Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
¡ Feliz Cumpleaños silentxtasy !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: STALIN : SU LEGADO HISTÓRICO .-
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 12 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 13/01/2013 15:37
 

EL LEGADO HISTÓRICO DE STALIN 

Por: José Sotomayor Pérez

Stalin es considerado como clásico del marxismo leninismo por su contribución teórica y por el rol decisivo que jugó, tanto en la construcción del socialismo, como en la derrota del fascismo y el nacimiento del campo socialista. Su obra escrita, hasta 1934, ha sido editada en 13 tomos. No pudo continuarse por ordenes del grupo revisionista que usurpó el poder del Partido y el Estado en la Unión Soviética. Es bien conocida su obra teórica escrita en su juventud “¿Anarquismo o Socialismo?”, en la que hace un deslinde con todas las corrientes pequeño burguesas seguidoras de Kropotkin. En esta obra Stalin expone y desarrolla el socialismo científico, demostrando que solo son revolucionarios y socialistas auténticos, los marxistas que reconocen la necesidad histórica de la dictadura del proletariado. A comienzos de1913 Stalin escribió su clásica obra “El marxismo y la cuestión nacional”. Cuyos principios y fundamentos sirvieron mas tarde para la organización e instauración de la URSS.

Después de la muerte de Lenin, ocurrida a comienzos de 1924, le tocó a Stalin rechazar y derrotar a todos los capituladores, conduciendo al pueblo soviético por el difícil camino de la construcción del socialismo. Fue esta una gesta en la que Stalin se reveló como un gigante del pensamiento y la acción revolucionaria. En la tarea de poner al desnudo y derrotar ideológicamente a la oposición contrarrevolucionaria, jugaron un rol de enorme importancia las obras de Stalin tituladas: “Fundamentos del leninismo”, “Las Cuestiones del leninismo”, “La Revolución de Octubre y la Táctica de los comunistas rusos”, “Sobre la Desviación derechista en el PC (b) de la URSS”, “Sobre el Materialismo dialéctico y el Materialismo histórico”. Estas obras fueron de capital importancia para desenmascarar a trostkistas, zinovievistas y bujarinistas, furiosos opositores a la construcción del socialismo que terminaron poniéndose a órdenes de Hitler.

Los Informes de Stalin a los Congresos del PC(b) de la URSS – desde el XIII al XVIII – dieron la línea general de la construcción del socialismo y la preparación del gran país soviético para repeler y derrotar a cualquier agresor. Estos Informes constituyen hoy en día verdaderos tesoros político-ideológicos que deben ser estudiados por todos los que quieran conocer como y en qué condiciones fue edificado el socialismo en la URSS. Es en su Informe ante el XVIII Congreso, realizado en 1939 que Stalin hace una contribución teórica de enorme importancia sobre la doctrina marxista del Estado, fundamentando las causas por las cuales en un país cuyo modo de producción es comunista, el Estado subsistirá si acaso se encuentra rodeado de países capitalistas.

Durante los años de la Gran Guerra Patria de la Unión Soviética, Stalin demostró un excepcional talento militar. Bajo su dirección el Ejército Rojo derrotó a las engreídas e “invencibles” fuerzas armadas de Hitler. A la “blitzkrieg” (guerra relámpago) germano fascista le opuso la doctrina del repliegue, la acumulación de reservas y la contraofensiva, saliendo finalmente victorioso y salvando al mundo de la dominación nazifascista.

En las conferencias de Teherán, (1943), Yalta y Postdam (1945), Stalin defendió con extraordinaria habilidad y firmeza el derecho de los pueblos, víctimas de la agresión hitleriana, a la autodeterminación. Fue así que pudieron surgir las democracias populares del Oriente europeo. Es necesario, de otro lado, hacer hincapié y recalcar que sin el triunfo de la Unión Soviética y sus aliados en la Segunda Guerra mundial, no hubiera sido posible el triunfo de la revolución china, ni la de Corea ni menos la del Vietnam. El nombre de Stalin está inseparablemente ligado a la construcción del socialismo, la derrota del nazi fascismo y el surgimiento del campo socialista que abarcó un gigantesco territorio, desde el centro de Europa hasta el extremo sudasiático.

Después de la Segunda Guerra mundial Stalin publicó dos obras que constituyen auténticos aportes al desarrollo del marxismo leninismo: “El marxismo y los problemas de la lingüística” en 1950 y “Los problemas económicos del socialismo en la URSS” en 1952. En la primera, Stalin hace un enfoque científico, marxista de la lingüística, refutando la concepción errónea que consideraba a la lengua como parte de la superestructura de la base. Igualmente explicó y fundamento por qué la lengua no puede tener carácter de clase, como pretendía la escuela de N. Y. Marr.

“Los problemas económicos del socialismo en la URSS”, es una obra que ha cobrado enorme importancia después del derrumbe del campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética. Ya el Che Guevara señaló que el estudio de este trabajo científico de Stalin, servía para comprender el carácter restaurador de la economía soviética de los tiempos de Jruschov y sucesores. Una de las tesis básicas que sostiene Stalin es que, el avance de la economía socialista, al comunismo es imposible si no se restringe gradualmente la economía mercantil. El revisionismo afirmó que este es un error y estimuló a fondo la economía de mercado hasta restaurar el capitalismo. El revisionismo restaurador del capitalismo hizo mucha bulla sobre la importancia de las relaciones mercantil dinerarias en el socialismo, Los resultados los conocemos.

En la actualidad tiene enorme importancia la ley del capitalismo contemporáneo formulada por Stalin en los siguientes términos: “Los rasgos principales y las exigencias de la ley económica fundamental del capitalismo moderno podrían formularse, aproximadamente, como sigue: asegurar el máximo beneficio capitalista, mediante la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes del país dado; mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos de otros países, principalmente en los países atrasados, y, por último, mediante las guerras y la militarización de la economía nacional, a las que se recurre para asegurar el máximo beneficio”.

El conocimiento de esta ley nos permite explicarnos el por qué de los conflictos y las contradicciones del mundo contemporáneo. La política guerrerista y aventurera del imperialismo yanqui se encuentra impulsada por la ley que persigue asegurar el máximo beneficio al capital monopolista. Esta ley es la que, en el fondo, empuja a tan siniestro imperialismo a su frenética carrera armamentista y al despliegue de sus fuerzas armadas en todo el mundo preparándolas para una Tercera Guerra mundial.

"Los Problemas Económicos del Socialismo en la URSS”, Stalin formula otra ley económica de enorme importancia: la ley económica fundamental del socialismo. “Los rasgos esenciales y las exigencias de la ley económica fundamental del socialismo podrían formularse, aproximadamente, como sigue: asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada”.

Queda meridianamente claro que, mientras la ley económica del capitalismo moderno (capitalismo salvaje), asegura los beneficios máximos al capital; la ley económica fundamental del socialismo asegura la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales de la sociedad. Es fácil comprender las razones que tuvo el revisionismo, restaurador del capitalismo, para prohibir la publicación y divulgación de “Los problemas económicos del socialismo en la URSS”, obra realmente clásica del marxismo leninismo.

Solo reaccionarios y revisionistas encallecidos pueden negar que Stalin, junto con Marx, Engels y Lenin, representan el pensamiento clásico de la ciencia marxista leninista.

1953-2003

50 años de la muerte de José Stalin

La leyenda negra sobre Stalin no sólo no terminó con su muerte en 1953 sino que fue justamente entonces cuando se infló con las más groseras falsificaciones históricas. Y de nuevo fueron quienes habían aparentado ser sus más próximos colaboradores los que, como buitres, se lanzaron a devorar su memoria.

No habían pasado tres años de su muerte cuando en febrero de 1956, en una sesión nocturna del XX Congreso del PCUS, Jruschov pronuncia por sorpresa un discurso conteniendo un balance de la etapa soviética anterior. El informe jamás se aprobó previamente por ningún órgano de dirección del PCUS, ni tampoco fue luego sometido a votación; ni siquiera fue nunca publicado en la URSS. El informe que denunciaba el culto a la personalidad fue una decisión personal de Jruschov.

Pero los marxistas nunca hemos caído en esos análisis de tipo personal; esa discusión era una verdadera lucha de clases, y cuando Jruschov (y tras él todos los revisionistas y la misma burguesía) aluden a cuestiones personales lo que tratan es de encubrir la lucha de clases que allí subyace. Esto conduce naturalmente a reconocer que cuando esos ataques personales eran tan duros es porque la misma lucha de clases revestía la forma de un choque intenso, es decir, todo lo contrario del punto de partida de Jruschov, según el cual, la lucha de clases se atenuaba con el desarrollo de la sociedad socialista.

Era evidente que la lucha de clases se había trasladado al interior mismo del PCUS, como Stalin había advertido muchas veces. Ya no se trataba de combatir al zarismo, ni a los kulaks, ni a los mencheviques, ni a los trotskistas. El enemigo estaba al lado mismo, en el asiento contiguo.

La experiencia del derrumbe de los países socialistas ha demostrado la exactitud de la fórmula Stalin: quienes han restaurado el capitalismo han actuado en nombre del comunismo. Ni el socialismo se ha venido abajo por sí mismo, ni lo derribó el imperialismo por más guerras que desató. En todos los países la caída del socialismo ha sido obra de la quinta columna, del caballo de Troya. La mejor cuña es la de la misma madera, dice un refrán. Esto confirma plenamente la tesis de Stalin y desmiente a Jruschov.

La dirección del PCUS distaba mucho de estar unida en 1953 y su falta de cohesión interna era un reflejo de la lucha de clases. La diferencia es que entonces, en contraste con la época anterior, se impondrá la línea contrarrevolucionaria. Lo de Jruschov fue un verdadero golpe de Estado: en aquel Congreso expulsó al 70 por ciento de los miembros del Comité Central y en el XXII Congreso, celebrado cinco años después, al 50 por ciento. O los comunistas expulsaban a los contrarrevolucionarios, o éstos se imponían a aquellos. Y sucedió esta segunda posibilidad. Esta vez se anticiparon los enemigos del socialismo. El propio informe reconoce que poco antes de morir Stalin estaba preparando una nueva depuración en la dirección del PCUS, que quería acabar con elementos revisionistas como el propio Jruschov. Su muerte se lo impidió.

El proceso abierto por Jruschov en 1956 desemboca directamente en el desmantelamiento total de las sociedades socialistas en 1989. Por eso no es de extrañar que el informe que presentó en el XX Congreso haya tenido una acogida tan calurosa en los medios intelectuales burgueses. Si antes de la guerra la burguesía hablaba trotskista, a partir de 1956 hablará revisionista. Todas las calumnias publicitadas en occidente sobre la historia de la URSS a partir de los años treinta, tienen como origen aquel informe tan poco secreto.

Durante algún tiempo los propios militantes del PCUS, que conocían tan bien a Stalin, se negaron a aprobar el informe e incluso lo desmintieron en algunas resoluciones, la principal de las cuales es del 30 de junio de aquel mismo año, que decía: Esta es la posición de todos los comunistas con respecto a Stalin. Es también la nuestra.

En el 50 Aniversario de la muerte de Stalin

Han transcurrido 50 años desde el 5 de marzo de 1953 , fecha de la muerte de J.V.Stalin y el imperialismo continúa con su campaña antistalinista. Utiliza para sus protervos fines a toda clase de renegados y a una capa nutrida de intelectuales bien pagados. Esta cáfila de asalariados escribe la mar de articulejos en diarios y revistas, falsificando groseramente el proceso de la edificación del socialismo en la URSS. Coincidiendo a plenitud con el renegado y traidor Trotsky, enemigo jurado de la Unión Soviética y agente hitleriano, falsifican groseramente el proceso seguido en la edificación del socialismo en la Unión Soviética de Lenin y Stalin.

En condiciones extraordinariamente difíciles, Stalin dirigió la edificación del socialismo en la Unión Soviética. Al cerco capitalista se unió la conspiración interna. El imperialismo dirigió las actividades contrarrevolucionarias de los restos de las clases explotadoras, que fueron derrocadas del Poder en la Rusia zarista. A estas fuerzas reaccionarias se sumaban los grupos fraccionalistas de "izquierda" y de derecha en el seno del Partido, cuyo objetivo era impedir la construcción del socialismo en la U.R.S.S. , inventando una serie de teorías reaccionarias y capituladoras, como la defendida por Trotsky sobre la imposibilidad de construir el socialismo en un solo país.

El mes de enero de 1924, murió Lenin, y le correspondió a Stalin ocupar el lugar que dejó el gran jefe de la Revolución de Octubre. El ascenso de las luchas de las masas populares en Europa había terminado, y los bolcheviques no podían contar con su apoyo, como en los años siguientes a la toma del Poder por los comunistas. Comenzaba en Rusia una etapa particularmente difícil que exigía, de los bolcheviques, una voluntad férrea e indoblegable. Es en esta situación que surgió la necesidad imperiosa de poner a Stalin en la dirección del Partido, por su larga trayectoria de revolucionario profesional y sus excepcionales cualidades de líder comunista. En su ascenso a la jefatura del Partido no hubo maquinaciones ni presiones. Ocupó una jefatura que, en ese momento, solo a él le correspondía. Y es que, por su mismo carácter y estructura, el Partido bolchevique no podía poner a la cabeza del partido a líderes improvisados, movidos por ambiciones personales y teorías ajenas al marxismo leninismo.

La construcción del socialismo en la URSS fue una brillante epopeya. Un país atrasado y de enorme extensión, cercado por todo el mundo capitalista, se convirtió en una gran potencia solo en una década de economía planificada. Surgieron gigantescos combinados industriales y modernas granjas colectivas en el campo; se llevó a cabo una gran revolución cultural y se le dotó al país de una moderna Fuerza Armada. El año de la agresión nazi (1941), la U.R.S.S. estaba en condiciones de repeler a los agresores y finalmente infringirles una derrota aplastante. Este fue el resultado prodigioso de un trabajo abnegado del Partido bolchevique y su genial conductor: Stalin.

No es difícil comprender por qué el revisionismo contrarrevolucionario inventó la patraña de la "lucha contra el culto a la personalidad de Stalin". Sin este cuento hubiera sido imposible destruir la gran obra del sucesor de Lenin. A la pandilla de Jruschov, le fue inevitable oponerse a Stalin y considerar la construcción del socialismo en la URSS, como un cúmulo de errores que debían rectificarse. Tal rectificación, no era otra cosa que poner en práctica las tesis y teorías de la oposición de derecha capitaneada por Bujarin. No es casual , por eso, que después de haber usurpado el poder del Partido y del Estado, los pandilleros jruschovistas rehabilitaran,con bombos y platillos a su jefe, sentenciado a muerte en los procesos de Moscú en 1938 , después de haber declarado públicamente que había conspirado contra la Unión Soviética poniéndose al servicio de la Alemania hitleriana.

Hoy en día el imperialismo, los reaccionarios, los trotskistas y los revisionistas tienen un común denominador: su odio furioso a Stalin y su obra. Los comunistas bolcheviques, bajo la dirección de Stalin demostraron al mundo entero que la construcción del socialismo no era una utopía sino una realidad concreta e irrebatible. La superioridad de la economía socialista y del Estado de la clase obrera se pusieron a prueba durante la Segunda Guerra Mundial, de la cual salió victorioso el joven Poder Soviético, salvando a la humanidad de la esclavitud fascista que la amenazaba. He aquí por qué podemos decir, con sobrada razón, que la humanidad entera está en deuda con la Unión Soviética de Lenin y su gran continuador, Stalin.

Se han cumplido 50 años de la muerte de J.V. Stalin, tiempo durante el cual sus feroces detractores, capitaneados por el payaso Nikita Jruschov fueron arrojados al basural de la historia, mientras hoy, como nunca «STALIN SE YERGUE EN LA HISTORIA COMO EJEMPLO PARA LOS REVOLUCIONARIOS, ADVERTENCIA PARA LOS INDECISOS Y TERROR PARA LOS ENEMIGOS». Las palabras de Molotov, en los funerales del gran constructor del socialismo y vencedor del nazifascismo, cobran enorme actualidad : «El nombre inmortal de Stalin vivirá para siempre en nuestros corazones, en el corazón del pueblo soviético y de toda la humanidad progresista. La gloria de sus grandes hazañas para conseguir el bienestar y la felicidad de nuestro pueblo y de todos los pueblos y trabajadores del mundo, vivirá a través de los tiempos».

Como consecuencia de la derrota de las potencias del Eje, en la Segunda Guerra Mundial, se produjeron grandes cambios en la situación internacional. Se puso fin al cerco capitalista que la Unión Soviética soportó durante más de 30 años; surgieron las democracias populares de la Europa oriental, triunfó la Revolución china, Corea quedó liberada de ocupantes japoneses y quedó constituido el Campo Socialista a la cabeza del cual se encontraba la gloriosa Unión Soviética representada y dirigida por Stalin. Sin la firmeza y clarividencia de Stalin, no hubiera sido posible que uno de los resultados de la Segunda Guerra Mundial hubiera sido el nacimiento del campo socialista.

Los partidarios de la "lucha contra el culto a la personalidad de Stalin", no son otra cosa que antistalinistas baratos, seguidores y repetidores de la propaganda anticomunista que hoy centra sus fuegos contra el marxismo-leninismo. Llegó la hora de poner al desnudo la esencia contrarrevolucionaria y pro imperialista del "antistalinismo".

El Revisionismo y los "errores" de Stalin

El revisionismo jruschovista hizo su labor de zapa hasta la destrucción total de la Unión Soviética y el campo socialista, levantando al tope la batidera de la lucha contra el «culto a la personalidad» centrando sus fuegos contra Stalin y sus «errores». Los propósitos contrarrevolucionarios que perseguían no hubieran prosperado si respetaban la obra del genial continuador de Lenin. Era necesario deshacerse de Stalin presentándolo, no sólo como la encarnación de un pasado teñido en sangre, sino también como el autor y responsable de una serie de errores que deformaron la construcción del socialismo en la URSS. El «gran decenio jruschoviano» estuvo dedicado a «corregir los errores de Stalin», tanto en la construcción del socialismo como en el plano teórico. Durante más de 40 años el revisionismo puso en práctica una línea traidora de reformas dirigidas a corregir los supuestos «errores de Stalin» y terminó restaurando el capitalismo. Es necesario, por eso, examinar detenidamente esos «errores», para poner al desnudo la calaña mendaz y traidora del revisionismo soviético y todos sus seguidores en el mundo.

A mediados de 1963, después de su retorno de un viaje a la entonces URSS, el poeta Gustavo Valcarcel publicó su libro «Reportaje al futuro». El libro está dedicado a ensalzar a Jruschov y su obra que aseguraba - según el autor - el paso de la Unión Soviética, del socialismo al comunismo. Valcarcel presenta todo un listado de los «errores» que según los revisionistas soviéticos cometió Stalin. He aquí esos «errores».

En Filosofia, «sustentó tesis erróneas acerca de la unidad de los contrarios. Abolió la ley de la negación de la negación». El revisionismo ha hecho mucha bulla sobre esta cuestión, creyendo que había descubierto un error, garrafal en el pensamiento filosófico de Stalin. Sin embargo, la verdad es otra, porque tanto Lenin como Stalin consideran que la «negación de la negación» es el desarrollo progresivo, «que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, en un terreno superior, un desarrollo que no discurre en línea recta, sino en espiral, por decirlo así». (Lenin) . A su vez Stalin dice : «los procesos de desarrollo no deben concebirse como movimientos circulares, como una simple repetición del camino ya recorrido, sino como movimientos progresivos, como movimientos en línea ascensional, como el tránsito del viejo estado cualitativo a un nuevo estado cualitativo, como la evolución de lo simple a lo complejo, de lo inferior a lo superior».

El poeta Valcarcel, principiante en marxismo leninismo, fue utilizado por los revisionistas soviéticos haciéndole escribir la mar de mentiras. «El sectarismo de Stalin, en materia ideológica -dice el vate - no respetaba ni a Marx.». Y cuenta que en una conversación en Praga, «con el joven y brillante teórico soviético, Sergio Semeonov», éste le recomendó que al pasar por la República Democrática Alemana buscara el conocido Prólogo de la célebre obra de Marx titulada «Crítica de la Economía Política», porque en la URSS no se publicó desde 1933 a raíz de una prohibición de Stalin. Esta anécdota perversa retrata a los «brillantes teóricos» revisionistas como vulgares farsantes, y a nuestro pobre poeta como un simple tonto útil. Cualquiera que conozca el trabajo de Stalin sobre «El método dialéctico marxista», sabe que en él, transcribe «in extenso» el mencionado Prólogo, con el siguiente encabezamiento «He aquí en qué términos formulaba Marx, con trazos geniales la esencia del materialismo histórico, en el memorable «prólogo» escrito en 1859 para su famoso libro «Contribución a la Crítica de la Economía Política». A continuación sigue el texto completo del «prólogo» de Marx, divulgado en todo el mundo por Stalin.

Continuando su arremetida contra Stalin, nuestro bardo, dice que el heredero de Lenin, cometió «serios errores en la cuestión de la elevación de la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, en la reducción de la circulación mercantil y su sustitución por el intercambio de productos, en su tesis de que bajo el socialismo la demanda y capacidad de pago de la población deben siempre adelantar a la producción». Veamos qué hay de cierto en estos «errores» de Stalin.

En lo que puede considerarse el Testamento del sucesor de Lenin se dice: «Por consiguiente, nuestra producción mercantil no es una producción mercantil habitual, sino una producción mercantil de tipo especial, una producción mercantil sin capitalistas, que en lo fundamental tiene que vérselas con las mercancías de productores socialistas unificados (El Estado, los koljoses y las cooperativas), una producción cuya esfera de acción está circunscrita a los objetos de consumo personal y que -es evidente- no puede de ningún modo transformarse en producción capitalista y está llamada a contribuir, con su «economía monetaria» , al desarrollo y al fortalecimiento de la producción socialista». (J. Stalin.-» Problemas Económicos del socialismo en la URSS .- Ediciones en Lenguas Extranjeras», Moscú 1952, Pg. 20)

Los «brillantes teóricos» revisionistas jamás han podido refutar esta tesis científica de Stalin . Lo que han hecho es mentir y atribuirle «tesis» inventadas por ellos. En lo que se refiere concretamente a la elevación de la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, dice Stalin : «Para elevar la propiedad koljosiana hasta el nivel de propiedad de todo el pueblo, es necesario sustraer los excedentes de la producción koljosiana del sistema de circulación mercantil y sumarlos al sistema de intercambio de productos entre la industria del Estado y los koljosianos. En ello reside el quíd de la cuestión» ( ídem. 107). Con sobrada razón, Stalin señala que en la URSS de comienzos de los años 50 del siglo pasado, ya existían los gérmenes del intercambio de productos en la forma de «pago en mercancías» practicada por los koljoses. Tales pagos había que desarrollarlos, para reducir «paso a paso y sin apresuramiento» la esfera de acción de la circulación mercantil. «Esto facilitará el paso del socialismo al comunismo»

Planteamiento tan claro e irrefutable fue calificado de utópico por los revisionistas jruschovistas, cuyo interés en restaurar el capitalismo en la URSS era indudable desde el XX Congreso del PCUS. Por eso, en lugar de restringir sin «apresuramientos» la circulación mercantil, la ampliaron abarcando los mismos instrumentos y medios de producción. Así comenzaron su labor restauradora en la economía. Contestando a Sánina y Vénzher , dice Stalin « piensan, por lo visto, que la circulación mercantil no es óbice para pasar del socialismo al comunismo, que la circulación mercantil no puede impedir esa transición. Es éste un profundo error nacido de la incomprensión del marxismo» (ídem. 105).

Stalin tiene el mérito de haber formulado con claridad meridiana la ley económica fundamental del socialismo, cuyos rasgos esenciales consisten en «asegurar la máxima satisfacción de las necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el desarrollo y perfeccionamiento interrumpidos de la producción socialista sobre la base de la técnica más elevada». ( íd. Pg. 46). El revisionismo violó esta ley conscientemente, no quiso saber nada de ella y en su lugar introdujo una serie de reformas que terminaron restaurando el capitalismo. Por supuesto que tal restauración se hizo bajo el disfraz de «la transformación de la propiedad socialista en propiedad comunista», afirmando con cinismo que las reformas económicas introducidas después de la muerte de Stalin, estaban respaldaban nada menos que en Lenin. El triste final lo conocemos. No solo fue restaurado el capitalismo; también desapareció la Unión Soviética como Estado y se derrumbó el campo socialista surgido después de la Segunda Guerra Mundial.

Prosigamos. En el listado de «errores de Stalin», que los revisionistas soviéticos entregaron al poeta Valcarcel , se hace referencia a la « exclusión de la esfera de la producción mercantil de los medios de producción». Esta es otra «íncomprensión del marxismo» por los revisionistas. Si en una economía socialista los medios de producción se convierten en mercancía, el capitalismo queda restaurado. Socialismo es «socialización de los instrumentos y medios de producción». Sin esa socialización no hay socialismo. Con la circulación mercantil de los instrumentos y medios de producción, los revisionistas restauraron el capitalismo en la URSS. Los comunistas chinos deberían aprender esta triste y amarga experiencia.

Uno de los errores “graves“ cometidos por Stalin, según el intrigante y oportunista Nikita Jruschov, fue el de no haber previsto la agresión hitleriana el año de 1941 y no haber preparado militarmente a la Unión Soviética para un conflicto bélico que era inevitable desde que Hitler tomó el poder en Alemania. Este supuesto error no es otra cosa que una vulgar y abyecta mentira, que ha sido repetida por todos los revisionistas y renegados del mundo. Poniendo al desnudo a sus inventores el Gral. Shtemenko, en su conocida obra “El Estado Mayor General”, durante la Guerra escribe lo siguiente :

“Unos dicen que no estábamos absolutamente preparados para rechazar el ataque enemigo, que nuestro ejército se educaba en el espíritu de una victoria fácil” ... “Esta afirmación es tan audaz como ignorante”...¿Disponía nuestro país de la posibilidad potencial de combatir contra un enemigo fuerte? Sí la tenía. ¿Quien excepto nuestros enemigos, puede negar que al comienzo de la década del 40 la Unión soviética, de un país económicamente atrasado se había transformado en una verdadera y poderosa potencia socialista?”.

Refiriéndose concretamente al infundió revisionista de que la Unión Soviética, por culpa de Stalin se hizo sorprender con el ataque nazi el 22 de junio de 1941, Shtemenko, desenmascarando a Jruschov y pandilla , dice : “Y por último, otro problema que a menudo se nos plantea a los militares y cuya respuesta, no sé por qué, preferimos eludirla : ¿se admitía por nosotros la propia posibilidad de que atacase Alemania y se hacía algo práctico para rechazar este ataque? ¡Sí se admitía! ¡Si se hacía!" ... "La víspera misma de la guerra, bajo un secreto rigurosísimo, se comenzó a concentrar tropas complementarias en las regiones militares fronterizas. De la profundidad del país se trasladaron al oeste cinco ejércitos ...”.

El revisionismo necesitó atribuirle a Stalin una serie de errores para fundamentar y justificar las reformas restauradoras del capitalismo que introdujo después de la muerte del gran sucesor de Lenin.



Primer  Anterior  2 a 12 de 12  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 21:07
Seleccione el tamaño del texto:
Guardar en mi Perfil Imprimir Enviar Artículo
 
3 Octubre 2011, 2:07 PM
En defensa de José Stalin
Escrito por: Johnny Guerrero* (inmueblesturisticos@hotmail.com)
Compartir:

Durante más de setenta años ha sido mucho lo que se ha blasfemado contra la figura y la obra de José V. Stalin. Su defensa podría quedar mal parada ante los avasallantes ataques de sus múltiples y variados detractores.

No son mis intenciones entrar en los detalles de los ataques de los furibundos enemigos de José V. Stalin. Solo pretendo expresar algunas pinceladas sobre este controversial personaje de la historia contemporánea, que marco hitos en acontecimientos sobresalientes del siglo veinte y aun en pleno siglo veinte y uno sigue siendo objeto de las más variadas expresiones de simpatías y rechazos.

No pretendo tampoco hacerme el imparcial sobre este tema, porque estoy totalmente parcializado a favor del legado histórico del personaje en cuestión.

Para iniciar la defensa de Stalin en contra de los que le adversan, tanto los del presente como los del pasado, debo señalar, que de no haber estado José Stalin a la cabeza del Estado soviético, en los tiempos en que se inició y desarrolló la Segunda Guerra Mundial, la humanidad de hoy estaría subyugada por el monstruo del nazi fascismo que encabezó el dueto Adolfo Hitler – Mussolini y que pusieron a los pueblos del mundo al borde de la barbarie y la esclavitud.

La capacidad estratégica y táctica de Stalin, aferrada estrechamente a los sentimientos y deseos de los pueblos soviéticos y los de las potencias occidentales aliadas, garantizaron la derrota militar del ejército alemán, el cual pretendía, con su virtual triunfo en la Batalla de Stalingrado, mantener su hegemonía mundial de racismo y genocidio.

Solo un estadista de la talla de José Stalin pudo vencer las huestes hitlerianas, con un costo humano tan elevado, de más de veinte millones de ciudadanos soviéticos, bajas mortales durante todo el transcurso de la Guerra.

Pero los meritos de Stalin se agigantan al analizar la conversión de los pueblos que conformaban la Unión Soviética, de países eminentemente semifeudales, en sociedades industriales avanzadas, con estándar de vida superior a la de los países capitalistas más desarrollados de su época.

Uno de los elementos más destacados de la figura de José Stalin, es haber desarrollado un Estado, el Soviético, con condiciones suficientes para crear un equilibrio político internacional, donde ninguna potencia mundial podía atacar cualquier país pequeño del planeta, como lo hace actualmente EEUU. En la época de Stalin existía un mundo bipolar. Con la ventaja de que los pueblos del mundo contaban con un fuerte aliado: la Unión Soviética. Un aliado incondicional, que ponía, por encima de todo, los principios del internacionalismo proletario; que impedía que las potencias capitalistas de su época hicieran y deshicieran como lo hacen hoy en día.

Estas son algunas verdades irrefutables, que ni siquiera los más acérrimos enemigos de José V. Stalin no pueden negar.


Respuesta  Mensaje 3 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 21:29
 

domingo, 23 de agosto de 2009

 
aqui les dejo un enlace a una página con obras de stalin hasta el tomo 11

http://bolchetvo.blogspot.com/search/label/Stalin
 

domingo, 28 de septiembre de 2008

bitefight

 
http://s6.bitefight.com.mx/c.php?uid=41194
 

Indice de obras disponibles en la red referentes a la figura del camarada Stalin

 
Para acercarnos a Stalin. Bueno la idea de este material es orientar la lectura entorno al problema de la concepción política e histórica sobre la figura del camarada Stalin. No pretendemos realizar una valoración exhaustiva de cada uno de los aspectos de su vida, en cuanto a su obra teórica y actividad política. El objetivo es pasar revista brevemente a algunos de los materiales que tenemos a nuestra disposición. A partir de ahí es justo que quien pueda tener los materiales a su alcance juzgue desde el punto de vista del marxismo las cuestiones del estalinismo.

A continuación presentamos una lista de los archivos a nuestra disposición.

