Mario Vargas Llosa
Aunque sea Premio Nobel de Literatura, probablemente lo que más trascienda últimamente de Mario Vargas Llosa es su vocación de delirar. En sus intervenciones públicas, el escritor peruano demuestra un extraordinario talento para poner el mundo al revés y pasar los hechos históricos por un filtro interpretativo ajeno a la realidad latinoamericana y a los intereses de la región a la que, tal vez muy a su pesar, el propio Vargas Llosa ha pertenecido desde su nacimiento.
La última polémica acaba de suscitarla hace apenas unas horas, cuando señaló esta mañana a Cristina Fernández de Kirchner como «el ejemplo flagrante de la vocación autodestructiva de la Argentina», tras referirse a la situación planteada entre el país rioplatense y España con la confiscación de las acciones que Repsol tenía en YPF.
Durante un desayuno con un grupo de periodistas en la Casa Museo Pérez Galdós, en Las Palmas de Gran Canaria, el escritor calificó el caso argentino como «realmente trágico», ya que hasta hace apenas medio siglo era una de las primeras naciones del mundo, «el primer país en acabar con el analfabetismo» y ahora se ve preso del peronismo, «un flagelo que se imponen a sí mismos los argentinos».
Como si el neoliberalismo no hubiera existido en Argentina, como si los impactos de las políticas inauguradas por Ménem no hubieran disparado hasta el cielo la desigualdad, como si cinco Presidentes no se hubieran sucedido en el lapso de pocos meses, en medio de una profunda crisis económica y social, Vargas Llosa desató su imaginería para explicar la supuesta decadencia argentina, un país que “a partir de ese momento comienza a subdesarrollarse sin que haya ningún factor externo que conspire contra su desarrollo y prosperidad».
«Ese flagelo se lo imponen los propios argentinos y se llama peronismo. No es el único caso en la historia, desde luego: los alemanes con Hitler cayeron en una cosa parecida y por lo menos han salido de eso. La tragedia de Argentina es que nunca han salido de un peronismo que se convirtió en una especie de mancha y ahora lo es todo: la extrema derecha, la derecha, el centro, la izquierda y la centro izquierda, es la democracia y es el terrorismo, es la demagogia y es la sensatez. Todo eso es el peronismo y las elecciones en Argentina son una especie de broma en la que facciones peronistas se atacan unas a otras en nombre del peronismo», afirmó.
Lo que no aclaran agencias de prensa ni periódicos que refieren el tema es si el desayuno con periodistas donde Vargas Llosa deslizó su pensamiento contuvo, además de un menú tradicional, bebidas alcohólicas. Tal vez habría sido más fácil comprender así las asociaciones de Perón con Hitler, sugeridas por el afamado escritor.
(Con información de Agencias y ABC.es)