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General: Baltasar Garzón: "La izquierda sigue adormecida en sí misma"
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 04/01/2013 13:42 |
El exjuez, que critica a Zapatero por "defender las políticas del PP", arropa a Llamazares en el libro en el que analiza las causas de la crisis, y en el que llama a la "rebelión democrática"
IÑIGO ADURIZMadrid22/12/2012 13:41 Actualizado: 22/12/2012 14:57
Llamazares, Garzón y Mendi, este sábado, durante la presentación del libro del diputado de IU.EUROPA PRESS
La izquierda debe buscar en su propia casa las razones de la crisis por la que atraviesa en España, y no en las políticas, las actuaciones o el adoctrinamiento ideológico de la derecha. Esa es la tesis del exmagistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que este sábado ha considerado que "la izquierda sigue adormecida en sí misma", y que el "relajamiento" de esa izquierda a la hora de expresar sus planteamientos y alternativas "no es culpa de los gobiernos conservadores".
Y como ejemplo de esa deriva, el exjuez ha puesto a José Luis Rodríguez Zapatero. "No es agradable oír al anterior presidente del Gobierno todavía defender a ultranza las políticas que está defendiendo el PP. No me gusta oír eso porque hay otras alternativas", ha afirmado, en alusión a la entrevista que concedió el exjefe del Ejecutivo al programa Al Rojo Vivo, de La Sexta.
Garzón ya no esconde su afinidad personal y política con el diputado de IU Gaspar Llamazares, ni con el partido de este, Izquierda Abierta. Y tampoco tiene reparos en considerar a esta fuerza política como la que está llamada a ocupar en el futuro el hueco de la izquierda tradicional. Porque el exlíder de IU es, en su opinión, "coherente y claro en la defensa de sus ideas" y aporta la "frescura" necesaria de "quien busca nuevas iniciativas".
"Nos falta Melchor"
La sintonía entre ambos se ha escenificado este sábado durante la presentación de El Libro Rojo de Gaspar Llamazares (1001 Ediciones, 2012) que ha tenido lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. "Nos falta Melchor, lo hemos estado buscando", ha ironizado, ante la divertida escena navideña que hubiera supuesto juntar en un mismo acto a personas con los nombres de los tres reyes magos. Garzón es el autor del prólogo del ensayo del parlamentario, que analiza las causas de la crisis económica y política pero que, sobre todo, plantea algunas propuestas para que la izquierda pueda ser la que encauce la solución a tanto pesimismo en el horizonte.
El principal aspecto en el que ha afirmado coincidir con Llamazares es en la necesidad de que España se "desapegue" de EEUU y una sus lazos con latinoamérica, un continente que "está yendo hacia arriba con una dinámica política de sur-sur" y que, hoy en día, considera que Europa "no le aporta nada". Es allí donde Garzón realiza parte de su actividad profesional tras ser apartado de la carrera judicial en España, por investigar la corrupción ligada al PP instruyendo el caso Gürtel, y por tratar de esclarecer los crímenes más atroces de la dictadura de Franco.
"Es un libro de agitación para la rebelión democrática", ha explicado su propio autor, para que "las respuestas de los ciudadanos", aquellas que se están planteando en las distintas protestas sociales, se puedan reflejar en la "configuración" de un nuevo concepto de partido político, que, en su opinión, deberán ser alianzas "político-sociales". Porque Llamazares considera que las causas de la crisis "no son económicas, sino políticas", y tienen detrás un motivo "fundamental": "La brutal desigualdad".
Entrevista, a golpe de tweet
Una de las seis tesis que defiende en el libro -lejos de las 33 del Libro Rojo de Mao- tiene que ver, precisamente, con la "reivindicación de la política" frente a la "baja política" que demuestran los casos de corrupción y la política de decretazo del Gobierno. Además de la desigualdad, Llamazares cita a la "democracia de consenso" como una de las posibles causas de la desafección por la política. Aquella, que ha permitido que con el acuerdo del bipartidismo España siga siendo un país confesional, que no ha podido desarrollar un modelo federal o una verdadera democratización de la Justicia.
El libro está estrechamente relacionado con las nuevas tecnologías, las que han permitido según el parlamentario de IU, que al margen de las protestas habituales se esté dando "otra movilización ciudadana" en las redes sociales. El ensayo incluye una entrevista de José Francisco Mendi, realizada al diputado a través de Twitter. "Llamazares es twitter", ha afirmado el periodista, en alusión al carácter "cercano" del político y los más de 116.000 ciudadanos que siguen su cuenta en la mencionada red social.
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Tribuna:LA RENOVACIÓN DE LA IZQUIERDA
Aportaciones desde la izquierda transformadora
El autor defiende que la renovación de la izquierda no pasa por aplicar, con otro rostro, las recetas de la derecha
Para una fuerza política como IU, una Conferencia Política del PSOE que acepta ir bajo el rótulo 'socialistas ahora' invita, de partida, a la simpatía. Desde esa simpatía, y con toda la humildad, quizá sólo nos cabría añadir que sería deseable que ese lema continuase en el futuro. Es decir, que ese 'socialistas ahora' se completase con un 'socialistas también luego'. En otras palabras, socialistas en la Conferencia Política recientemente celebrada y socialistas en el debate sobre el estado de la nación; socialistas en la oposición y socialistas también donde y cuando se gobierne; socialistas en la reclamación de justicia para todos y socialistas cuando haya que trenzar los mimbres concretos de la justicia en situaciones de injusticia que lo reclamen. En definitiva, socialistas en las intenciones y socialistas en la praxis.
Nos preocupa que el PSOE piense que ellos solos se bastarán para desbancar al PP del Gobierno
La Conferencia Política del PSOE ha venido, un año después del triunfo de Zapatero en el último Congreso Federal, a asentar el liderazgo de su secretario general y a presentar ante los electores la imagen de un partido compacto. Nos preocupa, sin embargo, que su visión del necesario cambio en el Gobierno se haga desde el desconocimiento de la pluralidad de la izquierda y desde el convencimiento de que ellos solos se bastarán para desbancar al PP. Alejadas por ventura las sombras de las casas comunes, sólo articulando lo diverso y lo plural conseguiremos disputar a la derecha su actual preeminencia.
El documento inicial no hacía plena justicia al lema escogido y sólo las 2.000 enmiendas presentadas resituaron el debate en el campo de la izquierda. Tenemos que alegrarnos de que el PSOE, aparte de lograr cohesión interna, incorpore aspectos que en IU llevan siendo señas de identidad mucho tiempo: primarias, listas abiertas, paridad de géneros, limitación de mandatos, progresividad fiscal, reforma del Senado, federalismo, renta básica universal o reducción de la jornada de trabajo. Nos alegra saber que ya no estamos solos en estos empeños.
Pero las enmiendas no han podido trazar la cuadratura del círculo. La izquierda del PSOE no puede entrar 'ausente' de un debate con la dirección y 'salir ponente' sin que algunos goznes chirríen. Cuando menos, encontramos tres aspectos en donde se resiente la operación de sutura entre el documento inicial (en línea con el 'socialismo liberal') y las enmiendas, más acordes con un discurso cercano a los presupuestos de justicia y solidaridad propios de la izquierda.
