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General: ISRAEL TEME AL ISLAMISMO EGIPCIO
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From: Ruben1919  (Original message) Sent: 24/06/2012 15:00

Israel teme al islamismo egipcio

Ana Carbajosa - Jerusalén

11-06-2012

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En Egipto cunde la euforia. Por primera vez los egipcios van a elegir libremente a su presidente; el hombre encargado de pilotar la complicada transición egipcia hacia la democracia. Al otro lado de la frontera, en Israel, la alegría se vuelve sin embargo honda preocupación. Egipto fue para Israel en tiempos de Hosni Mubarak un aliado con el que, al menos una cierta estabilidad estuvo garantizada durante los más de 30 años que dura ya la llamada paz fría. A partir de ahora las reglas del juego no volverán a ser las mismas. La revolución que destronó al dictador ha puesto también patas arriba los delicados equilibrios regionales. Un islamista supuestamente revolucionario y un militar continuista disputarán la segunda vuelta de las presidenciales el fin de semana que viene. Israel de momento contiene la respiración y deposita sus esperanzas en las relaciones comerciales que mantienen ambos países.

Si se fija, desde el principio de la revolución no ha habido declaraciones bombásticas por parte de Israel. Estamos esperando a que concluya el proceso de las presidenciales, explica Itzhak Levanon, el embajador israelí que tuvo que salir corriendo del país cuando atacaron su embajada en El Cairo el pasado septiembre. Fuentes oficiales israelíes esperan que una vez concluidos los fastos electorales, el nuevo presidente se encuentre con la dura realidad económica. Esperamos que entonces opten por una línea más pragmática en lugar de por el populismo. Depositan sus esperanzas en los acuerdos económicos que mantienen ambos países y en la aguda crisis económica que atraviesa Egipto. Las mismas fuentes indican sin embargo que Israel se prepara para cualquier escenario. En el Egipto democrático todo se está inventando en tiempo real. Hay una enorme incertidumbre, estiman.

Las relaciones entre los dos países que firmaron la paz en 1979 atraviesan horas bajas. En septiembre de 2011 una turba asaltó la embajada israelí en la capital egipcia. Desde entonces, la bandera israelí no ha vuelto a ondear en El Cairo. Un embajador va dos días y medio por semana y trabaja desde su casa.

Aún así, una cosa es que las relaciones atraviesen un momento delicado y otra que el acuerdo de paz vaya a romperse. La cuestión israelí ha sido uno de los grandes temas de la campaña electoral. El acuerdo de paz que al presidente egipcio Anwar Sadat le costó la vida nunca ha sido del agrado de la mayoría de los egipcios, emocionalmente más próximos a los palestinos.

Para los israelíes no hay color entre los dos candidatos que se disputarán la presidencia en segunda vuelta: Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes y Ahmed Shafiq, el último primer ministro de Mubarak. Las posiciones de Morsi respecto a Israel han sido hasta ahora de todo menos conciliadoras. Los Hermanos Musulmanes son además los padres espirituales de Hamás, el movimiento islamista que gobierna en Gaza y archienemigo de Israel. Un triunfo de Morsi supondría un balón de oxígeno para las autoridades de la Franja.

Shafiq representa sin embargo la continuidad con el antiguo régimen y por lo tanto un desafío mucho menor para Israel, a pesar de que en la campaña ha explotado como los demás el sentimiento antiisraelí que albergan la mayoría de los egipcios según reiteran las encuestas. Shafiq, el único candidato militar en liza, alardeó por ejemplo de haber derribado un avión israelí en los setenta.

Los israelíes creen sin embargo, que la retórica antiisraelí no es necesariamente un reflejo de lo que sucederá después. Lo que ahora se dice es parte de la campaña, no quiere decir que luego lo vayan a cumplir, cree Levanon, quien piensa que en cualquier caso la comunidad internacional no va a permitir que se rompa el acuerdo de paz. Se refiere el embajador a que EE UU presta ayuda económica a un Egipto en crisis como para poder ejercer la presión necesaria en caso de que el nuevo presidente albergue tentaciones rupturistas.