1 MENTIRAS SOBRE LA HISTORIA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA
Mario Sousa
El presente autor, Mario Sousa, es miembro del Partido Comunista de Suecia, el
KPML (r). El artículo fue publicado en el periódico del Partido Comunista Proletario
en abril de 1998.
Título original: “Lies concerning the history of the Soviet Union”. [Traducción de Juan Carlos Álvarez].
http://cediamat.wordpress.com/2007/04/25/urss-archivos-documentales/
http://www.geocities.com/CapitolHill/Embassy/7213/lies.html
mario.sousa@telia.com

2 LA OTRA VISION DE STALIN
Ludo Martens
http://www.ujc-madrid.org/default.asp?seccion=descargas&id=2
http://cediamat.wordpress.com/2007/04/25/urss-archivos-documentales/

3 STALIN Y LA LUCHA POR LA REFORMA DEMOCRATICA
Grover Furr
Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey
http://www.ujc-madrid.org/default.asp?seccion=descargas
http://www.pceml.info/Biblioteca/index.php

4 -Stalin y Yezhov: Una Visión Extra-Paradigmática (Philip E. Panaggio)
Original análisis de la era de Stalin en la Unión Soviética, desde una perspectiva no marxista que el autor denomina "Paradigma No Totalitario". El análisis incorpora información nueva y olvidada. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm
http://www.geocities.com/CapitolHill/Embassy/7213/jsny.html
http://cediamat.files.wordpress.com/2007/04/stalinyejov.pdf

5 Joseph Vissarionovich Dzhugashvili 'Stalin'
Biografía de Joseph Stalin alejada de los habituales mistificaciones características de la historiografía imperialista. (nota de la fuente). Partido Comunista de España (reconstituido) (maoístas)
http://www.antorcha.org/galeria/stalin-1.htm
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm

6 -Biografía Política de Stalin
Biografía de Stalin redactada y editada por el C.C del PCE (m-l) en julio de 1979 (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm
http://www.pceml.info/Biblioteca/index.php


7 -Stalin (Ian Grey)
Clásico de la historiografía burguesa sobre Stalin, publicado en 1979. Aunque parcialmente enmarcado dentro del Paradigma Totalitario de la Sovietología, ofrece una imagen más objetiva e imparcial que la mayoría de los estudios históricos burgueses, y se hace eco de muchos de los logros positivos alcanzados en la era de Stalin. Por otro lado, es un estudio documentado y exhaustivo que resulta útil para una mejor comprensión de una etapa decisiva de la historia soviética. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm



8 -"En el 121 Aniversario del Nacimiento de Stalin" (Andy Brooks)
Breve análisis de los logros alcanzados por Stalin durante su dirección del primer Estado proletario de la historia. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm

9-"La Verdad sobre Stalin" (Wilf Dixon)
Conferencia pronunciada por Wilf Dixon en la Sociedad Secular, que refuta algunas de las mentiras predominantes de la propaganda burguesa en contra de Stalin y de los logros de la construcción socialista bajo su mandato. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm

10 -"Stalin y el Culto a la Personalidad: ¿Qué hay de cierto?" (William B. Bland)
Discurso leído por Bill Bland a la Stalin Society en mayo de 1991, que echa por tierra las habituales acusaciones burguesas relativas al supuesto fomento por parte de Stalin del culto a su personalidad. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm

11 -"El Anti-estalinismo Es un Arma a Favor de Nuestro Enemigo" (Partido Laboral Progresista)
El PLP muestra en este artículo cómo los ataques contra Stalin son ataques contra el comunismo y el socialismo en general, que sólo perjudican a la clase obrera y a los más oprimidos. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm


12-"Qué Significa Hoy Defender a Stalin" (MIM) movimiento maoísta internacional
El verdadero significado de defender hoy a Stalin es estar a favor del socialismo en todas las circunstancias, no sólo cuando éste cae del Cielo, o cuando la gente comprende simultánea y espontáneamente las virtudes del socialismo, o cuando no existe ningún tipo de violencia o represión. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm


13-"Stalin y el 'Estalinismo': De Mitos y Monstruos" (The Center for an Informed America)
Este artículo se centra en algunos de los principales mitos que rodean a la leyenda negra sobre Stalin, como su mala dirección durante la SGM, las represiones masivas o las hambrunas provocadas. Asimismo, denuncia algunos de los montajes realizados por la desprestigiada asociación rusa Memorial, que desde 1991 ha afirmado descubrir fosas comunes masivas por toda la ex-Unión Soviética, sin que hasta la fecha haya aportado pruebas. En concreto se desmontan algunas de las falacias difundidas por Memorial en relación a las excavaciones de Toksovo. (nota de la fuente)
http://web.archive.org/web/20050309174833/www.leninismo.org/stalin.htm


14CUESTIONES SOBRE STALIN
Carlos Hermida Revillas
Universidad Complutense de Madrid
hermidarevillas@yahoo.es
http://textossocialistas.iespana.es/CuestionessobreStalin.pdf
http://www.ujc-madrid.org/Archivos/Carlos/Cuestiones%20sobre%20Stalin.pdf
http://socialismoya.blogspot.com/2008/07/cuestiones-sobre-stalin-carlos-hermida.html

15 EN BUSCA DE UN HOLOCAUSTO SOVIÉTICOUna Hambruna de 55 años Alimenta a la Derecha [1]Jeff Coplon
http://web.archive.org/web/20050310092914/www.leninismo.org/urss.htm

16 RESPECTO A ALGUNAS DISTORSIONES SOBRE EL TRABAJO DE STALIN Y LA VISIÓN REVISIONISTA DE LUDO MARTENS
Movimiento para la reorganización del Partido Comunista de Grecia
Grecia. Revista Unidad y Lucha numero 16 mayo 2008 pagina 97 Editada por la Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas Leninistas
http://www.pceml.info/Prensa/db/Unidad%20y%20Lucha%2016.pdf

17 EL LEGADO HISTÓRICO DE STALIN
José Sotomayor Pérez. Partido Comunista Peruano Reconstituido.
http://es.geocities.com/pcp_rc/index00.htm


18 A 50 AÑOS DE LA MUERTE DE JOSIF STALIN
Juan M. Garayalde
Centro de Estudios Evolianos (Buenos Aires – Argentina)
19 PALABRAS DE PRESENTACIÓN A LA EDICIÓN EN ESPAÑA DE LAS OBRAS DE J. STALIN
Pierre Vilar
Club Internacional de Prensa, Madrid, 17 de diciembre de 1984

20 STALIN Y LA INTERNACIONAL COMUNISTA
Un ensayo presentado por N. Steinmayr para la Sociedad Stalin Traducido por la Red Palante. Londres, septiembre de 2000

21 MODELO ORWELIANO O PARADIGMA TOTALITARIO
Contribución a la polémica entre Celia Hart, Israel Shamir y Oscar Egido
Eduardo Núñez.
Rebelión.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=1186&titular=del-modelo-orwelliano-o-paradigma-totalitario-


22 LA MAQUINA DE CREAR MENTIRASPolémica con Celia Hart sobre el trotskismoDante CastroRebelión

23 A Stalin, el más grande estratega militar de la Segunda Guerra mundial y de todos los tiempos
Discurso de Hysni Milloshi, Primero Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Albania02-05-2003

24 FUNDAMENTOS DEL LENINISMO
25 CUESTIONES DEL LENINISMO
26 OBRAS ESCOGIDAS EN UN TOMO
http://www.pcoe.net/Libros%20digitales%20autores/Stalin.html

Una vez enumeradas algunas de las obras en las que se encuentra suficiente información como para comenzar este estudio, hacemos la aclaración de que si no incluimos textos de los detractores de Stalin es solo porque cualquiera puede tener conocimiento de los mitos entorno a este problema baste abrir la mayoría de libros de “historia”, “divulgación”, “biografías” o documentales que traten de pasada esta temática para darnos cuenta de que existe consenso sobre lo ocurrido. Pero bueno por si las dudas encontraran suficiente material de este tipo en http://www.marxists.org/espanol/index.htm, pagina con material de teóricos de varias corrientes pero en especial trotskistas.

Un par de aclaraciones más. En primer lugar es pertinente mencionar que el hecho de utilizar documentos de diferentes corrientes y/o autores no implica que coincidamos completamente con ellos, en especial con algunos maoístas, que de una u otra forma defienden en varios aspectos la figura de Stalin pero que en otros son “críticos”, o aceptan que estaba 70 % en lo correcto, o que cometió aciertos pero también errores, etc. Sin embargo hemos incluido estas obras debido a que contienen datos relevantes para desmitificar algunos aspectos, pese a que no coincidimos con dichas interpretaciones creemos que se debe reconocer el valor de la investigación de estos autores. Por otra parte para aclarar nuestro punto de vista en este asunto remitimos al trabajo del Movimiento para la reorganización del Partido Comunista de Grecia publicado en la revista unidad y lucha numero 16.

En segundo lugar este material esta preparado para se una introducción. Un estudio más completo debe pasar por la lectura de todas las obras citadas, la lectura de la obra del propio Stalin y de sus detractores. Esto sin embargo es tarea individual ya que para una exposición breve no es posible.

DIFERENTES CLASES, DIFERENTES FORMAS DE INTERPRETAR LA HISTORIA


La división de la sociedad en clases enfrentadas entre si, es una de las tesis desde las que se desarrolla la crítica comunista al capitalismo. Cada clase posee su propia forma de ver los acontecimientos históricos, sobre la marcha de la sociedad en general y de sus intereses como clase en particular. Esto engendra discursos, métodos, programas, acciones y hasta héroes o villanos que reflejan estas percepciones. Resulta fácil de comprender, cuando tenemos clara la relación entre las propias clases y su papel en el proceso económico capitalista.

Sin embargo, a la hora de realizar el debate se presenta ante nosotros como uno entre tantos puntos de vista. ¿Cuál es la razón de que suceda esto? ¿Interpretaciones que se contradicen pueden contener la verdad al mismo tiempo?, ¿Cómo distinguir entre todos los que se llaman a si mismos Marxistas, y poder saber cual se acerca mas a la realidad?, ¿Cómo saber que nuestra interpretación de la historia es la correcta? Estas son algunas dudas que suelen presentársenos en el proceso de la lucha popular y revolucionaria ya sea en las calles, en el campo, en las aulas, en casa o en la fábrica.

Para abordar la cuestión de Stalin es obligado considerarla en el contexto de la lucha por la revolución proletaria. Una y otra van ligadas indisolublemente. A continuación algunas de las interrogantes a desentrañar.

¿Por qué existen diferentes visiones de este asunto?, ¿Por qué tanto empeño en destruir una figura aparentemente enterrada?, ¿a quien le conviene el debate y a quien no? ¿Por qué incluso desde algunos sectores la izquierda se le tiene terror a la figura de este hombre? ¿Por qué ha regresado la stalino manía? ¿Por qué algunos le consideran héroe y otros homicida? ¿La degeneración y caída de la unión soviética fue culpa de Stalin? ¿Era este el legitimo “sucesor” (esta pregunta es de hecho ridícula) de Lenin? ¿Estalinismo vs. Leninismo? ¿Genio militar o inepto? ¿Gran marxista-leninista u obscura figura del partido? ¿Campos de concentración o centros correccionales para criminales? ¿Paranoia o conspiraciones tangibles? ¿Fosas comunes? la lista parece no tener fin.

A lo largo de nuestra actividad nos encontraremos con respuestas contradictorias a estas preguntas. Lo que podemos decir por el momento es que nunca mientras existan clases sociales antagónicas tendremos acuerdo en torno a Stalin.

Lo que pretendemos es contribuir a esclarecer a los ojos del militante comunista, del proletariado y las masas trabajadoras la visión del mundo que les pertenece, aquella que la burguesía trata de ensuciar con mentiras, de destrozar hasta que no quede recuerdo de ella. Aquel hombre que para nosotros es símbolo de lucha, para la burguesía y sus esbirros es imagen de terror, y como no va a serlo, si representa el fin de su reinado de explotación, el fin de la miseria, del hambre, el fin del asesinato entre pueblos que tantos beneficios les ha traído.

Muchas almas caritativas se espantan al saber que en la unión soviética se ejecuto y encarcelo a miles y dan por sentado que todos estos eran inocentes. ¿Quiénes son estas dulces almas de la caridad?, aquellos que no han visto la pobreza, que no conocen el hambre ni la carencia que consideran que los salvajes somos los de abajo, los que no estudiamos.

Dicen que tenemos razón pero que nunca se justifica la violencia, ni aunque nos roben sistemáticamente la vida y la salud en sus campos y fabricas. No contentos con ello nos humillan de mil maneras.

Entonces un día protestamos, levantamos la voz, reclamamos lo que nos pertenece, nos defendemos de sus atrocidades y nos organizamos para tener mas fuerza. Salimos a las calles a enfrentarnos con sus soldados y sus soldados vieron que hablábamos con la lengua del pueblo y que entre nosotros estaban sus hermanos padres e hijos y los que tuvieron verdadero valor se nos unieron. Nos enfrentamos y les quitamos el poder a la burguesía, las armas los medios de producción. Organizamos el mundo de una mejor manera y el que no trabaje que no coma. Quisieron sabotearnos y trajeron soldados de otras partes del mundo, los burgueses de todas las naciones los apoyaron, pusieron todos sus medios en nuestra contra y aun así los derrotamos. Durante años nos mantuvimos en pie.

En las guerras nuestros mejores camaradas los más viejos, los que vivieron la revolución del 17, la colectivización, las batallas ideológicas, la segunda guerra y la reconstrucción dieron su juventud y su vida, pero poco a poco nos abandonaron. Tiempo después los revisionistas se infiltraron llegaron al poder. Asesinaron a los que no les apoyaban, a los que intentaban retomar el curso socialista, corrompieron con prebendas a los funcionarios y a los militares se aumentaron los sueldos y vivieron a costa de lo que habíamos construido comenzó la degeneración.

Llegó el XX congreso la renovación de las viejas mentiras, la traición y por fin la caída. Se hablaba de marxismo pero se le tergiversaba, se alababa a Lenin pero se destruía su obra. Luego con más descaro la nueva clase burguesa se financio gracias al estado. Hasta que no hubo de socialista ni el nombre. Entonces con mayor intensidad mintieron, mintieron sobre nuestra obra, sobre nuestra historia, sobre nuestros aliados y enemigos, nos intentaron alejar del camarada Hoxha que aun se mantenía firme. Hicieron que muchos maldijeran el pasado. Que miráramos el “progreso” a Norteamérica. Que no recordáramos más. Intentaron sobre todo llenar con su odio y falsedad nuestros ojos para que no miráramos la gran estrella polar que tantos años no mantuvo en rumbo. Pues tal es su odio y temor al pueblo, el temor a la revolución el temor a Stalin.

La tarea esta planteada, la discusión esta a la orden del día Stalin no es solo un retrato, es toda una concepción del mundo, la concepción del proletariado revolucionario. Estudiar sus obras junto a las de Marx, Engels, Lenin, Hoxha, Dimitrov, es una necesidad para todo aquel que aspire a ser un revolucionario.
 

Respuesta  Mensaje 4 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 21:39

Mensaje por pedrocasca el Lun Abr 02, 2012 1:03 pm

LENIN Y EL LENINISMO

texto escrito por: José Sotomayor Pérez

tomado de la web del PCP reconstituido

El 21 de enero de 1924, después de una larga enfermedad, dejó de existir Vladimir Ylich Lenin, suceso doloroso que produjo consternación profunda en la clase obrera y las masas trabajadoras de todo el mundo. En sus funerales, JV Stalin pronunció su célebre “Juramento”, discurso de adiós al genio de la revolución, al jefe de la Revolución de Octubre, al gran pensador revolucionario que desarrolló el marxismo en tal grado y tal altura que hoy en día la doctrina científica de la clase obrera se denomina con justa razón marxismo - leninismo.

I

Los aportes de Lenin al marxismo constituyen el leninismo, doctrina que ha sido definida por JV Stalin como el marxismo de la época del imperialismo y la revolución proletaria. La doctrina de Lenin, como continuación de la doctrina de Marx y Engels, es también la doctrina de las grandes batallas de las masas trabajadoras y de los pueblos oprimidos por el imperialismo, por liberarse de su opresión. Lenin consagró su vida a la causa de la revolución proletaria, la construcción de la sociedad socialista, la organización del proletariado mundial preparándolo para el triunfo de la revolución socialista mundial. Es considerado, por eso, como el gran estratega y jefe, que abrió una nueva época en la historia de la humanidad, con el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Infatigable revolucionario y gran pensador, fustigó implacablemente a todos los enemigos de clase en donde se encontraran, dentro o fuera del partido, en el interior o exterior de su país. Lenin, firme y genial revolucionario de principios, internacionalista consecuente queda como el más grande tribuno de la libertad e independencia de los pueblos. Su doctrina ha resistido a todas las pruebas del tiempo. Los cambios y transformaciones que se han producido en el mundo después de su muerte confirman el carácter científico de su doctrina. El mismo derrumbe del campo socialista, es una confirmación del leninismo que, desde el principio, combatió la traición de la social democracia, denunció la bancarrota de la II Internacional y advirtió a los comunistas de todo el mundo que es imposible derrotar a la burguesía y al imperialismo sin derrotar previamente al revisionismo, porque sin teoría revolucionaria no puede haber un movimiento revolucionario. El revisionismo jruchovista, de inspiración trotskista, después de usurpar el poder del partido y del Estado en la Unión Soviética, restauró el capitalismo y liquidó el Poder Soviético.

II

Lenin desarrolló el marxismo en sus tres fuentes y tres partes integrantes: la economía política, el socialismo científico y la filosofía. Por eso, las ideas y tesis de Lenin constituyen un tesoro de enorme valor para las luchas de la clase obrera y sus partidos revolucionarios en todo el mundo. Sin embargo, en su obra teórica, tiene especial importancia su doctrina sobre el imperialismo, sobre la hegemonía del proletariado en el proceso revolucionario, sobre el Estado y la dictadura del proletariado. En los momentos actuales ante la debacle de los viejos partidos revisionistas, cobra extraordinaria importancia la doctrina de Lenin sobre el Partido de la clase obrera.

Todo este conjunto armónico de teorías, constituyen el leninismo, que algunos renegados pretenden cuestionar con el argumento infantil de que fue Stalin quien inventó el leninismo.

En la actualidad, desde la caída del muro de Berlín y la desaparición del campo socialista, los reaccionarios y sus aliados, han desatado una batalla furiosa contra el leninismo. Pero el desarrollo de las contradicciones del sistema capitalista y la globalización imperialista, confirman rotundamente la verdad científica de todos los aportes de Lenin al marxismo.

Particular importancia, en estos momentos, cobran dos teorías leninistas:
a) La hegemonía del proletariado en el movimiento revolucionario.
b) El Partido proletario de nuevo tipo.

La teoría de la hegemonía del proletariado fue creada por Lenin en lucha abierta contra todas las corrientes reformistas y revisionistas. De acuerdo a esta teoría, en la época del imperialismo, el proletariado debe tener la dirección en todo movimiento auténticamente popular y revolucionario y no marchar de comparsa de la burguesía, como estila el revisionismo. Esa hegemonía debe ser ganada en la práctica poniéndose a la cabeza de las reinvindicaciones de las masas trabajadoras de la ciudad y el campo, forjando una gran alianza de la clase obrera con el campesinado y todas las capas no proletarias.

La cuestión de la hegemonía del proletariado es un problema fundamental del movimiento revolucionario en general y por eso en la actualidad tiene especial importancia. Lenin enseñó que la hegemonía del proletariado, en todo proceso revolucionario, es la piedra de toque para todo partido que represente los intereses de la clase obrera. “Renunciar a la idea de la hegemonía –dice Lenin- es la forma más burda de reformismo”. No es casual que las diversas corrientes revisionistas actuales tengan como denominador común la negación de la misión histórica universal del proletariado y su papel dirigente en la lucha por el socialismo. El revisionismo moderno, desde los tiempos del renegado Jruschov, afirma que la tesis leninista de la hegemonía del proletariado ha envejecido y que la lucha contra el imperialismo y la burguesía internacional puede ser dirigida e impulsada por una diversidad de clases y capas sociales, por todo un conjunto de fuerzas políticas. Estos serían los “nuevos sujetos y actores sociales” capaces de conquistar un “mundo diferente”.

No es difícil descubrir la esencia capituladora y traidora de estas teorías revisionistas, cuyo objetivo es sabotear las luchas de la clase obrera y negar su rol dirigente en el actual movimiento democrático-popular y revolucionario. La teoría de la hegemonía del proletariado y su misión histórico-universal no es un invento, sino una ley objetiva que nace de las mismas condiciones de vida de la clase obrera y de sus intereses fundamentales; nace del hecho objetivo de que es portadora de una nueva y avanzada formación económico-social: la sociedad comunista.

III

El otro problema en torno al cual se libra hoy en día una aguda lucha ideológica, entre marxistas - leninistas y revisionistas contemporáneos, es el que concierne al partido del proletariado, su ideología y organización. Lenin completó en forma armónica su teoría de la hegemonía del proletariado con su doctrina sobre el Partido proletario de nuevo tipo. Con el burdo pretexto de modernizar los partidos comunistas, los renegados los han convertido en partidos burgueses. Esto es lo que ocurrió con todos los partidos que se plegaron incondicionalmente a la línea general del XX Congreso del PCUS, degenerando hasta convertirse en partidos reformistas burgueses, culpables de la quiebra del movimiento comunista internacional y la desaparición del campo socialista.

La cuestión principal que caracteriza al Partido proletario de nuevo tipo es su ideología revolucionaria: el marxismo- leninismo. Esta arma poderosa, le otorga una fuerza revolucionaria incompatible con las clases explotadoras y opresoras de la sociedad, dirigiendo a la clase obrera y a las grandes masas populares a la conquista del Poder.

Los adversarios del marxismo – leninismo, incluidos los revisionistas, no se limitan a negar en una u otra forma el rol de la clase obrera en el proceso revolucionario sino que también pretenden impedir que se organice en un partido que le permita cumplir su misión histórica. Infiltran a sus agentes con la finalidad de socavar la unidad ideológica y orgánica del partido, manteniéndolo en constantes luchas intestinas, con cuyo fin violan groseramente el centralismo democrático y la democracia interna del partido; son contrarios a la disciplina interna y acostumbran ejercer presiones movilizando matones para imponerse en las conferencias y congresos partidarios.

Una de las corrientes más perniciosas es la que se propone diluir a los partidos comunistas en un gran frente, alianza, bloque o coalición en la cual desaparecería el partido del proletariado. El argumento que se utiliza para sustentar este liquidacionismo desvergonzado es que supuestamente la forma y contenido de los partidos comunistas han envejecido. Dicen sus defensores que “las viejas posiciones petrificadas” deberían sustituirse con “nuevas uniones”, en las cuales los comunistas no tendrían su formación orgánica propia.

No es difícil advertir que tales “nuevas uniones”, sin estructura definida, abigarrada, en la que confluirían marxistas y no marxistas, católicos y protestantes, comunistas y no comunistas, no podrían cumplir jamás un papel revolucionario. Por eso la burguesía estimula la formación de estas “uniones”, en sustitución de los partidos comunistas organizados de acuerdo con la doctrina de Lenin sobre el partido proletario. Un ejemplo típico de abandono y negación del leninismo en el problema de la edificación del partido proletario es el Partido Italiano denominado “Partido de la Refundación Comunista”, un verdadero mazacote, sin pies ni cabeza, sin ideología, confluencia abigarrada de lo que denominan “nuevos sujetos sociales”. Este es el tipo de Partido comunista que quiere y necesita la burguesía. Un partido totalmente abierto, legal y debidamente registrado con el fin de controlar toda su actividad y, llegado el momento destruirlo totalmente. Este tipo de partido de la clase obrera es radicalmente opuesto al Partido organizado de acuerdo a la doctrina de Lenin: el Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera, y como instrumento de la dictadura del proletariado y unidad de voluntad incompatible con la existencia de fracciones.

El Partido de nuevo tipo, organizado de acuerdo a la doctrina de Lenin, tomó el poder del estado, derrotó la intervención armada imperialista, construyó el socialismo, derrotó la agresión nazifascista y creó un gigantesco campo socialista. El revisionismo destruyó esta obra grandiosa después de usurpar el poder del estado y del partido en la que fue la gloriosa Unión Soviética.

Es importante anotar que los partidos comunistas no pueden convertirse automáticamente en vanguardia de la clase obrera, si no están armados con la teoría científica del marxismo leninismo.

IV

A la muerte de Lenin todas sus teorías sobre la revolución proletaria, la edificación del socialismo y la organización del Partido de la clase obrera fueron firmes y resueltamente defendidas por J.V. Stalin, en lucha frontal contra todos los enemigos del leninismo. En una situación interna y exterior sumamente complicada, el pueblo soviético, bajo la sabia y firme dirección de Stalin, con gran esfuerzo y sacrificio construyó el socialismo, convirtiendo a la vieja y atrasada Rusia monárquica en una gran potencia socialista. Esta gesta culminó transformando el socialismo, de una teoría científica en una realidad viva por primera vez en la historia. Esta es la razón por la cual la burguesía, los reaccionarios, y los revisionistas de todo el mundo odian y maldicen a Stalin.

Fácil es comprender que los ataques a Stalin son ataques a Lenin y que negar a Stalin es negar a Lenin. Una verdad evidente, que pertenece a la historia es que el socialismo en la Unión Soviética se edificó después de derrotar política e ideológicamente a todos los enemigos del leninismo: trotskistas, bujarinistas y nacionalistas burgueses.

Stalin defendió y desarrollo el leninismo y no puede ser contrapuesto a Lenin, como es costumbre y práctica de los revisionistas de todo pelaje igual que los trotskistas. No hay que olvidar que el mes de junio de 1957, la Dirección del Comité Central del PCUS expulsó a Jruschov después de acusarlo de ser un infiltrado trotskista, como lo prueba su tristemente célebre “Discurso Secreto”.


 2

Re: "Lenin y el leninismo" - texto de José Sotomayor Pérez - publicado por el PCP reconstituido

Mensaje por pedrocasca el Lun Abr 02, 2012 1:10 pm

Utilizando el buen Buscador del Foro se puede acceder a varios temas con textos de José Sotomayor Pérez:

texto en defensa de Enver Hoxha escrito por José Sotomayor Pérez - publicado en octubre de 2011 en la web de EHS - incluye link a discurso de Enver Hoxha

"El trostkismo es anticomunismo" - texto de José Sotomayor Pérez publicado en la web del Partido Comunista Peruano reconstituido - Muy Interesante

A propósito del "pensamiento guía" - texto de José Sotomayor Pérez publicado en la web del Partido Comunista Peruano reconstituido

"El legado histórico de STALIN", de José Sotomayor Pérez - publicado el 25 de junio de 2011 en la web del Diario Internacional

El “socialismo democrático” no es socialismo - escrito de José Sotomayor Pérez publicado en la web del Partido Comunista Peruano reconstituido

El maoísmo de Lin Piao - texto de José Sotomayor Pérez publicado en la web del Partido Comunista Peruano reconstituido

Gramsci, gran pensador y revolucionario - texto de José Sotomayor Pérez publicado en la web del Partido Comunista Peruano reconstituido - año 2002

"El antistalinismo de Mao" - José Sotomayor Pérez - capítulo del libro 'Stalin y Mao Zedong, el otro revisionista'

"Mariátegui y el marxismo" - texto de José Sotomayor Pérez

Fallece José Sotomayor Perez



Respuesta  Mensaje 5 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:03

GROVER FURR
Universidad Estatal de Montclair, Nueva Jersey

Traducido y difundido por:

Primera Parte

Capítulo 1º

Introducción
Este artículo destaca los intentos de José Stalin, desde los años 30 hasta su muerte, para democratizar el gobierno de la Unión Soviética.
Esta afirmación, y el artículo, sorprenderá a muchos, y escandalizará a algunos. De hecho, mi sorpresa ante los resultados de esta investigación me llevó a escribir este artículo. He sospechado durante mucho tiempo que la versión tipo "guerra fría" de la historia soviética tenía serios agujeros. Pero así todo, no estaba preparado para la magnitud de las falsedades de las que he tenido conocimiento.
Esta historia es bien conocida en Rusia, en donde el respeto e incluso la admiración de Stalin es común. Yuri Zhukov, el principal historiador ruso que avanzó el paradigma de "Stalin, demócrata", y cuyos trabajos son la mas importante fuente individual aun cuando no la única para este artículo, es una figura principal, relacionada con la Academia de Ciencias. Sus trabajos son ampliamente conocidos.
Sin embargo, esta historia, y los hechos que la apoyan, son virtualmente desconocidos fuera de Rusia, en donde el paradigma de la Guerra Fría "Stalin, malvado" domina tanto lo publicado que los trabajos aquí citados aún están escasamente nombrados.
Por ello, muchas de las fuentes secundarias usadas en el artículo, así como las fuentes secundarias, desde luego, sólo son accesibles en la lengua rusa.
Este artículo no solamente informa a los lectores de nuevos hechos, y de sus interpretaciones sobre la historia de la U.R.S.S. Es más bien un intento de llevar a los lectores no-rusos el resultado de nuevas investigaciones, basadas en los archivos soviéticos, sobre el periodo de Stalin y sobre el mismo Stalin. Los hechos discutidos en el mismo son compatibles con determinado rango de paradigmas históricos soviéticos, en la medida en que ayudan a desechar un determinado número de otras interpretaciones. Serán inaceptables por completo (e incluso escandalosos) para aquellos cuyas perspectivas políticas e históricas se basan en unas nociones erróneas y basadas en la Guerra Fría sobre el "totalitarismo" soviético y el "terror" estalinista.
La interpretación kruscheviana de Stalin como un ser hambriento de poder, traidor al legado de Lenin, se creó para que se ajustara a las necesidades de la nomenklatura del Partido Comunista en los años 50. Pero enseña parecidos muy cercanos y comparte muchas premisas con el discurso canónico sobre Stalin heredado de la Guerra Fría, que estuvo al servicio del deseo de las elites capitalistas de presentar las luchas por el comunismo, o cualquier lucha de la clase obrera por el poder, como un camino que dirige necesariamente a algún tipo de horror.
Se ajusta también a la necesidad del troskismo de argumentar que la derrota de Trotsky, el "revolucionario auténtico", sólo pudo venir de la mano de un dictador que, se supone, violó cada uno de los principios por los que lucho la Revolución. Kruschevistas, anti-comunistas de la Guerra Fría, y los paradigmas trostkistas sobre la historia soviética son similares en su dependencia de una demonización de Stalin, de su liderazgo, y de la URSS durante su mandato.
La visión sobre Stalin presentada en este ensayo es compatible con otros paradigmas históricos contradictorios. Las interpretaciones comunistas anti-revisionistas y post-maoístas de la historia soviética contemplan a Stalin como un heredero lógico y creativo del legado de Lenin, si bien fracasado en ciertos aspectos. Igualmente muchos nacionalistas rusos, que difícilmente aprobarían los logros de Stalin en tanto comunista, le respetan como el responsable de convertir a Rusia en una potencia industrial y militar. Stalin es para todos ellos una figura esencial, si bien en formas muy distintas.
Este trabajo no intenta "rehabilitar" a Stalin. Estoy de acuerdo con Yuri Zhukov cuando escribe:
"Debo sinceramente decir que me opongo a la rehabilitación de Stalin, porque me opongo a las rehabilitaciones en general. Nada ni nadie en la historia debe de ser rehabilitado, sino que debemos descubrir la verdad, y decirla. Sin embargo, desde los tiempos de Kruschev las únicas víctimas de las represiones de Stalin de las que habremos oído hablar son aquellos que tomaron parte en ellas, o que las facilitaron, y quien no se opuso a ellas". (Zhukov, KP Nov. 21 02)
Tampoco deseo yo sugerir que, en el caso de que Stalin hubiera conseguido todas las metas, los muchos y variados problemas de la construcción del socialismo y del comunismo hubieran sido resueltos.
A lo largo del periodo que este ensayo analiza, el liderazgo de Stalin se preocupó no solo de potenciar la democracia en el gobierno del estado, sino de favorecer también la democracia interna en el Partido. Este punto, importante y relacionado, requiere un estudio por separado, y no es el punto central de este ensayo. A pesar de que el concepto de "democracia" es conocido, pudiera tener un significado diferente en el contexto de un partido guiado por el centralismo democrático, formado por miembros voluntarios, que en el contexto de un gran estado de ciudadanos en el cual no pueden darse por supuestas bases de consenso político.
Este artículo se ha basado en fuentes de primera mano siempre que ha sido posible. Pero descansa mas sólidamente en los trabajos académicos de historiadores rusos que tienen acceso a documentos no publicados, ó muy recientemente publicados, de los archivos soviéticos. Muchos documentos soviéticos de gran importancia solo son accesibles a académicos con acceso privilegiado. Muchos otros permanecen completamente secuestrados y "clasificados", incluyendo mucho del archivo personal de Stalin, los materiales pre-judiciales de investigación de los procesos de Moscú de 1936-1938, los materiales de investigación sobre el affaire Tukhachevskii de 1937, y muchos otros.
Yuri Zhukov describe la situación archivística de la siguiente manera:
Con el principio de la perestroika, uno de cuyos slogans era glasnost... el archivo del Kremlin, antes cerrado a los investigadores, se liquidó. Sus contenidos empezaron a ser trasladados [a varios archivos públicos G.F.]. Este proceso comenzó, pero no se completó. Sin ninguna publicidad o explicación de ningún tipo, en 1996 los materiales más importantes y esenciales fueron reclasificados otra vez, escondidos en el archivo del Presidente de la Federación Rusa. Pronto quedaron claras las razones para esta operación a escondidas: permitió la resurrección de uno de los dos viejos y lamentables mitos (6).
Zhukov se refiere con esto a "Stalin el malvado" y "Stalin el gran líder". Solo el primero de estos mitos es familiar a los lectores de la historiografía occidental y anti-comunista. Pero ambas escuelas están bien representadas en Rusia y la Comunidad de Estados Independientes.
Uno de los libros de Zhukov, base de mucho contenido de este artículo, se titula Inoy Stalin "Un Stalin diferente", "diferente" de los mitos, más cerca de la verdad, basado en los recientemente documentos de archivo desclasificados. Su cubierta presenta una fotografía de Stalin y frente a ella, la misma fotografía en negativo: su opuesto. Solo en raras ocasiones usa Zhukov fuentes de segunda mano. En su mayoría cita documentos de archivo no publicados, o recientemente desclasificados y publicados. El cuadro que describe de la política del Politburo de 1934 a 1938 es muy diferente de todo aquello que tenga que ver con los mitos que rechaza.
Zhukov acaba su Introducción con estas palabras:
“No alardeo de haber dado final a la tarea, o de incontrovertibilidad. Intento solo una tarea, evitar puntos de vista preconcebidos, evitar los dos mitos; intentar reconstruir el pasado, una vez muy conocido, pero ahora olvidado intencionalmente, deliberadamente no nombrado, ignorado por todos.”
Siguiendo a Zhukov, este artículo también intenta mantenerse al margen de ambos mitos.
Bajo estas condiciones cualquier conclusión debe quedar como un intento. He probado a usar de una manera sensata todos los materiales, ya fueran de primera mano o secundarios. A fin de procurar no interrumpir el texto he colocado las fuentes de referencia al final de cada párrafo. He utilizado las clásicas notas numeradas a pié de página cuando he creído que se necesitaban notas mas largas y aclaratorias.
La investigación que este artículo resume tiene importantes consecuencias para aquellos de nosotros que queremos llevar adelante un análisis de clase de la historia, incluyendo la historia de la Unión Soviética.
Uno de los mejores investigadores norteamercianos del periodo de Stalin en la URSS, J. Arch Getty, ha denominado la investigación histórica realizada durante el periodo de la Guerra Fria "productos propagandísticos", "investigación" que no merece ni la crítica ni la corrección de algunas de sus partes, pero que debe de ser hecha de nuevo desde el principio (4). Coincido con Getty, pero debiera añadirse que esta investigación tendenciosa, "política" y deshonesta se sigue produciendo hoy en día.
El paradigma Guerra Fría-Khruschevita ha sido el punto de vista dominante de la historia de los "años de Stalin". La investigación que tratamos aquí puede ayudar a una aclaración de la materia, "un principio desde el mismo principio". La verdad que al final surge tendrá también un gran significado para el proyecto marxista de comprender el mundo para cambiarlo, de la construcción de una sociedad sin clases de justicia económica y social.
En la sección final del ensayo he subrayado algunas áreas para posterior investigación sugerida por los resultados del artículo.