En primer lugar, creemos que, pese a que no se vislumbre alternativa global inmediata, el capitalismo sigue siendo un sistema injusto basado en la desigualdad, la explotación del hombre por el hombre, la esquilmación de la naturaleza y la búsqueda privada del beneficio. El capitalismo genera contradicciones internas, distribuye desigualmente una riqueza que se genera socialmente y sitúa la explotación de personas y naturaleza como motores de su desarrollo. La izquierda no puede olvidar que ésta es la lógica de este sistema. Olvidar ese horizonte es caer, tarde o temprano, en la mera gestión del sistema sin perspectiva alguna de cambio. Y ya hemos visto en qué ha quedado el 'conservadurismo compasivo' de Bush, el 'capitalismo popular' de Thatcher o la 'globalización para todos' del FMI, la OMC o el Banco Mundial.
En segundo lugar, el PSOE peca de un error común a todas las fórmulas ligadas a la idea de 'tercera vía'. La izquierda no puede aceptar acríticamente la ruptura por parte de la derecha del pacto social de posguerra. Tras la II Guerra Mundial, una parte de la izquierda aceptó el liberalismo político a cambio de la implantación de los Estados sociales. Por eso tenía sentido la frase de Indalecio Prieto 'soy socialista a fuer de liberal'. Sin embargo, hoy, cuando todas las fuerzas políticas han aceptado la democracia liberal parlamentaria, hacer fe de liberalismo sólo significa hacer fe de liberalismo económico. En definitiva, la frase 'soy socialista a fuer de liberal' significa a comienzos del siglo XXI 'soy socialista a fuer de capitalista', lo que no deja de ser paradójico y propio de un eclecticismo carente de compromiso ideológico. No se puede gustar a todo el mundo sin riesgo de caer en un pozo de confusión. Más relevante es entender que la derecha, enmascarada en ese limbo llamado 'centro', ha roto su parte del contrato y se niega a mantener el Estado social y democrático que fue la garantía de la paz social en Occidente en los últimos cincuenta años. No es de extrañar que su desmantelamiento genere protestas que no se conocían desde 1968. Y no es extraño tampoco que se pretendan frenar esas protestas como hace un siglo: introduciendo policías y provocadores en las manifestaciones, dificultando su movilidad y criminalizando a los ciudadanos reivindicativos. Llegado el caso, también asesinando. Los jóvenes del 68 pusieron de manifiesto las contradicciones del modelo keynesiano de posguerra. El movimiento por otra globalización está haciendo lo mismo hoy con el capitalismo insolidario que padecemos.
Por último, la Conferencia Política del PSOE asume el debilitamiento del papel del Estado, pero no se compensa con la reclamación de instituciones en el ámbito europeo que satisfagan parecidas potestades reguladoras y redistribuidoras. Asumiendo un argumento neoliberal, se piden disculpas por la maldad estatal y se le deja abandonado en sus bondades. ¿Dónde la retirada del Estado ha mejorado la vida del conjunto de los ciudadanos? Vaciar las arcas del Estado a través de experimentos fiscales no contrastados pone en almoneda el único instrumento que, hoy por hoy, sirve para garantizar los contenidos de participación, redistribución y garantías ciudadanas de que gozan los españoles y españolas. El argumento 'competitividad frente a derechos' no nos pertenece. La Unión Europea debe ser la forma política que embride ese capitalismo desbocado que arrastra a los Estados nacionales hacia el pasado.
Hay en el documento final del PSOE todavía un excesivo ensimismamiento en la idea de que vivimos en 'una nueva sociedad'. Mucho tenemos que aprender del impulso solidario que han puesto en marcha los jóvenes al enfrentarse a la globalización neoliberal. ¿Quién ha enseñado a esos jóvenes a sacrificar su tiempo y su escaso dinero en protestar por un mundo mejor? No se trata, como indican las terceras vías, de captar a las clases medias dándoles más y exigiéndoles menos. Se trata de insistir en que, a largo plazo, las propuestas de la izquierda consiguen más sociedad, más solidaridad, menos incertidumbre y desarraigo.
No se puede hacer tabla rasa del pasado. No podemos ser futuro sin memoria. Mientras que el PP no duda en sostenerse sobre enemigos del sufragio universal como Cánovas del Castillo, la izquierda busca agónicamente fuentes que armen su pensamiento, inventando brebajes que, en mezcolanza, se tornan estomagantes bebedizos. Incorporemos, por supuesto, nuevas líneas de pensamiento, pero también recordemos a nuestros clásicos y nuestras tradiciones de emancipación.
No se trata, por tanto, sólo de recuperar la política (también el PP hace política), sino recuperar la política democrática y orientarla hacia esa sociedad moralmente superior que alumbra la idea del socialismo. Para ello necesitamos contar con una población que se transforme en una sociedad civil poderosa y dinámica. Los partidos de izquierda deben brindar instrumentos de análisis y hacer cierto su carácter constitucional de conformadores de la voluntad popular. Por el mismo motivo, deben olvidarse de gobernar a golpe de encuesta o movidos estrictamente por motivos electorales. De lo contrario, siempre estaremos a remolque del 'sentido común' que otros inventan. Si el interlocutor del PSOE es sólo el PP, como la política de pactos llevada hasta ahora indica, se corre el riesgo, como advertía Canetti, de terminar confundiéndose con el 'oponente'.
Tenemos temas suficientes para mostrar a la ciudadanía que poseemos otro modo de mirar y solucionar los problemas: en inmigración; en nuestra idea de Estado moral; en la apuesta por un crecimiento sostenible que destierre el deterioro del planeta y las crisis alimentarias; en la voluntad de frenar la voracidad del capital que desemboca en injusticias como las de Sintel. No tenemos ni queremos tener el patrimonio exclusivo de ese espacio, pero defenderemos que la renovación de la izquierda no pasa por aplicar, con otro rostro, las recetas de la derecha.
Con la misma humildad del principio, decimos al PSOE que compartimos el interés por aprender del Quijote, pues allí, entre bachilleres y Sanchos, también aparece un Cervantes indignado con la desigualdad. No olvidemos, pues, al ilustre manchego cuando añoraba, y no estaba loco, esa 'dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío'.
Aunque a tanto no anhelamos de inmediato, sigue siendo un buen horizonte para no confundir, en estos azorados tiempos, liberalismo con socialismo, a bálsamos y encantamientos con verdaderos remedios, ni a temibles gigantes con inofensivos molinos.Para una fuerza política como IU, una Conferencia Política del PSOE que acepta ir bajo el rótulo 'socialistas ahora' invita, de partida, a la simpatía. Desde esa simpatía, y con toda la humildad, quizá sólo nos cabría añadir que sería deseable que ese lema continuase en el futuro. Es decir, que ese 'socialistas ahora' se completase con un 'socialistas también luego'. En otras palabras, socialistas en la Conferencia Política recientemente celebrada y socialistas en el debate sobre el estado de la nación; socialistas en la oposición y socialistas también donde y cuando se gobierne; socialistas en la reclamación de justicia para todos y socialistas cuando haya que trenzar los mimbres concretos de la justicia en situaciones de injusticia que lo reclamen. En definitiva, socialistas en las intenciones y socialistas en la praxis.
