Rafael del Pino, EEUU | 27/12/2011
Amnistía Internacional y los Estados Unidos cometen el error de aceptar como fundados los argumentos del Gobierno cubano cuando envía a prisión a sus miembros de las Fuerzas Armadas o el Ministerio del Interior. Aceptar tácitamente que dichos individuos han sido sancionados por espionaje, terrorismo o el delito que mejor les cuadre a los gobernantes cubanos en dependencia de lo que esté de moda en el mundo, además de ser infantil es incompatible con la profesionalidad que deben tener los encargados de las relaciones exteriores en cualquier nación. La incongruencia, que también es aplicable a otros gobiernos de la Unión Europea y del resto del mundo, hace que los militares cubanos que disienten y que muestren su rechazo al régimen imperante sufran doblemente las consecuencias. En primer lugar por el ensañamiento de un régimen esencialmente militarista, que obviamente está dispuesto a castigar sin compasión a los miembros de sus filas que pueden poner en peligro la base de un poder sustentado en las bayonetas. Si Fidel Castro fue capaz de violar todas las leyes y códigos penales establecidos por su propio régimen, condenar a muerte y fusilar al más condecorado de sus generales —que ostentaba incluso el titulo de Héroe de la Republica de Cuba—, y no conforme con el escarmiento convoca a un juicio de “Honor” paralelo al proceso judicial, para que la mayoría del cuerpo de generales y jefes de las Fuerzas Armadas aceptaran y se comprometieran con el crimen, qué no sería capaz de hacer con los oficiales subalternos y los primeros oficiales que signifiquen un reto al poder de medio siglo. En aquella oportunidad lo que estaba de moda era la lucha contra el narcotráfico y el general Arnaldo Ochoa, sin haber llegado nunca a cometer el delito, fue condenado a muerte por algo que pudo haber ocurrido pero que nunca ocurrió. Son muchos los presos políticos provenientes de diferentes esferas de la sociedad cubana que abarrotan las cárceles cubanas. Gracias a la ardua labor de las organizaciones de derechos humanos se conoce en la mayoría de los casos las injusticias cometidas con estas personas, los procesos apañados y las vejaciones sufridas. Si he centrado este trabajo en los militares que sufren prisión es fundamentalmente porque, aunque sea difícil de creer, ese conglomerado humano que viste en Cuba el uniforme militar es uno de los más oprimidos y que más siente la asfixia y el agobio de la intolerancia y la represión. Instituciones armadas donde además de los arbitrarios códigos penales vigentes en la nación se han establecido reglamentos y órdenes interiores que dan potestad a los jefes superiores para destrozar la vida de cualquiera de sus miembros. El más significativo, indigno y despreciable de estas órdenes es el ordeno decimotercero de la Orden Numero 1 del Comandante en Jefe para las Fuerzas Armadas Revolucionarias y que esencialmente prohíbe y considera como graves delitos el mantener relaciones con familiares que no tengan vínculos con la Revolución así sean padres, hermanos o hijos. Que se tenga conocimiento ningún otro sector de la sociedad cubana está sometido a semejante arbitrio. Por eso, en estos momentos que se aproxima la visita del Papa a Cuba, debe reclamársele a la máxima figura de la Iglesia Católica que no pase por alto a los olvidados de siempre, que interceda por los cinco héroes que se pudren en la prisión de máxima seguridad del Guanajay. Cinco héroes que han sufrido lo indecible por oponerse a un régimen que aterroriza a todo un pueblo. 1. Rolando Sarraf Trujillo Oficial de Inteligencia del Ministerio del Interior, detenido el 17-06-1995, acusado de espionaje, condenado a 25 años. 2. Armando Medel Martín Al ser detenido el 14-01-1993 era Capitán de Inteligencia del Ministerio de las Fuerzas Armadas (MINFAR), fue acusado de espionaje y condenado a 20 años. 3. Douglas Faxas Rosabal Primer Teniente de Tropas Especiales de las Fuerzas Armadas al ser detenido el 27-08-2000. Encausado por piratería, portación y tenencia ilegal de armas, infracción de normas relativas al servicio de guardia combativa y hurto, condenado a 20 años. 4. Ernesto Borges Pérez Capitán y Primer Oficial Operativo de Contrainteligencia del Ministerio del Interior, fue detenido el 17-07-1998 y encausado por espionaje, su condena es de 30 años. 5. Claro F Alonso Hernández Al ser detenido el 20-02-1996 era oficial de inteligencia del Ministerio del Interior, fue acusado de revelación de secretos concernientes a la Seguridad del Estado y condenado a 30 años.