Una nueva Constitución
En Diciembre de 1936 el 8º Congreso Extraordinario de los Soviets aprobó el borrador de la nueva constitución soviética. Convocó una votación secreta y unas elecciones abiertas. (Zhukov, Inoy 307-9)
Se admitieron candidatos no solo del Partido Bolchevique -denominado entonces Partido Comunista de la Unión (bolchevique)- sino también de otros grupos de ciudadanos, basados en la residencia, afiliación (tales como grupos religiosos), u organizaciones de empresa. Esto nunca se llevó a cabo. Nunca hubo elecciones abiertas.
Los aspectos democráticos de la Constitución se incluyeron ante la expresa insistencia de Joseph Stalin. Junto a sus más cercanos colaboradores en el Politburó del Partido Bolchevique, Stalin luchó tenazmente para mantener este proyecto (Getty, "State"). El, y ellos, cedieron sólo cuando se enfrentaron al rechazo total por parte del Comité Central del Partido, y ante el pánico que rodeó el descubrimiento de serias conspiraciones, en colaboración con el fascismo alemán y japonés para derrocar el gobierno soviético.
En Enero de 1935 el Politburó asignó el trabajo de delinear los contenidos de una nueva constitución a Avel Ynukidze (6) quien, algunos meses mas tarde, volvió con una sugerencia de elecciones abiertas. Casi inmediatamente, el 25 de Enero de 1935, Stalin expresó su desacuerdo con la propuesta de Yenukidze, insistiendo en elecciones secretas (Zhukov, Inoy 116-21).
Stalin hizo público este desacuerdo de una manera muy notoria en Marzo de 1936, durante una entrevista con el magnate de la prensa americana Roy Howard. Stalin declaró que la Constitución soviética que todas las votaciones serian secretas. El voto tendría una base de igualdad, teniendo el mismo valor el voto de un campesino que el de un obrero (7); una base territorial, como en Occidente, en vez de acuerdo con el status, como en la época zarista, o lugar de empleo.; y directo: todos los Soviets se elegirian por los ciudadanos, no por representantes indirectos. (Entrevista Stalin-Howard, Zhukov, Repressii" 5-6).
Stalin: "Adoptaremos probablemente nuestra nueva constitución a finales de este año. La comisión encargada de redactarla esta trabajando y terminará pronto su trabajo. Como ya se ha anunciado, de acuerdo con la nueva constitución, el sufragio será universal, igual, directo y secreto". (Entrevista Stalin-Howard 13).
Y lo más importante es que Stalin declaró que en todas las elecciones participarían diferentes fuerzas políticas:
“Usted ahora está confundido por el hecho de que solo un partido se presentará a las elecciones. Y no puede ver como una contienda electoral puede tener lugar en estas condiciones. Evidentemente, los candidatos serán presentados no solo por el Partido Comunista, sino por toda clase de organizaciones públicas, ajenas al Partido. Y tenemos centenares de ellas. No tenemos partidos en liza más que en la medida en que tenemos una clase capitalista en lucha con una clase trabajadora que es explotada por los capitalistas. Nuestra sociedad consiste exclusivamente de trabajadores libres del campo y de la ciudad; trabajadores, campesinos e intelectuales. Cada una de estas capas tienen sus especiales intereses y los expresan a través de las numerosas organizaciones que existen.” (13-14)
Diferentes organizaciones ciudadanas presentarían candidatos que competirían con los candidatos del Partido Comunista. Stalin declaró a Howard que los ciudadanos tacharían los nombres de todos los candidatos excepto de aquellos a quienes votaran.
También apoyó la importancia de unas elecciones en competencia para luchar contra la burocracia:
“Usted podría pensar que no se darán elecciones. Pero las habrá, y preveo campañas muy movidas. No son pocas las instituciones en nuestro país que funcionan mal. Se dan casos en que este o aquel gobierno local no son capaces de satisfacer esta o aquella de las variadas y crecientes necesidades de los trabajadores de la ciudad y del campo. ¿Ha construido una buena escuela o no? ¿Ha mejorado las condiciones de vivienda? ¿Es usted un burócrata? ¿Ha contribuido usted a hacer más eficaz nuestro trabajo y nuestras vidas mas cultivadas? Así serán los criterios con los que millones de electores medirán lo adecuado de los candidatos, rechazarán los no aptos, suprimirán sus nombres de las listas de candidatos y favorecerán y elegirán a los mejores. Si, las campañas electorales serán reñidas, y girarán en torno a numerosos y agudos problemas, sobre todo de naturaleza práctica, de primera importancia para el pueblo. Nuestro nuevo sistema electoral reforzará todas las instituciones y organizaciones y las obligará a mejorar su trabajo. El sufragio universal, igualitario, directo y secreto será un látigo en manos del pueblo contra los órganos gubernamentales que funcionen mal. En mi opinión, la nueva constitución soviética será la constitución más democrática del mundo” (15).
A partir de este punto, Stalin y los miembros del Politburó más cercanos a él, Vyacheslav Molotov y Andrei Zhadanov se declararon a favor de elecciones abiertas y secretas en todas las discusiones dentro del liderazgo del Partido. (Zhukov, Inoy, 207-10; Entrevista Stalin-Howard).
Stalin también insistió en el hecho de que muchos ciudadanos soviéticos, que habían sido privados de sus derechos, los recuperarían. Esto incluía miembros de las clases explotadoras tales como terratenientes, y aquellos que habían luchado contra los bolcheviques durante la Guerra Civil de 1918-1921, los conocidos como "guardias blancos", así como aquellos condenados por algunos crímenes (como hoy en día en los EEUU). Los grupos mas importantes y probablemente mas numerosos entre los lishentsy ("despojados") fueron dos: los "kulaks", los principales objetivos durante los movimientos por la colectivización, unos años antes, y los que habían violado la "ley de los tres oídos" (8) que habían robado propiedades estatales, a menudo cereal, a veces simplemente para evitar el hambre. (Zhukov, Inoy 187)
Estas reformas electorales hubieran sido innecesarias, excepto si la dirección estalinista quería cambiar los modos en que era gobernada la Unión Soviética. Lo que perseguían era sacar al Partido Comunista de la dirección directa de la Unión Soviética.
Durante la Revolución Rusa y los críticos años que siguieron, la URSS había sido gobernada por una jerarquía electa de "soviets" ("consejos"), del nivel local hasta el nacional, con el Soviet Supremo como la sección legislativa, el Consejo de Comisarios del Pueblo como el ejecutivo, y el Secretario de este Consejo como cabeza del Estado. Pero en realidad, a todos los niveles, la elección de estos había estado en manos del Partido bolchevique. Hubo elecciones, pero el nombramiento directo por parte de los líderes del Partido, denominada "cooptación" era también habitual. Incluso las elecciones fueron controladas por el Partido, ya que nadie podía optar a presentarse a menos que contara con la aprobación de los dirigentes del Partido.
Esto para los bolcheviques era lógico. Era la forma que la dictadura del proletariado tomaba en las condiciones históricas específicas en la Unión Soviética revolucionaria y post-revolucionaria. Bajo la Nueva Política Económica, o NEP, (9), el trabajo y las capacidades de los explotadores se necesitaron. Pero solamente en orden a ponerse al servicio de la dictadura del proletariado, del socialismo. No se permitió reconstruir las relaciones capitalistas mas allá de ciertos límites, ni recuperar poder político.
Durante los años 20 y principios de los 30 el Partido bolchevique reclutó miembros entre la clase trabajadora de forma intensa. Hacia el fin de los años 20 la mayoría de los miembros del Partido eran trabajadores y un alto porcentaje de los trabajadores estaban en el Partido. Este reclutamiento masivo y los grandes proyectos de educación política tuvieron lugar simultáneamente a las tremendas tensiones del primer Plan quinquenal, la industrialización a marchas forzadas, y la colectivización en gran medida forzada de granjas individuales, a colectivas (kolkhoz) o soviéticas (sovkhoz). La dirección bolchevique fue tan sincera en su intento de proletarizar el Partido como exitosa en los resultados (Rigby, 167-8; 184; 199).
Stalin y sus seguidores dentro del Politburó dieron determinados motivos para respaldar su voluntad de democratizar la Unión Soviética. Esas razones refuerzan la creencia de esa dirección de que un nuevo estado de socialismo se había alcanzado.
La mayor parte de los campesinos estaban en granjas colectivas. Con un descenso mensual de granjas individuales, la dirección estalinista pensó que, objetivamente, los campesinos ya no constituían una clase socio-económica independiente. Los campesinos eran más parecidos que diferentes a los trabajadores.
Stalin argumentaba que, con el rápido crecimiento de la industria soviética, y sobre todo con la clase obrera controlando el poder político a través del Partido bolchevique, la palabra "proletariado" ya no era adecuada. "Proletariado", declaró Stalin, define la clase trabajadora bajo una explotación capitalista, o trabajando bajo relaciones capitalistas de producción, tales como las existentes durante los primeros doce años de la Unión Soviética, especialmente durante la NEP. Pero una vez abolida la explotación directa de los trabajadores por los capitalistas para beneficio, la clase trabajadora no debiera de ser llamada "proletariado".
Según este punto de vista, los explotadores de trabajo ajeno ya no existían. Los trabajadores, que ahora dirigían el país en su propio interés a través del Partido Bolchevique, no eran ya el clásico proletariado. Por tanto, la "dictadura del proletariado" ya no era un concepto pertinente. Esas condiciones nuevas suponían un nuevo tipo de estado. (Zhukov, Inoy, 231; 292; Stalin, "Borrador" 800-1).

Notas
1 La versión de León Trotsky de la historia soviética precedió a la de Khruschev, y se ensambla con esta última como una especie de versión "izquierdista", a pesar de su falta de prestigio fuera de los círculos trotskistas. Tanto la versión trotskista como la khruchevista vierten una imagen extremadamente negativa de Stalin; el término "demonizar" no es ninguna exageración. Sobre Trotsky, ver McNeal.
2 El extendido uso del término "terror" para caracterizar el periodo de historia soviética desde más o menos mediados de 1937 hasta 1939-40 puede achacarse a una aceptación acrítica del tendencioso y poco fiable trabajo de 1973 "El Gran Terror". El término es tan inexacto como polémico. Ver "Fear and Belief in the URSS's Gran Terror: Response a Arrest, 1935-1939, Slavic Reviw 45 (1986), 213-214. Thurston replicó y criticó el intento de Conquest de defender el término en "On Desk-Bound Parochialism, Commonsense Perspectives, and Lousy Evidence: A Reply to Robert Conquest." Slavic Review 45 (1986), 238-244. Ver también "Social Dimensions of Stalinist Rule: Humor and Terror in the USSR, 1935-1941." de Thurston,"Social Dimensions of Stalinist Rule: Humor and Terror in the USSR, 1935-1941." Journal of Social History 24, No. 3 (1991) 541-562; Life and Terror Ch. 5, 137-163.
3 El pensamiento marxista-leninista rechaza la "democracia representativa" capitalista por constituir esencialmente una cortina de humo para el control de las élites. Muchos pensadores políticos no-marxistas están de acuerdo con ello. Por ejemplo, ver Lewis H. Lapham (editor de Harper's Magazine), "Lights, Camera, Democracy! On the conventions of a make-believe republic," Harper's Magazine, Agusto 1996, 33-38.
4 Citado por Yuri Zhukov "Zhupel Stalina", Komsomolskaia Pravda Nov. 5 2002. El profesor Getty me ha confirmado esto en un e-mail.
5 El nombre del Partido fue cambiando en 1952 a Partido Comunista de la Unión Soviética.
6 Yenukidze, un viero revolucionario, paisano georgiano y amigo de Stalin, ocupo durante largo tiempo una posición preeminente en el Gobierno soviético, y nunca ha sido relacionado con ninguno de los grupos de oposición en los años 20. En esta época estaba al mando de la Guardia del Kremlin. Al cabo de unos pocos meses fue uno de los primeros en ser denunciado como miembro de un plan para un "golpe de mano" contra el liderazgo de Stalin. Zhukov (KP, 14 de Nov. 2002) indica que esto debió de ser especialmente irritante para Stalin.
7 La II Parte, Capítulo 3, Artículo 9 de la Constitución soviética de 1924, vigente en este momento, dio a los habitantes de las ciudades una elevadísima influencia social; un delegado soviético por cada 25.000 votantes urbanos, y un delegado por cada 125.000 votantes del campo. Esto estaba de acuerdo con el muy superior apoyo al socialismo por parte de los trabajadores, y con el concepto marxista del estado como dictadura del proletariado.
8 Esto, de hecho, no es una ley, sino "una decisión del Comité Ejecutivo, y el Consejo de Comisarios Populares", y, por lo tanto, de las áreas legislativa y ejecutiva del gobierno. El hecho de que sea llamada "ley" incluso en el ámbito académico demuestra que la mayoría de los que se refieren a ella ni siquiera lo han leído. Está impreso en Tragediia Sovetskoy Derevni. Kollektivizatsiia I Raskulachivanie. Documenty I Materialy. 1927-1939. Tom 3. Konets 1930-1933 (Moscow: ROSSPEN, 2001), No. 160, pp. 453-4, y en Sobranie zakonov i rasporiazhenii Raboche-Krest'ianskogo Pravitel'stva SSSR, chast' I, 1932, pp. 583-584. Mis agradecimientos al Dr. G•bor T. Rittersporn por esta última cita.
9 Para reconstruir la economía lo más rápidamente posible tras la devastación de la Guerra Civil y la consiguiente hambruna, los bolcheviques permitieron cierto florecimiento del capital y favorecieron ciertos negocios privados, siempre bajo el control gubernamental. Es lo que se denominó la Nueva Política Económica (NEP)

Capítulo 2 º

La lucha contra la burocracia
El liderazgo estalinista también estaba preocupado por el papel del Partido en este nuevo estadio del socialismo. El mismo Stalin planteó la lucha contra el "burocratismo" con gran fuerza desde una fecha tan temprana como su Informe al 17ª Congreso del Partido en Enero de 1934. (*10). Stalin, Molótof y otros denominaron al nuevo sistema electoral un "arma contra la burocratización".
Los líderes del Partido controlaban el gobierno, tanto decidiendo quien entraba en los Soviets como ejerciendo diversas formas de fiscalización o revisión sobre lo que los ministerios hacían. Dirigiéndose al 7º Congreso de los Soviets el 6 Febrero de 1935, Molotov dijo que las elecciones secretas "golpearán con gran fuerza a los elementos burocráticos y les propinarán un util shock". El informe de Yenukidze no recomendaba, ni indicaba, elecciones secretas ni la ampliación de los derechos civiles. (Stalin, Informe al 17º Congreso del P.C.; Zhukov, Inoy 124).
Los ministros y sus gabinetes tenían que saber sobre los asuntos de los que se encargaban, si querían ser eficaces en la producción. Esto significaba educación, y también conocimientos técnicos en su campo. Pero los líderes del Partido a menudo hicieron sus carreras solamente mediante una ascensión por los escalones del Partido. No se necesitaba ningún conocimiento técnico para esta clase de ascenso. Más bien se requerían criterios políticos. Estos funcionarios del Partido ejercieron el control, pero les faltaban los conocimientos prácticos que en teoría les hubieran facilitado una buena supervisión. (Stalin-Howard Entrevista, Zhukov, Inoy, 305; Zhukov, "Represii" 6.
Esto es, en apariencia, lo que la dirección de Stalin entendía por "burocratismo". A pesar de contemplarlo como algo peligroso -en lo que coincidían con toda la corriente marxista- no lo consideraban inevitable. Más bien pensaron que podría ser derrotado modificando el papel del Partido en una sociedad socialista.
El concepto de democracia que Stalin y sus seguidores en la dirección del Partido deseaban aplicar en la Unión Soviética incluía un cambio cualitativo en el papel del Partido bolchevique en el seno de la sociedad.
Aquellos documentos que fueron puestos a disposición de los investigadores nos permiten comprender que ya hacia el fin de la década de los 30 se llevaron a cabo algunos intentos de separación entre el Partido y el Estado, y de poner límites de una forma sustancial al papel del Partido en la vida del país. (Zhukov, Tayny 8)
Stalin y los suyos continuaron la lucha contra la oposición de otros elementos en el Partido bolchevique, resueltamente, pero con cada vez menos posibilidades de victoria, hasta la muerte de Stalin en 1953. La decisión de Lavrentii Beria de continuar esta lucha parece ser la auténtica causa de su muerte a manos de Khruschev y otros, bien en forma judicial, mediante un proceso basado en acusaciones inventadas en Diciembre de 1953 , o bien -como muchas pruebas sugieren- mediante el simple asesinato, en Junio de ese mismo año.
El Artículo 3 de la Constitución de 1936 manifiesta: "En la URSS todo el poder pertenece a los trabajadores de la ciudad y del campo, representado por los Soviets de Diputados Obreros". El Partido Comunista se menciona en el Artículo 126 como " la vanguardia de la clase obrera en la lucha por reforzar y desarrollar el sistema socialista, y es el núcleo dirigente de todas las organizaciones de trabajadores, tanto estatales como públicas". En otras palabras, El Partido dirigía 'organizaciones', pero no los órganos legislativos o ejecutivos del Estado. (Constitución de 1936; Zhukov, Tayny 29-30).
Parece ser que Stalin creyó que una vez apartado el Partido del control directo sobre la sociedad, su papel debiera quedar limitado a la agitación y a la propaganda, y a la participación en la selección de cuadros. ¿Qué hubiera significado esto? Tal lo vez algo como lo siguiente.
- El Partido regresaría a su función esencial de ganar a la gente para los ideales del comunismo.
-Sigue ....


Respuesta  Mensaje 6 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:07
 El Partido regresaría a su función esencial de ganar a la gente para los ideales del comunismo.
- Esto significaría el fin de las sinecuras y de los chollos, y la vuelta al estilo de trabajo duro y dedicación desprendida que caracterizó a los bolcheviques durante el zarismo, la Revolución y la Guerra Civil, el período de la NEP y el durísimo período de los planes de industrialización y colectivización. Durante estos períodos la militancia en el Partido, para la mayoría, significó trabajo duro y sacrificios, a menudo entre gente ajena al Partido, mucha de la cual era hostil a los bolcheviques. Era tarea necesaria para obtener una base real entre las masas. (Zhukov, KP Nov. 13 02; Mukhin, Ubiytvo).
Stalin insistía en que los comunistas tenían que ser gente acostumbrada al trabajo duro, cultos, capaces de hacer una contribución positiva a la producción y a la creación de la sociedad comunista. Así mismo Stalin fue un infatigable estudioso. (*11).
Resumiendo, las pruebas indican que Stalin consideraba al nuevo sistema electoral apropiado para cumplir los siguientes objetivos:
- Asegurar que la dirección de la producción y en general de la sociedad soviética estaba en manos de gente técnicamente preparada;
- Detener la degeneración del Partido bolchevique, y hacer regresar a los militantes del Partido, especialmente a sus líderes, a sus funciones primarias: protagonizar el liderazgo en lo político y en lo moral, mediante el ejemplo y la persuasión al resto de la sociedad;
- Reforzar el trabajo del Partido entre las masas;
- Ganar el apoyo de los ciudadanos para el gobierno;
- Crear las bases para una sociedad sin clases y comunista.

La derrota de Stalin
A lo largo de 1935, bajo el mandato de Andrei Vyshinski, Fiscal Jefe de la URSS, muchos ciudadanos que se habían exiliado, habían sido encarcelados y -lo más importante para nuestro propósito- privados del derecho de voto, volvieron a recuperar sus derechos. Centenares de miles de antiguos kulaks, granjeros ricos que eran la diana de la colectivización, y aquellos que habían sido encarcelados o se habían exiliado por oponerse a la colectivización de una u otra forma, fueron liberados. Vyshinski criticó duramente a la NKVD (Comisariado Popular para Asuntos Internos), incluyendo la seguridad interior, por "la cantidad de toscos errores y equivocaciones" en la deportación de casi 12.000 personas de Leningrado tras el asesinato de Kirov en Diciembre de 1934. Declaró que en adelante el NKVD no podría detener a nadie sin la previa autorización del fiscal. La población con derecho a voto aumentó en centenares de miles de personas que tenían motivos para pensar que el Estado y el Partido les había tratado injustamente (Thurston 6-9; Zhukov, KP Nov 14. 19 02 Zhukov, Inoy 187; Zhukov, "Represii" 7)
Originalmente, la intención de Stalin para la nueva Constitución no incluía elecciones con participación de todas las fuerzas políticas. Lo declaró en su entrevista con Roy Howard el 1 de Marzo de 1936. En el Pleno del Comité Central de Junio de 1937, Yakovlev -uno de los miembros del C.C. que, junto con Stalin, más había trabajado en el borrador de la nueva Constitución (Zhukov, Inoy 223)- dijo que la sugerencia de elecciones abiertas fue hecha por el mismo Stalin. Esta sugerencia parece haber encontrado con una amplia, si bien si bien no expresa, oposición por parte de los líderes regionales del Partido, los Primeros Secretarios, o la "partitocracia", como Zhukov los llama. Tras la entrevista con Howard no existió ni siquiera un apoyo nominal para la declaración de Stalin sobre elecciones abiertas en los principales periódicos, la mayoría de los cuales bajo el control directo del Politburó. Pravda publicó sólo un artículo, el 10 de Marzo, y no mencionó el tema de las elecciones.
De lo anterior deduce Zhukov:
Ésto solo podía significar una cosa. No solamente el "amplio liderazgo" (los Primeros Secretarios regionales) sino por lo menos una parte del aparato del Comité Central, la Agitprop bajo Stetskii y Tal, no aceptaron las innovaciones de Stalin, y no quisieron aprobar, ni siquiera de una manera puramente nominal, las elecciones, un peligro para muchos que, como se deducía de aquellas palabras de Stalin que Pravda subrayó, amenazaba la posición y el poder de los Primeros Secretarios, los Comités Centrales de los partidos comunistas de las nacionalidades, y los comités regionales, de ciudad, de óblast, y de áreas. (Inoy 211)
Los Secretarios del Partido mantenían los cargos, de los cuales no hubieran podido ser despojados por derrotas en cualesquiera elecciones en las que participasen. Pero el inmenso poder local del que disfrutaban procedía principalmente del control del Partido sobre cada uno de los aspectos del aparato económico y del aparato estatal: koljoses, fabricas, educación, ejército. El nuevo sistema electoral hubiera privado a estos Primeros Secretarios de sus posiciones automáticas como delegados en los Soviets, y de su posibilidad de elegir a su vez a otros delegados. Su derrota o la de "sus" candidatos (los candidatos del Partido) en las elecciones a los soviets serían, efectivamente, un referéndum sobre su labor. Un Secretario cuyos candidatos fuesen derrotados en las elecciones por candidatos no pertenecientes al Partido sería evidenciado como alguien con débiles lazos con las masas. Durante las campañas, los candidatos opositores iban a hacer con toda seguridad temas centrales de cualquier corrupción, autoritarismo o incompetencia que observaran entre los cargos del Partido. Los candidatos derrotados demostrarían tener serias debilidades como comunistas, y esto les llevaría probablemente a ser reemplazados. (Zhukov KP Nov. 13 02; Inoy 226; cf. Getty, "Excesses" 122-3)
Los líderes veteranos del Partido eran usualmente militantes con muchos años a sus espaldas, veteranos de los peligrosos días del zarismo, de la Revolución, de la Guerra Civil y de la colectivización, cuando ser comunista estaba cargado de peligros y dificultades. Muchos tenían una escasa educación académica. En contraste con Stalin, Kirov o Beria, parece que la mayoría de ellos no tenían muchas ganas o les era imposible el "rehacerse a si mismos" a través de la autoeducación. (Mukhin, Ubiystvo 37; Dimitrov 33-4; Stalin, Zastol'nye 235-6).
Todos aquellos hombres eran desde antiguo los apoyos de las políticas de Stalin. Habían llevado a cabo la dura colectivización del campesinado, durante la cual centenares de miles habían sido deportados. Durante los años 1932 y 1933 mucha gente, tal vez tres millones de personas, murieron por una hambruna que no fue responsabilidad de nadie, pero que hizo más severa para el campesinado la expropiación y la colectivización de cereal, a fin de alimentar a las ciudades, o murieron en las rebeliones armadas campesinas (que también causaron muchas víctimas entre los bolcheviques). Estos líderes del Partido habían estado al frente de la industrialización acelerada, también bajo unas duras condiciones de vivienda, insuficiente alimentación y falta de cuidados médicos, una paga escasa y pocas cosas para comprar con ese dinero. (Tauger; Anderson & Silver; Zhukov, KP Nov. 13 02).
Ahora, llegaban unas elecciones, en las cuales aquellos privados del derecho a voto por haberse posicionado en el lado equivocado de las políticas soviéticas volvían a disponer de ese derecho. Es probable que muchos temieran que esa gente votara contra sus candidatos, o contra cualquier candidato bolchevique. En ese caso, iban a ser degradados, o algo peor. Iban a conseguir algún puesto en el Partido, o -peor aún- algún trabajo. La nueva Constitución "de Stalin" garantizaba a cada soviético el derecho a un trabajo, con atención médica, pensiones, educación, etc. Pero estos hombres (prácticamente, todos eran hombres) estaban acostumbrados al poder y a los privilegios, todo ello amenazado por una derrota de sus candidatos en las elecciones. (Zhukov, KP Nov. 13 02; 1936 Const., Ch. X; cf. Getty, "Excesses" 125, sobre la importancia del sentimiento religioso en el país).

Juicios, conspiraciones, represión
Los planes para la nueva Constitución y las elecciones habían sido tratados en el Pleno del Comité Central de Junio de 1936. Los delegados aprobaron por unanimidad el borrador constitucional. Pero ninguno habló en su favor. Este fracaso en dar al menos un apoyo con la boca pequeña a una propuesta de Stalin indicaba ciertamente una "oposición latente de la dirección ampliada", una "evidente falta de compromiso" (Zhukov, Inoy 232, 236; "Repressii" 10-11).
Durante el 8 º Congreso de los Soviets de todas la Rusias, en los meses de Noviembre y Diciembre de 1936, Stalin y Molótov insistieron de nuevo en la importancia de ampliar el derecho a voto y de unas elecciones secretas y abiertas. Siguiendo el espíritu de la entrevista de Stalin con Howard, Molótov nuevamente resaltó los efectos beneficiosos, para el Partido, de permitir candidatos no comunistas a los Soviets:
Este sistema...no puede sino golpear a aquellos que han caído en el burocratismo, alienado de las masas... facilitará la promoción de nuevas fuerzas... debe potenciarse para reemplazar a los elementos mas atrasados o burocratizados (ochinovnivshimsya). Bajo esa nueva forma de elecciones, es posible la elección de elementos enemigos. Pero incluso este peligro, en último término, debe de servirnos, en tanto en cuanto servirá de látigo para aquellas organizaciones que lo necesiten, y para los trabajadores (del Partido) que se han quedado dormidos. (Zhukov, "Repressii" 15).
El mismo Stalin fue más allá:
Algunos dicen que esto es peligroso, ya que los elementos hostiles al poder soviético podrían fisgar a los niveles más altos, algunos de los antiguos guardias blancos, kulaks, sacerdotes, etc. Pero realmente ¿que hay que temer? 'Si tienes miedo de los lobos, no camines por el bosque'. Por un lado, no todos los antiguos kulaks, guardias blancos y curas son hostiles al poder soviético. Por otro, si el pueblo elige aquí o allí fuerzas hostiles, esto significará que nuestro trabajo de agitación está pobremente organizado, y que hemos merecido esta desgracia. (Zhukov, Inoy 293; Stalin, "Proyecto").
Nuevamente, los Secretarios primeros demostraron una tácita hostilidad. El Pleno del Comité Central de Diciembre de 1936, cuyas sesiones se solaparon con las del Congreso, se reunió el 4 de Diciembre. Pero no hubo ninguna discusión del primer punto en el orden del día, el borrador de la Constitución. El informe de Yezhov, "Sobre las organizaciones antisoviéticas de derecha y troskistas" estaba mucho más cerca de las preocupaciones de los miembros del Comité Central. . ("Fragmenty" 4-5; Zhukov, Inoy 310-11).
El 5 de Diciembre de 1936 el Congreso aprobó el borrador de la nueva Constitución. Pero no existió realmente discusión. Por el contrario, los delegados (líderes del Partido) enfatizaron las amenazas de los enemigos exteriores e interiores. Más que discursos de aprobación de la Constitución, (tema principal sobre el que informó Stalin) los delegados Molótov, Zhdanov, Litvinov y Vyshinski lo ignoraron virtualmente. Se nombró una comisión para el posterior estudio del borrador constitucional, sin decidir nada sobre elecciones abiertas. (Zhukov, Inoy 294; 298; 309).
La situación era efectivamente muy tensa. La victoria de los fascistas en la Guerra civil española era solo cuestión de tiempo. La Unión Soviética estaba rodeada de potencias hostiles. En la segunda mitad de la década de los años 30 absolutamente todos esos países eran regímenes abiertamente autoritarios, militaristas, anti-comunistas y anti-soviéticos. En Octubre de 1936 Finlandia hizo fuego hacia la frontera soviética. Ese mismo mes se forma el eje Berlin-Roma por Hitler y Mussolini. Un mes más tarde, Japón se une a la Alemania nazi y a la fascista Italia para formar el Pacto Anti-Komitern. Los esfuerzos soviéticos para formar alianzas militares contra la Alemania nazi encontró el rechazo de las capitales occidentales. (Zhukov, Inoy 285-309).
Mientras el Congreso trataba la nueva Constitución, la dirección soviética estaba a caballo de los dos principales juicios de Moscú. Zinoviev y Kamenev fueron juzgados junto a otros en Agosto de 1936. El segundo juicio, en Enero de 1937, afectaba a algunos de los principales seguidores de Trotsky, dirigidos por Yuri Piatakov, que hasta hacía poco fue el Comisario delegado de Industria Pesada. [*12].
El Pleno del Comité Central de Febrero-Marzo de 1937 puso de manifiesto las contradicciones dentro de la dirección del Partido: la lucha contra los enemigos internos, y la necesidad de preparar elecciones abiertas y secretas bajo la nueva Constitución para finales de año. El descubrimiento paulatino de más y más grupos conspirando para derrocar el gobierno soviético demandó acciones policiales. Pero la preparación de elecciones auténticamente democráticas, y la mejora en la democracia interior del Partido (tema continuamente apoyado por los mas cercanos a Stalin dentro del Politburó) requería precisamente lo contrario: apertura a la crítica y a la autocrítica, elecciones secretas de los líderes del Partido, y poner fin a la "cooptación" por parte de los Secretarios primeros.
Este Pleno, el más largo en la historia de la URSS, se prolongó dos semanas. Pero casi nada se supo de ello hasta 1992, cuando la voluminosa transcripción del Pleno empezó a publicarse en Voprosy Istorii, publicación que le llevó a este periódico cuatro años.
El informe de Yezhov respecto a continuar las investigaciones sobre las conspiraciones en el país fue diluido por Nikolai Bukharin, quien, mediante elocuentes intentos de confesar pasadas fechorías, se distanciaba de sus antiguos asociados, asegurando su actual lealtad, que sólo sirvió para culparse él mismo posteriormente. (Thurston, 40-42; Getty y Naumov lo confirman.563).
Tres días mas tarde, Zhadanov habló sobre la necesidad de una mayor democracia tanto en el país como en el Partido, invocando la lucha contra la burocracia y la necesidad de lazos mas fuertes con las masas, tanto del Partido como de fuera del Partido.
El nuevo sistema electoral dará un poderoso impulso hacia la mejora en el trabajo de los organismos soviéticos, la liquidación de instituciones burocráticas, la eliminación de defectos burocráticos y la deformación en el trabajo de las organizaciones soviéticas. Esos defectos, como usted sabe, son muy importantes. Los organismos de nuestro Partido deben estar preparados para la lucha electoral. En las elecciones tendremos que tratar con la agitación de los enemigos y con candidatos enemigos. (Zhukov, Inoy 343).
No hay ninguna duda, como portavoz de la dirección estalinista, preveía contiendas electorales con candidatos no pertenecientes al Partido y opuestos a los procesos que se daban en la Unión Soviética. Este hecho por si mismo es totalmente incompatible con las versiones de la Guerra Fría y con las explicaciones khruschovistas.
Zhdanov también recalcó durante largo tiempo la necesidad de desarrollar normas democráticas dentro del mismo Partido bolchevique.
"Si queremos ganarnos el respeto de los trabajadores soviéticos y del Partido a nuestras leyes, de las masas a la Constitución soviética, debemos garantizar la reestructuración (perestroika) del Partido sobre la base del total establecimiento de las bases de la democracia interna, como se refleja en los reglamentos de nuestro Partido."
Enumeró a continuación las medidas esenciales, ya contenidas en el proyecto de resolución en su informe: la eliminación de la cooptación, la prohibición de las votaciones a mano alzada; garantizar "el derecho ilimitado de los miembros del Partido de apartar a los candidatos elegidos y el derecho ilimitado para criticar a estos candidatos". (Zhukov, Inoy 345)
Pero el informe de Zhdanov se hundió entre las discusiones de otros puntos del orden del día, principalmente discusiones sobre los "enemigos". Cierto número de Primeros secretarios respondieron alarmados que se preparaban o se suponía que se preparaban para las elecciones soviéticas eran contrarios al poder soviético: social-revolucionarios, el sacerdocio, y otros "enemigos". [*13]
Molótov replicó con una aportación resaltando, una vez más, "el desarrollo y el reforzamiento de la autocrítica", y se opuso directamente a la "búsqueda de enemigos":
"No tiene sentido buscar culpables, camaradas. Si lo preferimos, todos somos culpables, empezando por lo órganos centrales del Partido y acabado con las organizaciones de base". (Zhukov, Inoy 349)
Pero las intervenciones posteriores ignoraron su informe, y continuaron machacando con la "búsqueda de enemigos", de denunciar a los "saboteadores", y la lucha contra el "sabotaje". (352). Cuando volvió a intervenir, Molótov se asombró de que no se hubiera prestado al fondo de su intervención, que volvió a repetir, tras resumir lo que se estaba haciendo contra los enemigos internos.
El discurso de Stalin del 3 de Marzo estuvo también dividido en dos partes, volviendo hacia el final a la necesidad de mejorar el trabajo del Partido, suprimiendo a los incapaces y reemplazándolos con nuevos camaradas. Como el de Molótov, el discurso de Stalin fue virtualmente ignorado.
Desde el principio de las discusiones los temas de Stalin fueron comprensibles. Parecía estar rodeado de una pared sorda de incomprensión, de la falta de voluntad de los miembros del Comité Central, que oyeron en el informe sólo lo que querían oír, y discutir sólo lo que querían discutir. De las 24 personas que participaron en las discusiones, 15 hablaron principalmente sobre "los enemigos del pueblo", es decir, los troskistas. Hablaron con convicción, con agresividad, como lo hicieron tras los informes de Zhdavon y Molótov. Redujeron todos los problemas a uno: la necesaria búsqueda de "enemigos". Y ninguno recogió el principal punto de Stalin, sobre el mal funcionamiento del trabajo en las organizaciones del Partido y la preparación para las elecciones del Soviet supremo. (Zhukov, Inoy, 357)

Notas
*11 Esto no es comúnmente conocido, ni su significado comprendido. Nuestra opinión sobre Stalin ha sido muy moldeada por aquellos que le odiaron (McNeal 87). Stalin fué un excelente estudiante en el seminario de Iblisi (Georgia) donde su madre le había enviado. Dedicando su vida desde sus años de adolescencia al movimiento revolucionario de la clase obrera, nunca tuvo oportunidades para una educación superior. Pero era muy inteligente y un voraz lector cuyo aprendizaje oscilaba desde la filosofía hasta cuestiones técnicas como la metalurgia. Los registros de la época dan fe de su atención a los detalles y profundo conocimiento de muchas áreas técnicas. Un académico ruso que ha estudiado la biblioteca de Stalin ofrece unas cifras impresionantes: 20.000 volúmenes en la dacha tras la guerra; muchos de los 5.500 trasladados al Instituto de Marxismo-Leninismo tras su muerte está anotados y subrayados (Ilizarov). Roy Medvedev, que odia a Stalin, admite a regañadientes las considerables lecturas de Stalin (Medvedev, "Lichnaia").
Muchas de los colaboradores más cercanos que escogió reflejan esta misma tendencia a la superación personal. Sergei Kirov, el líder del Partido en Leningrado y estrecho aliado de Stalin que fue asesinado en 1934, destacó por su amplias lecturas literarias (Kirlina 175). "Cuando Kirov fue asesinado, los investigadores fotografiaron todo lo que pudiera ayudar a la investigación, incluyendo la superficie de su mesa de trabajo. A su derecha estaba un manual de ingeniería de Hutte, a la izquierda un montón de publicaciones científicas y técnicas, leyéndose en el título superior "Combustible Shale". Efectivamente, era muy amplia la esfera de intereses de este trabajador del Partido, como lo era la de Stalin. (Mukhin Ubiystvo 625)
En 1924 Lavrenty Beria, tras varios años de trabajo revolucionario y clandestino muy peligroso, parte del cual era la infiltración en los grupos violentos de anti-comunistas caucásicos, escribió su currículum en el Partido. El propósito de enumerar sus méritos era una petición, no para un trabajo cómodo, como pedían la mayoría de "viejos bolcheviques", sino que fuera permitida su vuelta a sus estudios de ingeniería, para poder contribuir así a la construcción de una sociedad comunista. (Beria: Konets Kar'ery, 320-325)
*12 Thurston, en los Capítulos 2 hasta el 4, es el mejor resumen, en los primeros años 90, de las pruebas relacionadas con los juicios de Moscú. Este artículo no tratará directamente de estos juicios, ni del juicio y ejecución del mariscal Tukhachevsky y otros líderes militares en Junio de 1937, o sobre las relaciones entre todas las conspiraciones antisoviéticas en esos juicios alegadas. Como aclaran los documentos de los archivos soviéticos, Stalin y otros dirigentes soviéticos estaban convencidos de que las conspiraciones existían, y de que las acusaciones en los juicios de Moscú, incluyendo aquellas contra líderes militares, eran, al menos en su mayor parte, acertadas.
*13 Getty subraya que los miembros del Comité Central rehusaron responder al discurso de Zhdanov, llevando la confusión al secretario Andreev. ("Excesos" 124). Zhukov pone menos énfasis en esto, ya que Eikhe y otros primeros secretarios respondieron en la siguiente sesión, destacando la lucha contra "los enemigos". (Inoy 345).