La Conferencia Política del PSOE ha venido, un año después del triunfo de Zapatero en el último Congreso Federal, a asentar el liderazgo de su secretario general y a presentar ante los electores la imagen de un partido compacto. Nos preocupa, sin embargo, que su visión del necesario cambio en el Gobierno se haga desde el desconocimiento de la pluralidad de la izquierda y desde el convencimiento de que ellos solos se bastarán para desbancar al PP. Alejadas por ventura las sombras de las casas comunes, sólo articulando lo diverso y lo plural conseguiremos disputar a la derecha su actual preeminencia.
El documento inicial no hacía plena justicia al lema escogido y sólo las 2.000 enmiendas presentadas resituaron el debate en el campo de la izquierda. Tenemos que alegrarnos de que el PSOE, aparte de lograr cohesión interna, incorpore aspectos que en IU llevan siendo señas de identidad mucho tiempo: primarias, listas abiertas, paridad de géneros, limitación de mandatos, progresividad fiscal, reforma del Senado, federalismo, renta básica universal o reducción de la jornada de trabajo. Nos alegra saber que ya no estamos solos en estos empeños.
Pero las enmiendas no han podido trazar la cuadratura del círculo. La izquierda del PSOE no puede entrar 'ausente' de un debate con la dirección y 'salir ponente' sin que algunos goznes chirríen. Cuando menos, encontramos tres aspectos en donde se resiente la operación de sutura entre el documento inicial (en línea con el 'socialismo liberal') y las enmiendas, más acordes con un discurso cercano a los presupuestos de justicia y solidaridad propios de la izquierda.
En primer lugar, creemos que, pese a que no se vislumbre alternativa global inmediata, el capitalismo sigue siendo un sistema injusto basado en la desigualdad, la explotación del hombre por el hombre, la esquilmación de la naturaleza y la búsqueda privada del beneficio. El capitalismo genera contradicciones internas, distribuye desigualmente una riqueza que se genera socialmente y sitúa la explotación de personas y naturaleza como motores de su desarrollo. La izquierda no puede olvidar que ésta es la lógica de este sistema. Olvidar ese horizonte es caer, tarde o temprano, en la mera gestión del sistema sin perspectiva alguna de cambio. Y ya hemos visto en qué ha quedado el 'conservadurismo compasivo' de Bush, el 'capitalismo popular' de Thatcher o la 'globalización para todos' del FMI, la OMC o el Banco Mundial.
En segundo lugar, el PSOE peca de un error común a todas las fórmulas ligadas a la idea de 'tercera vía'. La izquierda no puede aceptar acríticamente la ruptura por parte de la derecha del pacto social de posguerra. Tras la II Guerra Mundial, una parte de la izquierda aceptó el liberalismo político a cambio de la implantación de los Estados sociales. Por eso tenía sentido la frase de Indalecio Prieto 'soy socialista a fuer de liberal'. Sin embargo, hoy, cuando todas las fuerzas políticas han aceptado la democracia liberal parlamentaria, hacer fe de liberalismo sólo significa hacer fe de liberalismo económico. En definitiva, la frase 'soy socialista a fuer de liberal' significa a comienzos del siglo XXI 'soy socialista a fuer de capitalista', lo que no deja de ser paradójico y propio de un eclecticismo carente de compromiso ideológico. No se puede gustar a todo el mundo sin riesgo de caer en un pozo de confusión. Más relevante es entender que la derecha, enmascarada en ese limbo llamado 'centro', ha roto su parte del contrato y se niega a mantener el Estado social y democrático que fue la garantía de la paz social en Occidente en los últimos cincuenta años. No es de extrañar que su desmantelamiento genere protestas que no se conocían desde 1968. Y no es extraño tampoco que se pretendan frenar esas protestas como hace un siglo: introduciendo policías y provocadores en las manifestaciones, dificultando su movilidad y criminalizando a los ciudadanos reivindicativos. Llegado el caso, también asesinando. Los jóvenes del 68 pusieron de manifiesto las contradicciones del modelo keynesiano de posguerra. El movimiento por otra globalización está haciendo lo mismo hoy con el capitalismo insolidario que padecemos.
Por último, la Conferencia Política del PSOE asume el debilitamiento del papel del Estado, pero no se compensa con la reclamación de instituciones en el ámbito europeo que satisfagan parecidas potestades reguladoras y redistribuidoras. Asumiendo un argumento neoliberal, se piden disculpas por la maldad estatal y se le deja abandonado en sus bondades. ¿Dónde la retirada del Estado ha mejorado la vida del conjunto de los ciudadanos? Vaciar las arcas del Estado a través de experimentos fiscales no contrastados pone en almoneda el único instrumento que, hoy por hoy, sirve para garantizar los contenidos de participación, redistribución y garantías ciudadanas de que gozan los españoles y españolas. El argumento 'competitividad frente a derechos' no nos pertenece. La Unión Europea debe ser la forma política que embride ese capitalismo desbocado que arrastra a los Estados nacionales hacia el pasado.
Hay en el documento final del PSOE todavía un excesivo ensimismamiento en la idea de que vivimos en 'una nueva sociedad'. Mucho tenemos que aprender del impulso solidario que han puesto en marcha los jóvenes al enfrentarse a la globalización neoliberal. ¿Quién ha enseñado a esos jóvenes a sacrificar su tiempo y su escaso dinero en protestar por un mundo mejor? No se trata, como indican las terceras vías, de captar a las clases medias dándoles más y exigiéndoles menos. Se trata de insistir en que, a largo plazo, las propuestas de la izquierda consiguen más sociedad, más solidaridad, menos incertidumbre y desarraigo.
No se puede hacer tabla rasa del pasado. No podemos ser futuro sin memoria. Mientras que el PP no duda en sostenerse sobre enemigos del sufragio universal como Cánovas del Castillo, la izquierda busca agónicamente fuentes que armen su pensamiento, inventando brebajes que, en mezcolanza, se tornan estomagantes bebedizos. Incorporemos, por supuesto, nuevas líneas de pensamiento, pero también recordemos a nuestros clásicos y nuestras tradiciones de emancipación.
No se trata, por tanto, sólo de recuperar la política (también el PP hace política), sino recuperar la política democrática y orientarla hacia esa sociedad moralmente superior que alumbra la idea del socialismo. Para ello necesitamos contar con una población que se transforme en una sociedad civil poderosa y dinámica. Los partidos de izquierda deben brindar instrumentos de análisis y hacer cierto su carácter constitucional de conformadores de la voluntad popular. Por el mismo motivo, deben olvidarse de gobernar a golpe de encuesta o movidos estrictamente por motivos electorales. De lo contrario, siempre estaremos a remolque del 'sentido común' que otros inventan. Si el interlocutor del PSOE es sólo el PP, como la política de pactos llevada hasta ahora indica, se corre el riesgo, como advertía Canetti, de terminar confundiéndose con el 'oponente'.