El espionaje egipcio es el tradicional mediador entre israelíes y palestinos. Israel confía en que la actividad diplomática no se va a interrumpir porque al fin y al cabo, dicen, a Egipto también le interesa que el conflicto palestino no se desmadre, sobre todo en la franja de Gaza, con la que Egipto comparte frontera. Pero resultará difícil para un presidente elegido libremente mantener el impopular bloqueo de Gaza.La cuestión que más preocupa a los israelíes es el territorio sin ley en el que se ha convertido el Sinaí y que piensan puede explotar en cualquier momento. El contrabando de drogas y personas forma parte de la rutina comercial de la zona y según las autoridades israelíes grupos afines a Al Qaeda operan ya en el Sinaí.

Pero a pesar de que los desafíos se acumulan, Israel confía en la economía como una fuerza de paz superior a la política y a los sentimientos. Sobre todo, en un momento en el que Egipto se encuentra sumido en una severa crisis económica agravada por la huida de inversores y turistas. Por un lado, el mantenimiento del acuerdo de paz contribuye a garantizar los 1.300 millones de dólares de ayuda militar estadounidense. Camp David también dio pie a la creación de una zona industrial franca que permite a Egipto exportar hasta 1.000 millones en bienes libres de impuestos a EE UU al año con una inversión de 100 millones de dólares por parte de Israel. Además, Israel importa tres veces más bienes de Egipto que los egipcios de los israelíes, y empresas israelíes emplean miles de trabajadores egipcios. Se trata de un paquete económico al que al margen de la retórica antiisraelí más o menos subida de tono, el presidente entrante tal vez no esté en condiciones de renunciar.



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From: Ruben1919 Sent: 24/06/2012 15:04

23/06 16:24 CET

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internacionales

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Dos localidades egipcias muy próximas una de otra encarnan la división que han generado en el país las elecciones presidenciales. En Al Odwa nació el candidato de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi. En Kotaifa Mubasher vio la luz Ahmed Shafiq, el último primer ministro de la era Mubarak.

- “Los egipcios somos muy conscientes, pero antes de la revolución no podíamos hablar”, dice un vecino de Al Odwa. “Ahora no vamos a callarnos ninguna injusticia que se cometa en el país”.

– “Morsi es nuestro hijo y nuestro vecino. Es hijo de nuestro pueblo y vamos a desearle buena suerte. Solo él es bueno para Egipto”, añade una mujer.


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From: Ruben1919 Sent: 24/06/2012 15:07

Los partidos islàmicos de Egipto planifican anular el tratado de paz con Israel

de Cidipal, el miércoles, 28 de diciembre de 2011 a la(s) 5:41 · 
 

Jonathan D. Halevi

Jerusalem Center for Public Affairs

26 de diciembre de 2011

 

La revolución en Egipto, seguida por las elecciones al parlamento, elevó a los partidos islámicos a una posición de poder, ya que gozan de una mayoría parlamentaria absoluta, después de las dos primeras etapas de las elecciones parlamentarias. El Partido Libertad y Justicia, del movimiento Hermandad Musulmana, ganó el 49 por ciento del total de escaños para los que compitió (73 de 150), en la primera etapa de las elecciones, y el partido salafista Al Nur obtuvo el 20 por ciento de los escaños (30 escaños).

En la segunda etapa, la Hermandad Musulmana ganó el 40 por ciento de los votos y al-Nur alrededor del 35 por ciento.

La etapa final tendrá lugar en enero de 2012. Sin embargo, ya puede formarse la clara impresión que, el parlamento egipcio, estará controlado por la mayoría absoluta lograda por estos dos partidos islámicos extremistas.

En recientes informes periodísticos y en repetidas ocasiones, se oyó la afirmación que el partido Libertad y Justicia y el partido Al-Nur, seguirán cumpliendo el acuerdo de paz de Camp David con Israel, después de que el nuevo régimen se haya consolidado bajo su liderazgo. Esos informes se basan en declaraciones generales, formuladas por altos funcionarios de ambos partidos, en el sentido que Egipto debe respetar los acuerdos internacionales que firmó. Sin embargo, un riguroso examen de las posturas de los dos partidos indica una tendencia diferente: es decir, los dos partidos buscan deshacerse de los acuerdos de Camp David, de una manera que le provoque, a Egipto, el mínimo daño posible tanto diplomático como económico.

