A las 10:01 p.m. del pasado domingo el Consejo Nacional Electoral de la República Bolivariana de Venezuela emitió su primer comunicado oficial relacionado con las elecciones efectuadas el día 7 de octubre. En dicha Declaración, su presidenta y portavoz daba a conocer al mundo que el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías revalidaba como nuevo presidente de su país para un nuevo término de seis años. Ya desde esa hora, la diferencia entre los votos obtenidos por Chávez frente a los obtenidos por el candidato opositor Henrique Capriles Radonski hacían imposible, matemáticamente hablando, un cambio en la tendencia que le daba un claro y contundente triunfo a Chávez.
En efecto, los datos más recientes conceden a Chávez un amplio triunfo sobre Capriles por poco más de 11% de diferencia, lo que en votos representa mas de un millón y medio de votos a su favor sobre los obtenidos por Capriles. Con más del 55% de los votos emitidos frente a un 44% de los votos de su más cercano contendor, el pueblo venezolano dejó clara su opción de voto por el proyecto socialista de la Revolución Bolivariana y su derecho a la construcción de una nueva patria independiente y soberana.
Uno de los aspectos que destaca este proceso electoral fue la alta participación de ciudadanos en las elecciones. De un total de 18,903,937 electores inscritos, votaron 14,901.740, es decir, más del 80% de los electores hábiles para votar. En las anteriores elecciones participó el 65.45% de un total de 17 millones de electores, lo que demuestra la gran movilización del pueblo venezolano en estas elecciones. De 22 estados en los cuales se divide el mapa político venezolano, Chávez ganó en 20 de ellos, perdiendo solo los estados de Mérida y Táchira. Igualmente, a diferencia de las pasadas elecciones, en esta ocasión Chávez también ganó el Distrito Capital. En los estados de Mérida la diferencia porcentual es menor a un 3%; mientras que en Táchira fue de casi un 13%. En estas elecciones, los estados de Zulia, Carabobo, Nueva Esparta y Miranda fueron ganados por Chávez aunque en el caso de Miranda el margen para Capriles fue muy estrecho, es decir, por mucho menos de 1%.
Si bien sectores inconformes con el resultado de las elecciones tratan de destacar el hecho de que en las elecciones de 2006 la ventaja en votos para Chávez fue mayor que en estas elecciones, lo cierto es que el número de estados que perdió se limitó solo a dos a diferencia de entonces que fueron cinco.
Otro de los elementos que es importante sopesar a la hora de pasar juicio sobre el contenido de esta victoria de Chávez es el contenido de sus compromisos programáticos en su propuesta para la Venezuela de los próximos seis años. En esta ocasión, el contenido socialista del programa de la Revolución Bolivariana significa que, más allá de un voto por Chávez, el pueblo estuvo votando por una propuesta de programa que se inscribe en el rechazo al neoliberalismo; en el apoyo a la propuesta de socialismo del Siglo 21; y en a la profundización de los procesos de integración regionales hoy en curso en América Latina y el Caribe. En ese sentido, sí existe un cambio cualitativo entre la propuesta revolucionaria bolivariana de los pasados años y la propuesta revolucionaria de esa misma Revolución Bolivariana para los años por venir.
Del total de votos obtenidos por la coalición de partidos que encabezó Chávez, más de 6 millones de votos provienen del Partido Socialista Unido de Venezuela, lo que consolida al PSUV como la primera fuerza política de Venezuela. En el caso de la coalición encabezada por Capriles, el partido que mayor cantidad de votos logró acumula fue poco más de 2 millones de votos, lo que ciertamente hace una importante diferencia a la hora de medir fuerzas individuales por parte de las distintas formaciones políticas.
