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General: Cataluña .... nuevo Estado europeo ?
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| De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 11/09/2012 12:41 |
CATALUÑA Se espera una movilización 'histórica'
Daniel G. Sastre | Barcelona
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El 'president' advierte de que "no se debe menospreciar el clamor" que demostrarán los catalanes durante la manifestación de esta tarde.
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Un nuevo Estado
Cartas| 11/09/2012 - 04:22h
XAVIER ESPAÑOL ESPINAR
Barcelona
Se ha convocado una manifestación para hoy, 11 de septiembre, a fin de reivindicar el reconocimiento de Catalunya como nuevo Estado de Europa. La participación se prevé masiva y los medios a disposición del pueblo para poder asistir, excepcionales. Pese a todo, me da la impresión de que nos presentamos ante una gran puerta adornada con banderas e himnos, pero me pregunto qué es lo que queremos encontrarnos una vez la abramos y atravesemos el umbral.
No desearía atravesarla y hallarme en una fortaleza. No me agradaría mirar hacia atrás y ver que la puerta se cierra por ambos lados. No quiero atravesar un marco que me obligue a olvidar el exterior.
Creo en el catalán plural que, aunque manipulado políticamente, conserva el respeto en sus raíces, es sensible con las diferencias identitarias y las aprecia como fuente de enriquecimiento cultural. Lo digo porque pienso que aprender de nuestra historia es un deber y evitar devolver el agravio heredado es una difícil tarea, fácilmente quebrantable por el rencor. Celebraré, pues, que pienso en catalán, escribo en catalán e incluso amo en catalán, mas no querría privar a nadie en un futuro de ese frágil privilegio de conservar su propia identidad.
Yo también reivindico el nuevo Estado catalán, un Estado de respeto con nuestra identidad y la que nos rodea, un Estado de acogida de la diversidad, pero sobre todo, un estado de personas que derribe murallas, abra sus puertas y no pare de crecer.
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videos.lavanguardia.com/20120911/.../la-manifestacion-en-vi... - España
martes 11 de septiembre 2012. Búsqueda. Volver ... Barcelona - 11/09/2012. Sigue el ambiente que se está viviendo en la marcha ciudadana de la Diada ... |
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La manifestación independentista desborda todas las previsiones. Decenas de miles de personas ocupan una superficie que duplica lo estimado inicialmente. Artur Mas no acude a la marcha pero ayer expresó su total adhesión |
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Rafael Casanova
(Moià, España, 1660-Sant Boi de Llobregat, id., 1743) Patriota catalán. Nacido en el seno de una familia acomodada de campesinos catalanes, estudió derecho en la Universidad de Barcelona, donde obtuvo el doctorado, y ejerció su profesión en esta ciudad. En 1706 fue elegido conseller tercer de Barcelona, en un momento en que Cataluña se había sublevado contra la nueva dinastía borbónica y sus presumibles intereses centralizadores, en el marco de la guerra de Sucesión española (1702-1714).
En noviembre de 1713, asediada la ciudad por las tropas borbónicas, Casanova fue elegido conseller en cap de la ciudad. Durante el sitio y, a pesar de ser partidario de la negociación, mostró una gran dignidad y determinación, organizando, en colaboración con Villarroel, el comandante de la plaza, las milicias gremiales (regiments de la coronela) encargadas de la defensa.
En la mañana del 11 de septiembre de 1714, cuando se produjo el asalto final de las tropas borbónicas al mando del duque de Berwick, Casanova, con la bandera de santa Eulalia, que según la tradición sólo era desplegada en el caso de que Barcelona corriese un gran peligro, se dirigió a la muralla de la ciudad para levantar el ánimo de los defensores, y allí cayó herido de gravedad.
Tras la capitulación de la plaza, se le hizo pasar por muerto hasta que, en 1719, con la situación más tranquila, consiguió que le fuesen restituidos los bienes que le habían sido confiscados. Con el resurgimiento del nacionalismo catalán, la figura de Casanova se convirtió en un símbolo de la lucha por las libertades del Principado, que habían sido abolidas por el Decreto de Nueva Planta. |
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CATALUÑA Bajo el lema 'Cataluña, un nuevo Estado de Europa'
Javier Oms | Víctor Mondelo | Germán González | Barcelona
672Comentarios
Se ha quemado una bandera española, otra francesa y otra de la UE. Los Mossos d'esquadra cifran en un millón y medio los asistentes.
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Crisis económica alienta el separatismo en Cataluña
Por: JUANITA SAMPER OSPINA | 6:47 p.m. | 15 de Septiembre del 2012
Ciudadanos se manifestaron el martes en Barcelona con el eslogan "Cataluña, nuevo Estado de Europa".
Foto: Efe
El rumbo económico de España da razones a los que claman por la independencia de la región.
La masiva manifestación en la celebración de la Diada catalana -la fiesta nacional- movió las piezas del mapa español, que vio más plausible que nunca la posibilidad de la independencia de Cataluña.
La entusiasta marcha del martes pasado cogió por sorpresa al gobierno central de España e incluso a algunas autoridades catalanas. El presidente Mariano Rajoy, que se había referido a ella como "algarabía" el día anterior, pasó a pedir prudencia luego del éxito de la protesta y a recordar que "ahora es necesario que trabajemos juntos".
El presidente catalán (gobernador), Artur Mas, animado por el clamor de las millones de personas que salieron a la calle (las cifras oscilan entre los 600.000 y los dos millones, según la fuente), dice que llegó el momento de dotar a Cataluña de "estructuras de Estado". "España ya hizo su transición y ahora nos toca a nosotros", aseguró en un discurso posterior, que asumía la reivindicación independentista de la manifestación.
Todo sucede en el preámbulo de la cita acordada por Rajoy y Mas para el 20 de septiembre, en la que se abordarán temas críticos como el pacto fiscal, que pide para Cataluña mayor autonomía a la hora de gestionar la recaudación de impuestos regional. En 2010 esta comunidad autónoma ocupó el tercer lugar en el nivel de riqueza en España y descendió al octavo, luego de haber realizado su aporte al Estado.
Se trata de una cuestión clave para una zona con la tesorería ahogada y cerca de 700 mil desempleados. Cataluña, de hecho, está pendiente de que el gobierno central le suministre más de 5.000 millones de euros para hacer frente a sus problemas económicos.
Jordi Casassas, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona, explica la envergadura de este complejo tema.
La financiación de Cataluña y el problema del pacto fiscal aparecen en primera instancia como causas de la manifestación de la Diada. ¿Qué hay en realidad detrás del interés independentista mostrado?
¿Qué tantas responsabilidad tienen los gobiernos pasados?
El separatismo político está latente desde la Segunda Guerra Mundial. En este período el separatismo era minoritario. La realidad externa produjo luego una inmigración masiva, que provenía de las autonomías del sur mayoritariamente (andaluces, murcianos) y algunas de Soria y Castilla. Fue un proceso que se dio entre los años 50 y 70. En un lapso cortísimo duplicamos la población. La dictadura franquista (1939-1975) no facilitó la integración de ningún tipo. Pero Cataluña se ha superado y producido una integración de esa población inmigrada, que sin perder sus raíces ha convivido y participado en la sociedad catalana. Los interesados en la independencia del Estado era una minoría que no llegaba a ser representativa políticamente. En pocos años -desde 2003 o 2004- ha ido creciendo. La sociedad catalana no es una sociedad rota, cuenta con índices de convivencia razonablemente europeos. Con las dificultades de los últimos años el interés independentista ha ido en incremento.
¿Qué papel ha jugado la crisis económica en esta explosión independentista?
Un papel catalizador y acelerador importantísimo. Existe la idea cada vez más extendida de que Cataluña es discriminada en materia de infraestructura, inversiones y en el llamado expolio fiscal, que llega al punto de que en el nivel de riqueza ocupa el tercer lugar en el país y baja varios después de pagar los impuestos. Con la crisis, la gente está más sensible a este tipo de hechos.
¿Nos encontramos, entonces, ante algo más profundo que un pulso que busca presionar al Estado hacia el pacto fiscal?
Mucho más profundo. Son situaciones que se concretan en coyunturas históricas determinadas; situaciones que se han mantenido en segundo plano por la resolución de problemas perentorios y que pasan a ser el argumento central. Mucha gente que ayer gritaba "independencia" no lo habría hecho hace dos años.
¿Vamos hacia un plebiscito?
Es un problema serio que no se puede resolver hoy. Lo importante de la manifestación del martes es que Cataluña ha pasado a un primer plano internacional como un pleito por resolver. Hasta ahora había presentado una tendencia a apuntalar el Estado. Había un dialogo con el Estado. Ahora hay un callejón sin salida. La gente ha salido con criterio, con ilusión, cívicamente, y ello ha causado un impacto internacional.
¿Qué cree usted que va a suceder ahora?
Hay dos escenarios. Por un lado, históricamente el Estado español es centrista y niega cualquier tipo de posibilidades. El inglés, por ejemplo, dialoga con los escoceses cuando estos plantean una solicitud. Con el Estado español es imposible. La papeleta del presidente Rajoy y el presidente Mas es muy delicada. Nos hallamos en una situación de desencanto, desafección y resentimientos hacia la clase política que se han ido acumulando. En otro escenario está también la posibilidad secesionista: que el parlamento de Cataluña, tras un período de fortalecimiento de la mayoría se declare unilateralmente independiente. Ahora mismo nadie es capaz de vaticinar lo que pueda suceder en los próximos meses. Esto va rapidísimo. Hemos pasado en dos años de un autonomismo civilizado, pactado, a un planteamiento radical serio e independentista. El presidente catalán ha dicho que si se cierra la puerta al pacto fiscal, el proceso independentista sigue.
¿Pueden influir estos hechos en la situación del País Vasco?
El País Vasco está en una situación en que el PSOE (partido socialista) gobierna con la oposición de los partidos nacionalistas divididos, debilitados. En definitiva, cuando algo se mueve hay posibilidades de que se mueva todo.
Es una frase enigmática...
Se abre un problema, que no es actual sino histórico, en un territorio plurinacional, en un contexto que no es el de la preguerra sino el de la Unión Europea civilizada. Es difícil saber cuándo se para. Se genera la incógnita para Cataluña y para el País Vasco. Para todo el mundo. Moverse siempre generas virtudes, defectos e incomodidades. Y aquí se mueven cosas.
Juanita Samper Ospina
Corresponsal de EL TIEMPO
El problema de la financiación de las autonomías en España puede ser una circunstancia que incremente la sensibilidades que agudizan el planteamiento, pero se trata de una cuestión de raíz histórica, de una sociedad que tiene percepciones diferentes, elementos que la unen y la separan de España, que se han ido definiendo bajo la etiqueta de nacionalismo. La necesidad nacionalista de Cataluña no viene de hace unos pocos años.
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 PATXO UNZUETA
EL PAÍS - España - 05-01-2006
"Si usted me pregunta si los catalanes odian a España, le diré que no; si me pregunta si aman a España, le diré que tampoco". Así resumía Antoni Rovira i Virgili, uno de los principales ideólogos del catalanismo político en el primer tercio del siglo XX, lo que consideraba el "sentir general de los catalanes" sobre España. Eso ocurría en 1916. Ahora, los nacionalistas catalanes más bien se plantean el asunto desde el otro lado: si los españoles les odian a ellos. La campaña de boicot al cava y otros productos catalanes ha servido para alimentar esa discusión. El consejero de Comercio de la Generalitat, Josep Huguet, llegó a comparar el boicot con la persecución nazi contra los judíos; y cuando lo quiso matizar invocó una "fobia anticatalana" que "viene de lejos". Sin llegar a tanto, otros muchos políticos y publicistas catalanes han hablado estas últimas semanas de la utilización interesada, en la polémica sobre el Estatuto, de los peores prejuicios y tópicos anticatalanes.
Que existen esos prejuicios y lugares comunes es innegable, y desde tiempos remotos, como mostró en su día Emilio Temprano en La selva de los tópicos (Mondadori, 1988). La España de las autonomías ha despertado pasiones que enfrentan a las regiones entre sí, lo que ha resucitado algunos de los estereotipos forjados sobre ellas a partir del Renacimiento. Los relativos a los catalanes les presentan como belicosos, valientes, orgullosos, pero también como amigos del lucro y avaros. Desde l'avara povertá di Catalogna de que habla Dante a los brutales juicios de Quevedo, el tópico del carácter avaricioso de los catalanes -que comparten con escoceses y judíos-tiene hondas raíces, si bien a partir de la industrialización tomó una forma más amable en el modismo que proclama que "de las piedras sacan panes".
¿Qué queda de todo eso? Bastante, según varias encuestas del CIS. Un estudio sobre "estereotipos en la España de las autonomías" publicado en 1996 concluye que los catalanes son admirados como los más trabajadores, emprendedores e inteligentes, pero rechazados a la vez como los más antipáticos, agarrados y egoístas. Y en el balance final son, con diferencia, quienes despiertan menos simpatía en las demás comunidades. Los mejor valorados son los andaluces, seguidos por asturianos, canarios y castellanos. El penúltimo lugar lo ocupan los vascos, aunque con una valoración bastante menos desfavorable que la de los catalanes. El profesor Miguel Siguán ha recordado recientemente (La Vanguardia, 8-12-05) que en un estudio que él mismo y otros "aficionados a la psicología" realizaron hace 30 años los andaluces ya eran los que mejor caían, y los que peor, los catalanes y valencianos. Pero los vascos figuraban todavía entre los más apreciados, pese a que ya habían empezado los atentados de ETA. Siguán atribuye esa visión benevolente a que los vascos son percibidos por los demás españoles como la versión exagerada de la imagen que tienen de sí mismos. Jordi Pujol lo expresaba diciendo que para muchos españoles de los años 50 su imagen de España era una combinación de "folclore andaluz y [el futbolista del Athletic de Bilbao] Zarra". (La Vanguardia. 28-8-94).
Uno de los sarcasmos favoritos de Mario Onaindía era decir que el único de sus objetivos alcanzado por ETA había sido conseguir por fin que los españoles odiasen a los vascos. Era una exageración, porque todavía tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco la gente salió a la calle gritando "ETA, no; vascos, sí". Pero reflejaba una realidad: que el objetivo de los nacionalistas radicales no es tanto que los suyos odien a los españoles como inculcarles la convicción de que son odiados por ellos. La idea del boicot a los productos catalanes responde a esa mentalidad parvularia que considera a los pueblos y naciones como un todo susceptible de ser culpable de algo y merecedor de castigo colectivo; su efecto político es dar verosimilitud a un rechazo exterior capaz de alimentar un victimismo que ha perdido cualquier fundamento objetivo. El esfuerzo de algunos políticos nacionalistas por resultar antipáticos allende el Ebro encuentra así su recompensa.
Es una razón adicional para acabar de una vez por todas con los prejuicios anticatalanes; y tal vez ello favorezca que los políticos catalanistas abandonen por su parte el persistente mito, puro tópico, del expolio fiscal de Cataluña. |
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