Los resultados de la votación del 7
de octubre justificaron los pronósticos que auguraban la victoria a
Chávez. Al estar muy atareado por asuntos estatales, y no debido a la
enfermedad de que padeció, antes de la votación intervino menos veces
que su principal rival el joven Enrique Capriles. Sin embargo, en cada
declaración suya Hugo Chávez dijo que estaba decidido a continuar su
línea fundamental: mejorar el nivel de vida de la población para reducir
a la nada y para siempre el desempleo, la subalimentación y la miseria.
Y prometió acabar con estas lacras sociales en la próxima década. Para
la mayoría de los electores estos argumentos resultaron más convincentes
que los llamados del abogado Capriles que, en ocasiones, le aconsejó a
su rival retirarse y descansar, para ceder el camino a los jóvenes. Sin
embargo hoy, el abogado, uno de los primeros, felicitó calurosamente a
Chávez por su victoria.
En el curso de la lucha
electoral Chávez y Capriles, sin hablar ya de los demás cuatro
aspirantes al palacio Miraflores, hablaron mucho más de los problemas
internos. Tan solo de paso se referían a los problemas internacionales.
De todos modos, Enrique Capriles no solo es abogado sino también
economista y daba a entender que estaba dispuesto a renunciar a la
colaboración con Rusia en materia de la explotación de los yacimientos
petrolíferos, del rearme del ejército nacional e incluso del cambio del
aspecto exterior de las ciudades venezolanas. Los oyentes comprendían:
él daba prioridad a Washington en la cooperación bilateral.
No
obstante, la mayoría de los venezolanos conoce bien las estrechas
relaciones de Hugo Chávez con Moscú, que ha mantenido más de una vez
conversaciones con la dirigencia rusa sobre cuantiosos créditos para el
desarrollo de la extracción del crudo, la adquisición de metralletas y
tanques, necesarios al menos para hacer frente a las bandas de
terroristas colombianos de las FARC.
Les parece muy
atractiva la experiencia de construcción conjunta en las ciudades de
bonitas y sencillas casas para la gente pobre. Estos acuerdos son la
respuesta más racional a las pretensiones de otros candidatos de hacer
hincapié en la iniciativa privada, pues la vía escogida por Chávez,
afiramaban ellos, lleva a un callejón sin salida. Los prestigiosos
partidarios de Chávez consideran de otra manera: en los últimos años
entre nuestros países se han establecido relaciones de cooperación
estratégica.
Los futuros acontecimientos dirán cómo
va a desarrollarse la economía de Venezuela y qué ritmo llevará el
mejoramiento del nivel de vida de la población. A fin de hacer realidad
sus planes y promesas Chávez cuenta con seis años. La vida enseñará cómo
vea su rival de ayer los cambios planificados: si estará de acuerdo con
la vía escogida por el presidente o impugnará sus decisiones. El tiempo
aclarará que espera al pueblo de Venezuela que el 7 de octubre eligió
no solo a su presidente sino también el rumbo de la nación para los
próximos años.
vs/rl