Pasadas la elecciones en Venezuela, en ocasión del Programa ¨Mesa Redonda de la Televisión Cubana, se decía con gran acierto que uno de los grandes retos que tendrá la Revolución Bolivariana de Venezuela para los próximos seis años, será cómo ganar para la causa revolucionaria importantes sectores de los casi 6.5 millones de votos obtenidos por Capriles. Se trata, como decía una de las panelistas, de millones de venezolanos que no necesariamente pertenecen a la oligarquía del país, para quienes los programas sociales de la Revolución, representan también importantes conquistas y para quienes las transformaciones socialistas del país vendrán a atender sus propias necesidades en la educación, la salud, la vivienda y en el mejoramiento de sus condiciones actuales de vida. Por eso la victoria de Chávez en estas elecciones representa también para ellos objetivamente un triunfo, aunque a nivel subjetivo, su conciencia actual no les permita entenderlo.
Mientras a nivel internacional, los presidentes de América Latina, casi al unísono, enviaban mensajes de felicitación al presidente Chávez por la transparencia en la cual se desarrolló el proceso y claro está por su resultado eligiéndolo como presidente para un nuevo término; la representante de la Unión Europea para Relaciones Exteriores, Catherine Ashton, desperdiciaba su tiempo hablando de la necesidad de que al mandatario venezolano tendiera la mano a la oposición y promoviera las ¨libertades fundamentales¨. Para esta vocero de los intereses del capital imperialista, es como si en Venezuela se viviera hoy en un sistema donde las libertades individuales y colectivas no fueran respetadas.
La pregunta que se impone es cómo, cuando hoy en Europa las medidas neoliberales que se imponen van dirigidas a precarizar las condiciones materiales de vida de los ciudadanos y es precisamente en Venezuela, donde las medidas neoliberales de choque hace tiempo fueron implantadas con catastróficas consecuencias para sus habitantes, esta vocero del desastre se atreve a cuestionar la situación en este hermano país suramericano. Hoy, la Revolución Bolivariana invierte más recursos que nunca en toda su historia en el respeto y garantía de esos derechos sociales esenciales y fundamentales de los seres humanos sin los cuales la libertad que pregona Europa y Estados Unidos es una mera quimera,
Ni Europa ni Estados Unidos tiene moral para darle a Venezuela lecciones sobre de aspiraciones a la justicia social de su pueblo, o la manera en que se afirman hoy los derechos democráticos de sus habitantes.
La lucha del pueblo venezolano, sin embargo, no termina con estas elecciones presidenciales. En los próximos meses, específicamente el 16 de diciembre de 2012, Venezuela enfrentará otro proceso electoral, Esta vez serán las elecciones regionales, donde las fuerzas que hace una semana contendieron a escala nacional, competirán nuevamente para elegir a los gobernadores y a los legisladores a los parlamentos de las entidades federales. Más adelante, el 14 de abril de 2013, estas mismas fuerzas se medirán para elegir los candidatos a ocupar posiciones de alcaldes en los municipios de la República.
El triunfo de Hugo Chávez en las pasadas elecciones es un hito estratégico en el desarrollo de Venezuela y con ella, de la causa de la unidad continental de América Latina y el Caribe. La propuesta de socialismo de la Revolución Bolivariana ya no puede ser cuestionada por los sectores opositores como una propuesta desde arriba, desde el gobierno, desde la presidencia. Hoy la propuesta de socialismo en Venezuela es refrendada por la mayoría absoluta del electorado del pueblo venezolano. Tras la votación del domingo, deben quedar sepultados, de una vez por todas, los comentarios mal intencionados de aquellos que solo viven para desacreditar esta revolución pacífica, popular y victoriosa.
El Apóstol de la Independencia de Cuba, José Martí escribió en el periódico Patria, que los pueblos están hechos ¨de hombres que resisten y hombres que empujan.¨ En el pueblo venezolano hoy se encuentran reunidos millones de hombres y mujeres dispuestos y dispuestas a resistir, pero también a empujar su proyecto; una propuesta de futuro, que más tarde o más temprano, será el proyecto de todos los hombres y mujeres que apuestan al futuro de nuestros pueblos como una América y un Caribe unidos.