Capítulo 3º

En su discurso final del 5 de Marzo, el día final del Pleno, Stalin minimizó la necesidad de descubrir enemigos, incluso trotskistas, muchos de los cuales, según dijo, habían regresado al Partido. Su punto principal fue la necesidad de impedir a los funcionarios del Partido dirigir todos y cada uno de los aspectos económicos, combatir la burocracia, y elevar el nivel político. En otras palabras, Stalín apostó por elevar el nivel de crítica a los secretarios.
"Algunos camaradas entre nosotros piensan que si ellos son Narkom (Comisario Popular), saben todo lo que hay que saber. Piensan que el grado, por si mismo, garantiza grandes e inagotables conocimientos. O bien piensan: "si soy un miembro del Comité Central, no lo soy por accidente, luego significa que sé todo". Eso no es así. (Stalin, Zakliuchitel'noe; Zhukov, Inoy 360-1)
Algo que sonaba amenazante para todos los dirigentes del Partido, incluyendo a los primeros secretarios, es la afirmación de Stalin de que deberían elegir dos cuadros que les sustituyeran, mientras asistían a un curso de educación política de seis meses de duración, que se implantarían muy pronto. Esa sustitución era peligrosa para los secretarios del Partido, que temían que durante ese espacio de tiempo fuesen destinados a otro lugar, rompiendo así la estructura de su "clan" (otros dirigentes a su servicio), una causa principal de burocracia. (Zhukov, Inoy 362).
Thurston define el discurso de Stalin como "notablemente suave", apoyando "la necesidad de aprender de las masas, y prestar atención a las críticas de abajo". Incluso la resolución basada en el informe de Stalin tocaba sólo levemente el tema de los "enemigos", y trataba principalmente de fallos en la organización del Partido y en su dirección. Según Zhukov, que menciona esta resolución no publicada, ni uno sólo de sus 25 puntos estaba relacionado principalmente con los "enemigos". (Thurston, 48-9; Zhukov, Inoy 362-4)14
Tras el Pleno, los Primeros Secretarios protagonizaron virtualmente una rebelión. Primero Stalin, y más tarde el Politburó, emitieron mensajes recordando la necesidad de efectuar votaciones secretas en el seno del Partido, oponerse a las conductas de cooptación favoreciendo las elecciones, y la necesidad de generalizar la democracia interna en el Partido. Los primeros secretarios siguieron haciendo las cosas al viejo estilo, independientemente de las resoluciones del Pleno.
En los meses siguientes, Stalin y sus más próximos intentaron que la caza de los "enemigos" no fuera el foco principal, la principal preocupación de los miembros del Comité Central, insistiendo en la lucha contra la burocracia en el Partido, y en preparar las elecciones al Soviet. Mientras "los líderes locales del Partido hicieron todo lo que la disciplina del Partido les permitía, y a veces más, para suspender o retrasar las elecciones". (Getty, "Excesses" 126; Zhukov, Inoy 367-71)
El súbito descubrimiento en Abril, Mayo y principios de Junio de 1937 de lo que aparentemente era un extenso complot militar y policial hizo que el pánico cundiese en el gobierno de Stalin. Genrikh Yagoda, director de la seguridad y Ministro de Asuntos Interiores, fue arrestado a finales de Marzo de 1937, y empezó a confesar en Abril. En Mayo y principios de Junio de 1937, militares de alto rango confesaron su conjura con el alto mando alemán para derrotar al Ejército Rojo en el caso de una invasión por parte de Alemania y de sus aliados, y sus relaciones conspirativas con políticos, incluídos muchos que ocupaban aún posiciones destacadas. (Getty, "Excesses" 115, 135; Thurston, 70, 90, 101-2; Genrikh IAgoda)15
Esta situación era mucho mas seria que cualquiera en momentos anteriores. Durante los juicios de Moscú de 1936 y 1937 el gobierno se tomó tiempo para preparar los procesos y organizar unos juicios públicos dotados de la máxima publicidad. Pero la conjura militar fue tratada de forma muy diferente. Poco más de tres semanas transcurrieron desde la fecha de la detención de Mikhail Tukhachevsky a finales de Mayo hasta el juicio y ejecución de este y de otros siete militares de alta graduación los días 11 y 12 de Junio. Durante este periodo, centenares de militares de alta graduación fueron requeridos en Moscú para escuchar las pruebas contra sus colegas -sus superiores, para la mayoría de ellos- y para escuchar los alarmantes análisis de Stalin y del Mariscal Voroshilov, Comisario del Pueblo para la Defensa, y el militar de más alta graduación del país.
En las fechas del Pleno, febrero o marzo, ni Yagoda ni Tukhachevsky habían sido aún arrestados. Stalin y el Politburó tenían como objetivo que la Constitución fuera el punto principal de su agenda, y se pusieron a la defensiva ante el hecho de que la mayoría de los miembros del Comité Central ignoraran este punto, prefiriendo insistir en la batalla contra los "enemigos". El Politburó planeó que las reformas constitucionales fueran también el punto esencial del siguiente pleno a celebrar en Junio de 1937. Pero la situación en Junio era muy diferente. El descubrimiento de complots en la cúpula del NKVD y muchos destacados líderes militares para derribar el gobierno y matar a sus dirigentes, cambió por completo la atmósfera política.
Stalin se colocó a la defensiva. En su discurso del 2 de Junio a la sesión ampliada del Soviet del Ejército (reunido del 1 al 4 de Junio), describió la serie de conspiraciones recientemente [16] descubiertas como "limitadas", y afrontadas en forma ampliamente exitosa. También en el Pleno de Febrero-Marzo, él y sus apoyos en el Politburó minimizaron las exageradas preocupaciones de los primeros secretarios sobre los "enemigos internos". Pero, como Zhukov subraya, la situación "lenta, pero decisivamente, se iba de las manos (de Stalin)". (Stalin, "Vystuplenie"; Zhukov, Inoy Ch. 16, passim; 411).
El pleno del Comité Central de Junio de 1937 (17) empezó con propuestas de exclusión, en primer lugar, de siete miembros del Comité Central y candidatos por "falta de confianza política", y después con la de otros 19 miembros y candidatos por "traición y actividad contrarrevolucionaria". Estos últimos diecinueve fueron arrestados por el NKVD incluyendo los diez miembros expulsados por parecidas acusaciones antes del pleno por un grupo de miembros del Comité Central (incluyendo los mandos militares ya juzgados, culpados y ejecutados), significaba que 36 de los 120 miembros y suplentes del Comité Central habían sido destituidos antes del 1 de Mayo.
Yakovlev y Molótov criticaron el fracaso de los dirigentes del Partido en organizar elecciones independientes a los Soviets. Molótov apoyó incluso la medida de apartar del camino a revolucionarios distinguidos si no estuviesen preparados para las tareas del momento. Insistió en que los dirigentes de los Soviets no eran "trabajadores de segunda fila". Evidentemente, los dirigentes del Partido les estaban tratando como tales.
Yakovlev expuso y criticó el fracaso de los primeros Secretarios a la hora de efectuar elecciones secretas para los puestos del Partido, apoyándose por el contrario en los nombramientos ("cooptación"). Destacó el hecho de que los miembros del Partido que fueran elegidos delegados en los Soviets no estuvieran bajo la disciplina de grupos del Partido, fuera de los Soviets, que les dijesen como tenían que votar. Que su voto no fuera el que les indicaran sus superiores en el Partido, tales como los Primeros Secretarios. Tenían que ser independientes de ellos. Y Yakovlev se refirió en los más duros términos a la necesidad de "reclutar de la muy rica reserva de nuevos cuadros para reemplazar a aquellos que se han corrompido o burocratizado". Todas estas afirmaciones constituyen un ataque explícito a los primeros secretarios. (Zhukov, Inoy 424-7; Tayny, 39-40, citando documentos de archivo).
La Constitución fue finalmente contemplada, y la fecha de las primeras elecciones se fijó para el 12 de Diciembre de 1937. Los dirigentes cercanos a Stalin nuevamente expusieron las ventajas de la lucha contra la burocracia y de crear lazos con las masas. Sin embargo -una vez más- todo esto fue posterior a la igualmente expulsión sumaria y sin precedentes de los 26 miembros del Comité Central, 19 de los cuales fueron acusados directamente de traición y actividades contrarrevolucionarias. (Zhukov, Inoy 430)
Tal vez lo más revelador sea el siguiente comentario de Stalin, comentado por Zhukov:
"Finalizando las discusiones, cuando el tema era la búsqueda de un método de contar papeletas mas fiable, [Stalin] comentó que en Occidente, gracias a un sistema multipartidista, este problema no existía. Inmediatamente después, murmuró una frase que sonó muy extrañamente en un encuentro de ese tipo: "Nosotros no tenemos partidos políticos diferentes. Afortunadamente o desgraciadamente, tenemos solo un partido." [Subrayado por Zhukov]. Para pasar a proponer, aún cuando sólo provisionalmente, utilizar para el recuento y supervisión a miembros de todas las organizaciones sociales existentes, menos las del Partido Bolchevique... El desafío a la autocracia en el Partido estaba planteado. ( Zhukov, Inoy 430-1; Tayny 38).
El Partido Bolchevique sufría una severa crisis, y era imposible suponer que las cosas se desarrollaran con suavidad. Era la peor situación posible para organizar unas elecciones democráticas (secretas, universales, abiertas). El plan de Stalin de reformar el gobierno soviético y el papel en ello del Partido Bolchevique estaba condenado.

 


Respuesta  Mensaje 7 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:13
 El Partido regresaría a su función esencial de ganar a la gente para los ideales del comunismo.
- Esto significaría el fin de las sinecuras y de los chollos, y la vuelta al estilo de trabajo duro y dedicación desprendida que caracterizó a los bolcheviques durante el zarismo, la Revolución y la Guerra Civil, el período de la NEP y el durísimo período de los planes de industrialización y colectivización. Durante estos períodos la militancia en el Partido, para la mayoría, significó trabajo duro y sacrificios, a menudo entre gente ajena al Partido, mucha de la cual era hostil a los bolcheviques. Era tarea necesaria para obtener una base real entre las masas. (Zhukov, KP Nov. 13 02; Mukhin, Ubiytvo).
Stalin insistía en que los comunistas tenían que ser gente acostumbrada al trabajo duro, cultos, capaces de hacer una contribución positiva a la producción y a la creación de la sociedad comunista. Así mismo Stalin fue un infatigable estudioso. (*11).
Resumiendo, las pruebas indican que Stalin consideraba al nuevo sistema electoral apropiado para cumplir los siguientes objetivos:
- Asegurar que la dirección de la producción y en general de la sociedad soviética estaba en manos de gente técnicamente preparada;
- Detener la degeneración del Partido bolchevique, y hacer regresar a los militantes del Partido, especialmente a sus líderes, a sus funciones primarias: protagonizar el liderazgo en lo político y en lo moral, mediante el ejemplo y la persuasión al resto de la sociedad;
- Reforzar el trabajo del Partido entre las masas;
- Ganar el apoyo de los ciudadanos para el gobierno;
- Crear las bases para una sociedad sin clases y comunista.

La derrota de Stalin
A lo largo de 1935, bajo el mandato de Andrei Vyshinski, Fiscal Jefe de la URSS, muchos ciudadanos que se habían exiliado, habían sido encarcelados y -lo más importante para nuestro propósito- privados del derecho de voto, volvieron a recuperar sus derechos. Centenares de miles de antiguos kulaks, granjeros ricos que eran la diana de la colectivización, y aquellos que habían sido encarcelados o se habían exiliado por oponerse a la colectivización de una u otra forma, fueron liberados. Vyshinski criticó duramente a la NKVD (Comisariado Popular para Asuntos Internos), incluyendo la seguridad interior, por "la cantidad de toscos errores y equivocaciones" en la deportación de casi 12.000 personas de Leningrado tras el asesinato de Kirov en Diciembre de 1934. Declaró que en adelante el NKVD no podría detener a nadie sin la previa autorización del fiscal. La población con derecho a voto aumentó en centenares de miles de personas que tenían motivos para pensar que el Estado y el Partido les había tratado injustamente (Thurston 6-9; Zhukov, KP Nov 14. 19 02 Zhukov, Inoy 187; Zhukov, "Represii" 7)
Originalmente, la intención de Stalin para la nueva Constitución no incluía elecciones con participación de todas las fuerzas políticas. Lo declaró en su entrevista con Roy Howard el 1 de Marzo de 1936. En el Pleno del Comité Central de Junio de 1937, Yakovlev -uno de los miembros del C.C. que, junto con Stalin, más había trabajado en el borrador de la nueva Constitución (Zhukov, Inoy 223)- dijo que la sugerencia de elecciones abiertas fue hecha por el mismo Stalin. Esta sugerencia parece haber encontrado con una amplia, si bien si bien no expresa, oposición por parte de los líderes regionales del Partido, los Primeros Secretarios, o la "partitocracia", como Zhukov los llama. Tras la entrevista con Howard no existió ni siquiera un apoyo nominal para la declaración de Stalin sobre elecciones abiertas en los principales periódicos, la mayoría de los cuales bajo el control directo del Politburó. Pravda publicó sólo un artículo, el 10 de Marzo, y no mencionó el tema de las elecciones.
De lo anterior deduce Zhukov:
Ésto solo podía significar una cosa. No solamente el "amplio liderazgo" (los Primeros Secretarios regionales) sino por lo menos una parte del aparato del Comité Central, la Agitprop bajo Stetskii y Tal, no aceptaron las innovaciones de Stalin, y no quisieron aprobar, ni siquiera de una manera puramente nominal, las elecciones, un peligro para muchos que, como se deducía de aquellas palabras de Stalin que Pravda subrayó, amenazaba la posición y el poder de los Primeros Secretarios, los Comités Centrales de los partidos comunistas de las nacionalidades, y los comités regionales, de ciudad, de óblast, y de áreas. (Inoy 211)
Los Secretarios del Partido mantenían los cargos, de los cuales no hubieran podido ser despojados por derrotas en cualesquiera elecciones en las que participasen. Pero el inmenso poder local del que disfrutaban procedía principalmente del control del Partido sobre cada uno de los aspectos del aparato económico y del aparato estatal: koljoses, fabricas, educación, ejército. El nuevo sistema electoral hubiera privado a estos Primeros Secretarios de sus posiciones automáticas como delegados en los Soviets, y de su posibilidad de elegir a su vez a otros delegados. Su derrota o la de "sus" candidatos (los candidatos del Partido) en las elecciones a los soviets serían, efectivamente, un referéndum sobre su labor. Un Secretario cuyos candidatos fuesen derrotados en las elecciones por candidatos no pertenecientes al Partido sería evidenciado como alguien con débiles lazos con las masas. Durante las campañas, los candidatos opositores iban a hacer con toda seguridad temas centrales de cualquier corrupción, autoritarismo o incompetencia que observaran entre los cargos del Partido. Los candidatos derrotados demostrarían tener serias debilidades como comunistas, y esto les llevaría probablemente a ser reemplazados. (Zhukov KP Nov. 13 02; Inoy 226; cf. Getty, "Excesses" 122-3)
Los líderes veteranos del Partido eran usualmente militantes con muchos años a sus espaldas, veteranos de los peligrosos días del zarismo, de la Revolución, de la Guerra Civil y de la colectivización, cuando ser comunista estaba cargado de peligros y dificultades. Muchos tenían una escasa educación académica. En contraste con Stalin, Kirov o Beria, parece que la mayoría de ellos no tenían muchas ganas o les era imposible el "rehacerse a si mismos" a través de la autoeducación. (Mukhin, Ubiystvo 37; Dimitrov 33-4; Stalin, Zastol'nye 235-6).
Todos aquellos hombres eran desde antiguo los apoyos de las políticas de Stalin. Habían llevado a cabo la dura colectivización del campesinado, durante la cual centenares de miles habían sido deportados. Durante los años 1932 y 1933 mucha gente, tal vez tres millones de personas, murieron por una hambruna que no fue responsabilidad de nadie, pero que hizo más severa para el campesinado la expropiación y la colectivización de cereal, a fin de alimentar a las ciudades, o murieron en las rebeliones armadas campesinas (que también causaron muchas víctimas entre los bolcheviques). Estos líderes del Partido habían estado al frente de la industrialización acelerada, también bajo unas duras condiciones de vivienda, insuficiente alimentación y falta de cuidados médicos, una paga escasa y pocas cosas para comprar con ese dinero. (Tauger; Anderson & Silver; Zhukov, KP Nov. 13 02).
Ahora, llegaban unas elecciones, en las cuales aquellos privados del derecho a voto por haberse posicionado en el lado equivocado de las políticas soviéticas volvían a disponer de ese derecho. Es probable que muchos temieran que esa gente votara contra sus candidatos, o contra cualquier candidato bolchevique. En ese caso, iban a ser degradados, o algo peor. Iban a conseguir algún puesto en el Partido, o -peor aún- algún trabajo. La nueva Constitución "de Stalin" garantizaba a cada soviético el derecho a un trabajo, con atención médica, pensiones, educación, etc. Pero estos hombres (prácticamente, todos eran hombres) estaban acostumbrados al poder y a los privilegios, todo ello amenazado por una derrota de sus candidatos en las elecciones. (Zhukov, KP Nov. 13 02; 1936 Const., Ch. X; cf. Getty, "Excesses" 125, sobre la importancia del sentimiento religioso en el país).

Juicios, conspiraciones, represión
Los planes para la nueva Constitución y las elecciones habían sido tratados en el Pleno del Comité Central de Junio de 1936. Los delegados aprobaron por unanimidad el borrador constitucional. Pero ninguno habló en su favor. Este fracaso en dar al menos un apoyo con la boca pequeña a una propuesta de Stalin indicaba ciertamente una "oposición latente de la dirección ampliada", una "evidente falta de compromiso" (Zhukov, Inoy 232, 236; "Repressii" 10-11).
Durante el 8 º Congreso de los Soviets de todas la Rusias, en los meses de Noviembre y Diciembre de 1936, Stalin y Molótov insistieron de nuevo en la importancia de ampliar el derecho a voto y de unas elecciones secretas y abiertas. Siguiendo el espíritu de la entrevista de Stalin con Howard, Molótov nuevamente resaltó los efectos beneficiosos, para el Partido, de permitir candidatos no comunistas a los Soviets:
Este sistema...no puede sino golpear a aquellos que han caído en el burocratismo, alienado de las masas... facilitará la promoción de nuevas fuerzas... debe potenciarse para reemplazar a los elementos mas atrasados o burocratizados (ochinovnivshimsya). Bajo esa nueva forma de elecciones, es posible la elección de elementos enemigos. Pero incluso este peligro, en último término, debe de servirnos, en tanto en cuanto servirá de látigo para aquellas organizaciones que lo necesiten, y para los trabajadores (del Partido) que se han quedado dormidos. (Zhukov, "Repressii" 15).
El mismo Stalin fue más allá:
Algunos dicen que esto es peligroso, ya que los elementos hostiles al poder soviético podrían fisgar a los niveles más altos, algunos de los antiguos guardias blancos, kulaks, sacerdotes, etc. Pero realmente ¿que hay que temer? 'Si tienes miedo de los lobos, no camines por el bosque'. Por un lado, no todos los antiguos kulaks, guardias blancos y curas son hostiles al poder soviético. Por otro, si el pueblo elige aquí o allí fuerzas hostiles, esto significará que nuestro trabajo de agitación está pobremente organizado, y que hemos merecido esta desgracia. (Zhukov, Inoy 293; Stalin, "Proyecto").
Nuevamente, los Secretarios primeros demostraron una tácita hostilidad. El Pleno del Comité Central de Diciembre de 1936, cuyas sesiones se solaparon con las del Congreso, se reunió el 4 de Diciembre. Pero no hubo ninguna discusión del primer punto en el orden del día, el borrador de la Constitución. El informe de Yezhov, "Sobre las organizaciones antisoviéticas de derecha y troskistas" estaba mucho más cerca de las preocupaciones de los miembros del Comité Central. . ("Fragmenty" 4-5; Zhukov, Inoy 310-11).
El 5 de Diciembre de 1936 el Congreso aprobó el borrador de la nueva Constitución. Pero no existió realmente discusión. Por el contrario, los delegados (líderes del Partido) enfatizaron las amenazas de los enemigos exteriores e interiores. Más que discursos de aprobación de la Constitución, (tema principal sobre el que informó Stalin) los delegados Molótov, Zhdanov, Litvinov y Vyshinski lo ignoraron virtualmente. Se nombró una comisión para el posterior estudio del borrador constitucional, sin decidir nada sobre elecciones abiertas. (Zhukov, Inoy 294; 298; 309).
La situación era efectivamente muy tensa. La victoria de los fascistas en la Guerra civil española era solo cuestión de tiempo. La Unión Soviética estaba rodeada de potencias hostiles. En la segunda mitad de la década de los años 30 absolutamente todos esos países eran regímenes abiertamente autoritarios, militaristas, anti-comunistas y anti-soviéticos. En Octubre de 1936 Finlandia hizo fuego hacia la frontera soviética. Ese mismo mes se forma el eje Berlin-Roma por Hitler y Mussolini. Un mes más tarde, Japón se une a la Alemania nazi y a la fascista Italia para formar el Pacto Anti-Komitern. Los esfuerzos soviéticos para formar alianzas militares contra la Alemania nazi encontró el rechazo de las capitales occidentales. (Zhukov, Inoy 285-309).
Mientras el Congreso trataba la nueva Constitución, la dirección soviética estaba a caballo de los dos principales juicios de Moscú. Zinoviev y Kamenev fueron juzgados junto a otros en Agosto de 1936. El segundo juicio, en Enero de 1937, afectaba a algunos de los principales seguidores de Trotsky, dirigidos por Yuri Piatakov, que hasta hacía poco fue el Comisario delegado de Industria Pesada. [*12].
El Pleno del Comité Central de Febrero-Marzo de 1937 puso de manifiesto las contradicciones dentro de la dirección del Partido: la lucha contra los enemigos internos, y la necesidad de preparar elecciones abiertas y secretas bajo la nueva Constitución para finales de año. El descubrimiento paulatino de más y más grupos conspirando para derrocar el gobierno soviético demandó acciones policiales. Pero la preparación de elecciones auténticamente democráticas, y la mejora en la democracia interior del Partido (tema continuamente apoyado por los mas cercanos a Stalin dentro del Politburó) requería precisamente lo contrario: apertura a la crítica y a la autocrítica, elecciones secretas de los líderes del Partido, y poner fin a la "cooptación" por parte de los Secretarios primeros.
Este Pleno, el más largo en la historia de la URSS, se prolongó dos semanas. Pero casi nada se supo de ello hasta 1992, cuando la voluminosa transcripción del Pleno empezó a publicarse en Voprosy Istorii, publicación que le llevó a este periódico cuatro años.
El informe de Yezhov respecto a continuar las investigaciones sobre las conspiraciones en el país fue diluido por Nikolai Bukharin, quien, mediante elocuentes intentos de confesar pasadas fechorías, se distanciaba de sus antiguos asociados, asegurando su actual lealtad, que sólo sirvió para culparse él mismo posteriormente. (Thurston, 40-42; Getty y Naumov lo confirman.563).
Tres días mas tarde, Zhadanov habló sobre la necesidad de una mayor democracia tanto en el país como en el Partido, invocando la lucha contra la burocracia y la necesidad de lazos mas fuertes con las masas, tanto del Partido como de fuera del Partido.
El nuevo sistema electoral dará un poderoso impulso hacia la mejora en el trabajo de los organismos soviéticos, la liquidación de instituciones burocráticas, la eliminación de defectos burocráticos y la deformación en el trabajo de las organizaciones soviéticas. Esos defectos, como usted sabe, son muy importantes. Los organismos de nuestro Partido deben estar preparados para la lucha electoral. En las elecciones tendremos que tratar con la agitación de los enemigos y con candidatos enemigos. (Zhukov, Inoy 343).
No hay ninguna duda, como portavoz de la dirección estalinista, preveía contiendas electorales con candidatos no pertenecientes al Partido y opuestos a los procesos que se daban en la Unión Soviética. Este hecho por si mismo es totalmente incompatible con las versiones de la Guerra Fría y con las explicaciones khruschovistas.
Zhdanov también recalcó durante largo tiempo la necesidad de desarrollar normas democráticas dentro del mismo Partido bolchevique.
"Si queremos ganarnos el respeto de los trabajadores soviéticos y del Partido a nuestras leyes, de las masas a la Constitución soviética, debemos garantizar la reestructuración (perestroika) del Partido sobre la base del total establecimiento de las bases de la democracia interna, como se refleja en los reglamentos de nuestro Partido."
Enumeró a continuación las medidas esenciales, ya contenidas en el proyecto de resolución en su informe: la eliminación de la cooptación, la prohibición de las votaciones a mano alzada; garantizar "el derecho ilimitado de los miembros del Partido de apartar a los candidatos elegidos y el derecho ilimitado para criticar a estos candidatos". (Zhukov, Inoy 345)
Pero el informe de Zhdanov se hundió entre las discusiones de otros puntos del orden del día, principalmente discusiones sobre los "enemigos". Cierto número de Primeros secretarios respondieron alarmados que se preparaban o se suponía que se preparaban para las elecciones soviéticas eran contrarios al poder soviético: social-revolucionarios, el sacerdocio, y otros "enemigos". [*13]
Molótov replicó con una aportación resaltando, una vez más, "el desarrollo y el reforzamiento de la autocrítica", y se opuso directamente a la "búsqueda de enemigos":
"No tiene sentido buscar culpables, camaradas. Si lo preferimos, todos somos culpables, empezando por lo órganos centrales del Partido y acabado con las organizaciones de base". (Zhukov, Inoy 349)
Pero las intervenciones posteriores ignoraron su informe, y continuaron machacando con la "búsqueda de enemigos", de denunciar a los "saboteadores", y la lucha contra el "sabotaje". (352). Cuando volvió a intervenir, Molótov se asombró de que no se hubiera prestado al fondo de su intervención, que volvió a repetir, tras resumir lo que se estaba haciendo contra los enemigos internos.
El discurso de Stalin del 3 de Marzo estuvo también dividido en dos partes, volviendo hacia el final a la necesidad de mejorar el trabajo del Partido, suprimiendo a los incapaces y reemplazándolos con nuevos camaradas. Como el de Molótov, el discurso de Stalin fue virtualmente ignorado.
Desde el principio de las discusiones los temas de Stalin fueron comprensibles. Parecía estar rodeado de una pared sorda de incomprensión, de la falta de voluntad de los miembros del Comité Central, que oyeron en el informe sólo lo que querían oír, y discutir sólo lo que querían discutir. De las 24 personas que participaron en las discusiones, 15 hablaron principalmente sobre "los enemigos del pueblo", es decir, los troskistas. Hablaron con convicción, con agresividad, como lo hicieron tras los informes de Zhdavon y Molótov. Redujeron todos los problemas a uno: la necesaria búsqueda de "enemigos". Y ninguno recogió el principal punto de Stalin, sobre el mal funcionamiento del trabajo en las organizaciones del Partido y la preparación para las elecciones del Soviet supremo. (Zhukov, Inoy, 357)

Notas
*11 Esto no es comúnmente conocido, ni su significado comprendido. Nuestra opinión sobre Stalin ha sido muy moldeada por aquellos que le odiaron (McNeal 87). Stalin fué un excelente estudiante en el seminario de Iblisi (Georgia) donde su madre le había enviado. Dedicando su vida desde sus años de adolescencia al movimiento revolucionario de la clase obrera, nunca tuvo oportunidades para una educación superior. Pero era muy inteligente y un voraz lector cuyo aprendizaje oscilaba desde la filosofía hasta cuestiones técnicas como la metalurgia. Los registros de la época dan fe de su atención a los detalles y profundo conocimiento de muchas áreas técnicas. Un académico ruso que ha estudiado la biblioteca de Stalin ofrece unas cifras impresionantes: 20.000 volúmenes en la dacha tras la guerra; muchos de los 5.500 trasladados al Instituto de Marxismo-Leninismo tras su muerte está anotados y subrayados (Ilizarov). Roy Medvedev, que odia a Stalin, admite a regañadientes las considerables lecturas de Stalin (Medvedev, "Lichnaia").
Muchas de los colaboradores más cercanos que escogió reflejan esta misma tendencia a la superación personal. Sergei Kirov, el líder del Partido en Leningrado y estrecho aliado de Stalin que fue asesinado en 1934, destacó por su amplias lecturas literarias (Kirlina 175). "Cuando Kirov fue asesinado, los investigadores fotografiaron todo lo que pudiera ayudar a la investigación, incluyendo la superficie de su mesa de trabajo. A su derecha estaba un manual de ingeniería de Hutte, a la izquierda un montón de publicaciones científicas y técnicas, leyéndose en el título superior "Combustible Shale". Efectivamente, era muy amplia la esfera de intereses de este trabajador del Partido, como lo era la de Stalin. (Mukhin Ubiystvo 625)
En 1924 Lavrenty Beria, tras varios años de trabajo revolucionario y clandestino muy peligroso, parte del cual era la infiltración en los grupos violentos de anti-comunistas caucásicos, escribió su currículum en el Partido. El propósito de enumerar sus méritos era una petición, no para un trabajo cómodo, como pedían la mayoría de "viejos bolcheviques", sino que fuera permitida su vuelta a sus estudios de ingeniería, para poder contribuir así a la construcción de una sociedad comunista. (Beria: Konets Kar'ery, 320-325)
*12 Thurston, en los Capítulos 2 hasta el 4, es el mejor resumen, en los primeros años 90, de las pruebas relacionadas con los juicios de Moscú. Este artículo no tratará directamente de estos juicios, ni del juicio y ejecución del mariscal Tukhachevsky y otros líderes militares en Junio de 1937, o sobre las relaciones entre todas las conspiraciones antisoviéticas en esos juicios alegadas. Como aclaran los documentos de los archivos soviéticos, Stalin y otros dirigentes soviéticos estaban convencidos de que las conspiraciones existían, y de que las acusaciones en los juicios de Moscú, incluyendo aquellas contra líderes militares, eran, al menos en su mayor parte, acertadas.
*13 Getty subraya que los miembros del Comité Central rehusaron responder al discurso de Zhdanov, llevando la confusión al secretario Andreev. ("Excesos" 124). Zhukov pone menos énfasis en esto, ya que Eikhe y otros primeros secretarios respondieron en la siguiente sesión, destacando la lucha contra "los enemigos". (Inoy 345).

