Argentina, la octava economía del mundo en generar
El país está en el octavo lugar a nivel en creación empleo, según un informe de la consultora Grant Thornton. El documento señala que casi la mitad de las empresas argentinas encuestadas incrementaron el número de empleados en el último año.
Argentina está en el octavo lugar a nivel mundial en creación de empleo, según un informe realizado por la consultora internacional Grant Thornton. El documento señala que casi la mitad de las empresas argentinas encuestadas incrementaron el número de empleados en el último año. La tendencia relevada por la consultora no se reflejó del todo en la tasa de empleo calculada por el Indec, que en el primer trimestre del año se ubicó en 42,4 por ciento de la población total, un leve avance de 0,2 punto porcentual frente al mismo período de 2010.
En su International Business Report 2011, la consultora calculó un índice de empleo a través de la cantidad de firmas que informaron un incremento en su personal frente a las que indicaron una reducción. Esa comparación arrojó un balance positivo de 46 por ciento para las empresas argentinas, es decir que casi una de cada dos firmas aumentó su plantilla. Ese porcentaje representa un incremento de 37 puntos porcentuales respecto del dato del año pasado. En el ranking mundial de creación de empleo, Argentina quedó octava, detrás de, por ejemplo, India (76 por ciento), Turquía (60 por ciento) y Suiza (56 por ciento). El promedio global en las 11 mil empresas encuestadas en 39 países fue de 32 por ciento, mientras que en 2010 ese valor fue del 8 por ciento.
El desempeño de otros países de la región también fue positivo. En Chile, el 41 por ciento de las empresas relevadas tomaron personal y en México el 30 por ciento. Brasil, con el 26 por ciento, quedó un escalón más abajo, reflejo del estancamiento industrial por la apreciación cambiaria. La contracara de esa dinámica regional se verificó en Europa, donde sólo el 13 por ciento de las firmas contrataron nuevos empleados. Los peores resultados se registraron en Holanda, ya que el 24 por ciento de las firmas despidieron trabajadores, Grecia (-20 por ciento) y España (-19 por ciento). Estados Unidos, en tanto, mostró una dinámica positiva: el 47 por ciento de las empresas encuestadas contrataron trabajadores. Además, el 38 por ciento de las firmas argentinas relevadas aumentarán su plantilla en el próximo año.
La economía de Argentina se beneficia de enormes recursos naturales, una población sumamente alfabetizada, un sector orientado a la exportación agrícola y una base industrial diversificada. Sin embargo, sus resultados económicos han sido muy desiguales a lo largo de la historia. A principios del siglo XX era uno de los países con mejores perspectivas del mundo, pero a lo largo de los años ha atravesado diversas adversidades y crisis que influyeron negativamente en la economía del país. En la actualidad, la República Argentina es considerada como una de las principales economías emergentes. A su vez, por su dimensión económica y experiencia en crisis económicas, forma parte del G-20 (grupo de los 20 países industrializados y emergentes).
Representación gráfica de los productos de exportación del país en 28 categorías codificadas por color.
Porcentaje de hectáreas dedicadas a cada cultivo (granos) en Argentina. Se puede ver como la soja (en verde) aumenta sostenidamente su presencia, mientras que todo el resto disminuye.
La producción de alimentos agropecuarios es, tradicionalmente, uno de los puntales de la economía argentina, principalmente la producción de granos (cereales y oleaginosas), que juntos constituyen la primera exportación del país. En particular la cadena de la soja en conjunto (porotos, semillas, aceite, pellets, harina y biodiésel) es, junto a la cadena del petróleo, la base de la actividad exportadora.
Por su parte la ganadería bovina, que aporta la materia prima para la industria de la carne, es un sector de gran importancia, con alrededor de 55-60 millones de cabezas, aunque en los últimos años, los cultivos de soja la han ido desplazando a tierras de menor valor. La carne vacuna es el principal componente de la dieta de la población.
Adicionalmente resulta de cierta importancia la producción de frutas y hortalizas, que contribuye con un 3% de las exportaciones y tiene importantes centros de producción en los valles patagónicos dedicados a la manzana y la pera, en la región noroeste productora de azúcar, cítricos y tabaco, en esta región está comenzando a destacarse la ganadería, sector que fue desplazado de la pampa húmeda por la imposición de la soja y otros comoditis, en la Mesopotamia productora también de cítricos y en Cuyo, donde a su vez se destaca una considerable producción agroindustrial del olivo, la uva y sobre todo de vino siendo el primer productor de vinos de América Latina y el quinto productor del mundo con 16 millones de hectolitros por año.[15]
El petróleo era la segunda exportación argentina. Monumento al obrero petrolero (popularmente conocido como "El Gorosito"), en Caleta Olivia, provincia de Santa Cruz.
Balancín de petróleo con un molino eólico de fondo, ambos iconos de la energía patagónica.