El tema de la observancia egipcia al acuerdo de Camp David se planteó en los debates que el senador John Kerry llevó a cabo, junto con la embajadora estadounidense en El Cairo, Anne Patterson, con líderes del partido Libertad y Justicia, el 10 de diciembre de 2011. El Dr. Mohammed Morsi, presidente del partido, se refirió al tema en términos generales. Un informe sobre la reunión, en el sitio web oficial de la Hermandad Musulmana, declaró:

Morsi señaló que, Egipto, es un país grande, con una historia profundamente arraigada, que cumple un papel importante en los ámbitos árabe, islámico e internacional y, por tanto, que honra los acuerdos y contratos que firmó. Exigió que el gobierno estadounidense escuche a la gente en lugar de oír lo que se dice acerca de ellos, enfatizando que -Estados Unidos- podría desempeñar un papel en facilitar la estabilidad económica y la prosperidad para todos los pueblos, si optara por hacerlo.

Nuevas Condiciones Egipcias

La Hermandad Musulmana estableció una serie de criterios para examinar los acuerdos internacionales, incluidos los de Camp David.

En primer lugar, está la ley canónica islámica (Sharia);

En segundo lugar, hay que tener en cuenta la posición del pueblo egipcio, que Morsi mencionó en su conversación con el senador Kerry; y

En tercer lugar, debe sopesarse el grado de cumplimiento de la otra parte a cualquier acuerdo que haya sido firmado con Egipto.

La plataforma del partido Libertad y Justicia determina que honrará los acuerdos internacionales de derechos humanos, siempre y cuando no contradigan a la Sharia islámica.

En cuanto al acuerdo de paz con Israel, la plataforma establece que, los acuerdos entre los países, deben ser aceptables para el pueblo y ajustarse a los principios de justicia y los intereses de las partes. El respeto está condicionado a la obligación de las partes de cumplirlos en su totalidad, como es norma en las relaciones internacionales. "Por tanto, el partido considera obligatorio revalorizar muchos de los acuerdos que fueron firmados, en diversas áreas, por el antiguo régimen" .

Demandas para Reexaminar el Tratado con Israel

Altos dirigentes del partido Libertad y Justicia, en los últimos meses y en numerosas ocasiones se pronunciaron a favor de enmendar, o derogar, los acuerdos de Camp David y cortar las relaciones diplomáticas y económicas con Israel. El 25 de agosto de 2011, el presidente del partido, Dr. Mohammed Morsi, exigió una revisión de los acuerdos de Camp David, y afirmó que el "ataque" de Israel a un puesto fronterizo del ejército egipcio (en respuesta a fuego terrorista contra las FDI desde esa posición) ejemplificaba la sistemática violación del acuerdo por parte de Israel.

El Dr. Ahmed Abu Baraka, asesor jurídico del partido Libertad y Justicia y alto dirigente del partido dijo, el 28 de agosto, que era necesario reexaminar todas las cláusulas del acuerdo de Camp David para ver si se imponía su derogación. Enfatizó la importancia de desplegar fuerzas armadas egipcias en el Sinaí, el ejército, equipado con armamento pesado y avanzado, con el objeto de disuadir a Israel.

El Dr. Mohammed Gamal Hismat, alto dirigente del partido Libertad y Justicia y ex miembro del parlamento, propuso, el 24 de agosto, establecer un comité legal que examinaría el acuerdo de Camp David a la luz de la "continuada violación" de Israel del acuerdo.

El Dr. Essam El-Arian, líder adjunto del partido Libertad y Justicia, el 23 de agosto, minimizó la importancia de las amenazas estadounidenses de poner fin a la ayuda a Egipto si fuera a repudiar el acuerdo de Camp David, y sostuvo que Israel estaba violando el acuerdo "de manera flagrante" .

El Dr. Hamdy Ismail, secretario del partido en el distrito de Ismailiya explicó, el 31 de octubre, que la cuestión de los acuerdos de Camp David afectó directamente a la ciudadanía egipcia y, por tanto, presentó una propuesta, dentro del partido, para someter a un referéndum la decisión sobre la cuestión.

El Dr. Ahmed Rami, importante líder del partido Libertad y Justicia en el distrito Qalyubiya, el 27 de agosto, pidió reexaminar el acuerdo de Camp David, señalando que la revolución en Egipto marcó el comienzo de un viaje para liberar Jerusalén, en vista del hecho que "la entidad sionista está al borde del colapso" .