Capítulo 3º

En su discurso final del 5 de Marzo, el día final del Pleno, Stalin minimizó la necesidad de descubrir enemigos, incluso trotskistas, muchos de los cuales, según dijo, habían regresado al Partido. Su punto principal fue la necesidad de impedir a los funcionarios del Partido dirigir todos y cada uno de los aspectos económicos, combatir la burocracia, y elevar el nivel político. En otras palabras, Stalín apostó por elevar el nivel de crítica a los secretarios.
"Algunos camaradas entre nosotros piensan que si ellos son Narkom (Comisario Popular), saben todo lo que hay que saber. Piensan que el grado, por si mismo, garantiza grandes e inagotables conocimientos. O bien piensan: "si soy un miembro del Comité Central, no lo soy por accidente, luego significa que sé todo". Eso no es así. (Stalin, Zakliuchitel'noe; Zhukov, Inoy 360-1)
Algo que sonaba amenazante para todos los dirigentes del Partido, incluyendo a los primeros secretarios, es la afirmación de Stalin de que deberían elegir dos cuadros que les sustituyeran, mientras asistían a un curso de educación política de seis meses de duración, que se implantarían muy pronto. Esa sustitución era peligrosa para los secretarios del Partido, que temían que durante ese espacio de tiempo fuesen destinados a otro lugar, rompiendo así la estructura de su "clan" (otros dirigentes a su servicio), una causa principal de burocracia. (Zhukov, Inoy 362).
Thurston define el discurso de Stalin como "notablemente suave", apoyando "la necesidad de aprender de las masas, y prestar atención a las críticas de abajo". Incluso la resolución basada en el informe de Stalin tocaba sólo levemente el tema de los "enemigos", y trataba principalmente de fallos en la organización del Partido y en su dirección. Según Zhukov, que menciona esta resolución no publicada, ni uno sólo de sus 25 puntos estaba relacionado principalmente con los "enemigos". (Thurston, 48-9; Zhukov, Inoy 362-4)14
Tras el Pleno, los Primeros Secretarios protagonizaron virtualmente una rebelión. Primero Stalin, y más tarde el Politburó, emitieron mensajes recordando la necesidad de efectuar votaciones secretas en el seno del Partido, oponerse a las conductas de cooptación favoreciendo las elecciones, y la necesidad de generalizar la democracia interna en el Partido. Los primeros secretarios siguieron haciendo las cosas al viejo estilo, independientemente de las resoluciones del Pleno.
En los meses siguientes, Stalin y sus más próximos intentaron que la caza de los "enemigos" no fuera el foco principal, la principal preocupación de los miembros del Comité Central, insistiendo en la lucha contra la burocracia en el Partido, y en preparar las elecciones al Soviet. Mientras "los líderes locales del Partido hicieron todo lo que la disciplina del Partido les permitía, y a veces más, para suspender o retrasar las elecciones". (Getty, "Excesses" 126; Zhukov, Inoy 367-71)
El súbito descubrimiento en Abril, Mayo y principios de Junio de 1937 de lo que aparentemente era un extenso complot militar y policial hizo que el pánico cundiese en el gobierno de Stalin. Genrikh Yagoda, director de la seguridad y Ministro de Asuntos Interiores, fue arrestado a finales de Marzo de 1937, y empezó a confesar en Abril. En Mayo y principios de Junio de 1937, militares de alto rango confesaron su conjura con el alto mando alemán para derrotar al Ejército Rojo en el caso de una invasión por parte de Alemania y de sus aliados, y sus relaciones conspirativas con políticos, incluídos muchos que ocupaban aún posiciones destacadas. (Getty, "Excesses" 115, 135; Thurston, 70, 90, 101-2; Genrikh IAgoda)15
Esta situación era mucho mas seria que cualquiera en momentos anteriores. Durante los juicios de Moscú de 1936 y 1937 el gobierno se tomó tiempo para preparar los procesos y organizar unos juicios públicos dotados de la máxima publicidad. Pero la conjura militar fue tratada de forma muy diferente. Poco más de tres semanas transcurrieron desde la fecha de la detención de Mikhail Tukhachevsky a finales de Mayo hasta el juicio y ejecución de este y de otros siete militares de alta graduación los días 11 y 12 de Junio. Durante este periodo, centenares de militares de alta graduación fueron requeridos en Moscú para escuchar las pruebas contra sus colegas -sus superiores, para la mayoría de ellos- y para escuchar los alarmantes análisis de Stalin y del Mariscal Voroshilov, Comisario del Pueblo para la Defensa, y el militar de más alta graduación del país.
En las fechas del Pleno, febrero o marzo, ni Yagoda ni Tukhachevsky habían sido aún arrestados. Stalin y el Politburó tenían como objetivo que la Constitución fuera el punto principal de su agenda, y se pusieron a la defensiva ante el hecho de que la mayoría de los miembros del Comité Central ignoraran este punto, prefiriendo insistir en la batalla contra los "enemigos". El Politburó planeó que las reformas constitucionales fueran también el punto esencial del siguiente pleno a celebrar en Junio de 1937. Pero la situación en Junio era muy diferente. El descubrimiento de complots en la cúpula del NKVD y muchos destacados líderes militares para derribar el gobierno y matar a sus dirigentes, cambió por completo la atmósfera política.
Stalin se colocó a la defensiva. En su discurso del 2 de Junio a la sesión ampliada del Soviet del Ejército (reunido del 1 al 4 de Junio), describió la serie de conspiraciones recientemente [16] descubiertas como "limitadas", y afrontadas en forma ampliamente exitosa. También en el Pleno de Febrero-Marzo, él y sus apoyos en el Politburó minimizaron las exageradas preocupaciones de los primeros secretarios sobre los "enemigos internos". Pero, como Zhukov subraya, la situación "lenta, pero decisivamente, se iba de las manos (de Stalin)". (Stalin, "Vystuplenie"; Zhukov, Inoy Ch. 16, passim; 411).
El pleno del Comité Central de Junio de 1937 (17) empezó con propuestas de exclusión, en primer lugar, de siete miembros del Comité Central y candidatos por "falta de confianza política", y después con la de otros 19 miembros y candidatos por "traición y actividad contrarrevolucionaria". Estos últimos diecinueve fueron arrestados por el NKVD incluyendo los diez miembros expulsados por parecidas acusaciones antes del pleno por un grupo de miembros del Comité Central (incluyendo los mandos militares ya juzgados, culpados y ejecutados), significaba que 36 de los 120 miembros y suplentes del Comité Central habían sido destituidos antes del 1 de Mayo.
Yakovlev y Molótov criticaron el fracaso de los dirigentes del Partido en organizar elecciones independientes a los Soviets. Molótov apoyó incluso la medida de apartar del camino a revolucionarios distinguidos si no estuviesen preparados para las tareas del momento. Insistió en que los dirigentes de los Soviets no eran "trabajadores de segunda fila". Evidentemente, los dirigentes del Partido les estaban tratando como tales.
Yakovlev expuso y criticó el fracaso de los primeros Secretarios a la hora de efectuar elecciones secretas para los puestos del Partido, apoyándose por el contrario en los nombramientos ("cooptación"). Destacó el hecho de que los miembros del Partido que fueran elegidos delegados en los Soviets no estuvieran bajo la disciplina de grupos del Partido, fuera de los Soviets, que les dijesen como tenían que votar. Que su voto no fuera el que les indicaran sus superiores en el Partido, tales como los Primeros Secretarios. Tenían que ser independientes de ellos. Y Yakovlev se refirió en los más duros términos a la necesidad de "reclutar de la muy rica reserva de nuevos cuadros para reemplazar a aquellos que se han corrompido o burocratizado". Todas estas afirmaciones constituyen un ataque explícito a los primeros secretarios. (Zhukov, Inoy 424-7; Tayny, 39-40, citando documentos de archivo).
La Constitución fue finalmente contemplada, y la fecha de las primeras elecciones se fijó para el 12 de Diciembre de 1937. Los dirigentes cercanos a Stalin nuevamente expusieron las ventajas de la lucha contra la burocracia y de crear lazos con las masas. Sin embargo -una vez más- todo esto fue posterior a la igualmente expulsión sumaria y sin precedentes de los 26 miembros del Comité Central, 19 de los cuales fueron acusados directamente de traición y actividades contrarrevolucionarias. (Zhukov, Inoy 430)
Tal vez lo más revelador sea el siguiente comentario de Stalin, comentado por Zhukov:
"Finalizando las discusiones, cuando el tema era la búsqueda de un método de contar papeletas mas fiable, [Stalin] comentó que en Occidente, gracias a un sistema multipartidista, este problema no existía. Inmediatamente después, murmuró una frase que sonó muy extrañamente en un encuentro de ese tipo: "Nosotros no tenemos partidos políticos diferentes. Afortunadamente o desgraciadamente, tenemos solo un partido." [Subrayado por Zhukov]. Para pasar a proponer, aún cuando sólo provisionalmente, utilizar para el recuento y supervisión a miembros de todas las organizaciones sociales existentes, menos las del Partido Bolchevique... El desafío a la autocracia en el Partido estaba planteado. ( Zhukov, Inoy 430-1; Tayny 38).
El Partido Bolchevique sufría una severa crisis, y era imposible suponer que las cosas se desarrollaran con suavidad. Era la peor situación posible para organizar unas elecciones democráticas (secretas, universales, abiertas). El plan de Stalin de reformar el gobierno soviético y el papel en ello del Partido Bolchevique estaba condenado.

Finalizando el Pleno, Robert Eikhe, Primer Secretario de la región del Krai, Oeste Siberiano, se reunió privadamente con Stalin. Posteriormente otros Primeros Secretarios se reunieron con él. Probablemente, pedían los poderes que muy poco después obtuvieron: la autorización de formar troikas, grupos de tres dirigentes, para combatir la posibilidad de conjuras extendidas contra el gobierno soviético en sus regiones.[18] Estas troikas recibieron el poder de ejecución sin apelación. Se exigieron límites en el número de ejecutados y prisioneros basándose en el poder de estas troikas, y fueron concedidos. Cuando esos límites estaban agotados, los Primeros Secretarios pidieron, y recibieron, límites superiores. Zhukov piensa que Eihke podía estar representando a un grupo informal de Primeros Secretarios. (Getty, "Excesses" 129; Zhukov, Inoy 435)

¿Quienes fueron los objetivos de estos draconianos juicios a cargo de esas troikas? Zhukov piensa que deben haber sido los lishentsy, aquellos cuyos derechos de ciudadanía, incluyendo el derecho a voto, habían sido recientemente restaurados, y cuyos votos planteaban potencialmente el peligro mayor para la continuidad en el poder de los Primeros Secretarios. Zhukov descarta ampliamente la existencia de conspiraciones reales. Pero los documentos de archivo recientemente publicados en Rusia evidencian que, como mínimo, la dirección central estaba continuamente recibiendo verosímiles informes de conspiraciones, incluyendo transcripciones de confesiones. Ciertamente que Stalin y otros en Moscú creyeron en la existencia de estas conspiraciones. Mi opinión a este respecto, es que al menos algunas de las conspiraciones existieron de hecho, y que los Primeros Secretarios creían en ellas. (Zhukov, KP Nov. 13 02; Inoy, Ch. 18; "Repressii" 23; Lubianka B).

Otra hipótesis es que cualquiera que estuviera o hubiese estado relacionado con cualquier clase de movimiento de oposición era clemente contemplado como "enemigo", y sujeto a detención e interrogatorio por parte de la NKVD, uno de cuyos miembros era siempre parte de la troika. Otro grupo eran aquellos que expresaron abiertamente desconfianza u odio hacia el sistema soviético en su conjunto. Thurston cita pruebas de que tales individuos eran a menudo inmediatamente arrestados. Sin embargo, aquellos que manifestaban críticas de los líderes locales del Partido, no eran molestados, mientras aquellos a los que criticaban, incluyendo miembros del Partido, a veces lo fueron. (Thurston, 94-5).


Respuesta  Mensaje 8 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:16
Cualquiera que sea la historia de estas purgas, ejecuciones extra-judiciales y deportaciones, parece que Stalin creía que estaban creándose condiciones para unas elecciones libres y abiertas. Sin embargo, estas acciones sabotearon cualquier posibilidad para unas elecciones de cualquier tipo.

El Politburó intentó en un principio limitar la campaña de represión ordenando que fuese terminada en cinco días. Algo les convenció, o les obligó a permitir que el NKVD extendiera el periodo por cuatro meses, de la primera quincena de Agosto a la primera quincena de Diciembre. ¿Fue el alto número de detenidos? ¿El convencimiento de que el Partido se enfrentaba a un amplio número de conjuras y a una gran amenaza interna? .No sabemos los detalles de como y porque esta represión masiva se desarrolló como lo hizo.

Este fue exactamente el periodo durante el que iba a tener lugar la campaña electoral. Incluso a pesar de que el Politburó continuó la organización de estas elecciones, con reglamentos acerca de como los votantes iban a indicar sus preferencias, y de como los funcionarios debieran actuar, los jefes locales controlaban la represión. Podrían determinar que oposición, si había alguna, al Partido -lo cual significaba a ellos mismos- se podría considerar "leal", y cual era merecedora de represión y encarcelamiento o muerte. (Getty, "Excesses," passim.; Zhukov, Inoy 435).

Hay documentos originales que demuestran que Stalin y el liderazgo alrededor del Politburó central estaban convencidos de que los conspiradores anti-soviéticos estaban activos, y de que se tenían que enfrentar a ellos. Esto es lo que los líderes regionales del Partido han afirmado durante el pleno de Febrero-Marzo. A estas alturas la dirección de Stalin ha minimizado este peligro, y mantiene centrando la atención en la Constitución, la necesidad de preparar elecciones y el recambio del burocratizado y viejo liderazgo con otros nuevos líderes.

Para el Pleno de Junio, los secretarios regionales estaban en una posición desde la que podían decir:

"Te lo advertimos. Teníamos razón y tú estabas equivocado. Además, aún tenemos razón; hay peligrosos conspiradores activos, preparados para utilizar la campaña electoral en su intento de provocar revueltas contra el Gobierno soviético".

¿Fué así como sucedieron los hechos? Parece, plausible, pero no podemos estar seguros.

Stalin y la dirección central no tenían ninguna idea sobre la extensión de estas conspiraciones. No sabían lo que podrían hacer los nazis alemanes o los fascistas japoneses. El 2 de Junio Stalin dijo en el Encuentro ampliado del Soviet militar que el grupo de Tukhachevsky había proporcionado al Alto Mando alemán los planes operativos del Ejército Rojo. Esto significaba que los japoneses, unidos por una alianza militar (el Eje) y una alianza política anti-comunista (el Pacto Anti-Komitern; en realidad, un pacto antisoviético) con la Italia fascista y la Alemania nazi, lo tendrían también, sin duda alguna.

Stalin dijo a los líderes militares que los conjurados querían convertir a la URSS en "otra España", es decir una Quinta Columna coordinada con un ejército fascista invasor. Dado este terrible peligro, la dirección soviética estaba decidida a reaccionar con una determinación brutal. (Stalin, "Vystuplenie").

Simultáneamente, muchas pruebas sugieren que el mando central (Stalin) quería tanto reducir la represión de las troikas impulsada por los Primeros Secretarios y continuar implementando en la nueva Constitución las elecciones. Del 5 al 11 de Julio la mayoría de secretarios siguió la iniciativa de Eikhe de comunicar cifras precisas de aquellos que se iba a suprimir, mediante ejecución (categoría 1) o encarcelamiento (categoría 2). De repente, el 12 de Julio, El comisario delegado del NKVD M.P. Frinovskii envió un telegrama urgente a todas las agencias de policía locales:

"No inicien operaciones de represión contra antiguos kulaks. Repito, no inicien". (Getty, "Excesses" 127-8).

Los jefes locales del NKVD fueron llamados a Moscú para conferenciar, tras lo cual se emitió la orden nº 00447. Esta larga y detallada instrucción extendía el tipo de personas objeto de represión (incluyendo básicamente curas, los que con anterioridad se hubieran opuesto al sistema soviético, y criminales) y -por lo general- “disminuyó los límites o cifras requeridos por los secretarios provinciales”. [19]. Todas estas vacilaciones sugerían desacuerdos y luchas entre el "centro" -Stalin y el liderazgo central en el Politburó- y los Primeros Secretarios en las zonas de provincias. Stalin no estaba al mando, claramente. ( Order No. 00447; Getty, "Excesses" 126-9).

El pleno del Comité Central de Octubre de 1937 contempló la suspensión definitiva del plan para unas elecciones libres. Una muestra de candidaturas, presentando diversos candidatos, había sido ya diseñada. Bastantes de ellas han sobrevivido en varios archivos. [20] En sustitución de ello, las elecciones a los soviets de Diciembre de 1937 fueron establecidas sobre la base de que los candidatos del Partido compartirían las listas con un porcentaje de candidatos ajenos al Partido de entre un 20 y un 25 %. En otras palabras, una alianza variada, pero sin competición. Originalmente, las elecciones fueron pensadas sin listas, siendo el voto solo para candidatos individuales, un método mucho más democrático. Zhukov ha llegado a localizar en los archivos el documento auténtico que Molótov firmó, el 11 de Octubre a las 6 de la tarde, cancelando las elecciones abiertas. Esto representó una amplia pero inevitable derrota para Stalin y sus seguidores en el Politburó. (Zhukov, KP 19 Nov. 02; Zhukov, Tayny. 41; Inoy 443).

Fue también en el Pleno del Comité Central cuando se pronunció la primera protesta contra la represión masiva, por parte del Primer Secretario de Kursk, Peskarov:
"Ellos (el NKVD? ¿ las troikas? G.F.) condenan a la gente por tonterías... ilegalmente, y cuando nosotros... planteamos la cuestión al Comité Central, los camaradas Stalin y Molótov nos apoyan decididamente, y envían una brigada de funcionarios de la Corte Suprema y de la Oficina del Fiscal para revisar estos casos... Resultando que, al cabo de tres semanas de trabajo de esta brigada, el 56% de estas sentencias en 16 regiones se clasifica por parte de esta brigada como ilegal. Y lo que es mas, en el 45% de estas sentencias no hubo prueba de que se hubiera cometido ningún crimen". (Zhukov, Tayny, 43).
En el Pleno de Enero de 1938 Malenkov presentó una mordaz crítica sobre la gran cantidad de miembros del Partido expulsados y de ciudadanos juzgados, a menudo incluso sin proporcionar listas de nombres, sino solamente indicando los números de los expulsados. Postyshev, primer secretario de Kuybyshev, fue eliminado como candidato a miembro del Politburó por mantener que "no había ni un elemento honrado" entre todos los funcionarios del Partido.

Parece que el NKVD funcionaba a su aire, al menos en algunas zonas. Sin duda, los primeros secretarios también funcionaban a su aire. (Zhukov, KP 19 Nov. 02; Tayny, pp. 47-51; Thurston 101-2; 112). Sin embargo la preocupación de los líderes del Politburó era la existencia de conspiradores, a los que tenían que enfrentarse. La magnitud de los abusos del NKVD no fue reconocida. Como indica Zhukov, el informe de Malenkov (culpando a los "trepas" dentro del Partido de las expulsiones masivas y detenciones) fue continuado por Kaganovich y Zhadanov, quienes siguieron haciendo hincapié en la lucha contra los enemigos, y prestaron sólo una ligera atención a la "ingenuidad e ignorancia" en el trabajo de "bolcheviques honrados".

Pravda, que estaba bajo el control directo de la dirección de Stalín, aún hacía llamamientos para apartar al Partido del manejo directo de los asuntos económicos, y la necesidad de promover a gente no militante a puestos de liderazgo.(Zhukov, Tayny 51-2). Mientras Nikita Khruschev, que en 1937 había pedido competencias para poder ejecutar a 20.000 personas cuando era jefe del Partido en Moscú, fue trasladado a Ucrania, donde, en el plazo de un mes, exigió poderes para reprimir a 30.000 personas. (Zhukov, Tayny 64, ver n. 23 abajo).

Nicolai Yezhov, sustituto de Genrikh Yagoda en 1936 al mando del NKVD, parece haber estado en estrecha relación con los primeros secretarios. [21]. La masiva represión de los años 1937-1938 ha estado tan relacionada con su nombre que aún se la conoce como la "Yezhovshchina". Yezhov dimitió el 23 de Septiembre de 1938 [22], y en Noviembre de 1938 fue sustituido por Lavrentii Beria.

Bajo el mando de Beria, muchos de los mandos de la NKVD y primeros secretarios responsables de miles de ejecuciones y deportaciones fueron juzgados, y a menudo ellos mismos ejecutados por haber llevado a la muerte a gente inocente y haber hecho uso de la tortura contra los detenidos. Las transcripciones de los juicios de algunos de los funcionarios policiales que utilizaron la tortura han sido publicados. Numerosos presos y acusados, deportados, o enviados a los campos de trabajo fueron liberados. Beria mismo manifestó que había sido nombrado para "acabar con la Yezhovshchina”. Stalin declaró al ingeniero aeronáutico Yakovlev que Yezhov fue ejecutado por haber asesinado a muchos inocentes. (Lubianka B, Nos. 344; 363; 375; Mukhin, Ubiystvo 637; Yakovlev).

Se hizo un daño incalculable a la sociedad soviética, al gobierno soviético y al Partido bolchevique. Esto, desde luego, hace mucho que se sabe. Lo que no se ha sabido hasta ahora es que la implantación de las troikas y las cuotas de ejecuciones y deportaciones se deben a la insistencia de los primeros secretarios, y no se deben a Stalin. Zhukov piensa que la estrecha relación entre esto y la amenaza de elecciones abiertas, y el hecho de que el Comité central consiguió forzar a la dirección estalinista a cancelar esas elecciones, sugiere que la forma de evitar esa "amenaza electoral" puede haber sido un motivo esencial para las detenciones masivas y las ejecuciones de la "Yezhovshchina." (23) (Zhukov, KP).

Nada puede absolver a Stalin y a los que le apoyaron de las amplias responsabilidades que tuvieron en las ejecuciones, que fueron de bastantes centenares de miles. [24]. Si las víctimas hubieran sido encarceladas en vez de ser ejecutadas la mayoría hubiera sobrevivido. Muchos hubieran visto revisados sus casos, y liberados. Para nuestros objetivos aquí, la pregunta clave es la siguiente:
¿Porque cedió Stalin ante las demandas de los primeros secretarios, que les concedieron decisiones sobre la vida y la muerte? A pesar de que no hay excusas, pueden existir razones, a ciencia cierta.

Ningún gobierno está preparado para traiciones simultáneas por parte de altos mandos militares, figuras de primera fila del gobierno nacional y de gobiernos regionales, y de la dirección de la policía secreta y de fronteras.

Un grave conjunto de conspiraciones, que incluía tanto a líderes del partido, actuales y anteriores, con enlaces a través del vasto país acababa de ser descubierto. Lo más amenazante era la participación de destacados militares de los niveles más altos, con la revelación de los planes secretos militares a los enemigos fascistas. La conspiración militar tenía contactos a lo largo de toda la URSS, y en ella estaban también los mandos más elevados de la NKVD, incluyendo a Genrikh Yagoda, que lo dirigió entre 1934 y 1936, y el segundo de abordo durante algunos años, antes de 1934. En pocas palabras, no puede saberse la amplitud de la conjura, y cuanta gente estuvo implicada. El camino prudente era pensar lo peor. [25].

El Politburó y Stalin mismo estaban en la cima de dos amplias jerarquías, la del Partido Bolchevique y la gubernamental. Lo que sabían sobre el estado de cosas en el país era lo que sus subordinados les decían. En el transcurso de los siguientes doce meses reprimieron a muchos de los Primeros Secretarios, la mitad de los cuales fueron encarcelados. Para la mayor parte, los cargos concretos y los dossieres de sus interrogatorios y juicios siguen sin ser desclasificados, incluso en la Rusia post-soviética y anticomunista. Pero ahora disponemos de bastantes pruebas de las investigaciones que efectuaron Stalin y el Politburó para hacerse una idea de la alarmante situación a la que se enfrentaban. (Lubianka B).

El Partido Bolchevique se regía por el centralismo democrático. A pesar de su status y popularidad a lo largo del país, Stalin (como cualquier otro líder del partido) podía ser derrotado por una mayoría del Comité Central. No estaba en situación de ignorar presiones y urgencias por parte de un amplio número de miembros del Comité Central.

Como ilustración de la incapacidad de Stalin para impedir a los primeros secretarios burlarse de los principios que inspiraban las elecciones democráticas, Zhukov menciona un incidente, de la transcripción aún no publicada del Pleno del Comité Central de Octubre de 1937.I.A. Kravtsov, Primero Secretario del kraikom (Comité Regional G.F.) de Krasnodar fue el único en reconocer, detalladamente, lo que sus colegas habían estado haciendo furtivamente durante las semanas anteriores. Hizo un perfil de la selección de aquellos candidatos a diputados del Soviet Supremo que se ajustaban a los intereses del "liderazgo amplio".
"Presentamos nuestros candidatos al Soviet Supremo", manifestó con sinceridad Kravtsov.

"¿Quiénes son estos camaradas? Ocho son miembros del Partido; dos no son miembros ni del Partido ni del Komsomol. Así nos ceñimos al porcentaje de no .miembros del Partido que se indican en el borrador del Comité Central. Por su ocupación, estos camaradas se reparten de la siguiente manera: cuatro empleados del Partido, dos empleados en el Soviet, un secretario de kolkhoz, un conductor de combinado, un tractorista, un trabajador del sector del combustible...
Stalin: ¿Quien está, aparte de los conductores del combinado?
Kravtsov: Entre los diez está Yakovlev, Primer Secretario del kraikom, y el secretario del comité ejecutivo del krai.
Stalin: ¿Quién te aconsejo hacer eso?
Kravtsov: Tengo que decir, camarada Stalin, que me lo aconsejaron aquí en el aparato del Comité Central.
Stalin : ¿ Quién ?
Kravtsov: Aquí, en el Comité Central, designamos nuestro secretario del comité ejecutivo del krai, el camarada Simochkin, y tuvo la aprobación del aparato del Comité Central.
Stalín: ¿De quién?
Kravtsov: No lo sé, no puedo decir quién.
Stalin: Es una pena, que no puedas decirlo, porque te informaron muy mal." (Zhukov, Inoy 486-7).

Evidentemente, todos los Primeros Secretarios estaban haciendo lo que sólo Kravtsov afirmó, ignorando el principio de elecciones secretas al Soviet, principio que ellos mismos votaron en un Pleno anterior, pero que nunca aceptaron con claridad. Esto señala la derrota definitiva de Stalin en este tema, las reformas constitucionales y electorales que él y otros líderes centrales habían encabezado durante dos años.

La reforma democrática fue derrotada, y el antiguo sistema político quedó en su sitio. El plan de Stalin para elecciones abiertas desapareció para siempre.

"De esta manera, el intento de Stalin y su grupo de reformar el sistema político de la Unión Soviética terminó con un total fracaso". (Zhukov, Inoy 491).

Zhukov opina que si Stalin hubiera rechazado las exigencias de los Primeros Secretarios de poderes extraordinarios, pudiera haber sido destituído, detenido por contra-revolucionario y ejecutado…"

Hoy Stalin estaría entre las víctimas de la represión de 1937, y el "Memorial" y la comisión de A.N. Yakovlev estaría desde hace mucho tiempo pidiendo su rehabilitación". ." (Zhukov, KP 16 Nov. 02).

En Noviembre de 1938 Lavrentii Beria reemplazó a Yezhov como jefe del NKVD. Las "troikas” fueron abolidas. Las ejecuciones extra-judiciales cesaron, y los responsables de los terribles excesos fueron a su vez juzgados y ejecutados o encarcelados. [26] Pero la guerra se acercaba. El gobierno francés rehusó continuar con la ya muy débil versión de la alianza Franco-Soviética acordada (La URSS hubiera deseado una mucho mas fuerte). Los aliados cedieron Checoeslovaquia a Hitler y a los fascistas polacos, sin ningún tipo de lucha. La Alemania nazi llegó a una alianza con el gobierno fascista de Polonia con vistas a una invasión de la URSS. La guerra civil española, a la que los Soviets tanto apoyo habían dado, estaba perdida. Italia invadía Etiopía, y la Liga de Naciones no hizo nada. Francia e Inglaterra, con la mayoría de Europa Occidental, detrás, animaban a Hitler claramente para que invadiera la URSS. (Lubianka B, No. 365; Leibowitz).

Japón, Italia y Alemania tenían un tratado de mutua defensa, y un pacto "Anti-Komitern", los dos expresamente dirigidos contra la Unión Soviética. Todos los países europeos fronterizos (Polonia, Rumania, Bulgaria, Hungría, Finlandia. Estonia, Latvia y Lituania) eran dictaduras militares de corte fascista. En 1938, un ataque japonés en Lago Khasan costó al ejército rojo unos 1.000 muertos. Al año siguiente, un ataque japonés de más envergadura fue rechazado por el Ejército Rojo en Khalkin-Gol. Las bajas soviéticas ascendieron a 17.000, incluyendo casi 5.000 muertos; en ningún caso era una pequeña guerra. Pero fue decisiva, y los japoneses no volvieron a importunar otra vez a los soviéticos. Pero el Gobierno soviético no podía saber esto en aquellas fechas. (Rossiia I SSSR v Voynakh).

Después de 1938, el gobierno de Stalin no hizo nuevos intentos de llevar a la práctica el sistema democrático electoral reflejado en la Constitución de 1936. ¿Fue este fracaso un reflejo del punto muerto al que se había llegado entre Stalin y los primeros secretarios en el Comité Central? ¿O mas bien se estimaba que con una guerra a las puertas, los esfuerzos hacia la democratización tendrían que esperar tiempos mas pacíficos? Las pruebas disponibles no permiten una conclusión firme.

Sin embargo, una vez que Beria hubiera reemplazado a Yezhov como jefe del NKVD (formalmente en Diciembre de 1938; en la práctica, unas semanas antes) tuvo lugar un continuo proceso de rehabilitaciones. Beria puso en libertad a unos 100.000 prisioneros de campos y cárceles. A esto siguieron los juicios contra los hombres del NKVD acusados de torturas y ejecuciones extrajudiciales. (Thurston 128-9)

Fin de la Primera Parte

Notas
Para la Resolución, ver Zhukov, Inoy 362-3; Stalin, Zakliuchitel'noe. Al igual que la resolución (que permanece inédita), el discurso de Stalin toca solo de pasada el tema de los "enemigos", e incluso entonces para precaver al C.C. de "golpear" que alguna vez hubiera sido trostkista. Stalin insiste en que se da "gente muy apreciable" entre los antiguos troskistas, y nombra concretamente a Felix Dzerzhinsky.
Este volumen (Genrikh Yagoda) consiste esencialmente de interrogatorios efectuados a Yagoda y los suyos, y la confesión de Yagoda de implicación en una conspiración para dar un golpe contra el Gobierno soviético.; el liderazgo de la conspiración por Trotsky, y, en general, todo lo que Yagoda confesó en el juicio de 1938. No hay indicaciones que indiquen que las confesiones no eran auténticas. Los editores del volumen niegan la exactitud de los hechos citados en los interrogatorios, y define los mismos interrogatorios como "falsos". Pero no dan ninguna prueba de que asi sea. Jansen y Petrov, P. 226 n.9, a pesar de su anti-estalinismo, citan este volumen como prueba y sin ningún comentario. Y además se dan buenas pruebas de que así fue en realidad; que estas conspiraciones existieron, que las confesiones dadas en los juicios públicos fueron verídicas y no forzadas, y que las principales acusaciones eran ciertas. Otro extenso volumen de documentos primarios publicado en 2004 contiene un gran número de informes del NKVD sobre conspiraciones y textos de interrogatorios. (ver Lubianka B). La explicación más plausible de la existencia de este volumen de evidencias es que alguna al menos es cierta.
Llamado el klubok ("enredo"), por los investigadores del NKVD de la época y por los historiadores rusos hoy.
No se ha publicado transcripción alguna del Pleno de Junio de 1937. Algunos autores afirman que no se conservó ninguna. Sin embargo, Zhukov menciona extensamente algunas transcripciones archivadas no accesibles a otros.
La orden de establecer una troika en la región del Oeste siberiano de Eikhe existe. La petición de Eihke no ha sido encontrada, pero debió de efectuar alguna petición, bien verbal bien por escrito. Ver Zhukov, "Repressii" 23, n. 60; Getty, "Excesses" 127, n. 64.
Getty, Excesses 131-134 comenta algunas estadisticas al respecto. Ver Orden No.00447.
La papeleta de muestra se reproduce en Zhukov; Inoy, 6ª ilustración.
Todavía el 1 de Febrero de 1956, menos de cuatro semanas antes de su discurso secreto al XX Congreso del Partido, aun se referia Khruschev a Yezhov como "inocente sin duda alguna, un hombre honrado". Reabilitatsia: Kak Eto Bylo. Mart 1953-Febral' 1956 (Moscow, 2000), p. 308.
Su dimisión no fué formalmente aceptada hasta el 25 de Noviembre de 1938; ver Lubianka B Nos. 344 y 364.
Khruschev requirió "ejecutar a 20.000" personas., Zhukov,KP 3 Dec. 02. Los comentarios críticos de Yakovlev sobre las expulsiones masivas de Khruschev se citan mas arriba. Eikhe fué arrestado en Octubre de 1938, juzgado, acusado, condenado y ejecutado en Febrero de 1940. Según Khruschev, Eikhe rechazó su confesión, diciendo que fue obtenida tras ser golpeado o torturado. El análisis de Zhukov sugiere que el auténtico motivo de la suerte de Eikhe pudo ser su papel dirigente en las ejecuciones masivas de 1937-1938. Ver Jansen y Petrov, 91-2. El Politburó, y el Pleno del Comité Central de Enero de 1938 comenzaron a atacar a los secretarios del partido que habían hecho blanco de sus ataques y represiones a miembros cualificados del Partido. (Getty, Origins 187-8).El registro completo de la investigación sobre Eikhe y el juicio aún están clasificados. El deseo de desviar la atención y las culpas de si mismo y de los Primeros Secretarios fue uno de los objetivos de las mentiras contenidas en su "informe secreto". [XX Congreso del PCUS N. del T.]
Getty ("Excesses" 132) cita evidencias de que 236.000 ejecuciones fueron autorizadas por "Moscú", queriendo significar la dirección estaliniana, pero mas del 160% de esta cifra, 387.000 personas, fueron de hecho ejecutadas por autoridades regionales.
En el juicio de Moscú de 1938 Yagoda confesó su participación en la conspiración para un golpe de Estado contra el gobierno soviético, delató a los asesinos de Máximo Gorki y su hijo, y otros crímenes atroces, pero negó vigorosamente la acusación del fiscal de espionaje. El que la acusación de espionaje aún se mantuviera un año después de la detención de Yagoda demuestra, como poco, que el Gobierno soviético pensó que él pudiera en realidad haber dado informaciones a un gobierno enemigo (Alemania, Japón, Polonia). Como cabeza del Ministerio del Interior, incluyendo la policía secreta y de fronteras, Yagoda hubiera tenido la ocasión de causar un daño incalculable a la seguridad soviética en el caso de dar información a gobiernos extranjeros.
Thurston tiene la mejor discusión en lengua inglesa sobre esto, en Life and Terror 128 ff.

Notas adicionales

Sobre el trabajo de Yuri Zhukov

Hasta la fecha se ha dado un sólo un ataque académico contra las tesis de Zhukov, el de la profesora Irina V. Pavlova "1937: Vybory kak mistifikatsiia, terror kak real'nost'," Voprosy Istorii 10, 2003 19-36. Pavlova es una estridente anticomunista de la escuela "totalitarista", cuya hostilidad ideológica hacia el comunismo inhabilita su investigación histórica. Como ejemplo, miente sobre la investigación de Getty con la finalidad de desacreditarle. Pavlova escribe propaganda, no historia.
Pavlova hace mención solamente de los artículos de Zhukov en KP, y lo escribió antes de la publicación de Inoy Stalin. La crítica de Pavlova se apoya en la suposición de que los juicios de Moscú,Tukhachesvki, etc fueron tapaderas, y toda las campañas electorales y constitucionales un montaje deliberado para tapar la represión.
Pavlova también afirma que, debido a que el Soviet Supremo no tenia poder político real en 1936, las elecciones al mismo tampoco le hubieran proporcionado ninguno… Si por "poder" Pavlova entiende la habilidad para desbancar al Partido Bolchevique de su posición dominante en la URSS y deshacer el socialismo, indudablemente tiene razón: desde luego que Stalin no tenia ninguna intención de permitir una contrarrevolución por medios constitucionales. Ni eso se permite en ningún país de democracia burguesa. Pero si por "poder" entiende capacidad para influenciar políticas estatales y ejercer presiones, dentro de unos límites sobre políticas sociales específicas y sobre el mismo Partido Bolchevique, es decir el tipo de poder que dan las elecciones en las democracias burguesas, entonces seguramente está equivocada.

Sobre Iuri Mukhin, Ubiystvo Stalina i Beriia:

Este libro de Mukhin a menudo es ignorado por aquellos mas bien contrarios a sus conclusiones, sobre la base de que hace comentarios que pudieran ser considerado antisemitas. Debiera también decirse que Mukhin hace comentarios oponiéndose al antisemitismo, en el mismo libro. El presente trabajo no extrae ningún dato de los párrafos en los que pudiera alegarse vestigios de antisemitismo. Mukhin también toma posturas excéntricas sobre algunos temas no relacionados con este libro. Tampoco cito ninguno de esos trabajos.
Lo mismo pudiera y debiera decirse cuando se citan académicos anticomunistas: el hecho de que sus prejuicios anticomunistas no significa que puedan, en ocasiones, tener enfoques de valor. Y, desde luego, el anticomunismo está estrechamente relacionado con el antisemitismo. No siendo ni anticomunista ni judío, Mukhin muestra cierta hostilidad contra ambos, pero tampoco es un anti comunista convencional y un anti semita convencional.
Los análisis de Mukhin de las fuentes primarias y secundarias son frecuentemente muy agudos, y yo los uso y cito cuando los encuentro de ayuda. Naturalmente, la cita de análisis de Mukhin que el autor considera útiles no implica acuerdo con parte de sus análisis que no se citan. Tampoco es Mukhin responsable de cualquier uso que yo haga de su investigación.
He comprobado cada referencia dada por Mukhin y todos los académicos aquí citados, excepto en el caso de fuentes primarias, solo disponibles para aquellos que trabajan en los archivos.

Bibliografía

(He incluído URL a las versiones on-line de de los textos citados, siempre que he podido localizarlos. G.F..)
Alikhanov, Sergei. "Bagazh na brichke." Kontinent. At http://www.kontinent.org/art_view.asp?id=2020.
Beria: Konets Kar'ery. Moscow: Izd. Politicheskoy Literatury, 1991.
Beria, Lavrentii. Speech, at Stalin's funeral. At . Mukhin cita la versión original publicada in Komsomolskaya Pravda, No. 59, 1953, pp. 1-3 (Ubiystvo, 282). I have not been able to see this version, but the passages Mukhin quotes from it are identical to the on-line version cited here). Cited as "Beria, Speech."
Beria, Sergo. Moy Otets Lavrentii Beria. Orig. ed. Moscow: Sovremennik, 1994. At
.
Bivens, Matt, and Jonas Bernstein. "Part 2: The Russia You Never Met." Johnson's Russia List #3068, 24 February 1999. At .
Brandenberger, David. "Stalin, the Leningrad Affair, and the Limits of Postwar Russocentrism," Russian Review 63 (2004), 241-255.
Constitution of 1924: in Russian, . In English: in Rex A. Wade ed., Documents of Soviet History, vol. 3 Lenin's Heirs 1923-1925. Gulf Breeze, FL:
Academic International Press, 1995; at (many scanning errors).
Constitution of 1936: in Russian, . In English, .
Chuev, Feliks. Molotov. Poluderzhavniy Vlastelin. Moscow: OLMA-Press, 2000.
Dimitrov, Georgi. The Diary of Georgi Dimitrov 1933-1949, ed. & intro. Ivo Banac. New Haven, CT: Yale University Press, 2003.
Dobriukha, Nikolai. "Za Chto Lavrentiy Beria Vyshel iz Doveria." Izvestia Nauka. February 26, 2004. At .
"Fragmenty stenogramy dekabrskogo plenuma TsK VKP(b) 1936 goda" (Fragments of the Transcript of the December 1936 Plenum of the Central Committee of the All-Union Communist Party (Bolshevik), 1936), in Voprosy Istorii No. 1, 1995, 3-22.
Genrikh IAgoda. Narkom Vnutrennikh Del SSSR. Sbornik documentov. Kazan', 1997.
Getty, J. Arch."'Excesses are not permitted': Mass Terror and Stalinist Governance in the Late
1930s." The Russian Review 61 (January 2002), 113-138.
- - - , Origins of the Great Purges. The Soviet Communist Party Reconsidered, 1933-1938. London & New York: Cambridge Univ. Press, 1985.
- - - , "State and Society Under Stalin: Constitutions and Elections in the 1930s." Slavic Review
50, 1 (Spring 1991), 18-35. Getty, J. Arch, and Oleg V. Naumov. The Road to Terror: Stalin and the Self-Destruction of the Bolsheviks, 1932-1939. New Haven: Yale U.P., 1999.
Ilizarov, B.C. "Stalin. Shtrikhi k portretu na fone ego biblioteki i arkhiva." Novaia i Noveyshaia Istoriia, N. 3-4, 2000. At .
Jansen, Mark, and Nikita Petrov, Stalin's Loyal Executioner: People's Commissar Nikolai Ezhov 1895-1940. Stanford: Stanford U.P., 2002. At .
Khaustov, V.N, V.P. Naumov, N.C. Plotnikova, eds., Lubianka: Stalin i Glavnoe Upravlenie Gosbezopasnosti NKVD. 1937-1938. Moscow: "Materik", 2004. (Cited as "Lubianka.")
Khinshtein, Aleksandr. "Proshchai, Beria!" ('theft' of Beria trial materials from archive) Moskovskii Komsomolets Jan. 9, 2003. Retrieved at ; verificado con el original original en .
Khlystalov, Eduard. "Predateli s marshal'skimi zvezdami," Literaturnaia Rossia, No. 12, 28 March 2003 and No. 13, 4 April 2003.
At and . Reprinted at .
Khrushchev's 'Secret Speech' has been printed many times; I used the edition in Izvestiia TsK. KPSS No.3, 1989. At .

Kirilina, Alla. Neizvestnyi Kirov. StP & Moscow: "Neva"/ OLMA-Press, 2001. (Includes text of her earlier book Rikoshet.)
Kokurin, A.I and Pozhalov, A.I. "'Novyi Kurs' L.P. Beria", Istoricheskiy Arkhiv 4 (1996), 132-164.
Knight, Amy. Beria: Stalin's First Lieutenant. Princeton: Princeton University Press, 1993.
Lavrentiy Beria. 1953. Stenograma iul'skogo plenuma TsK KPSS I drugie dokumenty. Eds. V. Naumov,
Iu. Sigachov. Moscow: Mezhdunarodniy Fond "Demokratiia," 1999. Cited as "Beria."
Leibowitz, Clement. The Chamberlain-Hitler Deal. Edmonton:Editions Duval, 1993.
Lubianka. Stalin I VChK GPU OGPU NKVD. Ianvar' 1922-dekabr' 1936. Documenty. Moscow: 'Materik', 2003. (Cited as "Lubianka A")
Lubianka. Stalin I Glavnoe Upravlenie Gosbezopasnosti NKVD 1937-1938. Moscow: 'Materik', 2004. (Cited as "Lubianka B").
McNeal, Robert. "Trotsky's Interpretation of Stalin." Canadian Slavonic Papers 3 (1961), 87-97.
Medvedev, Roy. Medvedev, Let History Judge: The Origins and Consequences of Stalinism. New York: Knopf, 1971.
- - -, "Lichnaia biblioteka 'Korifeia vsekh nauk'." Vestnik RAN. No. 3 (2001), 264-7. At .
Medvedev, Zhores. "Sekretnyy naslednik Stalina." Ural (Yekaterinburg). 1999, No. 7. At .
Mukhin, Iu. Ubiystvo Stalina i Beria. Moscow: Krymskii Most-9D, 2003.
Nekrasov, V.F. Beriia: Konets Kar'ery. Moscow: Politizdat, 1991.
Nevezhin, V. A. Zastol'nye Rechi Stalina. Dokumenty i Materialy. [Stalin's Table Talk] Moscow: AIRO-XX; St. Petersburg: Bulanin, 2003.
O'Meara, Kelly Patricia. "Looting Russia's Free Market." Insight, 2002. At .
Order No. 00447: in Lubianka B , No. 151, 273-281; also at .
Pavlova, Irina V. "1937: vybory kak mistifikatsiia, terror kak real'nost'." Voprosy Istorii. No. 10, 2003, pp. 19-37.
Politburo TsK VKP(b) i Sovet Ministrov SSSR 1945-1953. Ed. Khlevniuk, O., et al. Moscow: ROSSPEN, 2002.
Pyzhikov, Aleksandr. "Leningradskaia gruppa: put' vo vlasti (1946-1949)", Svobodnaia Mysl' 3 (2001), 89-104.
Rossiia I SSSR v voynakh XX veka. Potery vooruzhennykh sil. Statisticheskoe issledovanie. Moscow, 'OLMA-Press', 2001. Also at .
Simonov, Konstantin. Glazami cheloveka moego pokoleniia. Razmyshleniia o I.V.Staline. Moscow: Novosti, 1988.
Stalin, Joseph. "Vystuplenie I.V. Stalina na Rasshirennom Zasedanii Voennogo Soveta pri Narkome
Oborony," Istochnik 3 (1994), 72-88. A slightly different version is in Lubianka, No. 92, 202-209.
- - -, "On the Draft of the Constitution of the USSR." In Russian: Collected Works, vol. 14. At ; in English, in J.V. Stalin, Problems of Leninism. Foreign
Languages Press, Peking 1976, 795-834, at .
- - - , The Stalin-Howard Interview. NY: International Publishers, 1936. At (in Russian).
- - - , Report to 17th Party Congress, January 26, 1934. At
(in Russian); English edition in J.V. Stalin, Problems of Leninism. Foreign Languages Press, Peking 1976, 671-765; also at .
- - -, Zakluchitel'noe slovo na plenume tsentral'nogo komiteta VKP(b) 5 marta 1937 goda (stenograficheskii variant). At .
- - -, Zastol'nye Rechi Stalina. Dokumenty i Materialy. [Stalin's Table Talk] Moscow: AIRO-XX; St. Petersburg: Bulanin, 2003.
- - -, Rech' I.V. Stalina Na Plenume TsK KPSS 16 Oktiabria 1952 goda. (Speech at Plenum of the Central Committee of the KPSU October 16 1952). Unofficial publication at .
Starkov, Boris. "Sto Dney 'Lubyanskogo Marshala,'" Istochnik 4 (1993), 82-90.
Sukhomlinov, Andrei. Kto vy, Lavrentii Beria? Neizvestnye stranitsy ugolovnogo dela. Moscow: Detektiv-Press, 2004.
Thurston, Robert W. "Fear and Belief in the USSR's 'Great Terror': Response To Arrest, 1935-1939." Slavic Review 45 (1986), 213-234.
- - -, "On Desk-Bound Parochialism, Commonsense Perspectives, and Lousy Evidence: A Reply to Robert Conquest." Slavic Review 45 (1986), 238-244.
- - -, "Social Dimensions of Stalinist Rule: Humor and Terror in the USSR, 1935-1941." Journal of
Social History 24, No. 3 (1991) 541-562.
- - -, Life and Terror in Stalin's Russia. New Haven: Yale University Press, 1996.
Tragediia Sovetskoy Derevni. Kollektivizatsiia I Raskulachivanie. Documenty I Materialy. 1927-1939.
Tom 3. Konets 1930-1933. Moscow: ROSSPEN, 2001.
Williamson, Anne. "The Rape of Russia." Testimony before the Committee on Banking and Financial Services of the U.S. House of Representatives, September 21, 1999. At .
Yakovlev, A.S. Tsel' Zhizni. Zapiski Aviakonstruktora. M. 1973. Chapter 20, "Moskva v oborone," .
Zakharov, Aleksandr. "'Prigovor privedion v ispolnenie.'" Krasnay Zvezda Dec. 20, 2003. At .
Zhukov, Iurii. Inoy Stalin. Politicheskie reformy v SSSR v 1933-1937 gg. Moscow:"Vagrius," 2003.
- - - , "Iosif Stalin: diktator ili liberal?" Komsomolskaya Pravda, Dec. 3, 2002. Transcript of telephone Q&A based on series "Zhupel Stalina." At . See below.
- - - , "Kul'tovaia mekhanika," Literaturnaya Gazeta No. 9, March 5-11 2003. At .
- - - , "Stalin ne nuzhdalsia v partii vlasti," Politicheskiy Zhurnal, Arkhiv No 15 (18) 26 April 2004. At .
- - -, "Repressii I Konstitutsiia SSSR 1936 goda." Voprosy Istorii. 2002, No. 1, pp. 3-26.
- - -, Tayny Kremlia: Stalin, Molotov, Beria, Malenkov. Moscow: Terra-Knizhnyy Klub, 2000.
- - -, "Zhupel Stalina", Komsomolskaya Pravda, November 5, 6, 12, 13, 14, 15, 19, 20, 2002. Also widely available on the Internet, e.g. at .

Segunda Parte

El periodo bélico

 


Respuesta  Mensaje 9 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:17

Segunda Parte

El periodo bélico

Hacia finales de la Segunda Guerra Mundial, Stalin y su grupo en el Politburó hicieron un intento más de impedir al Partido Bolchevique el control directo sobre el gobierno soviético. Veamos como Yuri Zhukov describe este hecho:

En Enero de 1944… por primera vez durante la guerra hubo una convocatoria conjunta del Pleno del Comité Central y de una sesión del Soviet Supremo de la URSS. Molotov y Malenkov prepararon un borrador de decreto del Comité Central, según el cual el Partido sería distanciado del poder. Conservaría únicamente agitación y propaganda; nadie podría despojarle de estas materias típicas de partido y de la participación en la selección de cuadros, algo totalmente natural. Simplemente, prohibió al Partido interferir en cuestiones económicas y en las labores del los órganos del Estado. Stalin leyó el borrador, cambió seis palabras, y escribió “CONFORME” sobre el mismo. Lo que sucedió después sigue siendo un misterio…

Éste fue un nuevo intentote reservar para el partido únicamente aquellas tareas que desempeñó durante la guerra. El borrador tenía 5 firmas: Molótov, Malenkov, Stalin, Khruschev, Andreev. No hubo copia, y sólo podemos especular sobre el voto de los demás. Ni el todopoderoso Comité Estatal de Defensa, con cuatro miembros en el Politburó pudo cambiar el viejo orden de las cosas. Esto demuestra, una vez más, que Stalin nunca tuvo el poder que tanto estalinistas como antiestalinistas le atribuyen. (Zhukov, Kul’tovaia; ) (1)

No sabemos cómo iba a ser llevado a cabo este “distanciamiento” del Partido de las cuestiones económicas y del estado. Presumiblemente algún otro método de dotar a los órganos estatales habría sido contemplado. ¿Hubiera significado esto una vuelta a las elecciones tal y como se indicaba en la Constitución de 1936?

Cualquiera que sea la respuesta a estas cuestiones parece probable que el Comité Central, compuesto ampliamente por los Primeros Secretarios del Partido, rechazó una vez más los planes del grupo de Stalin de cambiar fundamentalmente el sistema soviético. ¡En su “Informe Secreto”, Khruschev negó la celebración de ningún pleno! Dado que la mayoría de los miembros del Comité Central entre los oyentes sabían que esto era mentira, puede ser que el propósito de esta mentira era una tácita indicación de que este peligroso movimiento contra su poder estaba ya formalmente “enterrado”.

Tras la guerra

Como hemos visto, Stalin creía que un importante problema, tanto para la URSS como para el Partido Bolchevique era una situación de doble poder. Era el Partido, no el gobierno, quien dirigía en realidad la sociedad. De forma progresiva, los funcionarios del Partido ejercían el poder mediante la supervisión y la vigilancia, en vez de gestionar la producción.

Conseguir que el Partido se librara del control directo del Estado serviría para un cierto número de objetivos:
-Institucionalizaría la Constitución de 1936 y reforzaría los lazos entre la población y el Estado Soviético.
-Devolvería la dirección de las instituciones estatales a aquellos que realmente estaban preparados para ello.
-Evitaría al Partido la degeneración en sus niveles superiores hacia una casta de parásitos y carreristas corruptos.

Hasta la guerra, el Politburó se había reunido al menos dos veces por semana. En Mayo de 1941 Stalin se convirtió en cabeza oficial del Estado Soviético, reemplazando a Molótov como Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo, o Sovnarkom, el órgano ejecutivo del gobierno de la URSS.

Pero durante la guerra el la URSS no estaba dirigida ni por este cuerpo ni por el Partido, sino por el Comité Estatal de Defensa, compuesto por Stalin y tres de sus más cercanos colaboradores. Durante la guerra el Comité celebró sólo un Pleno, mientras que, no sólo durante la guerra sino también después, el Politburó se reunió muy raramente. Según Pyzhikov, “el Politburó, a fectos prácticos, no ejerció”. El disidente soviético Zhores Medevedev cree que el Politburó se reunió seis veces en 1950, 5 veces en 1951 y 4 veces en 1952. (2) Es decir, Stalin quitó al Politburó la dirección del Estado (Pyzhikov, 100; Medvedev, Sekretnyi).

Stalin parece haber descuidado su papel como cabeza del Partido. Los plenos del Comité Central se fueron haciendo escasos. No tuvo lugar ningú Congreso durante 13 años, entre 1939 t 1952. Tras la guerra, Stalin firmó decisiones conjuntas del Partido y del gobierno en tanto simple Presidente del Consejo de Ministros (el conocido Consejo de Comisarios del Pueblo), dejando a otro de los secretarios, Zhdanov o Malenkov, firmar en nombre del Partido. (Pyzhikov 100).

El ascendiente del Partido continuaba siendo alto. Pero tal vez fuera solamente porque Stalin era todavía Secretario General del Partido. Fue el único líder del bando aliado que continuó sus funciones tras la guerra: Roosvelt había muerto y Churchill fue derrotado en las elecciones de 1945. No es ninguna exageración decir que, entre los trabajadores, Stalin era el personaje mundial más famoso y respetado. El movimiento comunista que dirigía era la esperanza para millones de personas y se expandió enormemente como resultado de la victoria sobre el fascismo. El gran prestigio de Stalin como Jefe de Estado prestó gran autoridad al aparato del Partido. (Mukhin, Ubyitsvo 622; Ch. 13).

Las actividades de Stalin sugieren que aún estaba intentando quitar al Partido su poder directo sobre el estado. Sin embargo, si fue de esta manera, lo hizo con muchas precauciones. Podríamos deducir algunas razones para este cuidado:

-Mostrar una infundada falta de confianza en el Partido hubiera sido un mal ejemplo para otros países del mundo, donde los Partidos Comunistas no habían conseguido el poder.
-El Comité Central y la Nomenclatura se oponían, tal y como hivcieron antes de la guerra.

Por estas razones actuaría discretamente, evitando el más mínimo encontronazo. (Mukhin, Ubyitsvo 611)

El Programa del Partido de 1947

Probablemente hubo más en los planes estalinistas de democratización de lo que sabemos hoy sobre ello. Alexander Pyzhikov, un historiador marcadamente anticomunista y antiestalinista ha mencionado unas interesantes selecciones de un borrador fechado en 1947 sobre un programa del Partido para impulsar la democracia y el igualitarismo en la URSS. Este fascinante y completamente desconocido plan no fue nunca publicado, y, evidentemente no está disponible para otros investigadores.

Ésta es la selección mencionada literalmente por Pyzhikov:

El desarrollo de la democracia socialista como base de la construcción de una sociedad socialista sin clases convertirá progresivamente la dictadura del proletariado en la dictadura del Pueblo Soviético. A medida que cada individuo se implique día a día en los asuntos de estado, el crecimiento de la conciencia y la cultura comunista en la población, y el desarrollo de la democracia socialista llevará a la paulatina desaparición de formas de coacción en la dictadura del pueblo soviético, y a un progresivo de las medidas coactivas por la influencia de la opinión pública, y a la conversión de éste, principalmente en el órgano de la dirección de la vida económica del país.

Pyzhikov resume otros párrafos de este documento inédito como sigue:

En particular, el borrador trataba sobre el desarrollo de la democratización del orden soviético. El plan reconocía como esencial incorporar a los trabajadores en la gestión de los asuntos de estado, en la cotidiana actividad estatal y en la actividad social, sobre la base de rápido desarrollo del nivel cultural de las masas y la simplificación al máximo de la dirección del estado. Proponía en la práctica proceder a la unificación del trabajo productivo con participación en los asuntos de estado, con la transición hacia la total dirección del estado por parte de toda la clase trabajadora. También se extendía sobre la idea de control directo por parte del pueblo de la actividad legislativa, por lo que lo siguiente era considerado esencial:

a) Implantar el voto universal y la toma de decisiones de las cuestiones más importantes de la vida gubernamental, tanto en la esfera social como económica, así como en las cuestiones relativas a las condiciones de vida y el desarrollo cultural.
b) Ensanchar el desarrollo de las iniciativas legislativas desde abajo, concediendo a las organizaciones sociales el derecho a solicitar al Soviet Supremo propuestas legislativas.
c) Confirmar el derecho de los ciudadanos y de las organizaciones sociales a presentar directamente propuestas al Soviet Supremo sobre las cuestiones más importantes de política nacional e internacional.

Tampoco se olvidaron los métodos de elección de directores. El borrador del programa del Partido abordaba la selección de todos los miembros responsables del aparato del estado mediante elección de acuerdo con el grado de desarrollo hacia el comunismo. Abordaba cambios en el funcionamiento de una serie de órganos estatales directivos para irlos convirtiendo progresivamente en instituciones de administración y supervisión de la economía como un todo. Para ello, el máximo desarrollo posible de organizaciones voluntarias e independientes era visto como importante. Se atendió al refuerzo de la importancia de la opinión social en la ejecución de la transformación comunista de la conciencia popular, en el desarrollo, sobre la base de la democracia socialista entre amplias masas populares, de la “ciudadanía socialista”, del “heroísmo laboral” y del “valor del Ejército Rojo”.

Siempre según Pyzhikov, Zhdanov informó sobre el trabajo de la comisión planificadora en el Pleno del Comité Central de Febrero de 1947, proponiendo la celebración del 19º Congreso del Partido para finales de 1947 o para 1948. Avanzó también un plan para un orden sencillo de convocatorias anuales de conferencias del Partido, con una “renovación obligatoria” de no menos de una sexta parte del Comité Central cada año. De haber sido llevada a la práctica, y si la “renovación” hubiera efectivamente causado una mayor rotación de los miembros del Comité Central, ésto hubiera significado que los Primeros Secretarios y otros líderes del Partido en el C.C. hubiesen estado menos atrincherados en sus posturas, dejando sitio a savia nueva en el cuerpo dirigente del Partido, facilitando la crítica de los simples militantes a los líderes del Partido. (Pyzhikov 96).

Este audaz plan refleja muchas de las ideas del “agotamiento del estado”, vislumbrado en “El Estado y la Revolución” de Lenin, sobre ideas que éste encontró en Marx y Engels. Al proponer la participación democrática y directa en todas las decisiones del estado del pueblo soviético y sus organizaciones populares, y la “renovación” (o, al menos, la posibilidad de reemplazo) de no menos de una sexta parte del Comité Central cada año a través de una Conferencia, este plan preveía el desarrollo de la democracia desde abajo, tanto en el Estado como en el mismo Partido.

Pero todo fracasó. Como sucedió con las propuestas previas de democratización del Estado y del Partido antes mencionadas, no conocemos los detalles de cómo sucedió. Probablemente fue rechazado en el Pleno del Comité Central. El 19º Congreso del Partido se pospuso hasta 1952. Como siempre, no sabremos por qué. Las características del borrador del Programa del Partido hacen sugerir que la oposición del Comité Central -los Primeros Secretarios- pudo haber sido la causa. (3)

El decimonoveno Congreso del Partido

Parece ser que la dirección estalinista hizo un último esfuerzo por separar al Partido de sus funciones de dirección del Estado en el 19º Congreso de 1952, y en el Pleno del Comité Central que se celebró a continuación. Empezando por Khruschev, la Nomenclatura del Partido procuró destruir cualquier rastro de este Congreso, actuando inmediatamente para eliminar lo que en él se realizó. Bajo Brezhnev se publicaron las transcripciones de todos los Congresos del Partido hasta el decimoctavo. Hasta hoy, nunca se han publicado las actas del decimonoveno. En éste Stalin sólo dirigió un corto discurso al Congreso que fue publicado. Pero también dirigió un discurso de hora y media en el Pleno que tuvo lugar a continuación. Este discurso no se publicó, excepto algunos cortos párrafos, tampoco se publicó la transcripción de este Pleno. (4).

Stalin convocó el Congreso para cambiar el status del Partido y su estructura organizacional. Entre los cambios están los siguientes:
- El nombre del Partido fue oficialmente cambiado de “Partido Comunista (Bolchevique) de la Unión” a Partido Comunista de la Unión Soviética”. Ésto imitaba las denominaciones de la mayoría de los partidos comunistas en el mundo, haciendo depender al partido del estado.

- Un “Presidium” reemplazó al Politburó del Comité Central. Este nombre definía a los representantes de otro órgano representativo (en este caso el Comité Central), como, por ejemplo el Presidium del Soviet Supremo. También suprimió lo “político” del nombre; en realidad, todo el Partido era político, no solo el cuerpo dirigente.

Sin duda, también sugería un organismo que dirigiera solo el Partido, no el Partido y el Estado. El Politburó había sido un órgano de miembros de diversa procedencia. Incluía al Presidente del Consejo de Ministros (cabeza del órgano ejecutivo del Estado; esto es, la Jefatura del Estado); al Presidente del Presidium del Soviet Supremo (cabeza del cuerpo legislativo); al Secretario General del Partido (Stalin), un Secretario o dos más del Partido, y un par de ministros del gobierno. Las decisiones del Politburó eran ejecutivas tanto para el Partido como para el Gobierno. (4).

Por tanto, y en comparación con la virtualmente suprema posición del Politburó en el país, el papel del Presidium fue ampliamente reducido. Desde el momento en que la cabeza del Estado y la Cabeza del Soviet Supremo no tenían plaza reservada, el Presidium sólo el órgano dirigente del Partido Comunista.

Huno también otros cambios:

- El cargo de Secretario General (el del mismo Stalin) fue suprimido. Ahora Stalin era sólo uno de los 10 Secretarios del Partido (6), todos los cuales figuraban en el nuevo Presidium, compuesto de 25 miembros y 11 suplentes, cantidad mucho más alta que los 9-10 del antiguo Politburó. Este mayor tamaño le daría un carácter mucho más deliberativo, en vez de ser un órgano en el que se tomasen muchas decisiones finales rápidamente ejecutadas.
- La mayoría de estos miembros del Presidium parecen haber sido funcionarios gubernamentales, y no líderes del Partido. Khruschev y Malenkov se preguntaría más adelante cómo hubiera podido Stalin conocer de oídas a personas que él mismo sugirió para el Presidium, dado que no eran líderes conocidos (y, por tanto, no eran Primeros Secretarios). Presumiblemente, Stalin les nombró por su rango en el liderazgo del Estado, en contraposición al liderazgo en el Partido. (7).

Stalin hizo seguir a su dimisión como Secretario General del Partido, que tuvo lugar en el 19º Congreso, una propuesta, en el Pleno del C.C. que le siguió, de renunciar también a su puesto en este comité Central, conservando sólo el cargo de Jefe de Estado (Presidente del Consejo de Ministros).

Con Stalin fuera del Comité Central, figurando sólo como Presidente del Consejo de Ministros, los funcionarios gubernamentales no se hubieran sentido obligados a informar al Presidium, el órgano más alto del Partido. Esta acción de Stalin hubiera arrebatado autoridad a los funcionarios del Partido, cuya función de “supervisión” era innecesaria, en términos productivo-económicos. No siendo Stalin el Jefe del Partido, el liderazgo de éste, la Nomenclatura, hubiera perdido prestigio. Los militantes de base ya no se hubieran sentido obligados a “elegir” (es decir, a confirmar) a los candidatos recomendados por los Primeros Secretarios y por el Comité Central.

Desde esta perspectiva, la dimisión de Stalin de su puesto en el Comité Central hubiera sido un desastre para la Nomenclatura. Se sentían protegidos de las críticas sin piedad por parte de los militantes de base únicamente gracias a la “sombra de Stalin”. Hubiera significado que, en el futuro, sólo la gente más inteligente y más capaz sobreviviría en la Nomenclatura del Partido, así como en el aparato del Estado. (Mukhin, Ubiystvo, 618-23)

La falta de transcripciones sugiere que algo sucedió en este Pleno, y que Stalin dijo cosas en su discurso que la Nomenclatura no quiso que se hicieran públicas. También indica, y es muy importante subrayar ésto, que Stalin no era todopoderoso. Por ejemplo, las serias críticas de Stalin a Molótov y Mikoyan en este Pleno no se publicaron hasta mucho después de su muerte. (8).

El famoso escritor soviético Konstantín Simonov estaba presente, en tanto miembro del Comité Central. Fue testigo del pánico y rechazo de Malenkov cuando Stalin propuso votar para liberarle de su cargo en el Comité Central. (Simonov, 244-5). Enfrentado a una oposición vociferante, Stalin no insistió. (9).

Tan rápidamente como pudieron, los líderes dieron pasos para anular las decisiones del 19º Congreso del Partido. En su reunión del 2 de Marzo, con Stalin aún vivo pero inconsciente, un Presidium reducido (esencialmente, los miembros del antiguo Politburó) se vieron en la dacha de Stalin. Allí decidieron volver a reducir el Presidium a 10 miembros, en vez de 25. Era, básicamente, el antiguo Politburó, de nuevo. El número de Secretarios del Partido se redujo otra vez a 5. Khruschev fue nombrado “coordinador” del Secretariado y, cinco meses más tarde, “Primer Secretario”. Finalmente, en 1966, la palabra Presidium fue modificada a su antigua denominación, Politburó.
Durante el resto de la historia de la Unión Soviética el Partido continuó dirigiendo la sociedad., siendo sus rangos más altos una capa de elites privilegiadas, corruptas y autonombradas. Bajo Gorbachov este grupo dirigente disolvió la URSS, dándose a sí mismos la riqueza económica y el liderazgo político en la nueva sociedad capitalista. A la vez, destruyó los ahorros de la clase trabajadora soviética, robando sus beneficios sociales. Clase trabajadora cuyo esfuerzo había sido el origen de la inmensa riqueza colectiva de la Unión soviética. Esa misma Nomenclatura continúa hoy en día el Estado post-soviético.

Lavrentii Beria

Beria es el personaje más calumniado en la historia soviética. Por tanto, el reverso del juicio histórico sobre la carrera de Beria, juicio que empezó repentinamente tras el fin de la Unión Soviética, ha sido incluso más intenso que la reevaluación académica del papel de Stalin, que es el tema principal de estos artículos.

Los “cien días” de Beria (exactamente 112 días, desde la muerte de Stalin el 5 de Marzo de 1953 hasta su destitución el 26 de Junio) fueron testigos del inicio de profundas reformas. Si la dirección soviética hubiera permitido que estas reformas se hubieran desarrollado totalmente la historia de la Unión Soviética, del Movimiento Comunista Internacional, de l a Guerra Fría, y, en resumen, de la última mitad del Siglo XX, hubiera sido radicalmente diferente.

