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General: Los jueces y los amos
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De: t-maria2  (Mensaje original) Enviado: 16/12/2012 18:52

América Latina

Los jueces y los amos

Su voto: Ninguno (10 votos)

El sistema de justicia en cada país del llamado Socialismo del Siglo XXI: un instrumento para perpetuarse en el poder.

Los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez; Bolivia, Evo Morales; y Nicaragua, Daniel Ortega.

La juez venezolana María Lourdes Afiuni cumplió con la ley y Hugo Chávez la hizo encarcelar. Afiuni tenía que pronunciarse sobre un detenido que llevaba tres años de prisión preventiva, el empresario Eligio Cedeño. La ley establecía un máximo de dos, de manera que lo puso en libertad, como era su deber. Chávez la insultó y aseguró que Bolívar la hubiera fusilado. Él se limitaba a encerrarla en una cárcel para mujeres que es algo así como la casa del Marqués de Sade.

Una vez en esa horrible prisión, algunos guardias violaron a la juez, resultó embarazada y perdió a la criatura. La señora tiene casi 50 años. Luego padeció cáncer y fue operada. Ante esa circunstancia, la condenaron a arresto domiciliario. Pero, para que no olvidara quién manda en el país, los chavistas atacaron a tiros el edificio en el que vive. Milagrosamente, nadie salió herido.

En Ecuador, el presidente Rafael Correa asegura que, como es el jefe del Estado, también es la cabeza del Poder Judicial y del Poder Legislativo. Nadie le explicó nunca que la clave del modelo republicano es la separación de poderes, los límites legales de la autoridad y el imperio de la ley. Por eso no le parecía extraño ni repulsivo que la sentencia que lo favorecía en su pleito contra el diario El Universo hubiera sido redactada por su propio abogado. Él es el dueño de la justicia.

Daniel Ortega, el presidente de los nicaragüenses, pone y quita jueces a su antojo. Escapó de la acusación de haber violado a su hijastra con la complicidad de un juez provisional que actuó con la velocidad de un carterista. Fue absuelto y liberado en una tarde inesperada y vertiginosa. Utilizó los tribunales para mantener a raya al expresidente Arnoldo Alemán y para amenazar al candidato Eduardo Montealegre. Para Ortega, el Poder Judicial no es una rama esencial del gobierno de la república, sino un instrumento de control político, amedrentamiento y castigo. Es como un palo con el que golpea o amenaza a sus adversarios.

En Bolivia sucede algo parecido. El presidente Evo Morales tiene (y ejerce) la potestad de nombrar a su antojo jueces y magistrados. En una oportunidad colocó a 18 de ellos en un mismo día. Lo llamó "una revolución judicial". Antes había demostrado lo que realmente cree de las leyes y de las reglas cuando les explicó a sus abogados que era función de ellos adaptar las normas a las decisiones que él tomaba. ¿No eran letrados? A él le tocaba hacer las trampas y a los abogados adaptar las leyes. Por eso, de acuerdo con una encuesta muy seria de Ipsos, el 80% de los bolivianos no cree en la posibilidad de obtener justicia en los tribunales. Los bolivianos son gente buena y resignada, pero no idiota.

Cuba es más sincera en este tema. Como parte de la tradición soviético-comunista, no se anda con memeces republicanas. La Constitución es muy clara: el Partido es la única fuente legítima de autoridad. El resto de las instituciones son bagazo de caña. El sistema judicial cubano se controla desde el Ministerio del Interior, especialmente en cualquier conflicto que roce la ideología, y las sentencias se dictan en función del interés político coyuntural. 

Un individuo puede ser condenado por los mismos hechos a 30 años, a 30 meses o a 30 días, de acuerdo con los intereses de la policía.