Tenemos temas suficientes para mostrar a la ciudadanía que poseemos otro modo de mirar y solucionar los problemas: en inmigración; en nuestra idea de Estado moral; en la apuesta por un crecimiento sostenible que destierre el deterioro del planeta y las crisis alimentarias; en la voluntad de frenar la voracidad del capital que desemboca en injusticias como las de Sintel. No tenemos ni queremos tener el patrimonio exclusivo de ese espacio, pero defenderemos que la renovación de la izquierda no pasa por aplicar, con otro rostro, las recetas de la derecha.
Con la misma humildad del principio, decimos al PSOE que compartimos el interés por aprender del Quijote, pues allí, entre bachilleres y Sanchos, también aparece un Cervantes indignado con la desigualdad. No olvidemos, pues, al ilustre manchego cuando añoraba, y no estaba loco, esa 'dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío'.
Aunque a tanto no anhelamos de inmediato, sigue siendo un buen horizonte para no confundir, en estos azorados tiempos, liberalismo con socialismo, a bálsamos y encantamientos con verdaderos remedios, ni a temibles gigantes con inofensivos molinos.
Gaspar Llamazares es coordinador general de Izquierda Unida.
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De: albi |
Enviado: 04/01/2013 17:06 |
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Cristina le entregó el DNI argentino a Baltazar Garzón
Se le otorgó la residencia temporaria en el país. El exjuez español se desempeña como asesor de una comisión en Diputados.
ASESOR. Ese es el cargo que desempeña Garzón en una comisión en Diputados.
La presidenta Cristina Kirchner le entregó el DNI argentino al exjuez español Baltazar Garzón. El exmagistrado se encuentra en el país, cumpliendo funciones de asesor de la comsión de Derechos Humanos en la Cámara de Diputados.
El Gobierno nacional le brindó la residencia temporaria a Garzón por espacio de un año, con posibilidad de renovarla, para que pueda llevar a cabo esta función en el país.
"Baltazar Garzón es un representante de una Justicia que no es solamente de los derechos humanos vinculados con las terribles dictaduras que asolaron en nuestros países. También lo es de los derechos humanos de segunda, tercera, cuarta, quinta generación que es el derecho a vivir con esperanza y con ilusión", destacó Cristina durante la Cadena Nacional.
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Baltasar Garzón: “Kirchner abrió la puerta para el final de la impunidad”
El ex juez español aseguró que la Argentina "es el único país del mundo" que enjuicia a los responsables de delitos de lesa humanidad en busca de la verdad y la "reparación de las víctimas", al tiempo que halagó al ex presidente.
31 oct, 2012
El ex juez español Baltasar Garzón aseguró hoy que la Argentina “es el único país del mundo” que enjuicia a los responsables de delitos de lesa humanidad en busca de la verdad y la “reparación de las víctimas” y sostuvo que el ex presidente Néstor Kirchner “abrió las puertas para el final de la impunidad”.
“Argentina es el único país del mundo donde el trinomio verdad, justicia y reparación, se cumple de verdad. No hay otro país que haya sufrido el horror del terrorismo de Estado y la persecución y que haya enjuiciado a los responsables, reparado a las víctimas y buscado y peleado la verdad”, graficó.
Garzón formuló los conceptos al disertar en la Cámara de Senadores de la provincia de Buenos Aires, en La Plata, en el marco de la Jornada “Memoria, Verdad y Justicia”, donde estuvo acompañado por el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda; el vicegobernador, Gabriel Mariotto, y la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
El jurista resaltó la “construcción de la memoria colectiva y la concientización” de los ciudadanos argentinos “que con esfuerzo y sin violencia removieron las conciencias para romper los muros de la impunidad”.
Aseguró que “más allá de las ideologías del auditórium que no las conozco ni me interesan, no sería de bien nacido si no se reconociera el mérito a Néstor Kirchner de haber abierto la puerta a la justicia y al final de la impunidad”.
Agregó que la credibilidad de los políticos en algunos países “deja mucho que desear”, aunque aclaró que en Argentina “se hizo una reivindicación por los derechos humanos y tiene que ser un ejemplo para los demás países en esta lucha”.
Consideró como una “dicha” haber podido contribuir a que la impunidad en Argentina fuera menor a partir de las investigaciones que realizó en España cuando era juez, aunque sostuvo que “sin el apoyo de las víctimas y las organizaciones de derechos humanos aquella aventura no hubiera sido posible”.
“En España hubo jueces que dieron todo para que el procedimiento acabara y fiscales que se negaron a investigar y que dijeron que fue una historia discutible, además de no contar con el apoyo del gobierno”, explicó.
Sin embargo, precisó que la investigación sobre crímenes de lesa humanidad “no fue para mí una carga judicial, sino una fortuna y una dicha que me marcó en la vida por las víctimas y no por la complejidad del caso”.
Garzón dijo además que la justicia “no se pide, sino se exige” y recordó que esa frase se la dijo a las Madres de Plaza de Mayo cuando lo entrevistaron en 1996.
El jurista se refirió también a la situación que atraviesa España “donde vivimos tiempos difíciles pero de esperanza, con una situación similar a la que vivió Argentina y que superó con fortaleza y con confrontación importante hacia los mecanismos internacionales de intervención”. “Por eso, me produce asco que se vivansituaciones como la que ocurre en Ghana con la Fragata Libertad. No las entiendo, no por ser inembargable, sino porque me parece repugnante que esos fondos de reptiles tengan el amparo de los jueces”, detalló.
Garzón recordó además que “nadie está por encima de la ley” y sostuvo que en ese sentido que “mucho menos las corporaciones que desde una posición económica desean controlar el ejercicio de derechos fundamentales”.
Por su parte, el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Martín Fresneda aseguró que “esta lucha en contra de la impunidad que ejerce esta nueva generación de la política es un modelo a seguir” y sostuvo que esta es una Argentina “que se esfuerza por incluir a todos, por la democratización de los medios y la lucha contra los monopolios”.
“Esta es un país consciente y que el próximo 7 de diciembre luchará para que todos cumplan la ley”, sostuvo y recordó que el 90 por ciento de los 70 estados presentes en la Convención de Ginebra “reconocieron que Argentina marcó una vanguardia en la lucha por los derechos humanos”.
En tanto, el vicegobernador Gabriel Mariotto aseguró que en los tiempos que atraviesa América Latina “con información que llega de todos lados y una justicia globalizada, la lucha de Garzón hace que sea admirada por su respeto a la garantía de los derechos humanos”.
Mariotto resaltó además que desde el Senado provincial se impulsaron una serie de leyes “para transformar y revolucionar a la justicia provincial y darle un cambio de matriz para justar las instituciones al Siglo XXI”.