Estas posturas fueron validadas adicionalmente por el líder de la Hermandad Musulmana, Dr. Mohammed Badie, quien, en sus cartas semanales a activistas del movimiento, explica su doctrina y posiciones con respecto a Estados Unidos e Israel, después de las revoluciones en Egipto y el mundo árabe. Badie califica al acuerdo de Camp David como "una rendición" y presenta una lista de demandas sobre este tema.

En su carta del 5 de mayo de 2011, Badie escribió:

“Pedimos, a gritos, terminar con la normalización, que proporciona estabilidad a nuestro enemigo [Israel], poner fin a la seguridad de las fronteras sionistas y a la matanza de los infiltrados en [territorio] del enemigo, derogar los temas de interés económico como el QIZ9, [detener] las exportaciones de gas, que causaron daño a nuestra seguridad nacional, una acción urgente para completar la apertura del cruce de Rafah de forma permanente y un re-examen del acuerdo de Camp David, para que pueda ser presentado a la Asamblea Nacional, elegida en elecciones libres, permitiéndole dar su opinión después algo que fue negado durante años. Badie define a Israel y Estados Unidos como los principales adversarios de Egipto. En su carta semanal ( 6 de octubre, 2011), llega a la clara conclusión que "nuestro principal enemigo es el plan sionista-estadounidense, que aspira a hacerse cargo de toda la región, con el fin de establecer el Gran Israel y el Nuevo Medio Oriente" .

Badie no menciona ninguna opción para la cooperación con Israel o Estados Unidos, sino que, por el contrario, en su evaluación esos dos países, que representan la amenaza más peligrosa para Egipto, se encuentran en estado de decadencia histórica:

Las fuerzas globales, los sionistas y los estadounidenses, están absorbiendo una serie de debacles y derrotas, comenzando con el aislamiento de Israel y la pérdida de sus seguidores regionales, y los fracasos estadounidenses en el ámbito militar (Irak y Afganistán), y en el ámbito económico que amenazan con el colapso del régimen capitalista, como resultado de la fracasada política, y los enormes gastos y las guerras llevadas a cabo bajo el pretexto de liquidar lo que ellos llaman terrorismo. Perdieron credibilidad entre los pueblos y, ahora, perdieron sus fuentes de financiación, y no descartamos la posibilidad que, su destino, se aproxima al destino de la Unión Soviética... Al mismo tiempo, las benditas revoluciones de la Primavera Árabe presagian un cambio total en el mapa nacional del mundo árabe

La irrelevancia del acuerdo de Camp David encuentra expresión en la manifiesta aspiración del movimiento de la Hermandad Musulmana de provocar la "liberación" de todo el territorio de "Palestina", concepto que encaja en su plataforma ideológica islámica, y que encuentra expresión en la actual evaluación optimista del líder de la Hermandad Musulmana, sobre las perspectivas de hacer realidad esta visión en la práctica.

En su carta semanal ( 9 de junio, 2011), Badie escribe: “La victoria está cerca con la ayuda de Allah, es definitiva y no puede haber ninguna duda al respecto. La restauración de Palestina, Al Quds [Jerusalén], el Golán, y todas las tierras que Israel conquistó ya no es más afiebrada imaginación, sino una esperanza que, pronto, será realidad, después de que las naciones [árabes] se hayan rebelado... La era de la superioridad "israelí" terminó e "Israel" comienza a dudar de su continuidad y supervivencia”.

La posición oficial de los salafistas del partido Al Nur se asemeja a la de la Hermandad Musulmana. El Dr. Emad Abdel Ghafour, el líder del partido, dice: “Es obligatorio cumplir los acuerdos a los que Egipto está adscripto, y lo exigimos. Hay muchos pasajes, en el acuerdo de paz, que no fueron implementados [por Israel], como una solución al problema palestino, el derecho de autodeterminación [del pueblo palestino], y la autonomía de un estado palestino en territorio palestino. Hay cuestiones que se deben implementar, para que el pueblo palestino sienta que se ha beneficiado del proceso de paz... El acuerdo de paz de Camp David requiere un reexamen.

El Dr. Yousry Hamad, portavoz del partido al-Nur, explicó que la posición del partido sobre el acuerdo de Camp David se adoptaría sobre la base de la sharia , y negó rotundamente los informes periodísticos de que el partido estaba ostensiblemente preparado para mantener contactos con el embajador israelí en El Cairo.

 

Optimismo Infundado

El optimismo sobre un cambio radical (con respecto a Israel) en las posiciones de estos movimientos extremistas Islámicos egipcios, se aferra a la paja de las declaraciones generales, que no dan fe de una reversión ideológica, sino que expresan las tácticas para lograr el objetivo estratégico: deshacerse del acuerdo de Camp David y transformar a Egipto en la principal fuerza regional que encabezará la batalla diplomática y militar contra Israel.

La Hermandad Musulmana, así como el partido al-Nur, está buscando un conveniente punto de salida del acuerdo de Camp David, debido a la conciencia sobre las consecuencias de violar un tratado diplomático vinculante, bajo el derecho internacional, y el daño inmediato que la economía egipcia experimentará, tal vez, como consecuencia directa de poner en marcha la derogación de los acuerdos de Camp David. Egipto recibe $1,3 mil millones al año en ayuda militar de EE.UU. mientras que, en 2010, la ayuda económica estadounidense ascendió a $250 millones. La principal fortaleza del ejército egipcio se basa en sistemas de armas estadounidenses, incluyendo aviones F-16 y F-14, helicópteros Apache, tanques M1A1 y M60A3, misiles tierra-aire, aviones espía, y mucho más. En el marco de la cooperación militar bilateral, los ejércitos de los dos países, tradicionalmente, realizan entrenamientos y maniobras conjuntas.

 

Cómo Anular el Tratado De Paz

Sin embargo, la suerte está echada y la elección estratégica ya se tomó. La única cuestión en la agenda es la forma de implementar esa decisión, con un mínimo costo diplomático y económico. Podemos inferir, de los comentarios de importantes miembros de la Hermandad Musulmana, que están interesados en jugar, al mango, el "juego democrático" en este tema. Eso significa reexaminar el acuerdo de Camp David y someterlo a la decisión del nuevo parlamento, controlado por los partidos islámicos, o a un referéndum - lo que aliviará la responsabilidad de cualquier futuro gobierno egipcio por cancelar el tratado de paz. El pretexto inmediato será el incumplimiento de Israel con las cláusulas del acuerdo, a fin de atribuir a Israel la culpa de la derogación del tratado.

Parecería que la evaluación de la Hermandad Musulmana es que, después de su toma del poder y los logros adicionales de la Primavera Árabe, EE.UU. se verá obligado a aceptar la nueva realidad, igual que hizo con la situación hasta ahora. Los líderes estadounidenses, incluso, reiteraron sus elogios al proceso democrático, aunque este proceso elevó a las fuerzas islámicas radicales a nuevas posiciones de poder. Esas fuerzas aspiran a drenar la democracia de contenidos y, poco a poco (la estrategia de la Hermandad Musulmana) o inmediatamente (el enfoque del partido al-Nur) implementar la ley religiosa islámica.

Desde el punto de vista de Israel, la revolución en Egipto, y su traducción en las urnas en la Revolución Islámica, tiene el grave potencial de transformar – en el futuro inmediato - a Egipto, en un enemigo y restaurarlo al círculo de los estados en confrontación. Israel está haciendo – aunque mas no sea que para cubrir las apariencias- todo lo posible para preservar el acuerdo de Camp David. Sin embargo, los acontecimientos en Egipto conducirán, inevitablemente, a la creación de un grave desafío a la seguridad en la frontera sur de Israel. El nuevo Egipto tratará de ejercer su plena soberanía en el Sinaí y desplegará fuerzas regulares que, usando diversos pretextos, comenzando con "violaciones" de Israel del acuerdo de Camp David, continuando con la necesidad de defenderse contra un ataque israelí y concluyendo con la obligación de Egipto de proteger a sus hermanos palestinos en Gaza.