Las iniciativas de reforma de Beria incluían, como mínimo, las siguientes. Todas merecen ser destacadas, y algunas de ellas están teniendo ahora un especial estudio, incluso a pesar de que el Gobierno Ruso mantiene las fuentes primarias más importantes vetadas incluso a historiadores de confianza:

- La reunificación de Alemania como un estado no-socialista, neutral, paso que hubiera sido terriblemente popular entre los alemanes, y notablemente desagradable para los aliados de la OTAN, incluyendo a Estados Unidos.
- La normalización de relaciones con Yugoslavia, que prometía volver de su tácita alianza con Occidente hacia el Kominform.
- Una política sobre las nacionalidades que se oponía a la “rusificación” en las áreas recientemente anexadas del Oeste Ucraniano y los Estados Bálticos, junto al objetivo de recuperar, al menos, a algunos de los grupos nacionalistas en la emigración. Una política reformada de nacionalidades en otras áreas no rusas, incluyendo Georgia y Bielorrusia.
- Rehabilitaciones y compensaciones para aquellos injustamente condenados por los cuerpos jurídicos especiales (las troikas y las “Comisiones Especiales” del NKVD) durante los años 30 y 40. Bajo Beria este proceso se hubiera llevado a cabo de manera muy distinta de cómo se llevó a cabo bajo Khruschev, que rehabilitó a muchos que eran incuestionablemente culpables.

Algunas de las otras reformas de Beria fueron llevadas ampliamente a la práctica, incluyendo:

- Amnistía para un millón de prisioneros por crímenes contra el Estado.
- Poner término a la investigación del “Complot de Médicos”, junto al reconocimiento de que las acusaciones habían sido injustas, y el castigo a los funcionarios del NKVD involucrados, incluyendo la destitución de Kruglov, antiguo director del NKVD, del Comité Central. (11).
- Poner término a la autoridad de la “Comisión Especial” del NKVD para sentenciar a muerte o a largas penas de cárcel.
- En un movimiento no sólo contra el culto a Stalin, sino contra todo culto a todos los líderes en general, prohibir la exhibición de retratos de líderes en los grandes mítines festivos. Ésto fue anulado por los líderes del Partido poco después de la destitución de Beria.

Las actividades de Beria en pro de una reforma democrática

Oficialmente, Beria fue arrestado por los otros miembros del Politburó más algunos generales el 26 de Junio de 1953. Pero los detalles de esta supuesta detención son oscuros, y hay versiones contradictorias (12). En cualquier caso, durante el Pleno del Comité Central de Junio de 1953 dedicado a acusar a Beria de varios crímenes, Mikoyan declaraba:

“Cuando [ Beria ] hizo su presentación en la Plaza Roja sobre la tumba del camarada Stalin, le dije: “En tu discurso hay un párrafo en el que garantizas a cada ciudadano los derechos y libertades contemplados en la Constitución. Si en el discursod e un simple orador no hay frases vacías, en el discurso de un ministro político del interior, que es un programa de acción, deberás cumplirlo”. El me respondió: “Y lo cumpliré”.” (Beria 308-9, Mukhin 178).

Beria había dicho algo que alarmó a Mikoyan. Aparentemente, era el hecho de que en ese crucial discurso en la Plaza Roja, y haciendo referencia a la Constitución, Beria omitió toda referencia al Partido Comunista, hablando sólo sobre el Gobierno Soviético. Beria habló en segundo lugar, después de Malenkov, una demostración pública de que ahora era la segunda persona en el rango del Estado Soviético. Sus palabras habían sido éstas:

“Los trabajadores, los campesinos koljosianos, la intelligentsia puede trabajar pacíficamente y en confianza, sabiendo que el Gobierno Soviético garantizará diligente e incansablemente sus derechos, tal y como figuran en la Constitución de Stalin…De ahora en adelante la política del Gobierno Soviético será la política leninista y estalinista de mantenimiento y refuerzo de la paz…” (Beria, Discurso).

Mukhin sugiere posibles interpretaciones para este párrafo. La gente de la calle difícilmente entendería lo que Beria decía, pero para la Nomenclatura del Partido ésto era un buen navajazo. Beria pretendía llevar adelante el país sin Partido; por lo tanto, sin ellos. Prometía salvaguardar los derechos del pueblo, que no les concedía el Partido, sino... ¡una Constitución! (Mukhin, 179).

En este mismo Pleno de Junio de 1953 Khruschev dijo:

Recordemos como Rakosi [ líder comunista húngaro ] dijo “Me gustaría saber qué es lo que se decide en el Consejo de Ministros y qué es lo que se decide en el Comité Central, qué tipo de división debería existir…” Y Beria dijo tranquilamente: “¿Qué Comité Central? Que decida el Consejo de Ministros, y dejemos que el Comité Central se dedique a sus temas de cuadros y propaganda”. (Beria 91)

Más tarde, en el mismo Pleno Lazar Kaganovich abundó sobre el punto de Khruschev:

“El Partido es para nosotros lo más elevado. No debe permitirse a nadie hablar como lo hizo este sinvergüenza [ Beria ]: “el Comité Central [ para ] cuadros y propaganda, no para dirigir políticamente, no para dirigir toda la vida, como nosotros los bolcheviques la entendemos”.” (Beria 138).

Estos hombres parece que creyeron que Beria proyectaba sacar al Partido de su función de dirigir directamente el país. Era muy parecido a aquello por lo que Stalin y los suyos habían luchado durante las discusiones del borrador constitucional en los años 1935 a 1937. Se puede distinguir en el borrador del Programa del Partido de 1947 y en la reestructuración del Partido Bolchevique por parte de Stalin en el 19º Congreso y el subsiguiente Pleno del Comité Central unos pocos meses antes.

El hijo de Beria, Sergo, afirma que su padre y Stalin estaban de acuerdo en la necesidad de sacar al Partido de la dirección directa de la sociedad soviética:

“Las relaciones de mi padre con el Partido fueron complejas… Nunca ocultó sus relaciones con el aparato del Partido. Por ejemplo, directamente dijo a Khruschev y a Malenkov que el aparato del Partido corrompía a la gente. Era apropiado para los primeros tiempos, cuando el Estado Soviético acababa de formarse. Pero mi padre les preguntaba: “¿Quién necesita hoy a estos controladores?”
Tenía la misma clase de conversaciones con los directores de industrias y factorías a quienes, naturalmente, lo les interesaban en absoluto los inútiles del Comité Central.
Mi padre era igual de sincero con Stalin. Iósif Vissariónovich estaba de acuerdo es que el aparato del Partido se había liberado a sí mismo de responsabilidad en materias concretas y no ahcía nada sino charlar. Un año antes de su muerte, cuando Stalin presentó el nuevo diseño del Presidium del Comité Central, dio un discurso cuyo punto principal giraba en torno a la necesidad de encontrar nuevas formas de dirigir el país, dado que los antiguos modos no eran los mejores. Tuvo lugar una seria discusión, en torno a la actividad del Partido”. (Sergo Beria Moy Otets Lavrentii Beria)

La planeada reestructuración de Beria de las relaciones entre el Estado y el Partido hubiera sido probablemente muy popular entre los comunistas de base, por no hablar de la mayoría de ciudadanos soviéticos no militantes. Pero era una grave amenaza para la Nomenclatura.

Mukhin lo explica de esta manera:

 


Respuesta  Mensaje 10 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:17

“Beria no renunció a meter en la cabeza de la gente la idea de que el país debiera ser dirigido, en el centro y en la periferia, por los Soviets, tal y como la Constitución señalaba, y que el Partido debiera ser un órgano ideológico, que garantizara, a través de la propaganda, que con su ayuda, los diputados a los Soviets a todos los niveles serían comunistas. Beria propuso recuperar el espíritu de la Constitución en el pleno sentido del slogan “Todo el poder a los Soviets!”. Mientras Beria hubiera operado exclusivamente en la esfera ideológica, hubiera sido desagradable para la Nomenclatura, pero nada espantoso. Dado su poder, hubieran seleccionado delegados al Soviet Supremo, instruyéndoles a fin de que las ideas de Beria no se hubieran llevado a efecto. Pero si Beria no permitía a los Secretarios y al Comité Central las elecciones y la sesión del Soviet Supremo, ¿Qué tipo de decisiones podrían los diputados alcanzar?” (Ubiystvo 363-4)

Lógicamente, ésto enfrentaba a Beria con la mayoría de la Nomenclatura del Partido. (Ubyistvo 380). Khruschev era el representante de los intereses de ese grupo, o, por lo menos, de su fracción más grande y activa. Y Khruschev tenía un concepto muy diferente de la “democracia”. El famoso director de cine Mikhail Romm recordaba las palabras de Khruschev en eun encuentro con intelectuales:
“Desde luego, todos nosotros os hemos escuchado, y hemos hablado con vosotros. Pero, ¿quién decidirá? En nuestro país decide el pueblo. Y, ¿qué es el pueblo? Es el Partido. Y, ¿quién es el Partido? Pues nosotros. Nosotros somos el Partido. Esto significa que nosotros decidiremos. Yo decidiré. ¿Comprendido? (Alikhanov).

Como Mukhin indica:

“El Partido en tanto que organización de millones de comunistas, estaba acabado. El grupo de personas en la cumbre se convirtió en el Partido. (Mukhin Ubiystvo 494).

Las muertes de Stalin y Beria… y otras muertes

Junto a las misteriosas circunstancias de la muerte de Beria hay que sumar el considerable número de pruebas de que o bien se dejó que Stalin muriera en el suelo de su dacha tras sufrir una trombosis, o tal vez, fue envenenado. No tenemos tiempo ni espacio para resumir aquí esta cuestión

Sin embargo, no es necesario para nuestros propósitos. La amplia circulación y credibilidad entre rusos de toda orientación política demuestra que tanto la muerte de Stalin como la de Beria fueron muy beneficiosas para la Nomenclatura. Las pruebas son que tanto Beria como Stalin querían una perestroika comunista, una “reestrucuración” del poder político, y no del económico. Nada que ver con la superexplotación capitalista y el despellejamiento que el país ha sufrido bajo el nombre de “perestroika” desde los últimos años 80. Esas pruebas son independientes de otras que puedan demostrar que fueron asesinados.

El resultado inmediato de los fracasos de Stalin y Beria en sus intentos democratizadores fue dejar a la URSS en manos de la dirección del Partido. No llegó ninguna democracia obrera a la Unión Soviética. Los principales líderes del Partido continuaron monopolizando puestos importantes del estado y de la economía, convirtiéndose en un estrato parasitario, explotador, con marcado parecido a sus semejantes de las economías capitalistas.

En su sentido literal, este estrato disfruta hoy del poder, Gorbachov, Yeltsin, Putin y el resto de dirigentes de Rusia y los estados post-soviéticos son todos los antiguos miembros de la dirección del Partido. Durante largo tiempo explotaron a la ciudadanía soviética en su papel de super privilegiados funcionarios. Después, bajo Gorbachov, controlaron el proceso de privatización de la propiedad colectiva que pertenecía a la clase obrera de la URSS, empobreciendo de paso no sólo a los trabajadores, sino a la amplia clase media. Se le ha considerado la mayor expropiación de la historia (13). “La nomenklatura del Partido destruyó la Unión Soviética”. (Bivens & Bernstein; O’Meara; Williamson).
Para esconder su papel en las ejecuciones masivas de los años 30, su éxito en hacer fracasar los intentos estalinistas de democratización, su rechazo para llevar a cabo las reformas de Stalin y de Beria, y en resumen, su rechazo a democratizar la Unión Soviética. Khruschev y los principales líderes del Partido culparon a Stalin de todo, mintiendo sobre la existencia de serias conspiraciones en la URSS en los años 30, y tapando sus papeles protagonistas en las ejecuciones que siguieron.

El “discurso secreto” de Khruschov en 1956 fue el mayor golpe al movimiento comunista mundial de la historia. Dio alas a los anticomunistas de todo el mundo, que decidieron que por una vez había un líder comunista en quien confiar. Los documentos publicados desde el fin de la Unión Soviética afirman que cada una de las acusaciones contra Stalin eran mentiras. Esa evidencia nos lleva, a su vez, a preguntarnos por los motivos reales que llevaron a Khruschov a atacar a Stalin de esa manera. Los investigadores han demostrado ya que las acusaciones “oficiales” contra Beria citadas por Khruschev y los suyos o bien son falsas, o no se basan en ninguna prueba. Los muros de mentiras que rodean estos sucesos nos obligan a preguntarnos: ¿Qué estaba sucediendo en realidad? El presente ensayo sugiere unarespuesta.

Conclusiones e investigaciones pendientes

Dado que Stalin preveía la competencia de partidos políticos en su plan de elecciones abiertas, es lógico preguntarse: ¿Cuán democrático hubiera resultado ésto si Stalin hubiera llevado a cabo su plan? Las respuestas a las preguntas sobre la democracia tienen que comenzar con otra cuestión: ¿Qué significa “democracia”?

En países capitalistas industrializados “democracia” significa un sistema en el cual los partidos políticos compiten electoralmente, pero en el que todos están controlados por las elites, extremadamente ricas y autoritarias. Tampoco permite esa “democracia” que el capitalismo en sí mismo pueda ser “botado” del poder. Esta “democracia” es una creación y una técnica de la clase dirigente capitalista; en pocas palabras, es “falta de democracia”.

¿Pudieran haber funcionado en la URSS las elecciones abiertas de candidatos de ciudadanos y grupos de ciudadanos, dentro de los límites de aceptar la dirección de la clase obrera? ¿Pueden funcionar en alguna futura sociedad socialista? ¿Cuál es el papel de la “democracia representativa”, es decir de las elecciones, en una sociedad que persigue la abolición de las clases? Dado que lo recomendado en la Constitución de 1936 nunca se llevó a efecto en la URSS, nunca sabremos las fuerzas y debilidades de esa alternativa. Marx y Engels hicieron importantes deducciones sobre la naturaleza de la democracia proletaria, basándose en la Comuna de París. Es una desgracia que nunca tuviéramos una experiencia de elecciones abiertas en la Unión Soviética de la época de Stalin. Sin duda se hubieran dado avances y retrocesos, de los que podríamos haber aprendido mucho.

Los estudios motivados por el anticomunismo seguirán dando cierta vida al paradigma Khruschev/Guerra Fría/Stalin, paradigma viejo y falso, pero todavía no lo suficientemente desacreditado. Pero el proceso de reinterpretar la historia de la Unión Soviética a la luz de la avalancha de documentos soviéticos que fueron en su día secretos hace mucho que ah empezado en Rusia. Y tendrá lugar pronto en cualquier lugar. Un objetivo principal de este ensayo es introducir a otros en este planteamiento.

Hay un extremo que sorprenderá prácticamente a cualquier lector. Según el “culto a la personalidad”, y la adulación que rodeaba a Stalin, estamos condicionados a la idea de un Stalin como “dictador todopoderoso”. Esta mentira fundamental en el paradigma Khruschev/Guerra Fría, refutada por la investigación aquí reflejada, ha distorsionado totalmente nuestro conocimiento de la historia soviética. De hecho, Stalin nunca fue “todopoderoso”. Fue obstaculizado por los esfuerzos organizados de otros líderes del Partido. Nunca fue capaz de conseguir su meta de reformas constitucionales. Ni tampoco fue capaz de controlar a los Primeros Secretarios y al NKVD.

El “culto” disfrazaba las luchas políticas. Las transcriciones de los Plenos del Comité Central demuestran que aunque, a veces, los líderes bolcheviques estaban directamente en desacuerdo con Stalin, ésto ocurría muy escasamente. Las discusiones políticas no eran puestas en primer plano y dirimidas, sino que eran tratadas de otras maneras. Algunas de estas maneras eran informales, como se hizo en el caso de los Primeros Secretarios en Julio de 1937. Otras veces, el tratamiento eran los métodos policiales, al interpretarse el desacuerdo político como una oposición hostil.

Cualquiera que fuera el mecanismo, el resultado de ese “culto” fue un autoritarismo profundamente antidemocrático. Stalin parece ser uno de los pocos líderes soviéticos en haber comprendido ésto. A lo largo de su vida condenó ese “culto” en numerosas ocasiones (15). Pero, evidentemente, nunca comprendió en toda su extensión lo dañino que podía ser.

Las conclusiones aquí expuestas, basadas prácticamente en su totalidad en investigaciones ajenas, sugieren algunas áreas para otras investigaciones:

- ¿Qué forma puede tomar la “democracia” en una sociedad socialista que se ha puesto como objetivo evolucionar hacia una sociedad sin clases? ¿Hubiera funcionado el proyecto de la Constitución de 1936 tal y como Stalin lo preveía, a efectos de democratizar la Unión Soviética, y devolver al Partido Bolchevique su papel original de ser una organización de revolucionarios dedicados cuya tarea principal era llevar al país hacia el comunismo? ¿O tal vez este modelo incorporaba tantos del concepto burgués capitalista de “democracia” que hubiera dificultado, más que impulsado, la evolución de la URSS hacia el capitalismo?

- ¿Cuál es el papel más adecuado para el Partido Comunista en una sociedad de este tipo?

- ¿Cuáles son las formas de liderazgo compatibles con el reforzamiento democrático de la clase obrera? ¿Qué formas de liderazgo político (y económico) están en contradicción con estas metas?

Una vez que ponemos en cuestión si unas “elecciones” y un “gobierno representativo” son suficientes para que el Estado exprese de trabajadores y campesinos, podemos pensar que la Constitución de 1936, incluso si se hubiera llevado a la práctica, tampoco hubiera conseguido ésto. Ésto puede sugerirnos que la “solución” no pasa por hacer más fuerte al Estado y más débil al Partido, como parece que pensaban Stalin y Beria. Los marxistas creen que el Estado es siempre dirigido por una clase u otra, por lo que si una nueva clase dirigente surge de la elite del Partido, o de cualquier otro lugar de la sociedad, lo dirigirá y cambiará e estado para hacer esa dirección más efectiva. Y éso nos demuestra que la distinción Estado/Partido es artificial y falaz, y debe ser eliminada.

Los beneficios materiales de los altos funcionarios del Partido debieron jugar un importante, incluso decisivo, papel en el desarrollo del estrato llamado nomenklatura. Probablemente, la evidente intención de Stalin de impedir al Partido regir de forma directa el estado, devolviéndolo a “agitación y propaganda”, sugiere un conocimiento de esta contradicción por parte de Stalin, y tal vez de otros. ¿Hasta qué nivel fueron las amplias diferencias salariales para estimular la industrialización en la URSS? Si fueron esenciales, ¿fue un error permitir a los miembros del Partido acceder a privilegios materiales (altos salarios, viviendas especiales, tiendas especiales)? El contexto político en el que se toman estas decisiones, a finales de los años 20 y principios de los 30, necesita ser analizado más profundamente. Las discusiones, que por ahora no están disponibles, sobre el “salario máximo” del Partido, necesitan ser desveladas y estudiadas.

Zhukov y Mukhin creen que la táctica que atribuyen a Stalin y Beria, (la de apartar a los dirigentes del Partido de dirigir el Estado) fue, en efecto, la mejor ocasión de exhibir la degeneración del Partido. Como sugiero más arriba, tal vez la auténtica causa de la degeneración es la defensa de sus propios privilegios, y no la contradicción “rojo versus experto”, en sí misma.

Desde luego que los incentivos materiales fueron considerados necesarios, en primer lugar, para reclutar intelectuales expertos, pero burgueses, anticomunistas y anti-clase obrera, para ayudar a construir la base industrial de la URSS. A partir de esto, puede argumentarse que los salarios más altos fueron necesarios para animar a los técnicos expertos (incluyendo trabajadores expertos) a unirse al Partido Bolchevique, o para trabajar muy duro, en adversas condiciones laborales y vitales, a menudo poniendo en peligro la salud, y sacrificando la vida familiar. Partiendo de esto el amplio abanico de desigualdades, similares a las que se dan en el capitalismo, pudieron ser y fueron justificadas.

Tal vez Stalin y Beria creyeron que devolver al Partido a una función puramente política hubiera evitado la degeneración. Ya que su plan (en el caso de que fuera suyo) nunca se ejecutó, nunca podremos saberlo. Pero sospecho que la cuestión de los “incentivos materiales”, y la consecuente desigualdad económica, es la fundamental. En sus conversaciones con Félix Chuev, el viejo Molótov reflexionaba sobre la necesidad del igualitarismo, expresando su preocupación por el futuro del socialismo en la URSS, debido a la creciente desigualdad. Molótov no situaba las raíces de este desarrollo en los tiempos de Lenin ni de Stalin. De hecho, al igual que Stalin, era incapaz de mirar críticamente el legado de Lenin, aunque la necesidad de mantener y aumentar ciertas desigualdades de cara a aumentar la producción se remonta, al menos, hasta Lenin, e incluso al Marx de la Crítica al Programa de Gotha.

Las preguntas que nos hacemos reflejan inevitablemente y exponen nuestras preocupaciones políticas personales, y las mías no son ninguna excepción. Creo que la historia del Partido Bolchevique durante los años de Stalin, deformada por las mentiras anticomunistas y aún pendiente de ser escrita, tiene mucho que enseñar a las futuras generaciones. Los activistas políticos que busque en el pasado como guía, y los investigadores académicos con conciencia política, que creen que sus mejores contribuciones a un mundo mejor pueden ser aportadas del estudio de tales luchas del pasado, tienen una buena cantidad de cosas que aprender del legado de la Unión Soviética.

Como marinos medievales, guiados por mapas en los que había más imaginación que datos, hemos navegado erróneamente guiados por las historias oficiales de la URSS que son falsas en su mayoría. El proceso de descubrir la historia real del primer experimento socialista acaba de empezar. Como cualquier otro lector de este ensayo comprobará, creo que esto de una importancia inmensa para nuestro futuro.

Notas

1) Texto completo de la edición según Zhukov. Ver también la opinión de Zhukov en Tayny 270-27, en donde también se reproduce el texto.

2) Otra lectura de los archivos sugiere que las cifras pudieran ser 6,6 y ver Khlevniuk O., et al. eds. Politburó TsK VKP(b) i Sovet Ministrov SSSR 1945-1953. Moscow: ROSSPEN, 2002, 428-431.

3) Pyzhikov atribuye este impulse democrático a los leningradenses, especialmente a Voznesensky. (Ver también su artículo “N. A. Voznesensky” en http://www.aki.ru/id/new/ek5.htm) Esto supondría también el apoyo de Zhadanov, aunque esta protección no “encaja” en la teoría de Pyzhikov sobre que las fuerzas más pro-capitalistas –Voznesensky y sus colegas de Leningrado- fueran las más democráticas. Y tampoco explica, ya que el grupo leningradense conservó su fuerza hasta 1947, por qué no fue adoptado el borrador. Ni indica, ni mucho menos prueba, alguna de las necesarias concomitancias entre la orientación de Voznesensky pro-capitalista y consumista, por la cual era famoso, y la democracia política. Y finalmente no indica que Stalin no la apoyó.

4) Según Zhores Medvedev, los archivos personales de Stalin fueron destruídos inmediatamente tras su muerte. (Medvedev, Sekretnyi). Si así fuera, es razonable suponer, como lo hace Mukhin (Ubiystvo 612) que algunas de sus ideas eran realmente peligrosas, y entre ellas, las ideas expresadas en estos encuentros. Mi análisis aquí y más abajo es principalmente el de Mukhin, Ch. 13 y Medvedev, op. cit.

5) Fue muy probablemente pensado como medida de unificación. Cada una de las repúblicas constituyentes de la URSS mantuvo su propio partido: Partido Comunista de Ucrania, de Georgia, etc… Ésto ha llevado a algunos líderes del Partido a pensar que Rusia, la mayor de las repúblicas, pero que no tenía partido propio, estaba en desventaja. Aparentemente una de las acusaciones más serias contra los líderes juzgados y ejecutados en el “Asunto de Leningrado” tras la post-guerra era la de que estaban planeando formar un Partido propiamente ruso, y trasladar la capital de la república rusa (no la de la URSS propiamente dicha) a Leningrado. Puede ser que ésto hubiera hecho a Rusia más poderosa, exacerbando el chauvinismo granruso, cuando lo que el momento pedía era reforzar la unidad de las diversas nacionalidades soviéticas. Ver David Brandenberger, “Stalin, the Leningrad Affair, and the Limits of Poswar Russocentrism”. Russian Review 63 (2004), 241-255.

6) El puesto de “Primer Secretario” fue creado tras la muerte de Stalin para Khruschev.

7) Citado en Mukhin, 617.

8) La publicación más antigua que he encontrado ha sido el periódico de izquierdas Sovetskaia Rocía, del 13 de Enero 2000 http://www.kprf.ru/analytics/10828.shtml; en inglés: http://www.northstarcompass.org/nsc0004/stal1952.htm.

9) Mukhin cree que fue una equivocación fatal. Se basa en que el interés de la nomenclatura del Partido era que Stalin muriera mientras fuera Secretario del Comité Central (a pesar de que no era ya “Secretario General”), y jefe de Estado; en una palabra, mientras aún estaba unido, en una sola persona, la jefatura del Partido y la del País. Su sucesor como Secretario del C.C. sería más aceptado por el país y el gobierno también como jefe de Estado. Si ésto era así, la maniobra para apartar a la nomenclatura del Partido de la dirección sería el fin. (Mukhin, Ubiystvo, 604 & Ch. 13).

10) He extraído de las largas consideraciones sobre las reformas de Beria, tanto efectuadas como solo propuestas, de Kokurin and Pozhalov, Starkov, Knight y Mukhin, Ubiystvo. Todos los libros recientes sobre Beria citados en la biblioteca también lo analizan.

11) En su “Discurso Secreto”, Khruschev también denunció el “Complot de los Médicos” como un montaje. Pero tuvo el cinismo de culpar a Beria, quien fue de hecho quien puso a la investigación, mientras alababa a Kruglov, jefe del NKVD que dirigió el montaje, a quién Khruschev devolvió la pertenencia al Comité Central, y que estaba sentado en el auditorio mientras hablaba Khruschev.

12) Existen muchas pruebas de que Beria fue asesinado el mismo día de su detención. Su hijo Sergo Beria, en muchas de sus memorias, afirma que los funcionarios le comunicaron que su padre no estaba presente en el “juicio”. Mukhin dice que Baybakov, el único superviviente del Comité Central de 1953, afirmó que Beria ya estaba muerto en el Pleno de Julio de 1953, pero sus miembros no lo sabían aún. (Sergo Beria; Mukhin, Ubiystvo 375). Amy Knight, p. 200, informa de que el mismo Khruschev afirmó dos veces que había sido asesinado el 26 de Junio de 1953, pero que después cambió esta historia. Mientras, se dijo que los documentos del juicio a Beria habían sido “robados” de los archivos, por lo que ni su existencia puede ser comprobada. (Khinshtein 2003). Sin embargo, algunos investigadores como Shukholminov (pp. 61-62), siguen considerando las pruebas del asesinato de Beria poco convincentes.

13) Este término, “el mayor robo de la historia”, para describir la “privatización” de la riqueza estatal de la URSS, que fue creada colectivamente, y, en un principio, poseída colectivamente. Para unos pocos ejemplos ver:

“The Russian Oligarchy: Wellcome to the Real World”, The Russian Journal March 17 2003, en http://www.russianjournal.com/news/cnews-article.shtml?nd=36013;
Raymond Baker, Centre for International Policy, “A Clear and Present Danger”, Australian Broadcasting Corp, 2003, en http://www.abc.net.au/4corners/stories/s296563.htm .

14) En Noviembre de 2005 preparo un artículo documentando las mentiras del “Informe Secreto” de Khruschev, cuya publicación será en Febrero de 2006, 50º aniversario de su discurso.

15) Roy Medvedev, Let History Judge: The Origins and Consequences of Stalinism, menciona un cierto número de párrafos en los que Stalin hace ésto. Ver pp. 150, 507, 512, 538, 547 de la edición de 1971 de Knopf.

Bibliografía complementaria para la Parte II

Chilachava, Raúl. Syn Lavrentiia Beria rasskazyvaet Kiev: Inkopress, 1992.

Dobriukha, Nikolai. “Otsy I otchimy ‘ottepeli’.” Argumenti I Fakty, June 18 2003. En http://www.aif.ru/online/air/1182/10_01 .

Koshliakov, Serguéi. “Lavrentiia Beria rasstreliali zadolgo doprigovora.” Vesti Nedeli June 29, 2003. En http://%20www.vesti7.ru/news?id=2728 .

Prudnikova, Elena. Beria. Prestupleniia, kororykh ne bylo. St. Petersburg: Neva, 2005.

Prudnikova, Elena. Stalin. Vtoroe Ubiystvo. St. Petersburg: Neva, 2003.

Pyzhikov, A. “N.A. Voznesenskii o perspektivakh poselvoennogo obnovleniia obshchestva.” En http://www.akdi.ru/id/new/ek5.htm .

Rubin, Nikolai. Lavrentii Beria. Mif I Rea’nost’. Moscow: Olimp; Smolensk: Rusich, 1998.

Service, Robert. Stalin. A Biography. Cambridge, M.A: Belknap Press, 2004.

Smirtuikhov, Mikhail. Interview, Kommersant-Vlast’ February 8, 2000. En http://www.nns.ru/interv/arch/2000/02/08/int977.htm .

Sul’ianov, Anatolii. Beria: Arestovat’v Kremle. Minsk: Kharvest, 2004.

Toptygin, Alekséi. Lavrentii Beria. Moscow: Yauza, Eksmo, 2005.

 

Respuesta  Mensaje 11 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:32

José Stalin
(1879-1953)

Los primeros años

Stalin, cuyo nombre original era Iosif Vissarionovich Dzhugashvili, nace el 21 de diciembre de 1879 en el pueblo de Gori, en Georgia. Fue el único de cuatro hermanos en sobrevivir a la infancia. Su padre, Vissarion Dzhugashvili, era un zapatero alcohólico. Su madre, sirvienta, aportaba los escasos recursos económicos con la esperanza de que el joven José se instruyera. Tras terminar sus estudios básicos en una escuela local, cuando cumplió los catorce años, gracias a una beca, su madre pudo matricularlo en el Seminario de Tiflis, que en aquella época era la única posibilidad de estudiar para los pobres. Sin ninguna clase de ingresos lleva allí una vida austera, dedicada por entero al estudio, revelándose como un alumno brillante.

José, "Soso" para sus amigos, estaba en desventaja. Las lecciones no eran en su lengua materna, el georgiano, sino en un idioma extranjero: el ruso, que debió aprender junto al latín y el griego, materias tradicionales de una escuela ortodoxa.

"Aunque mis padres no eran educados, nunca me trataron mal. Pero en el seminario teológico ortodoxo al que yo asistía era diferente. En protesta por el ultrajante régimen y los métodos jesuíticos prevalecientes en el seminario, estaba listo para convertirme, y de hecho lo hice, en un revolucionario, un creyente en el marxismo como una enseñanza realmente revolucionaria", diría después.

Dzhugashvili se volvió ateo en el seminario al estudiar a Darwin y, al leer el Manifiesto Comunista, comprendió que había que organizarse y luchar por los de su clase. Pronto la rebeldía natural que incubaba su generación tomó en él una forma consciente. En 1895, con apenas 16 años, entró en contacto con los grupos de militantes desterrados en el Cáucaso.

En su cuarto año se unió a Mesame Dasi, un grupo secreto que abogaba por el socialismo y el nacionalismo georgiano. Expulsado del seminario en mayo de 1899, cuando iba a graduarse, dio clases y trabajó en las oficinas del Observatorio de Tiflis. Pero abandonó este trabajo en mayo de 1901, cuando estaba a punto de ser arrestado.

En la clandestinidad

En el verano de 1900 entra en contacto con V. Kurnativski, uno de los iskristas que Lenin envía a Tiflis para impulsar la difusión del periódico que debía llevar a la reorganización del Partido y a la lucha contra las tendencias economicistas y conciliadoras. José Dzhugashvili se pone inmediatamente a la tarea y transmite las consignas leninistas. Fruto de esa nueva línea, organiza en agosto una huelga masiva en los talleres ferroviarios de Tiflis, que señala el tránsito desde los círculos de estudio hacia la agitación y el trabajo político de masas.

El joven Dzugashvili se une al Partido Socialdemócrata de Georgia en 1901 y se dedica de tiempo completo al trabajo revolucionario, primero en Tiflis y luego en Batum, donde ayuda a organizar huelgas y manifestaciones. Así inicia una vida de dedicación y privaciones. Vivió y escribió bajo muchos seudónimos, de los cuales sus favoritos fueron Koba (un héroe popular del folclor georgiano, que significa "El Indomable"), y, desde 1913, Stalin ("el de acero"). En 1901, aparecieron sus primeros artículos en el periódico clandestino Brdzola (La Lucha), publicado en Bakú. Fue arrestado por primera vez en Batum el 18 de abril de 1902 y deportado a Siberia en 1903, de donde se escapó para reaparecer en Tiflis en 1904, en un ciclo que repitió varias veces antes de 1917.

Se ve obligado a pasar a la clandestinidad, a vivir con documentación falsa, eludiendo siempre las persecuciones policiales y a expensas de los recursos de las organizaciones revolucionarias locales, primero en Georgia, luego en el Cáucaso y finalmente en toda Rusia. Aún conocido como Dzhugashvili fue considerado como un revolucionario "extraordinariamente peligroso", el más perseguido por la policía secreta zarista. Fue el bolchevique más veces encarcelado y el que más veces se fugó de las mazmorras, convirtiéndose en la auténtica columna vertebral del Partido en el interior de Rusia, en el ejecutor material de la política revolucionaria leninista en el corazón del imperio zarista.

Dzhugashvili, a diferencia de sus compañeros de conspiración, que valoraban particularmente la brillantez intelectual y la maestría en la palabra escrita y hablada, empezó a mostrar un interés especial por los problemas prácticos y la organización partidaria. Esta predilección le llevó a unirse al puñado de socialistas georgianos que apoyaban el bolchevismo, como fue bautizada la concepción de Lenin de un partido socialista clandestino centralizado y altamente disciplinado, y ayudó a propagar los puntos de vista de Lenin en la prensa clandestina local. No fue lo suficientemente prominente, sin embargo, para asistir a la reunión que fundó la Organización Bolchevique Georgiana en 1904 ni al tercer congreso nacional del Partido Socialdemócrata en abril de 1905.

