La inauguración de la línea ferroviaria de alta velocidad más larga del mundo espera relanzar la imagen del transporte ferroviario chino, tras los escándalos y las dudas sobre la fiabilidad que han asolado al sector en los últimos años. El primer "tren bala" salió esta mañana de Pekín rumbo a Cantón, en el sur del país, en el día del aniversario del nacimiento del líder de la revolución, Mao Tse-Tung.
El nuevo tren cubrirá un trayecto de 2.298 kilómetros entre la capital y el polo económico del sur del país en apenas ocho horas, es decir, tres veces menos que los medios de transportes utilizados hasta ahora. La velocidad media será de 300 kilómetros por hora y realizará 35 paradas.
Las primeras líneas de alta velocidad se estrenaron en China en 2007. Desde entonces, el país se ha dotado de la red más extensa del mundo, al cubrir más de 8.000 kilómetros en 2010, una cifra que el Gobierno prevé doblar antes de 2020, pese a los problemas de corrupción y seguridad destapados en los últimos años.
En julio del año pasado, el choque entre dos trenes de alta velocidad causó 40 muertos y unos 200 heridos en Wenzhou (en la provincia oriental de Zhejiang). Dos vagones cayeron desde el puente en que quedó detenido el convoy que fue embestido. Unos vídeos de pasajeros publicados en Internet mostraban fallos en la seguridad, aunque la investigación oficial achacó a un rayo la responsabilidad del accidente.