Además, el movimiento de la Hermandad Musulmana en Egipto, el movimiento- padre de Hamas, ofrece asistencia continua a Hamas y proporciona apoyo estratégico, que se está haciendo más potente debido al mayor poder de la Hermandad en las recientes elecciones. Una alta proporción de activistas de la Brigada Izzedine al Qassam, que fueron muertos en los últimos años en Gaza, eran, al mismo tiempo, activistas de la Hermandad Musulmana y miembros de Hamas. La hipótesis plausible es que uno de los primeros objetivos de la Hermandad Musulmana, después que asuma las riendas del poder, será garantizar una frontera abierta de cruce entre Gaza y Egipto, y brindar asistencia integral económica y militar a Hamas, lo que planteará nuevos riesgos de seguridad para Israel.

Además, la alianza estratégica entre la Hermandad Musulmana y Hamas puede limitar la libertad de Israel para accionar militarmente en Gaza (así como en la Margen Occidental) ya que esto podría provocar una respuesta militar de Egipto, incluyendo la transferencia de ayuda, armas e inteligencia a Hamas, el despliegue de fuerzas egipcias en el Sinaí y/o en Gaza, estacionamiento de sistemas antiaéreos egipcios en la frontera de Gaza, y amenazas de acción militar directa.

Esa evolución puede ser evitada si EE.UU. y sus aliados toman una firme posición en contra de cualquier iniciativa para socavar el Tratado de Paz entre Israel y Egipto, y les hacen comprender, a todos los niveles del establisment egipcio, las consecuencias de tal acción.

El Teniente Coronel (r) Jonathan D. Halevi es un investigador senior de Medio Oriente y el Islam radical en el Centro Jerusalén para Asuntos Públicos. Es cofundador de Orient Research Group Ltd. y es un ex asesor de la División de Planificación de Políticas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel.

http://www.jcpa.org/JCPA/Templates/ShowPage.asp?DRIT=1&DBID=1&LNGID=1&TMID=111&FID=442&PID=0&IID=11248&TTL=Are_Egypt%E2%80%99s_Islamic_Parties_Planning_to_Nullify

Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld

 

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From: Ruben1919 Sent: 24/06/2012 22:27

El sacerdote y el soldado compartirán el poder del faraón

Los perdedores, hasta el momento, son los miles de egipcios que desencadenaron la protesta del 25 de enero de 2011 que, menos de tres semanas después, terminaría con la caída de Mubarak

 
 

Un hombre deposita su voto en Al Sharqya durante las presidenciales. / AHMED JADALLAH (REUTERS)

El último capítulo escrito del drama que vive Egipto desde hace un año y medio establece que los sacerdotes y los soldados tendrán que repartirse los muchos poderes que detentaba el ahora agonizante faraón. Pero hay bastantes razones para apostar a que no será el definitivo. Es difícil imaginar que los islamistas y los militares del valle del Nilo terminen encontrando un acomodo semejante al que han alcanzado, no sin muchos golpes bajos, sus semejantes de Turquía. Entretanto, lo único claro es quiénes son los perdedores hasta el momento: los miles de egipcios que desencadenaron la protesta del 25 de enero de 2011 que, menos de tres semanas después, terminaría con la caída de Mubarak.

Aquellos jóvenes, a los que pronto se les sumaron muchos compatriotas de todas las edades y condiciones sociales, pretendían sacar a su país de la angustiosa necesidad de tener que escoger entre los militares y los islamistas. Soñaban con una democracia en la que los soldados se ocuparan tan solo de la defensa nacional, siempre a las órdenes del poder civil, y en la que todas las religiones y las visiones políticas pudieran expresarse libremente, sin que ninguna le fuera impuesta al conjunto de la ciudadanía. Un año y medio después, al hacerse oficial que Mohamed Morsi, el candidato de los Hermanos Musulmanes, ha ganado las primeras presidenciales egipcias libres, aquellos pioneros de Tahrir están profundamente desencantados. Su país, el más poblado del mundo árabe, comienza una cohabitación que se promete durísima entre aquello que ellos pretendían evitar: la fe y la espada.

La Junta Militar que, desde la caída de Mubarak, ejerce el poder ejecutivo en Egipto, ha tardado en proclamar, a través de sus voceros institucionales, la victoria de Morsi. Es evidente que se lo ha pensado, le hubiera gustado más poder declarar ganador al candidato mubarakista Shafiq. Pero un pucherazo semejante habría sido aún más escandaloso que la anulación por parte de los militares de las elecciones argelinas de 1992 (aquellas que dieron la victoria a los islamistas del FIS), y tal vez hubiera conducido a Egipto a un resultado semejante: una guerra civil más o menos soterrada y, en cualquier caso, larga, sangrienta y de consecuencias imprevisibles. La Junta ha optado, pues, por aceptar el triunfo de la cofradía en las presidenciales y prepararse para la cohabitación.