Al general Arnaldo Ochoa y al coronel Antonio de la Guardia, por ejemplo, los fusilaron en 1989 como parte de una estrategia encaminada a liberar a Fidel y Raúl Castro de la sospecha de que el narcotráfico era una tarea que tenía la aprobación del gobierno cubano. El código penal establecía seis años por el delito imputado, pero la inocencia de los jefes era más creíble si ejecutaban a los subalternos. Los mataron al amanecer.

¿Qué es el Socialismo del Siglo XXI? Una buena definición podía ser ésta: es un modelo de Estado en el que el Poder Judicial sirve para perpetuarse en el gobierno, para perseguir a los adversarios y para cercenar las libertades. Lo que ignoran quienes ejercen la autoridad de esta manera brutal e inescrupulosa es que la destrucción de la independencia de los jueces puede convertirse en un peligroso bumerán en el instante en que el viento modifique su dirección.

Cuando los jueces no obedecen las leyes, sino a los hombres, se comportan como los perros de presa. En el momento en que la correa cambia de manos, atacan a los antiguo amos.

Comentarios

Imagen de Anónimo

Siempre he pensado que lo más importante es implementar instituciones fuertes e independientes y no buscar un Mesías para presidente como estamos acostumbrados la mayoría de los países de Latinoamérica.

 

Imagen de Anónimo

CAM, muy oportuno tu artículo, considerando que el recién electo, democráticamente, presidente de Egipto se arrogó poderes faraónicos sobre el Poder Judicial, la Cristinita de Argentina está en embate contra el poder judicial de su país, por no aprobarle la ley mordaza contra la prensa. El Poder Judicial Brasileiro sigue consolidando su total independencia de los demás poderes del estado al condenar ejemplarmente, a altos miembros del poder ejecutivo y legislativo, a miembros del sistema financiero y empresarial, a altas penas de prisión por varios delitos de corrupción en la causa conocida como Mesalão. Por otro lado nosotros los cubanos estamos metiendo cabeza para la democratización de Cuba donde el Poder Judicial será el máximo intérprete y el máximo garante, entre otras cuestiones, de nuestra futura constitución democrática republicana. Por todo eso repito y agrego lo oportuno e importante de tu artículo, solo me resta darte “meus parabéns para você” CAM, COMENTARIO de Esopo.

Imagen de Ignacio Peralta

Jamás me he sentido más idefenso, más vulnerable y expuesto que en Cuba, a pesar de que debería ser todo lo contrario, pues usualmente el pais donde se nace produce sensación de protección y seguridad.

Y estas son experiencias propias, que he sufrido directamente, desde la misma adolescencia.

Montaner hace incapié en la importancia de la aplicación correcta y respetuosa de las leyes como condición indispensable para el buen funcionamiento de una sociedad organizada y próspera, de la preponderancia de las leyes por encima de los intereses particulares de una o un grupo de personas. Esto es absolutamente veridico. Y para ello, la independencia de poderes es básico. Crear un sistema judicial acorde al respeto a los derechos humanos y civiles reconocidos por instituciones y convenciones internacionales es vital para crear ciudadanos y pueblos libres, prósperos y felices.

 

Imagen de Anónimo

Los casos descritos por Montaner ponen de manifiesto la cruda realidad de América Latina, donde las economías parecen querer evolucionar de forma positiva y corregir las distancias que las separan de los países más avanzados del planeta, y sin embargo, la clase política dirigente representa un claro retroceso histórico en términos de libertades, democracia y respeto a los derechos humanos. Es difícil que electores complacidos con la mejoría económica vayan a votar en contra de quiénes desde el poder se atribuyen esos resultados. Por otra parte, el nuevo orden económico global alienta este tipo de comportamientos irrespetuosos con los derechos y garantías. La pregunta es ¿qué hacer? La respuesta es que bien poco. La democracia, si queremos ser respetuosos con las reglas del juego, es la que se debe encargar de poner las cosas en su sitio. Pero mientras, y hasta que ello ocurra, debemos estar preparados para este tipo de desmanes.

Imagen de Anónimo

Excelente. Y lo mejor de todo es que es veridico.

A ver quien dice lo contrario.



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