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En Buenos Aires, la gente caminaba como un día cualquiera. Por sus apariencias no se podía inferir que el 14 de junio fuese un día que preferirían olvidar. Pero en realidad fue una jornada difícil. Hace 30 años, los argentinos se dieron cuenta que fueron víctimas de otra masacre de la dictadura militar. Se habían rendido ante el ejército del Reino Unido y abandonaban las Malvinas, cuando les habían vendido que estaban ganando la guerra.

Lo más significativo fue, para los argentinos, la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas y la solicitud que publicó en el diario The Times.

“Los argentinos les pedimos a todos ustedes –ciudadanos y gobiernos del mundo- que pongan fin al colonialismo y pidan el cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas. Pedimos al Reino Unido que dé una oportunidad a la paz”, dice el mensaje de la mandataria en el influyente rotativo londinense.

“Hoy vamos a hablar en el Comité de Naciones Unidas sobre Descolonización acerca de un caso de anacronismo colonial en el Atlántico Sur: las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y el área marítima circundante, ubicadas en el extremo sur del continente americano, a menos de 700 kilómetros de nuestras costas, y a 14.000 kilómetros del Reino Unido”, dice la carta.

En Londres, la bandera de las Malvinas flameó ayer en varias oficinas públicas, sobre todo en la residencia del Primer Ministro, David Cameron, en el número 10 de Downing Street, mientras que en archipiélago se celebraba el día de “la liberación”.

Me dio vergüenza ajena ver la bandera de las Malvinas en Downing Street porque las guerras no se festejan –dijo Fernández de Kirchner en New York-. Murieron 650 argentinos y 255 británicos; 449 argentinos y 264 ingleses se suicidaron después. ¿Qué pensaría el pueblo alemán si el 8 de mayo, día de la rendición de Alemania, en el 10 de Downing Street, la bandera alemana flameara debajo de la inglesa?”, dijo la Fernández ante el Comité de Descolonización de la ONU.

La presidenta de Argentina fue muy firme en sus palabras, pero añadió que solo una cosa pide el país: y “miren qué poco pedimos, solo pedimos dialogar. Hay 11 resoluciones de las Naciones Unidas”, para que ambos países negocien la soberanía, pero Inglaterra, miembro del Consejo Permanente de Seguridad, se niega.

“¿Puede alguien negarse a conversar y luego convertirse en el adalid de los derechos humanos, de la democracia, del mundo occidental?”, sostuvo la mandataria.

La presidenta también recordó que en junio de 1974, el gobierno de Reino Unido envió a su embajador en Buenos Aires para hablar con el gobierno del entonces presidente Juan Domingo Perón para un condominio gubernamental en las islas, algo que “deja constancia que Inglaterra reconocía que había cuestiones de soberanía”.

La dictadura militar detuvo esas negociaciones para desembarcar con sus tropas en las islas, en 1982. “¿Qué culpa tenemos nosotros, el pueblo argentino? ¿Por qué nos denuestan a nosotros que no teníamos nada que ver con esa dictadura de la que fuimos víctimas y que todavía nos afecta hoy? Todavía estamos buscando a amigos y chicos. Desde 1983 Argentina solo participa en misiones de paz, no está en Iraq y Afganistán”, les reprocho a los ingleses.