Renunciar a dictar el destino nacional y a limitar sus inmensos privilegios económicos no ha entrado nunca en la cabeza de Tantaui y sus colegas

Egipto vive una transición convulsa desde la caída de Mubarak. En ningún momento, la Junta Militar ha emprendido con claridad y determinación la senda democrática. Por emplear un símil español, no ha habido en su cúpula ninguna pareja a lo Juan Carlos I y Adolfo Suárez. La idea de renunciar a dictar el destino nacional y a limitar sus inmensos privilegios económicos, no ha entrado nunca de veras en la cabeza de Tantaui y sus colegas. Estos se han contentado con organizar dos elecciones. Las primeras, las legislativas, con los Hermanos Musulmanes en primera posición y los salafistas en segunda, ya han sido anuladas; las segundas, las presidenciales, tienen nuevamente como ganador a la cofradía a través de Morsi. En unas y otras, la desunión de las fuerzas que en Egipto se llaman “liberales” -los demócratas laicos de cualquier tendencia- ha terminado por darle casi todo el protagonismo a los dos grupos tradicionalmente mejor organizados del país.

El período de cohabitación entre la fe y la espada que se abre en Egipto promete ser tan turbulento como lo vivido en el último año y medio. En las últimas semanas, los militares han ido apretándole preventivamente las tuercas al sucesor de Mubarak en la jefatura del Estado. Amén de su potencia de fuego, en el sentido literal de la palabra, y de su influencia en todos los niveles de la administración del Estado, la Junta Militar cuenta con el poder legislativo, que se ha reservado tras la disolución del Parlamento, y con la capacidad para redactar la futura Constitución. También han recortado las competencias del nuevo presidente.

En cuanto a Morsi y los suyos, no pueden ahora romper la baraja y echarse al monte. Eso, para empezar, no está en la tradición de los Hermanos Musulmanes, y, además, supondría un terrible deterioro de credibilidad y legitimidad entre sus propios partidarios. A los Hermanos Musulmanes les toca ahora gobernar, aunque sea con las manos atadas y con un fusil apuntándoles a la nuca.

Permanezcan atentos a sus pantallas.


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From: Ruben1919 Sent: 26/06/2012 12:34

Tahrir sigue en pie de guerra

Que Mohamed Morsi haya ganado las elecciones no quiere decir que sus seguidores vayan a desmontar el campamento levantado en la plaza de Tahrir. La escena era este lunes lo más parecido a la mañana siguiente de un festival de rock. Los festejos electorales habían durado hasta entrada la mañana. La multitud dormitaba por el suelo. Los tenderetes, que desde el pasado martes han ido poco a poco cubriendo la céntrica plaza y que dan algo de sombra en este verano abrasador, no se habían movido. A primera hora de la tarde, el tráfico estaba de nuevo cortado y la plaza tomada por los manifestantes.

Los Hermanos Musulmanes quieren mantener la presión. El primer paso —que se reconociera su victoria en las urnas— ya lo han conseguido. Ahora toda la presión de la calle va dirigida a forzar a los militares a dar marcha atrás. Los congregados en Tahrir quieren que la Junta Militar derogue el decreto constitucional por el que recorta las atribuciones del presidente y se hace con el control del poder legislativo. “Presionar hasta que se alcance un acuerdo y siempre que podamos seguir proporcionando comida y agua”, explica un portavoz de la Hermandad.

Tahrir vuelve a ser el campo de batalla de la lucha política, pero, esta vez, los protagonistas son los islamistas. Hay algunas mujeres, aunque la gran mayoría son hombres. Muchos de ellos llevan barba recortada al estilo salafista y han venido en autobuses de todas las provincias del país.

A la hora del rezo, las inclinaciones religiosas de los manifestantes quedan bien claras. La plaza se convierte en una interminable sucesión de hileras formadas por hombres, que rezan arrodillados en el suelo. Hay quien dice que esta es como una segunda revolución, pero, esta vez, de corte islamista.



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