La organización que aglutina a las centrales sindicales del mundo elogia la experiencia argentina. Página/12 entrevistó a su titular, la australiana Sharan Burrow.
Por David Cufré
Desde Cannes
La única actividad oficial que desarrolló ayer Cristina Fernández de Kirchner a su llegada a Cannes fue recibir a la cúpula de la Confederación Sindical Internacional (CSI), una entidad que nuclea a 166 millones de afiliados en todo el mundo. El organismo fue creado en noviembre de 2006, a partir de la fusión de las dos corrientes sindicales globales, la Ciosl y la CMT. Gerardo Martínez, de la CGT, y Huyo Yasky, de una de las fracciones de la CTA, participaron de la reunión. La presidenta argentina se convirtió en la principal referencia de esta central de trabajadores a escala global, que la elogia desde que levantó la bandera de la defensa del empleo dentro de las cumbres del G-20. “El triunfo de su presidenta no es motivo de optimismo sólo para la Argentina, sino para los trabajadores del mundo, que reclaman el mismo modelo económico que ella está aplicando”, consideró la australiana Sharan Burrow, presidenta de la CSI, en un encuentro con la prensa argentina tras la charla de más de una hora con la jefa de Estado.
La CSI está manteniendo reuniones con distintos mandatarios antes del cónclave del G-20 para contrarrestar la presión de los mercados financieros en favor de las políticas de ajuste. Burrow y la cúpula de la entidad, incluidos los gremialistas argentinos, fueron recibidos ayer al mediodía en París por Nicolas Sarkozy, quien prometió acompañar el pedido de los sindicatos para que la cuestión laboral quede plasmada en el documento final de la cumbre. Cándido Méndez, secretario general de la Unión General de Trabajadores de España (UGM), sostuvo que hay pocos mandatarios que tengan tanta predisposición para “apoyar las posiciones de la CSI en el G-20” como CFK. “La experiencia argentina del pasado neoliberal, con el desenlace del funesto 2001, y la experiencia del presente, de crecimiento económico vigoroso e inclusión social, son ejemplos que se deben analizar en Cannes para que los países que ahora atraviesan la crisis saquen las conclusiones correctas”, sugirió. El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, sostuvo que el gobierno argentino volverá a plantear la necesidad de priorizar las políticas de empleo ante sus pares del G-20. El funcionario estuvo junto a la Presidenta en el cónclave con la CSI, del que también participaron la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el embajador argentino en Francia, Aldo Ferrer,
Uno de los temas tratados fue la propuesta de la CSI de imponer un impuesto a las transacciones financieras, idea que en paralelo es apoyada por los gobiernos de Alemania y Francia, pero a la que se oponen Estados Unidos e Inglaterra. “Nos dijo que le gustaría ver que se introduzca este impuesto a nivel global, pero que debe ir acompañado de un combate sincero de los paraísos fiscales, porque de lo contrario se produciría un arbitraje que terminaría socavando la solidez del tributo”, relató Burrow la respuesta de la presidenta argentina en este tema. Página/12 tuvo la oportunidad de mantener un diálogo en exclusiva con Burrow.
–¿Cuál es la expectativa de la CSI respecto de lo que pueda pasar en la cumbre del G-20?
–Creo que será un referéndum para los trabajadores del mundo. Veremos si gana la economía real y el empleo, y entonces empezamos a ver un horizonte de esperanza, o si se sigue imponiendo el sector financiero.
–¿Supone que podría haber estallidos sociales?
–Lamentablemente sí. Le hemos dicho hoy (por ayer) al presidente Sarkozy que si la gente no tiene esperanzas, y acá estamos hablando de empleo, de protección social y de confianza en los gobiernos democráticamente elegidos, la conflictividad social va a crecer. El riesgo de estallidos sociales está a la vuelta de la esquina.
–Usted estuvo en agosto en la Argentina. ¿Cuál es su evaluación de la situación laboral?
–Lo que alienta al optimismo en Argentina es que está siguiendo estrategias de crecimiento coherentes, focalizadas en el trabajo. Se concentra en impulsar la creación de empleos y en la protección social. La Presidenta, sus ministros y sus sindicatos saben que tienen desafíos por delante, pero hay un compromiso con el trabajo decente, con la economía sustentable y de ocuparse de cuidar de los más pobres. Ese es el mundo de dignidad que nosotros queremos ver. Cuando los mercados financieros les dicen a los gobiernos que recorten brutalmente los niveles de salarios, que reduzcan las jubilaciones, es porque quieren sacar ganancias a partir de las catástrofes de un país. Eso es inmoral. Su país tiene la valentía del liderazgo, que se alza para respaldar un modelo que pone a la gente en el centro. La voz de la Presidenta es un verdadero rayo de esperanza que ilumina el camino para los trabajadores de todo el mundo.