Hebe Bonafini destacó la determinación política de Néstor Kirchner y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner porque consideró que la memoria “es una unidad entre la verdad y la justicia pero que se agranda con decisiones políticas”.
“Esto es respetar a aquellos pibes que venían a casa y que tenían razón en levantar esas banderas y nos dejaron esta responsabilidad y por eso Néstor Kirchner fue un hijo nuestro sentado en el Sillón de Rivadavia”, concluyó.
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El ex magistrado de la Audiencia Nacional de España estuvo en Mendoza y habló sobre la crisis económica de su país, sobre nuestra Ley de Medios y el caso Assange. Además manifestó su apoyo a Diego Lavado, abogado de DD.HH. de Mendoza que es víctima de una campaña de anónimos por las calles de la ciudad.
Horas antes de comenzar la ceremonia en la que la Universidad Nacional de Cuyo le otorgó el título de Doctor Honoris Causa y se le brindó el título de Ciudadano Latinoamericano, Baltasar Garzón tuvo tiempo para todo. Pidió un té con limón y miel, dialogó con periodistas, exigió como ciudadano la protección de Diego Lavado –es el referente de los derechos humanos que semanas atrás fue blanco de una campaña de afiches anónimos con leyendas que buscan desprestigiarlo– y se reunió con profesores y alumnos de la casa de estudios. Además se encontró con integrantes de organismos de derechos humanos, con quienes se abrió a un diálogo imperdible que sirvió para pasar revista a todos y cada uno de los temas que el deber ético de todo ciudadano demanda, tanto aquí como en España y en muchas otras latitudes donde se libran batallas similares por la consumación de los valores de justicia y el desarrollo de la democracia.
Predispuesto a seguir el pulso del debate político abierto en el país en torno a la Ley de Medios, Garzón recordó que en el año 1989 imputó a uno de los magnates de la comunicación –el italiano Silvio Berlusconi– por acumular más acciones en la propiedad de un canal de televisión español (Tele 5) que las permitidas por la legislación de ese país. Si bien el caso se desarrolló por varios años, no llegó a concluir en una condena ya que Berlusconi se convirtió en primer ministro italiano y entró a gozar automáticamente de inmunidad. Consultado sobre si este antecedente influyó de algún modo en su convicción de que los monopolios de la comunicación afectan a la democracia, Garzón respondió que “no influye este hecho más que otros en el sentido de que mi convicción viene desde hace muchos años, antes y después de Berlusconi, y se basa en que la acumulación de poder en un ámbito como el de la comunicación, en corporaciones empresariales, que diversifican sus productos y que defienden más sus propios intereses que el propio derecho a la información o al menos lo utilizan como un mero instrumento de poder frente a otros poderes, sin respetar las normas del juego democrático, son perversas para una democracia y para la garantía de esos derechos a la información veraz y la libertad de expresión”.
Intentando dar una visión matizada a la problemática, indicó que “es verdad que unas veces el poder político puede ser una dictadura o incluso tener una vocación expansionista sin límite que ataquen a esa libertad de información y de expresión, pero otras veces son las corporaciones las que establecen esas limitaciones en base a sus intereses, de ahí que deba haber una regulación de los medios, de la participación de esas corporaciones en el control de los mismos, y ello se puede hacer sin afectar al derecho fundamental que se trata de proteger. En el caso de la ley argentina coincido con la opinión del Relator para la Libertad de Expresión Frank Le Rue, se trata de una regulación que garantiza en unos y otros un acceso racional a los derechos. Lo que ocurre es que cuando se afectan intereses de determinados grupos que ya están consolidados, por supuesto, esto no va a ser bien recibido y a mí me parece bien, estamos en una democracia y lo que ocurre es que cuando alguien se siente perjudicado acude a los mecanismos que el Estado de Derecho establece con igualdad, lo que no significa que se deje de asumir la resolución que corresponda”.
Sobre la democracia española, Garzón habló sobre ese “baldón ignominioso que supone el no haber sido capaces de examinar nuestra propia historia, de enfrentarnos a la misma y de asumir que en España hay más de 150 mil víctimas de la post-guerra civil que no han recibido la reparación”.
Añadió que “son decenas de miles de personas que están enterradas en las cunetas, en los campos y que no han tenido siquiera la posibilidad por parte del Estado de recibir una muerte digna. La indignidad es la regla en un país que no es capaz de afrontar su propia historia y que al final, con cobardía, claramente procede contra el mensajero en vez de analizar qué es lo que nos ocurre. La realidad es que no está superada después de 70 años esa situación y que todavía hay gente que está defendiendo la dictadura en pueblos y en ciudades donde hay localidades cuyas calles aún se llaman Avenida del Generalísimo o bien calles que llevan el nombre de otras personas que fueron claramente criminales contra la humanidad, personas que masacraron civiles y desaparecieron gente. Este es un capítulo pendiente que tenemos y que a mí me da vergüenza como español y no lo digo aquí sino allí desde hace mucho y me ha costado la suspensión”.
Precisamente respecto de esa suspensión, Garzón abrió un largo paréntesis para exponer su situación que excede largamente lo que un expediente disciplinario pueda señalar. En sus palabras: “Para mí lo más importante ha sido la justicia y lo sigue siendo. Amo la profesión de juez, es verdad que soy un poco díscolo y contracorriente porque siempre he optado por la defensa de las víctimas, siempre, en todos y cada uno de mis casos. Eso no quiere decir que haya sido parcial, nunca se puede poner en la misma balanza a las víctimas y a los victimarios, ese es el más grave error de muchos jueces. La contraparte del victimario no es la víctima, la víctima no tiene nada que ver con el victimario, es la parte que debe ser protegida desde el Estado en todo caso, por supuesto, respetando la presunción de inocencia del victimario. Con esto lo que quiero decir es que a lo largo de mi vida profesional he hecho lo que he creído que he tenido que hacer en defensa de las víctimas, siempre dentro de una interpretación racional del derecho. Pero no me he quedado pasivo, algunos compañeros me decían que el problema es que yo adoptaba una actitud proactiva, y yo digo que efectivamente, frente al crimen nos tenemos que adelantar”.
Luego profundizó este contrapunto crucial en torno a la labor de un juez donde más de una vez ha tenido que rebatir que los magistrados sólo estén para reprimir y no para prevenir: “Esto de que a los jueces no nos corresponde prevenir sino reprimir no vale para el caso de crímenes masivos, yo creo que la obligación del juez es actuar según una clara vocación de futuro y estratégicamente para evitar que se produzca el mantenimiento de la acción criminal de la organización”.
