Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños CRISYOO !                                                                                           ¡ Feliz Cumpleaños maritos !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: Así terminó Yagoda, chupamedia de Stalin.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Anti-gusano  (Mensaje original) Enviado: 15/12/2012 04:48
¡Menos mal que no naciste en esa época Ruben!
 
 
 
 

Génrij Yagoda

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Guénrij Grigórievich Yagoda (en ruso Генрих Григорьевич Ягода, nacido Енох Гершонович Иегуда (Yenoj Gershónovich Ieguda) (7 de noviembre de 1891, Nizhni Nóvgorod - 15 de marzo de 1938, Moscú) fue el jefe de la policía secreta de la Unión Soviética NKVD entre 1934 hasta 1936.

Yagoda nació en el seno de una familia judía[1] y se unió a los bolcheviques en 1907. Después de la Revolución de Octubre, subió escalafones en la Cheka, la policía secreta anterior a la NKVD, convirtiéndose en el segundo al mando, después de Féliks Dzerzhinski en septiembre de 1923. Después de la muerte de Dzerzhinski en julio de 1926, Yagoda estuvo bajo el mando de Viacheslav Menzhinski, sin embargo, debido a la mala salud de este último, fue Yagoda quien tenía el control verdadero de la policía secreta al final de la década de 1920. El 10 de julio de 1934, dos meses después de la muerte de Menzhinski, Yagoda fue designado Comisario del Pueblo para Asuntos Internos, que le otorgaba control de la policía, incluyendo la secreta.

La personalidad de Yagoda era tachada como muy corrupta por otros líderes comunistas, que lo acusaban de ser un hombre lleno de vicios entre los que se encontraban las mujeres y las apuestas. Se cree que bajo órdenes de Stalin, Yagoda asesinó a su superior Menzhinski y luegó ordenó matar a Serguéi Kírov, quien fue asesinado en diciembre de 1934; este último asesinato fue uno de los detonantes de la Gran Purga.

Yagoda supervisó el Primer Juicio de Moscú y la posterior ejecución de los líderes soviéticos acusados, entre los que se incluía a Grigori Zinóviev y Lev Kámenev en agosto de 1936. En esos casos Yagoda cumplió fielmente las disposiciones de Stalin, aunque al inicio cometió errores, como aceptar que muchos de los acusados jamás habían discrepado políticamente de Stalin; ante ello el dictador soviético ordenó a Yagoda cambiar las declaraciones de los acusados si era preciso, para culparlos de algún crimen.

La lealtad de Yagoda a Stalin era incuestionable y ordenó el traslado de miles de presos políticos para la construcción del Canal Mar Blanco-Báltico en el norte de Rusia, cuidando que la mayoría de ellos pereciera por culpa de los maltratos, el frío, y la pésima alimentación, de forma que la prestación de mano de obra para los proyectos de Stalin cimentaba la influencia de Yagoda ante el dictador.

Sin embargo, la paranoia de Stalin durante la época de la Gran Purga también alcanzó a Yagoda, ya que el 16 de septiembre de ese mismo año Nikolái Yezhov lo reemplazó en el mando de la policía secreta y en marzo de 1937 el propio Yagoda fue arrestado. Se lo acusó de traición y de conspirar contra el gobierno en el último Juicio de Moscú en marzo de 1938.

Aleksandr Solzhenitsyn estuvo presente en el juicio de Yagoda y describió la impresionante confianza del acusado en que Stalin eventualmente lo perdonaría, llegando a describir cómo Yagoda se levantaba de su banquillo y gritaba suplicando clemencia al segundo piso de la galería como si el propio Stalin estuviera allí: "«¡A usted recurro! ¡Dos grandes canales he construido para usted ! »[2] ". Pese a estos ruegos, Yagoda fue declarado culpable y ejecutado el 15 de marzo de 1938.

Aleksandr Orlov relató una conversación que tuvo con Yagoda unos días antes de su ejecución, mientras esperaba en la prisión de Lubianka. Cuando Orlov lo preguntó si creía en Dios, Yagoda respondió: "De Stalin no merezco nada más que gratitud por mi leal servicio, de Dios merezco el más severo castigo por haber violado sus mandamientos miles de veces. Ahora mira donde estoy y juzga si existe un Dios o no..."

[editar] Referencias

  1. Gitelman, Zvi (1998, 2001). A Century of Ambivalence: The Jews of Russia and the Soviet Union, 1881 to the Present. Indiana University Press. pp. 112. 0-253-21418-1.
  2. Aleksandr Solzhenitsyn Archipiélago Gulag, Primera Parte - La Industria Penitenciaria, Capítulo 10 La Madurez de la ley, página 487


Primer  Anterior  2 a 3 de 3  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Marthola Enviado: 15/12/2012 05:04
Valgame este creyente en Dios !!
Fueron los hombres que hicieron justicia divina, la más excelente no me caben dudas de esto!
 
 

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Anti-gusano Enviado: 16/12/2012 04:55
Creo que acá se aplicó el famoso dicho "el que a hierro mata, a hierro muere" y es lo que no entienden los stalinistas, hasta que es demasiado tarde.


 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados