vivienda.