El alto funcionario estadounidense explicó que “después del derrocamiento de Al-Assad”, todos los grupos étnicos y religiosos en Siria deben ser capaces de unirse y formar el tipo de Gobierno que refleje los “intereses” de toda la población del país.
Asimismo, Hammer no negó que el foco de la política de su Gobierno respecto al conflicto sirio esté dirigida a brindar "apoyo a la oposición", aunque reiteró que su país no le está suministrando armas.
Hammer añadió que para lograr en Siria una “transición política” oportuna para Estados Unidos, la Casa Blanca recurrirá al endurecimiento de las sanciones económicas contra Damasco.
Igualmente, “aconsejó” a los allegados del presidente Al-Assad que “abandonen al presidente sirio” porque desde ya "tiene los días contados".
Apoyo a Siria
El Gobierno de Irán, por su parte, prometió que su apoyo al Gobierno sirio “se mantendrá inmutable", listo para apoyarlos con su "experiencia y capacidades".
"Teniendo en cuenta que los poderes (extranjeros) se han unido para dañar a la nación siria, la postura de Irán hacia el país no puede cambiar: siempre estaremos junto a nuestros hermanos sirios", proclamó el primer vicepresidente de Irán, Mohammad Reza Rahimi.
Por otro lado, el comandante en jefe de la Armada rusa, vicealmirante Víktor Chirkov, advirtió que su país planea mantener su punto de apoyo técnico en el puerto sirio de Tartus.
“El centro se mantendrá porque es conveniente para Rusia, ya que reduce los gastos en el abastecimiento y mantenimiento de los buques,” de la Armada.
Paralelamente, también el presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió al tema militar, aunque sin mencionar a Siria. Putin advirtió que mantendrá sus armas nucleares y de defensa aeroespacial, “listas para la acción”.
"No vamos a participar en una carrera armamentista, pero nadie debe dudar de la eficacia y la fiabilidad de nuestro potencial nuclear y la defensa aeroespacial", apuntó a la agencia Ría Novosti.
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