Garzón se mostró dolido por la pérdida provisional de su carrera aunque aclaró que sigue siendo juez legalmente, aunque algunos ya lo tratan de “ex”. Dijo que seguirá peleando y exigiendo el cumplimiento de sus derechos que han sido violentados desde la más alta instancia judicial misma. En relación a este episodio contó que ha denunciado la situación del Tribunal Supremo Español y la ausencia de doble instancia: “Nunca se había recusado a doce magistrados. Yo los recusé y conseguí que se abstuvieran porque querían no sólo iniciar el procedimiento sino continuarlo y además juzgarme y decían que con imparcialidad, lo que por supuesto no era cierto. Al menos eso hemos avanzado. La fórmula de investigación inquisitiva con que a mí se me ha tratado no volverá a producirse nunca más en contra de otros jueces. Eso hemos adelantado, resta por ver si se podrá juzgar a un juez por interpretar la ley en forma racional, a cualquier juez que en adelante haga una interpretación que no sea ni exagerada ni loca, porque es respetada y acogida por al menos una parte de la doctrina jurídica nacional e internacional. Yo estoy peleando para que esto no se consume en mi caso y espero que una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos me sirva de protección”.
En cuanto a la crisis que atraviesa ese país, Garzón dijo no ser muy optimista sobre los cambios, ya que “la situación es muy grave tanto en lo económico como en lo político debido a la falta de credibilidad de gran parte de la clase política, lo cual está a la orden del día”.
Dijo al respecto Garzón: “Viven de espaldas a los ciudadanos y por tanto los ciudadanos también de espaldas a la política, definitivamente la situación caótica de la economía ha hecho que los ciudadanos salgan a las calles con una intensidad que no era conocida desde hace muchos años y que reivindiquen siquiera una explicación. Porque uno de los defectos graves es que se están tomando decisiones políticas que afectan a todos los ciudadanos y sin embargo se están haciendo de espaldas a los mismos sin ningún tipo de explicación. Eso puede suponer un quiebre inminente, que yo espero que sea para bien, ya que ante la falta de liderazgo el quiebre puede redundar en una reflexión profunda de todo el sistema capitalista”.
Para Garzón, “este no sólo es un capitalismo depredador sino totalitario donde las diferencias sociales van a más” y añadió que “si después de esta crisis económico-financiera impuesta por los mercados donde los bancos no han respondido todavía ni están siendo juzgados ni exigidos, no se producen cambios, de verdad que iremos mal. Yo creo que el cambio lo va a producir la sociedad civil, la indignación es algo que ya se palpa y yo creo que hay que potenciarla y no precisamente con medidas de agresión hacia los ciudadanos. Al contrario, hay que ver qué medidas se pueden tomar no tanto de austeridad sino de inversión, de generación de empleo, de otras posibilidades de la economía, no ya el simple seguimiento de lo que dicen los mercados que nadie sabe bien quiénes son”.
De Irak a Guantánamo. Al hombre que cimentó el concepto de justicia universal se le preguntó su opinión sobre si alguna vez veremos detenidos a los genocidas que perpetraron en el 2003 la invasión militar a Irak. “Es verdad que no es lo mismo pertenecer –siendo victimario– a un país de Tercer Mundo o pequeño o que no tenga importancia geoestratégica que pertenecer a un gran país o al país más poderoso de la Tierra. Con respecto a George Bush se iniciaron acciones contra él y otros responsables norteamericanos de la guerra de Irak y esas acciones no prosperaron, lo mismo ocurrió con las que se hicieron en Bélgica que incluían a Blair y a Aznar, ahora bien, si la responsabilidad penal en algún momento podrá desarrollarse es una pregunta que aguarda respuestas. En España está abierto el procedimiento por crímenes y torturas en Guantánamo y a pesar de todo, el Tribunal de la Audiencia Nacional ratificó la investigación”.
Garzón contó que según los papeles de WikiLeaks se hizo todo un montaje de personas que participaban del área judicial y del Ministerio Fiscal que habían tenido trato con los servicios de inteligencia de los Estados Unidos. Dicha relación era para “torcerle el brazo” al juez que investigaba Guantánamo, o sea, Baltasar Garzón.
El magistrado subrayó que “los de la embajada norteamericana dijeron que yo era un incontrolable e independiente de modo que todo ese montaje no iba a poder efectuarse. Esa revelación ocurrió cuando estaba pendiente la confirmación de la investigación de cuatro casos de tortura y nunca sabremos si influyó a favor o en contra ya que poco después la Sala Penal de la Audiencia Nacional confirmó la investigación y decidió que siguiera adelante esta causa en la que al menos se intenta que un poderoso tenga que rendir cuentas a la justicia”.
En cuanto a la Ley de Jurisdicción Universal, Garzón se lamentó porque en el mes de enero de 2009, mientras se trataba una ley menor que reordenaba los juzgados, con alevosía los dirigentes del Partido Socialista y el Partido Popular colaron una mala reforma de la jurisdicción universal afectando el hecho más importante de la democracia española. “Es llamativo que para este tipo de cosas que dan vergüenza, los dos partidos sí logren ponerse de acuerdo”, dijo Garzón, quien luego pasó a relatar que en el 2003 llegó a arriesgar su carrera profesional por adherir a las manifestaciones activas en contra de la guerra de Irak. Rememoró la secuencia de esos hechos para finalmente apuntar algún grado de “avance” entre tantos retrocesos que presenta la democracia española: “Para mí esa guerra era ilegal, inmoral e ilícita, por dichos principios me incorporé a las manifestaciones activas, publiqué dos artículos, uno especialmente duro dedicado a los presidentes Bush, Blair y Aznar, y posteriormente me subí a un escenario por pedido de mi hija para proclamar ‘No a la guerra’. Eso me supuso consecuencias inmediatas ya que se abrieron dos expedientes del Consejo del Poder Judicial con petición de suspensión de mi carrera. Al tiempo, cuando pedí la presidencia de la Sala Penal de la Audiencia Nacional me lo rechazaron precisamente por ese antecedente. Ahora bien, yo lo hice con total convicción y asumiendo las consecuencias y debo decir que finalmente la libertad de expresión se impuso por primera vez en un juez y que sirvió también ese hecho de precedente para que un juez en España, siempre que no sean los asuntos sobre los que uno tiene que tomar parte, puedan emitir su opinión sin riesgo a verse excusados o que tengan que abrirse expedientes de sanción a su tarea”.
La línea de las convicciones. Dice Garzón que muchos le cuestionan su derecho a defender a personas, concretamente que defienda al creador de WikiLeaks, Julian Assange, enfrentado al poder de los Estados Unidos luego de las filtraciones de documentos secretos que comprometen la acción de ese país. Frente a lo que él responde que lo defiende en forma altruista y que “cada uno tiene que seguir la línea que sus convicciones le mandan”.
Según el magistrado español, el caso Assange es realmente importante porque ahí sí que está en juego la libertad de expresión y la de información. “Surge de forma clarísima que están en juego estos derechos al perseguir a una persona por haber dicho lo que otros muchos han hecho y además el hecho evidente de que fueron grandes periódicos del mundo los que publicaron y siguen publicando dichas revelaciones y a nadie se le ha ocurrido procesar ni al director del New York Times, del Washington Post o de The Guardian, Le Monde o El País de España, siendo que todos ellos optaron en su momento por publicar los papeles de WikiLeaks”.
“Todos sabemos lo que significa ser declarado enemigo de los Estados Unidos”, dijo Baltasar Garzón, y añadió: “Cuando esto acontece la presión se exhibe no sólo a todo su entorno sino incluso a su defensa, dando señales evidentes de que algo grave está ocurriendo en el sentido de una persecución política. Esta fue la razón por la que me incorporé a la defensa, lo hago porque creo que según la forma en que se decida este caso vamos a ganar o vamos a perder en el ámbito de la libertad de expresión y del valor político de la información, en tanto el poder puede imponer efectivamente limitaciones a la publicación de secretos o no tan secretos –algunas revelaciones dan más bien pena ya que evidencia que tanto dinero invertido en servicios de información que luego se dedican a averiguar si tal o cual se calza con el pie izquierdo o con el pie derecho”.
En cuanto a la situación reconoció que es bastante tensa y la describió de la siguiente manera: “Si aguanta Julian Assange esta situación cada vez más delicada para su propia salud psicológica y física –no por mérito del gobierno de Ecuador que está portándose con gran altura sino por las condiciones en las que está que son peores que una prisión– acabaremos ganando. Espero que no sea como el caso Haya de la Torre, que estuvo en la embajada colombiana y al final hubo una solución diplomática, aunque luego de cinco años”.
Quiso añadir Garzón que “Julian Assange no es santo de devoción de mucha gente y se ha realizado una campaña durísima en contra del mismo tanto en Suecia como en otros países, pero la línea de defensa que yo llevo no es la de justificar lo que haya hecho Assange en Suecia, aun cuando yo tengo mi propia versión del hecho y sobre la inconsistencia de las acusaciones, sino la de decir que tiene que responder ante las autoridades suecas y no hay ningún miedo a que así se produzca. Estoy seguro de que Assange va a defenderse bien en su país y que el caso se va a caer porque nunca se debió incoarse ya que hay aspectos oscuros, el tema es que lo que no queremos es que haya una garantía de que mientras este proceso se realice no haya una reclamación por parte de Estados Unidos que avanza basándose en un procedimiento secreto donde la acusación es de traición, vienen a utilizar una ley de 1917 que viene de la época del macartismo”.
Finalmente Garzón expresó que “la preocupación es que no se produzca una situación irreversible, esto es, que se logre compatibilizar el requerimiento de la Justicia sueca y que se reconozca su derecho humano de asilo ya que hoy nos encontramos ante una situación absolutamente paradójica: tiene reconocido un derecho humano, no puede renunciar al mismo, quiere que le juzguen con unas garantías y quienes tienen que decidir –Gran Bretaña y Suecia– no lo hacen, a esta situación realmente kafkiana y laberíntica estamos tratando de encontrarle una salida racional. Para ello acudiremos a todas las instancias y apoyaremos todas las iniciativas que el gobierno de Ecuador tome para garantizar la integridad y los derechos del señor Julian Assange”
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Opinion
Los motivos de una distinción
Por Arturo Somoza
Rector de la Universidad Nacional de Cuyo
Es esta una oportunidad para hacer algunas reflexiones sobre una temática a la que Baltasar Garzón ha dedicado su vida, la cual es la JUSTICIA. Una Justicia que merece ser escrita en mayúsculas y ser subrayada, en tanto es derecho y responsabilidad de todos los seres humanos, si bien algunos renuncian voluntariamente a su ejercicio soberano y otros son obligados a ello. En la búsqueda milenaria de este valor, la sociedad ha desarrollado instrumentos específicos para su tutela, especialmente el Poder Judicial, que en el devenir de los últimos tiempos ha tenido momentos memorables, tanto por virtud como por vicio.
Nuestra Universidad, la más importante del oeste argentino, con setenta y tres años de vida es testigo de ello, y un hecho muy reciente nos ilumina. Luego de veintiséis años de litigar contra un intento de usucapión sobre el dominio público del Estado, y con la cuesta arriba de sentencia desfavorable en primera instancia y en Cámara, la Corte Suprema de Justicia de la Nación reconoció la imprescriptibilidad del dominio público del Estado, dándonos la razón y devolviéndonos confianza en este poder público, integrado por profesionales que nosotros tenemos responsabilidad de formar.
Pero la JUSTICIA de ninguna manera se restringe a la vulneración de los derechos particulares de los ciudadanos y de las instituciones, sino que tiene una dimensión superior, que es la del derecho de los Pueblos. Cuando los Gobiernos no se parecen a sus Pueblos y dominan los intereses de círculo, sobrevienen los ajustes, la pérdida de los derechos al trabajo decente, a la vivienda propia, a la educación y a la soberanía alimentaria, y el incremento de la xenofobia y la intolerancia a la diversidad.
Los Pueblos Latinoamericanos hemos sufrido estas calamidades y estamos adquiriendo la resistencia genética a la injusticia, y vemos con dolor que en otros países, que aparentaban inmunidad a estos males, hoy se vive el mismo proceso con llamativa coincidencia en la hoja de ruta.
A nosotros la experiencia nos sirvió para afirmar nuestra identidad, que como decía se ha incorporado genéticamente a nuestro soma. Permítaseme la licencia discursiva de una figura biológica, ya que la ciencia viene descubriendo cada vez más caracteres hereditarios no vinculados al ADN. Nuestra identidad cultural latinoamericana es hereditaria y se porta en la piel, ya que no depende del ADN de nuestros ancestros, sean estos de origen indígena, africano, asiático o europeo. Somos hoy el principio de una raza universal, que pretende construir un mundo de paz, solidaridad, trabajo y armonía.
Reconociendo en su lucha estas características, es que además de otorgarle el Doctorado Honoris Causa, le brindamos a Baltasar Garzón la ciudadanía latinoamericana.
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El Congreso argentino ovaciona al ex juez Baltasar Garzón
Garzón recibe un aplauso cerrado en compañía de las Madres de la Plaza de Mayo. | Reuters
- 'Nos honra con su presencia', ha dicho la presidenta Cristina Fernández
La Asamblea Legislativa de Argentina ha ovacionado en la apertura de sus sesiones ordinarias al inhabilitado juez Baltasar Garzón, de visita en Buenos Aires.
"Nos honra con su presencia", ha dicho la presidenta argentina, Cristina Fernández, al nombrar a Garzón en el inicio de su discurso de apertura del nuevo período parlamentario.
Parlamentarios e invitados, puestos en pie, han brindado un aplauso cerrado a Garzón, expulsado el pasado 20 de febrero de la carrera judicial tras haber sido juzgado y condenado a 11 años de inhabilitación por haber ordenado escuchas de conversaciones entre los acusados de corrupción en el caso "Gurtel" y sus abogados.
El magistrado fue absuelto el pasado 27 también por el Tribunal Supremo español que le juzgó asimismo por supuesto delito de prevaricación por haberse declarado competente para investigar los crímenes del franquismo.
Garzón, que ganó fama internacional por ordenar la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet y por procesar a algunos represores argentinos, se reunirá hoy en Buenos Aires con víctimas de las dictaduras argentina y española.
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Garzón, amigo, bienvenido
Por Antonia García Castro
“Soy nieto de un desaparecido. Mi abuelo se llamaba Emilio Silva Faba. Lo mataron a tiros junto a otras trece personas y lo abandonaron en una cuneta a la entrada de Priaranza del Bierzo. Todas sus honras fúnebres consistieron en un agujero y unas palas de tierra bajo las que todavía hoy están sus restos (…)”. Con estas palabras se iniciaba un artículo escrito por Emilio Silva Barrera, publicado en La Crónica de León, el 8 de octubre del año 2000 y cuyo título era “Mi abuelo también fue un desaparecido”. Un desaparecido de la guerra civil española asesinado el 16 de octubre de 1936.
Esa historia, la que lo involucra en calidad de nieto, siendo a la vez una historia colectiva que lo moviliza en tanto ciudadano, Emilio Silva la ha contado posteriormente en un libro escrito en colaboración con Santiago Macías (Las fosas de Franco) y, puntualmente, como presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica. Es una suerte que el artículo en que explicita los inicios de su búsqueda –y sus hallazgos– pueda todavía ser leído en Internet, y que la misma herramienta permita compenetrarse con las actividades de la Asociación. Junto con recomendar la lectura del texto completo, quisiera llamar la atención sobre el título.
“Mi abuelo también fue un desaparecido”. En el contexto en que fue escrito el artículo, ese “también” parecía sugerir un apéndice. Hoy lo podemos oír con toda claridad. “Un desaparecido… como los de Chile, como los de Argentina, como todos aquellos que han motivado la intervención de la justicia española en pos de juzgar a los responsables de muertes sin nombre”.
Dos años antes había ocurrido algo impensable, algo que quizás le hizo pensar a Paco Ibáñez –que en estos días visita nuestras tierras– que todavía había locos en España… Por orden del juez Baltasar Garzón, el general Augusto Pinochet había sido detenido en Londres. ¿Quién podría olvidarlo? Sucedió el 16 de octubre de 1998. Sesenta y dos años después de los hechos narrados por Emilio Silva Barrera.
La apertura de las fosas de Franco a inicios de los años 2000 trajo consigo múltiples repercusiones. Para muchos fue sin duda un momento de toma de conciencia. Debates que hasta entonces no se habían dado, se dieron, impulsados en este caso por los nietos. Esa fue la filiación española. Una cronología larga. Una historia que tuvo que contar con el miedo y el silencio de gran parte de los hijos que, a su vez, intentaron proteger a sus propios hijos… es decir, a los nietos de los republicanos asesinados. Hubo diversas publicaciones, películas, reportajes e investigaciones que permitieron tomar la medida de lo vivo que estaban aún los recuerdos… y los temores. Particularmente en algunos pueblos donde ejecutores y ejecutados podían haber sido ser parientes, en todo caso, vecinos.
Esa fue la realidad que el juez Garzón quiso investigar y se declaró competente para hacerlo. El asunto sucedió, en armoniosa simetría, un 16 de octubre de 2008, diez años después de la detención de Pinochet en Londres. Cabe lamentar que Borges ya no esté entre nosotros para enhebrar destinos y decirnos, a su modo tan especial, tan profundo, qué tipo de historia se teje y se desteje entre los hombres que luchan revelando misterios. Buscando el muerto. Los muertos. No sólo los asesinos.
Más allá de las fechas, de las posibles o imposibles coincidencias, resulta llamativa la manera en que, todos estos años, no solamente se ha exportado lo atroz sino también diversos tipos de aprendizajes: gestos, rituales, casi se podría decir una coreografía política que no sólo busca denunciar sino reencontrar. Un cuerpo, un nombre, una historia. La propia historia.
Como es sabido, esta voluntad del juez Baltasar Garzón de investigar los crímenes del franquismo desembocó en una cruenta sanción que puso un término a su carrera judicial. Actualmente se desempeña como asesor del Tribunal Penal Internacional de La Haya. Y también como asesor de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la República Argentina. La noticia se hizo pública en el mes de marzo. Hubo ese mes un homenaje en el Congreso que contó con la presencia y las palabras de la Presidenta de la República. Vinculado con estos hechos, hace unos pocos días, Garzón recibió en Buenos Aires un DNI argentino. El documento le fue personalmente entregado por Cristina Fernández de Kirchner, quien dijo en esa ocasión:
“Baltasar Garzón nos ha hecho el honor de pedir su residencia aquí, en la República Argentina, y también como un representante de una justicia que no es solamente de los derechos humanos vinculados con las terribles dictaduras que asolaron a nuestros países, sino que habla de los derechos humanos de segunda, tercera, cuarta, quinta generación, como le llaman, y que yo lo sintetizaría en el derecho a vivir con esperanza y con ilusión”.
No es el menor de los méritos de los últimos gobiernos argentinos haber hecho posible –junto con las diversas luchas, reformas y acciones emprendidas– un nuevo lenguaje político. Una manera de decir que nos conecta con otras historias, otras épocas, otros hombres y otros idiomas. “Le bonheur est une idée neuve en Europe”. Así dijo Saint-Just. “La felicidad es una idea nueva en Europa”. Extrañamente, la esperanza y la ilusión también lo son hoy en América. En sentido amplio, claro. Y no es precisamente un asunto de retórica o sí… si por retórica se entiende algo más que la forma: el arte de definir y comunicar con palabras lo que se busca, lo que se quiere, lo que motiva, aquello que dirige una acción.
En las últimas entregas se ha abordado especialmente el tema de los espacios políticos. La cuestión de la escala. ¿Cuál sería finalmente la escala correcta de la cosa política? Por supuesto no hay una respuesta. No hay una sola respuesta. Reflexionar sobre lo más pequeño, sobre micropolítica y lo que puede y no puede un simple ciudadano en los espacios en que se define como competente y soberano, no impide reflexionar sobre las otras escalas. Al contrario, lo interesante es poder confrontar lo infinitamente pequeño con lo infinitamente grande… Volviendo a Garzón, es probable que él también haya sido un ciudadano aquejado por lo que se puede y lo que no se puede. Me dirán: “pero bueno… él es Garzón”. Pasa que Garzón sólo fue Garzón el día en que traspasó ciertos límites. Y traspasándolos nos hizo a ver a muchos que esto de lo posible y lo imposible nunca está totalmente definido de antemano.
En estos días, acá, allá, en los más diversos territorios, la justicia sigue siendo un ámbito de disputas, de combates y, en ocasiones, de una forma de esperanza. Mientras esto sucede, otros o los mismos, siguen desenterrando. Algunos se llaman Baltasar, otros Emilio, Santiago, Juana, Lorena, Mireya, Pablo, Luisa, Juan o Diego. En ese ir y venir de la historia, hay gestos que abarcan, gestos que son como abrazos que integran a conocidos y desconocidos. Desde esa perspectiva abarcadora vuelve a cobrar sentido la palabra amigo. Y bienvenido.
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De: albi |
Enviado: 04/01/2013 17:37 |
Garzón, amigo, bienvenido!!!
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