"Me encantan cómo visten las mujeres mayores en España, engalanadas,
bien peinadas. En mi país, siempre vamos debajo de la abaya, Me gusta
ver a la gente la calle, aquí respiro libertad". Son palabras de una saudí cerca de la cuarentena durante un viaje de trabajo a Madrid. Una profesional plurilingüe, que dirige su empresa, lidera a sus empleados y cuida a sus hijas pero que... depende de su padre.
Awatif –nombre ficticio– se divorció de un marido que no le hacía feliz para evitar que sus pequeñas interiorizaran que estar casada era igual a estar triste. Pasó entonces de necesitar la firma de su esposo a, como de soltera, tener que pedírsela a papá. En el reino de Arabia Saudí las mujeres son tratadas como menores de edad y necesitan permiso de sus guardianes para viajar, trabajar y, en general, moverse ya que también les está prohibido conducir.
En el país árabe que alberga el lugar más sagrado del islam, la Kaaba (en Meca),
rige una monarquía de corte wahabí, una rama rigorista del islam.
Debido al acuerdo fundacional entre la familia real y los religiosos
-que aseguraba su poder en un difícil contexto tribal-, los cambios
deben ser aceptados por los 'sheijs'.
La técnica más novedosa para poner veto a cualquier tentación de moverse por libre es un sistema de alerta por SMS.
En realidad ya desde 2010 los guardianes podían solicitar recibir este
tipo de alertas en sus teléfonos móviles cuando sus "dependientes"
hicieran –o lo intentara– algún movimiento transfronterizo, la cuestión es que se los mandan quieran o no.
En abril de 2012 el ministerio del Interior introdujo un nuevo sistema de servicios electrónicos llamado 'Absher' con el objetivo de "hacer la vida más fácil a los ciudadanos y residentes". Entre otras cosas posibilitaba emitir permisos de viaje electrónicos para los dependientes. Era una manera de modernizarse y dejar en el pasado el famoso impreso amarillo que los tutores debían firmar para que las mujeres se los entregara a los funcionarios de control de pasaportes en el aeropuerto o en la frontera.
Para aprovechar las ventajas del 'Absher' los saudíes tienen que registrarse y dar sus datos al ministerio del Interior, móvil incluido. Según explica el prestigioso periodista y bloguero saudí Ahmed Al Omran,
la herramienta no permite seleccionar la opción de no recibir este tipo
de avisos. "Sería bueno que se pudieran desactivar las notificaciones a
través de mensajes de texto sin perder la comodidad de los servicios
electrónicos, pero eso no parece disponible. Sería incluso mejor, por supuesto, si las mujeres no necesitaran permisos de sus tutores masculinos para viajar", dice a ELMUNDO.es
"Es inaudito que las traten como si fueran mercancía. Claro está, el
problema no son los SMS (esto sólo lo hace más visible) sino en las
leyes que subyugan a las mujeres a los deseos de los hombres", añade Pedro Pizano, director de Medios de la ONG Human Rights Foundation.
La vida de Awatif ha cambiado poco en los últimos años, pese a que ha habido algunos avances
en cuanto a los derechos de sus congéneres. Las mujeres ya no necesitan
su permiso de su tutor para viajar en el país o para permanecer en un
hotel; pueden ser dependientas; hay una viceministra; formarán parte del Consejo de la Shura; podrán votar e incluso postularse en las próximas elecciones... y como última novedad, podrán ser abogadas.
"Una cosa es lo que dicen que pasará y otra la realidad. He aprendido
a no creer nada hasta que sucede" advierte escéptica la abogada saudí Sofana Dahlan. Ella fue la primera mujer en obtener permiso del ministerio de Educación Superior para estudiar Derecho, y una de las firmantes de una carta que hace unos meses le pedía al rey Abdullah poder ejercer.
La reivindicación no era nueva, aunque no logró ser
tan mediática y popular fuera del país como la que exige el derecho a
conducir. En 2011 hubo una campaña a través de las redes sociales bajo
el lema "Soy una mujer abogada", en la que se demandaban licencias para poder ejercer la abogacía. En la actualidad las mujeres son consideradas "representantes" pero no abogadas.
Cuando la reforma entre en vigor las mujeres tendrán las mismas
condiciones que los hombres para ejercer la ley. Hasta el momento,
pueden trabajar como consultoras legales en compañías o bancos pero no
representar a los clientes ante los tribunales.
Dahlan se muestra cauta. De hecho, antes de que todo eso suceda, las autoridades deben tomar las medidas adecuadas, como instalar un sistema de autentificación de huella dactilar en los tribunales para poder verificar la identidad de las leguleyas sin que tengan que exponer sus caras
–no es obligatorio que las mujeres lleven el rostro cubierto, pero es
la opción de una parte de ellas–, explican las fuentes oficiales.
"Arabia Saudí no es solamente uno de los peores países en los
derechos de las mujeres, sino en la falta de respeto a los derechos
fundamentales en general. No existe la libertad de expresión, ni de
asociación, ni de religión, por ejemplo. El rey seguramente está
feliz distrayendo al mundo con el tema de la conducción, mientras
oprime y destruye la dignidad de todo su pueblo", concluye Pizano.
"Arabia Saudí ha firmado la Convención de la ONU sobre la Eliminación
de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, y creo que ya es
hora de que cumplan con su compromiso en ese sentido", insiste Al
Omram.
Awatif ya está de vuelta en su país y se ha metido dentro de la abaya, pero sigue luchando por un mundo más justo.