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General: Presidente ganador en EE.UU igual a gobierno perdedor en la ONU, a causa del blo
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 13/11/2012 01:47 |
Publicado en bloqueo fecha Noviembre 12th, 2012
Por Wilkie Delgado Correa*
Vamos a ver hasta cuando resistirán el repudio y la condena del mundo
Todos saben que Obama recibió, al ocupar su cargo de presidente de Estados Unidos en su primer período, la herencia genocida del bloqueo y de la ley Helms-Burton contra Cuba, y era esperable que, siguiendo los dictados de su consigna y política de su “Yes, we can change”, algún cambio significativo ocurriera con la medida de política exterior estadounidense más repudiada y condenada en la ONU. Sin embargo, lo presumible con cierta lógica y con juicio cuerdo, no ocurrió durante su primer mandato. Y una vez más se ha demostrado que los presidentes de EE.UU no tienen en cuenta los principios democráticos en los asuntos en controversia en la arena internacional. En el asunto del bloqueo han ido recibiendo la condena casi unánime de las naciones del mundo, excepto Israel últimamente, en maridaje ridículo y sumiso.
La evolución de los resultados de la votación en la ONU de la Resolución contra el bloqueo refleja que la comunidad internacional ha ido tomando conciencia del carácter injerencista y dañino para Cuba y el resto de los países del mundo..
El bloqueo tiene muchos más años que su condena en la ONU y fue entronizado hace más de cincuenta años. Durante este lapso ha causado sufrimientos infinitos al pueblo cubano, pues ya desde el año 1960 había sido calificado por funcionarios del gobierno norteamericano como “guerra económica”. Desde el punto de vista financiero ha provocado daños invaluables, con afectaciones reales a todas las ramas de la economía y con repercusión negativa en todas las esferas sociales.
Es conveniente señalar, sin embargo, que esta práctica genocida contra el pueblo cubano, involucra y afecta también a todas las naciones que sostienen relaciones con Cuba o la pretendan establecer. Es decir, que el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba implica la injerencia en las decisiones soberanas de los estados en lo que respecta a sus relaciones con otro estado soberano denominado Cuba, al cual se ha pretendido asfixiar por todas las vías posibles.
Por estas razones, lo mismo que ha ocurrido en la ONU, ha sucedido, desde mucho antes, en múltiples foros de carácter internacional.
El bloqueo es, pues, un viejo problema de las relaciones de Estados Unidos con Cuba que hubo de heredar Obama y que, ya que en su primer mandato fue de cierto modo omiso y ambivalente, salvo la aprobación de algunas medidas que introdujeron ciertos cambios a las existentes en la era Bush, debería retomar, pues las verdaderas acciones sustanciales están aún pendientes de analizar y adoptar por Obama, si pretendiera pasar a la historia por un abordaje diferente a este tema. Ya sabemos que el mismo ha merecido la atención, en varias ocasiones, del Congreso de los Estados Unidos, al discutirse enmiendas introducidas por legisladores de esa nación, tratando de eliminar determinadas medidas establecidas por el complejo entramado que constituye el llamado idílico embargo -como lo califica el gobierno norteamericano-, a pesar de tratarse, realmente, de un cruel y despiadado bloqueo a nivel planetario y un acto flagrante de genocidio según el derecho internacional.
La legislación más abarcadora del bloqueo lo constituye la Ley Helms-Burton, que se ha convertido en la práctica en una ley extraterritorial con alcance de intromisión, de sanción y de violación de los actos soberanos de comercio y de relaciones comerciales de todos los países del mundo. Esta ley, además, arrebató facultades tradicionales del Presidente y las subordinó al Congreso, en el afán de éste de impedir la fácil reversibilidad de algunas o muchas de las disposiciones legales contenidas en dicha ley.
La Ley Helms-Burton fue promulgada y bendecida por el Presidente William Clinton el 12 de marzo de 1996, en una decisión que fue inconsecuente por una serie de razones. Esta es, por lo tanto, una herencia del mandato de Clinton que Obama ha tenido tiempo para escudriñar y sobre la cual debería pronunciarse durante su segundo mandato en dos sentidos: dejarla vigente sin modificación, lo cual sería nefasto y erróneo, o proponer su derogación o modificación por el Congreso. Lo justo y más conveniente para los intereses legítimos del pueblo norteamericano sería derogarla y, con ello, el bloqueo, pues ya se ha comprobado en Naciones Unidas que el mundo entero reclama el cese del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba. Y hay que añadir, contra cuantos países mantengan relaciones comerciales con Cuba.
¿Cómo sería posible que Barack Obama en su segundo mandato, abanderado de cambios esenciales para la existencia del pueblo norteamericano, que incluyen su moral y su prestigio, vaya a deslizarse hacia el mismo abismo que todos los presidentes anteriores, y dejar inalterable e intacta la política irracional del bloqueo que, a la larga, es tan anti norteamericana como anticubana, como antinacionales son sus efectos sobre los otros países del mundo?
Esta vez, al igual que en otros años, Estados Unidos perderá todo asidero y quedará huérfano de argumentos y confirmado como contumaz violador del derecho internacional. Y Cuba estará allí y aquí dispuesta a resistir y a luchar, y el mundo brindará su solidaridad al país agredido y condenará al agresor, lleno de soberbia y prepotencia, que también lo ignora, desafía, ofende y agrede.
Vamos a ver hasta cuando resistirán el repudio y la condena del mundo el presidente y los congresistas del imperio. El tiempo y la historia están contra ellos, indefectiblemente.
*Médico cubano; Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
Imagen agregada RCBáez, sobre dibujo de Kalvellido y poster Obama
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Cuba vs. bloqueo, el lado de la razón
Por estos días el mundo se apresta para un nuevo debate de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la necesidad de poner fin al ilegal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos.
Argumentos sobran para el foro de mañana 13 de noviembre en Nueva York a la Cuba rebelde y solidaria, símbolo de resistencia y firmeza, sometida por más de medio siglo a sanciones que califican de acto de guerra y genocidio, según principios recogidos en normas internacionales.
Un billón 66 mil millones de dólares en daños económicos, afectaciones humanas invaluables y una feroz persecución de nuestras transacciones por todo el planeta, constituyen algunos de los impactos de una política que es hoy un serio obstáculo al desarrollo socio-económico del país caribeño.
A los cubanos en esta lucha por la justicia nos asiste la razón, acompañados de una inquebrantable resistencia y del respaldo de una comunidad internacional que en numerosos foros ha condenado el bloqueo y demandado al gobierno de los Estados Unidos su inmediato e incondicional levantamiento.
Recientemente, del 25 de septiembre al 1º de octubre, la Asamblea General de las Naciones Unidas acogió, en el marco de su 67º Período de Sesiones, un debate de alto nivel en el que presidentes, primeros ministros, cancilleres y otros altos funcionarios emitieron pronunciamientos contra el cerco de Washington.
A menos de dos meses del debate sobre el bloqueo en Nueva York, 45 países de los cinco continentes solicitaron a la Casa Blanca el fin de esta criminal política, reclamo amparado en los principios del Derecho Internacional, en el multilateralismo, en la libertad de comercio y navegación, la condena a las leyes extraterritoriales, la coexistencia pacífica y el derecho de los pueblos al desarrollo y a escoger su propio destino.
Es muy ilustrativo que el rechazo al bloqueo contra Cuba fuera uno de los seis temas más tratados en la Asamblea General de la ONU este año, y que a esa política agresiva impuesta por el gobierno de los Estados Unidos se le calificara de "bloqueo genocida, violatorio y fracasado", "anacronismo", "rémora de un pasado", "reliquia de la guerra fría" y "crimen de lesa humanidad".
Veintiún países hermanos de "Nuestra América", como la llamara el Apóstol, trece de África Subsahariana, siete naciones de Asia, dos de Europa e igual número del Medio Oriente, unieron sus voces solidarias para reclamar justicia y respeto para la nación cubana.
Entre las voces que se levantaron en apoyo a Cuba, se escuchó al primer ministro de Antigua y Barbuda, Winston Baldwin Spencer, quien acotó que desde su "establecimiento, el bloqueo ha causado un daño incalculable para el pueblo cubano, provocando escasez y sufrimiento innecesario a la población, limitado y restringido el de-sarrollo del país y provocando graves daños a la economía cubana. A pesar de todo esto, el pueblo cubano ha logrado preservar su soberanía, la independencia y el derecho a la libre determinación".
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, consideró imprescindible su eliminación para que Cuba avance en la actualización de su modelo económico, ante lo cual llamó a "poner fin a este anacronismo, que es condenado por la inmensa mayoría de los miembros de las Naciones Unidas".
Con profundo sentir, el mandatario boliviano, Evo Morales, cuestionó el irrespeto de los Estados Unidos ante las resoluciones de la ONU en contra del bloqueo y el carácter democrático de la Asamblea, y tras expresar sus respetos hacia el compañero Fidel, reiteró su condena a esta medida por "su carácter extraterritorial y violatorio de los derechos humanos".
A nombre de los bloques regionales, Chile en su condición de Presidente pro témpore de la naciente Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), se unió al rechazo internacional en contra de tan obsoleta y condenada política estadounidense.
El nombre de Cuba resonó también en dicho encuentro a partir de otros temas que reconocieron su labor solidaria internacional, su lucha por la liberación de los Cinco y su contribución al proceso de paz en Colombia. De igual forma, se demandó la exclusión de la Isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, emitida cada año por los Estados Unidos.
Poco más de un siglo después, como deseara El Maestro, Cuba y sus líderes han sabido ganarse el respeto del mundo, por el prestigio de su proyecto social, y por su contribución infinita con las causas más justas y nobles. Cuba, a pesar del genocida bloqueo que ya dura más de medio siglo, hoy siembra saber y salud en los más remotos rincones, con sus valerosos profesionales, muchos nacidos bajo el bloqueo, y crecidos con el principio solidario de compartir cuanto tenemos, no aquello que nos sobra.
El pueblo cubano y su Revolución agradecen el llamado de ese inmenso y compacto número de líderes en la Asamblea General de la ONU de poner fin al bloqueo, con el compromiso de continuar luchando por un mundo mejor, y de fomentar aún más la hermandad entre nuestros pueblos, porque, como también nos enseñara nuestro José Martí, "Patria es humanidad". |
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