En junio de 1904 se casó con Yekaterina Svanidze, una joven campesina. El feliz matrimonio, fue típico de las convencionales uniones que contraían los radicales georgianos, a diferencia de sus colegas rusos. Su esposa murió el 10 de abril de 1907, dejando un hijo, Yakov. Hacia 1905, Dzugashvili llevaba la vida de un típico joven revolucionario de provincia.

La revolución rusa de 1905 aceleró su ascenso y marcó su ingreso a las márgenes del movimiento nacional. En 1905 estaba encargado de la organización del Partido en Tiflis y era coeditor del periódico de los trabajadores del Cáucaso, con sede en Tiflis. Sus artículos eran fácilmente identificables por su estilo exegético y su defensa feroz del bolchevismo.

Dzugashvili también ayudó a organizar asaltos y expropiaciones de fondos para sostener al Partido. En 1907 trasladó su base a Bakú, donde los trabajadores explotados de la industria petrolera se convirtieron en el principal apoyo de los bolcheviques en todo el Cáucaso. Durante los siguientes cuatro años, alternó la vigorosa actividad revolucionaria con la cárcel y el destierro en el norte de Rusia. Ingresó en la escena nacional como delegado del Cáucaso en la primera conferencia nacional de los bolcheviques, en Tammerfors, Finlandia, en diciembre de 1905 (en la cual conoció a Lenin); y en abril de 1906 en el IV Congreso ("de Unificación") del Partido Socialdemócrata Ruso en Estocolmo (Suecia).

En abril de 1907 sale de nuevo de Rusia para participar en el V Congreso del POSDR en Londres. Rosa Luxemburgo también participó en este Congreso en representación de Polonia y Alemania, apoyando las tesis leninistas, excepto en un punto: no estaba de acuerdo con las expropiaciones y asaltos a mano armada que practicaban los destacamentos armados bolcheviques, cuestión en la que los leninistas quedaron en minoría. Este tema era muy importante, como expuso Lenin, porque formaba parte de la preparación de la insurrección armada.

De regreso al interior, Stalin se encuentra con que el 3 de junio el gobierno zarista había disuelto la II Duma con la excusa de que los diputados socialdemócratas habían fomentado un complot a mano armada. La mayor parte de los diputados fueron condenados a la deportación y a trabajos forzados. Comenzaron los terribles años de la reacción stolypiana. La primera revolución rusa había terminado con una derrota.

Stalin tiene entonces que combinar el trabajo legal con la clandestinidad, organizando la denuncia de la campaña de intoxicación y creando los primeros núcleos armados de autodefensa que debían hacer frente a las paramilitares Centurias Negras desatadas por el zarismo.

En enero de 1910 Stalin es nombrado delegado del Comité Central y, a pesar de que no había cumplido aún los 30 años, le conceden plenos poderes. Desde entonces abandona el marco regional del Cáucaso y asume la dirección práctica de toda la organización en el interior de Rusia, en las condiciones más rigurosas de clandestinidad, preparando el traslado al interior de las tareas organizativas del POSDR. Pero no puede cumplir esta misión porque en marzo es otra vez detenido y enviado a prisión.

En diciembre de 1911, Stalin fue deportado a Vologda. En enero de 1912, los bolcheviques celebran la VI Conferencia Nacional del POSDR en Praga, expulsan a los mencheviques y eligen un nuevo Comité Central. Stalin es escogido para dirigir el trabajo clandestino en Rusia. En marzo de 1912, Dzugashvili, habiendo escapado del destierro, llega a San Petersburgo y ayuda a organizar Pravda, el nuevo periódico de los bolcheviques, que apareció por primera vez el 5 de mayo de 1912. Asistió a reuniones partidarias en Cracovia a finales de 1912 y se reunió con Lenin en Viena en enero y febrero de 1913 para escribir, por encargo de éste, un importante estudio, El marxismo y la cuestión nacional, que formuló la posición de los bolcheviques sobre las minorías nacionales.

De Viena viaja a París, donde imprime las conclusiones de la reunión del Comité Central y, finalizado su trabajo, regresa clandestinamente en febrero a Petersburgo para reorganizar con Sverdlov la publicación de Pravda conforme a los debates mantenidos en el Comité Central.

Tampoco esta vez la policía zarista concede facilidades: detiene a Stalin gracias a una de las peores infiltraciones que padecieron los bolcheviques, la del presidente de su grupo parlamentario Malinovski. Con Stalin cae detenido también Sverdlov. Años después Malinovski fue desenmascarado como confidente y los bolcheviques fueron objeto de una dura campaña difamatoria, tanto por parte de la prensa como de los mencheviques, pretendiendo así ocultar que la policía sólo se infiltra en las organizaciones revolucionarias para desmantelarlas, mientras apoya y sostiene a los reformistas y colaboracionistas.

Stalin es desterrado a Krasnoiarsk, de ahí a la región de Turujansk y finalmente a Kureika, dentro del círculo polar ártico, de donde ya no podrá fugarse. Cuatro largos años permanecerá deportado, aunque en diciembre de 1916 lo trasladan de nuevo a Krasnoiarsk, de donde saldrá gracias a la revolución de febrero de 1917

Stalin en 1917

La abdicación del zar el 15 de marzo de 1917, llevó a Rusia a un caos social y político aún mayor. Tras regresar del exilio a Petrogrado el 25 de marzo de 1917, Stalin se une a la redacción de Pravda, entonces dirigida por Lev Kamenev. Pero sus posiciones políticas, tras varios años de destierro, no responden a las necesidades de la revolución en aquel momento. Stalin, como el resto de la dirección bolchevique en el interior, continúa hablando de "república democrática" y de "presionar" al gobierno provisional para exigirle la apertura inmediata de negociaciones de paz. Stalin estaba anclado en el pasado, mientras las posiciones leninistas habían dado un salto adelante gigantesco, lo mismo que toda la situación, interna e internacional.

Sin embargo, tras el regreso de Lenin a Rusia en abril, Stalin acepta el punto de vista de éste sobre la necesidad de derrocar el gobierno interino ruso, el retiro de la guerra, y la revolución social. Además de su intensa labor partidaria, continúa como editor de Pravda, ayuda a organizar el exilio provisional de Lenin después del abortado levantamiento de julio, representa (junto con Sverdlov, Molotov y Ordzhonikidse) a Lenin y preside el VI Congreso (clandestino) del Partido Bolchevique, del 26 de julio al 3 de agosto en Petrogrado. Este congreso diseñó los planes para derrocar el gobierno provisional burgués que había removido al zar en febrero de 1917 pretendiendo levantar las exigencias de obreros, campesinos y soldados por "paz, pan y libertad", pero que trabajaba secretamente por mantener a Rusia en la guerra y por la restauración de la monarquía.

Stalin apoya totalmente a Lenin en los grandes debates partidarios de septiembre y octubre, incitando a la toma bolchevique del poder. Cuando se toma la decisión de derrocar al gobierno provisional, Stalin es escogido por Lenin para dirigir el centro del Partido que liderael levantamiento.

Stalin, protagonista directo de aquellos hechos y más ecuánime juzgando a Trotski de lo que la propaganda imperialista nos ha presentado, narraba así el papel de Trotski en aquellas jornadas: "Estoy lejos de negar el papel indudablemente importante desempeñado por Trotski en la insurrección. Pero debo decir que Trotski no desempeñó, ni podía desempeñar, ningún papel particular en la insurrección de octubre, y que, siendo presidente del Soviet de Petrogrado se limitaba a cumplir la voluntad de las correspondientes instancias del Partido, que dirigían cada uno de sus pasos". Más adelante añade: "Trotski peleó bien en el periodo de octubre. Pero en el periodo de octubre no sólo Trotski peleó bien; ni siguiera pelearon mal gentes como los eseristas de izquierda, que entonces marchaban hombro con hombro con los bolcheviques. Debo decir, en general, que en el periodo de la insurrección triunfante, cuando el enemigo está aislado y la insurrección se extiende, no es difícil pelear bien. En esos momentos hasta los elementos atrasados se hacen héroes. Pero la lucha del proletariado no es una ofensiva continua, una cadena de éxitos constantes. La lucha del proletariado tiene que pasar también por sus pruebas y sufrir sus derrotas. Y verdadero revolucionario no es quien da muestras de valor en el periodo de la insurrección triunfante, sino quien, peleando bien cuando la revolución despliega una ofensiva victoriosa, sabe asimismo dar muestras de valor en el periodo de repliegue de la revolución, en el periodo de derrota del proletariado; quien no pierde la cabeza y no se acobarda ante los reveses de la revolución, ante los éxitos del enemigo; quien no se deja llevar del pánico ni cae en la desesperación en el periodo de repliegue de la revolución".

Stalin durante los primeros años del régimen soviético

En el nuevo régimen soviético, establecido el 7 de noviembre de 1917, Stalin recibió el relativamente poco importante cargo de comisario (ministro) de las nacionalidades, que conservó en los siguientes cinco años. En esta función dictó decretos, manejó los asuntos de las minorías nacionales en Rusia, y ayudó a diseñar las primeras constituciones soviéticas de 1918 y 1924. Como muchos de los otros líderes, se encargó de diversas posiciones tras el estallido de la guerra civil en junio de 1918, entre ellas las de inspector general del Ejército Rojo y comisario político. Con Grigori Ordzhonikidze, también georgiano, inició, en febrero de 1921, la reconquista de Georgia independiente.

Stalin desempeña un destacado papel en la guerra civil. Junto a Sverdlov, Stalin asesoró a Lenin en los planes de defensa y participó en los combates como comandante en varios frentes. En junio se desplazó a Zaritsin para restablecer el avituallamiento del Ejército Rojo del sur. Luego aquella ciudad recibió por ello el nombre de Stalingrado. En mayo de 1919 asumió el mando del Ejército Rojo en Petrogrado para frenar la ofensiva contrarrevolucionaria de Yudénich. En junio dirigió también el consejo militar revolucionario del frente oeste y en septiembre le nombraron presidente del consejo militar revolucionario del frente sur, donde derrota al ejército reaccionario de Krasnov.

El 24 de marzo de 1919, Stalin se casó por segunda vez, con Nadezhda Aliluyeva, la hija de 18 años de un viejo amigo y revolucionario georgiano, Sergo Aliluyev. Con ella tuvo dos hijos: Vasili (1919) y Svetlana (1925).

Después de terminarse la guerra civil y de entrar en el periodo de edificación pacífica de la economía, no había ya razón para mantener en pie el severo régimen del comunismo de guerra, impuesto por las circunstancias de la guerra y del bloqueo.

La reanimación de la industria constituía una tarea de primerísimo orden, pero no era posible lograr esto sin interesar en ello a la clase obrera y a sus sindicatos. Se produjo en el seno del Partido un nuevo debate, en el que se pusieron de manifiesto las erróneas concepciones de Trotski acerca del papel de los sindicatos en la sociedad socialista.

 

Mientras Trotski era partidario de imponer una burocracia militarizada sobre los sindicatos, Lenin y Stalin eran partidarios de que se organizaran de manera democrática.

El 8 de marzo de 1921, inauguró sus tareas el X Congreso del Partido. El Congreso hizo el balance de la discusión sobre los sindicatos y aprobó por una mayoría aplastante la plataforma leninista.

 

En su discurso de apertura del Congreso, Lenin declaró que esta discusión representaba un lujo intolerable. Señaló que el enemigo hacía su juego con la lucha intestina y la discordia dentro del Partido Comunista.

El X Congreso consagró una atención especial al problema de la unidad del Partido, ordenando la inmediata disolución de todos los grupos fraccionales; bien entendido que el incumplimiento de los acuerdos del Congreso acarrearía la expulsión indiscutible e inmediata del Partido.

El X Congreso tomó también el importantísimo acuerdo de pasar a la nueva política económica (NEP). Aunque la NEP fue un retorno parcial a la economía de mercado, y permitió un cierto desarrollo de la pequeña burguesía y de los pequeños propietarios en el campo, aseguró una sólida alianza económica entre la clase obrera y los campesinos para la edificación del socialismo.

En marzo de 1922 se reunió el XI Congreso del Partido, en el cual José Stalin fue nombrado Secretario General, cargo desde donde despliega un metódico trabajo de organización y dedicación a las tareas administrativas del mismo en una etapa muy difícil por la incorporación masiva de miles de nuevos militantes revolucionarios sin experiencia política.

Fue Comisario del Pueblo para el Control del Estado entre los años 1919 y 1923, encargado de reestructurar la administración pública y el funcionamiento de los nuevos servicios públicos.

En mayo de 1922 Lenin sufrió la primera hemorragia cerebral. Mientras estaba incapacitado, Zinoviev, Kamenev y Stalin se hicieron cargo del Partido y el gobierno.

 

La construcción del socialismo

El 21 de enero de 1924, tras larga enfermedad que lo inmovilizó totalmente, Lenin deja de existir. Stalin, junto con Zinoviev y Kamenev, fue elegido para la máxima responsabilidad en la dirección del Partido y en el gobierno del país.

Al interior de la dirección bolchevique había varias facciones. Lenin había combatido igualmente a los derrotistas mencheviques y colaboradores de clase cuando eran del mismo partido. Ahora, la dirección de Stalin enfrentaba el mismo reto, con bazas más altas: el futuro de la primera república obrera y campesina.

Stalin sostuvo el legado de Lenin frente al sectarismo de izquierda de Trotski y contra la desviación de derecha, apoyada por otros que no creían que la revolución pudiera triunfar en la construcción del socialismo y que estaban dispuestos a capitular ante la reacción local e internacional.

Stalin se sostuvo en la estrategia leninista de contruir el socialismo en un solo país. No había otra alternativa. La Guardia Blanca y los ejércitos intervencionistas extranjeros habían sido aplastados en la guerra civil pero el gran levantamiento en los otros bastiones imperialistas, que predecían los trotskistas como condición para el socialismo, no ocurrieron. El levantamiento revolucionario en Alemania y Hungría fue ahogado en sangre. Se habían fundado partidos comunistas en el movimiento obrero de Europa y el resto del mundo pero la socialdemocracia prevalecía. Como Stalin escribió en 1927, "nuestros hermanos de Europa occidental no quieren aún tomar el poder, y estamos obligados a hacer lo mejor que podamos con nuestros propios medios".

Al frente del Estado socialista, ante el descenso de la productividad agraria a finales de la década de los 20, Stalin reaccionó con el abandono de la NEP y el inicio en 1929 de un programa de colectivización acelerada, dirigida contra los kulaks (campesinos ricos).

En respuesta, muchos hacendados quemaron sus cosechas para evitar la incautación del Estado, pero la política socialista del gobierno acabó imponiéndose en medio de una áspera lucha de clases en la que participaron millones de campesinos hambrientos.

El proceso de industrialización desarrollado durante la década de 1930 fue un éxito extraordinario que elevó a la URSS al nivel de otras potencias industriales. La industrialización sacó a Rusia de un atraso económico de varias décadas con respecto a las grandes potencias occidentales, y de paso demostró la validez de las teorías comunistas. Supuso la construcción en la década de los treinta de un gran número de grandes fábricas, altos hornos, embalses y refinerías de petróleo. El objetivo era incrementar año tras año la producción, no sólo cumpliendo sino aun superando los planes quinquenales fijados desde el gobierno. El paro desapareció y los obreros espontáneamente comenzaron a trabajar los sábados gratuitamente para ampliar el bienestar de toda la sociedad.

La agricultura fue colectivizada y los codiciosos kulaks fueron liquidados como clase. Se establecieron inmensas industrias nuevas en toda la Unión Soviética, el país fue electrificado, se estableció la educación universal y un servicio nacional de salud que fue la envidia del resto del mundo. En los años 30, mientras el mundo capitalista se tambaleaba al borde del colapso económico y las clases dominantes en ciertas partes de Europa establecían dictaduras bajo la forma del fascismo, la Unión Soviética acababa con el desempleo y establecía una constitución que le garantizaba a cada ciudadano soviético trabajo, educación, ciencia y cultura.

Stalin fue un gran revolucionario y un gran organizador. Pero también fue un notable popularizador del pensamiento marxista-leninista e hizo algunas contribuciones importantes a la ciencia del socialismo. Su desarrollo de la teoría marxista-leninista de la cuestión nacional sentó las bases para los cambios revolucionarios que transformaron al Imperio zarista, que era una cárcel de pueblos, en una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en la cual cada uno, sin importar nacionalidad, credo o cultura, vivía en igualdad y armonía. Los Fundamentos del leninismo de Stalin, escritos en 1924, siguen siendo la mejor introducción al marxismo-leninismo.

En defensa de la URSS

En los años 30, la guerra se sentía cerca. Los fascistas, los elementos más agresivos de la clase dominante alemana e italiana, se preparaban para la guerra. Los soviéticos sabían que se desataría otra agresión. O todos los imperialistas se unirían contra ellos, como en la Guerra Civil, o algunos de ellos atacarían, como eventualmente ocurrió. Esto hizo que el afán de industrializar el país fuera mayor.

Stalin lo planteó así en 1931: "¿Estáis dispuestos a que nuestra patria socialista sea vencida y pierda su independencia? ...Estamos entre cincuenta y cien años por detrás de los países avanzados. Tenemos que salvar esa separación en diez años. ¡O lo hacemos, o acaban con nosotros!".

Mientras el Partido dirigía la campaña por la producción, otros al interior de la dirección conspiraban por la caída de la Unión Soviética. La burguesía no cesaba en su empeño de volver hacia el pasado y ponía en juego todas sus armas. El 1 de diciembre de 1934, el dirigente bolchevique Serguéi Kirov fue asesinado, destapándose una tupida red de oportunistas y especuladores con estrechos vínculos con los imperialistas extranjeros. Miles de ellos, incluso infiltrados dentro del Partido y en puestos dirigentes del nuevo Estado, fueron detenidos y enviados a los campos de trabajo.

Aunque mucho se ha especulado, las cifras reales fueron hechas públicas en 1990 por dos historiadores soviéticos que tuvieron acceso a los archivos de la Seguridad del Estado. De acuerdo con Zemskov y Dugin, en 1934 había 510.307 personas en los campos de trabajo, entre prisioneros comunes y políticos. El número de prisioneros políticos osciló entre 127.000 en 1934 y un máximo de 500.000 durante 1941 y 1942, en plena guerra.

De 1936 a 1939 la cifra de presos se había elevado a 839.406 y a 1'317.195 respectivamente. El número mayor de detenidos en los campos de trabajo en la época de Stalin fue en 1951 cuando llegaron a ser 1'948.158. La mayoría eran delincuentes comunes. Los sentenciados por delitos políticos totalizaban 579.878. La mayoría de ellos colaboradores de los nazis. 334.538 fueron declarados culpables de traición.

Para poner esto en perspectiva, la población de la Unión Soviética en 1939 era de 170 millones. Debe notarse también que en época de Jruschov, el líder soviético que más hizo para denigrar y ensuciar la memoria de Stalin, la población en los campos de trabajo aún era de unos dos millones.

Las masas cerraron filas alrededor del Partido. En 1935, un minero del carbón, Alexei Stajanov, sobrecumplió su meta de trabajo en un 1.400%, dando inicio al movimiento stajanovista, en el que millones de trabajadores emularon entre sí para cumplir y superar las metas establecidas en los planes quinquenales, elevando dramáticamente el nivel de vida y la capacidad de defensa del pueblo soviético.

La gran guerra contra el fascismo


Respuesta  Mensaje 12 de 12 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/01/2013 22:33

La gran guerra contra el fascismo

La Unión Soviética se esforzó en prevenir a las potencias occidentales del ataque que se les vendría encima, proponiendo a sus gobiernos respectivos la necesidad de establecer acuerdos internacionales de seguridad colectiva con el fin de frenar la expansión fascista. Pero estos países, si bien nunca cerraban el camino de las conversaciones, no hacían sino tratar de alargarlas lo más posible con objeto de utilizarlas para presionar a Hitler con la amenaza de un cerco y una poderosa alianza contra Alemania.

Finalmente, la Unión Soviética firmó un pacto de no agresión con los alemanes en 1939, evitándole al pueblo soviético los horrores de la guerra por dos años más. La máquina de guerra nazi invadió Europa occidental y luego dirigió su ataque contra la tierra de los Soviets en 1941.

Hitler y la Wehrmacht creían que la Unión Soviética iba a caer como un castillo de naipes bajo su guerra relámpago. Esperaban que las masas soviéticas recibieran a los nazis con los brazos abiertos como sus liberadores. Lo que encontraron fue una resistencia feroz.

Cuando los ejércitos alemanes atacaron a la URSS en junio de 1941, Stalin tomó personalmente el mando de la fuerzas armadas soviéticas. Con la ayuda de un pequeño comité de defensa (gabinete de guerra), tomó las principales decisiones militares, políticas y diplomáticas durante la guerra. Persiguió la victoria con habilidad, determinación y coraje crecientes, permanenciendo en el Kremlin cuando los ejércitos de Hitler estaban a las puertas de Moscú, ordenando una fantástica evacuación de las plantas industriales de la Rusia europea al oriente, consiguiendo recursos de las potencias occidentales, seleccionando cada vez más comandantes militares de primer orden, y desarrollando una estrategia militar cada vez más efectiva, incluyendo las notables contraofensivas de Moscú, Stalingrado y Kursk. Levantó la fuerza y la moral de su pueblo apelando a sus sentimientos patrióticos y religiosos tradicionales, y conduciendo correctamente la complicada diplomacia de las conferencias de Teherán, Yalta y Postdam.

Los jóvenes soviéticos en el Ejército Rojo, los partisanos, y los trabajadores de fábricas y campos, se unieron al Partido en defensa de su patria soviética. Más de 20 millones murieron en la lucha.

El Ejército Rojo aplastó el poder del ejército nazi en una lucha épica de sacrificio, sufrimiento y heroísmo, que terminó en 1945 con la toma de Berlín y el Führer nazi muerto por sus propias manos en su búnker.

La derrota de la Alemaniza nazi y del imperio japonés se debió en gran medida a los esfuerzos de la Unión Soviética, un hecho reconocido por los políticos británicos y norteamericanos en esa época, pero echado al olvido en cuanto finalizó la guerra.

La victoria soviética sólo fue posible gracias a las medidas tomadas bajo la dirección de Stalin en los años 30. Sin una rápida industrialización, la Unión Soviética no hubiera podido resistir los golpes de los invasores nazis. Sin las purgas, los nazis hubieran encontrado muchos colaboradores. La derrota del fascismo fue el mayor logro de la dirección de Stalin. La alternativa, un mundo dominado por Hitler e Hirohito, hubiera llevado a la humanidad a un retroceso de cientos de años.

Los últimos años de Stalin presenciaron el impulso de la reconstrucción en un mundo de posguerra bastante diferente. En Europa oriental el socialismo había triunfado y en Asia se había levantado el pueblo chino, ganando su propia guerra civil y estableciendo la República Popular China en 1949.

Las llamas de la revolución se habían extendido a Corea y Vietnam. El pueblo de África y Asia rompía las cadenas del colonialismo europeo. Y la Unión Soviética era capaz de contener las amenazas de los imperialistas, ahora dirigidos por los Estados Unidos. En una década los soviéticos igualaron su tecnología de cohetes y bombas.

José Stalin murió el 5 de marzo de 1953. El pueblo de la Unión Soviética fue sacudido por la tristeza. Los dolientes formaron una columna de 16 en fondo y diez millas de largo, que marchó por las heladas calles de Moscú para despedir a Stalin. Cientos de millones de personas en todo el mundo rindieron homenaje al dirigente soviético.

El legado de Stalin

De entre los revolucionarios ninguno ha dejado un balance comparable al suyo: a su Patria de adopción, Rusia, la convirtió en la gran potencia que había dejado de ser por los devaneos y las extravagancias de los últimos zares, recuperando casi todos los territorios perdidos por culpa de Nicolás II (incluidos los que Lenin hubo de abandonar en el tratado de Brest-Litovsk, 1918); formó un bloque de estados, encabezados por Rusia, que abarcaba casi el tercio de la humanidad, desafiando al imperialismo; derrotó a Alemania; legó un país fuerte y próspero, en vías de recuperación de los estragos de la guerra, con una cadena de países asociados.

Pese a las turbulencias de los últimos años (disidencia de Tito, oscilante política en el Oriente medio, dificultades en el avispero coreano), en 1953 había un movimiento comunista mundial de muchos millones de luchadores revolucionarios, unidos, disciplinados, que comulgaban con una ideología, con una fe ardiente en la causa del comunismo, con un espíritu desprendido, altruista, generoso, de pasión y tesón, de empeño, de sacrificio, de abnegación, que, en todo eso, superaba, con creces, a cualquier movilización de masas que haya habido en la historia.

A su muerte dejó también realizaciones palpables y tangibles: estructuras de poder consolidadas; una potente industria moderna; un eficiente sistema de planificación económica que había pulverizado los pronósticos de los agoreros; un edificio legislativo avanzado, fundamentado en la constitución de 1936; un bloque político-militar del Elba a la península Indochina que -pese a su aplastada inferioridad tecnológica, científica, industrial, económica, y armamentística frente a la apabullante superioridad imperialista- podía tener en jaque a los enemigos y defender con éxito la paz y la posibilidad de seguir construyendo la nueva sociedad más igualitaria y menos injusta.

Stalin no estableció el régimen de partido único en Rusia. Ese régimen surgió de la durísima guerra civil de 1918-22. Cuando, tras la 2ª guerra mundial, Stalin pudo imponer un rumbo determinado a la mayor parte de los estados de Europa oriental, quiso que no hubiera allí partido único.

Para consolidar el poder que encabezaba, Stalin acudió a métodos sumamente severos. En la áspera lucha intestina del Partido bolchevique, Stalin no fue ni tierno ni benigno hacia las fracciones que quedaron en minoría (ni más ni menos que como seguramente habrían obrado los jefes de esas fracciones si hubieran obtenido la mayoría). Las revoluciones no son suaves ni risueñas para los revolucionarios.

De esos episodios, de las duras purgas del decenio de 1930-40, surgió la leyenda negra de un Stalin tirano, odiado y temido por sus súbditos. Los historiadores pueden aferrarse, cada uno, a sus prejuicios, a sus puntos de vista sesgados, a sus convicciones irracionales, mas tienen que contrastar todo eso -gústeles o no- con los datos de los archivos, con las exploraciones del terreno, con los métodos científicos de inspección de los restos materiales, fuentes que ahora son libremente exploradas y explotadas, contribuyendo a disolver la leyenda negra como se disuelve un azucarillo en el agua del mar.

Stalin sale victorioso de esa confrontación. Ya no volverá a tener fervorosos e incondicionales seguidores; ya su nombre no llevará al heroísmo y al sacrificio de la vida por una causa justa a miles de luchadores; ya no suscitará desbordamientos de amor colectivo rayano en la histeria. Sus obras no serán estudiadas con esa mezcla de fe, razón y emoción que jamás han podido recabar las escrituras de ninguna religión, ni la Biblia ni el Corán, ni los dichos del Buda ni los libros sibilinos. Y es que, a diferencia de todos esos escritos, los de Stalin inspiraban no sólo creencia, sino también convicción argumentada. La revelación estaba basada en la inferencia.

Todo eso pasó y no volverá. No volverá nunca nada comparable a aquella monolítica congregación intercontinental de los combatientes del comunismo científico y de la revolución proletaria mundial.

Ni siquiera volverá Rusia a las fronteras de 1905, que Stalin logró aproximadamente restituirle.

Pero sí volverá el prestigio de Stalin como un hombre de progreso y un estadista inteligente y hábil, como un racional planificador, como una persona de hondas convicciones, de pasión por una causa; pero también alguien sensato, prudente, realista, que desconfiaba de los soñadores y de aquellos para los que las cosas son fáciles.

En los años siguientes, gran parte del trabajo de Stalin fue desbaratado. Elementos revisionistas y corruptos que habían accedido subrepticiamente a la dirección empezaron a atacar los logros de Stalin y lo construído bajo su liderazgo. Abrieron así el camino a los traidores ocultos que llegaron a la cima y dirigieron la contrarrevolución que destruyó la Unión Soviética en 1990.

La Unión Soviética se ha disuelto. Las antiguas repúblicas soviéticas, incluyendo a Rusia, están dirigidas por camarillas pro-capitalistas salidas casi en su totalidad del corrupto aparato de Partido que floreció tras la muerte de Stalin. Los obreros y campesinos viven en una pobreza desconocida desde los días del zar. Las ciudades están dominadas por mafiosos y especuladores, y las relaciones feudales están regresando a muchas de las áreas rurales.

Pero la memoria de Stalin está de regreso en Rusia y las otras repúblicas. Todos los genuinos movimientos comunistas defienden su nombre. Los viejos, que vivieron bajo el liderazgo de Stalin, llevan su retrato en las manifestaciones. Nadie lleva afiches de Jruschov ni de Brezhnev. El traidor Gorbachov es una de las personas más despreciadas en Rusia.

Si queremos comprender el fenómeno Stalin, lo primero que tenemos que preguntarnos es: ¿cuál fue el contexto social de ese hombre, es decir, qué mundo le tocó a él vivir? La respuesta, en unas cuantas palabras, es básicamente la siguiente: la horrenda realidad del zarismo, la protesta espontánea y desprotegida frente a la miseria y la injusticia, la vida en la clandestinidad, el destierro y la permanente y agobiante labor política, las abrumadoras desgracias personales, la paciente labor constructiva de organización, la infausta guerra civil, la lucha encarnizada por la orientación del nuevo país y la destrucción de la oposición, los terribles y agotadores procesos de nacionalización de la tierra e industrialización a marchas forzadas, las grandes purgas de infiltrados, espías y enemigos potenciales, las colosales tensiones del frente diplomático, la más cruenta guerra de todos los tiempos y la necesaria expansión hacia Occidente. En términos humanos, el espectáculo del cual José Stalin fue testigo es el de alrededor de 60 millones de muertos. En circunstancias como estas, lo que sólo a un débil mental o a un hipócrita demagogo se le podría ocurrir sería culpar o acusar en forma descontextualizada a un individuo por desenvolverse exitosamente en condiciones tan poco envidiables. Por eso, lo que ya es hora de entender es que, en el fondo, lo horroroso de la vida de Stalin no es su actuación o su persona, sino las circunstancias en las que tuvo que desempeñarse.

Por extraño que ello pueda parecer, Stalin no llegó nunca a ostentar un cargo similar al de jefe de Estado o de posición suprema en la jerarquía gubernamental soviética. En rigor no hubo en aquella época en la URSS -a tenor de sus sucesivas constituciones- ningún cargo individual de jefatura estatal, ningún Presidente de la Unión o Primer Magistrado, porque esa función fue asumida por un órgano colegiado, el Presidium del Soviet Supremo -según el espíritu colectivista que profesaba el fundador de aquellas instituciones, Vladimir Lenin (inspirado probablemente en el modelo helvético, toda vez que había vivido unos cuantos años exiliado en Suiza).

Ese Presidium, esa presidencia colegiada, elegía un coordinador o presidente (concretamente, Kalinín durante buena parte de la jefatura política de Stalin); ese presidente era, de alguna manera, el nº 1 del Estado. En períodos posteriores Breznev y Gorbachov ocuparon ese puesto ya como jefes del Estado soviético (Jruschov no llegó a serlo). Lenin sólo había sido primer ministro (presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo), y ese mismo cargo lo ocupó Stalin en los últimos años de su vida (antes lo había desempeñado Molotov).

Stalin fue siempre para todos sus seguidores -muchos millones en todo el planeta- 'el camarada Stalin'. Nunca recibió ninguna denominación deferencial o respetuosa (al revés de Mao Tsetung, llamado en China 'el Presidente Mao' desde la Revolución Cultural de 1966). Salvo sus rimbombantes títulos militares ('mariscal y Generalísimo de la Unión Soviética'), ningún nombramiento le incumbía más que provisionalmente.

Y como persona, sobresale por sus propios méritos. En primer lugar, era un hombre valiente. No muchos se atreverían a escapar completamente solos de las prisiones zaristas del norte de Siberia y a caminar cientos de kilómetros por la estepa helada con el único fin de reincorporarse a la lucha social. En segundo lugar, Stalin tenía grandes dotes de organizador: congregaciones estudiantiles, células de sabotaje, grupos de resistencia obrera, corporaciones partidistas, órganos de represión, redes diplomáticas, etc., todas esas formas (y muchas más) de acción coordinada se beneficiaron de su destreza. En tercer lugar, Stalin era un hombre con genuinos ideales políticos. Es evidente hasta para el más despreciable de sus denostadores y calumniadores que ni en sus peores momentos hubiera sido posible «comprar» a Stalin. Éste pertenecía a esa minúscula familia de humanos formidables que, independientemente de sus convicciones, no están dispuestos a hacer concesiones, no transigen, no negocian, no claudican. Así son los serios y los puros y Stalin era uno de ellos. En cuarto lugar, Stalin era, en el marco de una perspectiva particular y asumida conscientemente, un hombre de teoría. Su célebre ensayo sobre las nacionalidades no ha sido en lo esencial superado, sus consideraciones de materialismo histórico son siempre ilustrativas y, aunque limitadas, sus especulaciones sobre las relaciones entre el lenguaje y el pensamiento son magníficas. Evidentemente no era, en el sentido más purista y estrecho de la expresión, un «académico» (pero ¿qué académico podría organizar un plan quinquenal, dirigir el contraataque en Stalingrado o conducir las negociaciones con Churchill en Teherán?).

La mejor manera de concluir este perfil biográfico, es con las propias palabras de Stalin:

"No son los héroes los que hacen la historia, sino que es ésta la que hace a los héroes; por lo tanto, lejos de ser los héroes los que crean el pueblo, es el pueblo el que crea a los héroes e impulsa el progreso de la historia. Los héroes, los grandes hombres, pueden desempeñar un papel importante en la vida de la sociedad sólo en la medida en que sepan comprender acertadamente las condiciones del desarrollo de la sociedad, comprender cómo modificarlas para mejorarlas". Historia del Partido Comunista (Bolchevique) de la U.R.S.S., Moscú, 1938

 
 


Primer  Anterior  2 a 12 de 12  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados