Vicky Peláez
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18:12 28/12/2012
Columna semanal por Vicky Peláez
Aquí
repetimos todas las frases oficiales que nacen muertas de los labios de
los jefes. El pueblo no ha hablado todavía (Elena Garro, 1920-1998).
El pasado 21 de diciembre, mientras el mundo estaba en suspenso por
las profecías mayas que anunciaban cambios catastróficos y, el recién
inaugurado gobierno mexicano presidido por Enrique Peña Nieto
anunciaba planes para convertir su país en la cuarta potencia mundial
para dentro de treinta años, una marcha silenciosa y pacífica de unos
30,000 a 50,000 indígenas zapatistas en Chiapas bajo una torrencial
lluvia, hizo retornar a la realidad a los mexicanos y olvidarse de los
augurios proféticos.
Les mostró que la historia de un México profundo y olvidado sigue
vigente y que nada ha cambiado en los últimos 29 años.Cinco presidentes
pasaron en estos casi 30 años por la Residencia Oficial de Los Pinos:
Miguel de la Madrid (1982-1988), Carlos Salinas de Gortari (1988-1994),
Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón
(2006-2012) prometiendo cada uno paz, prosperidad y justicia que a
medida que pasaba el tiempo se alejaban más de los mexicanos y en
especial de sus indígenas.
Ahora le ha llegado el turno a Enrique Peña Nieto del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) cuya elección fue implícitamente
decidida durante la visita del vicepresidente norteamericano Joe Biden
quien llegó a México en marzo pasado.
El presidente Peña Nieto ha heredado un país de 113 millones de
habitantes, de los cuales 52 millones (46 por ciento) viven en situación
de pobreza y de ellos 10 millones son niños.Esto sucede en el país
cuyas reservas internacionales llegan a 163,6 miles de millones de
dólares que sin embargo nunca alcanzan a los más desposeídos.
También su predecesor Felipe Calderón le dejó 80.000 muertos –
resultado de la militarización de la lucha contra el narcotráfico y sus
carteles. La situación ha llegado a tal extremo que, de acuerdo al
informe de The World Economic League (WEL), para el 2020 la economía
nacional descenderá del actual 14 lugar en el mundo al 15. A la vez,
una evaluación de la situación en México realizada en 2009 por The US
Joint Forces Command concluyó que “en términos de las situaciones
críticas, México posee condiciones para un rápido y repentino colapso”.
Lo interesante es que unos de los primeros que advirtieron sobre la
crisis y la decadencia del Estado mexicano y la necesidad de la lucha
por un futuro diferente fueron justamente los zapatistas. Hace 29 años,
en 1983 un reducido grupo de hombres compuesto de dos indígenas y tres
mestizos armados llegó a la selva Lacandona para fundar el primer
campamento guerrillero, La Pesadilla.
Según el actual portavoz de los guerrilleros, el famosos
subcomandante Marcos, el movimiento zapatista tuvo varias etapas. La
primera de ellas fue dedicada a la selección de los guerrilleros. La
segunda a la fundación del Ejército Zapatista de la Liberación Nacional
(EZLN), por los primeros seis insurgentes, cinco hombres y una mujer de
los cuales tres eran indígenas y tres mestizos, esto tuvo lugar el 17 de
noviembre de 1983.
La tercera etapa de la formación del EZLN se concentró en el estudio
de la estrategia y la táctica militar, utilizando manuales del ejército
norteamericano y los del ejército federal mexicano. También dedicaron
tiempo al estudio de la historia de México y del capitalismo en su forma
neoliberal. En la cuarta etapa, según Marcos hicieron contactos
individuales con los habitantes de Chiapas, uno de los 31 estados que
conforman las 32 entidades federativas de México. Precisamente en este
estado de 73.311 kilómetros cuadrados en condición de marginación y
abandono que tiene un rezago social, cultural y económico de unos 50
años, se creó la sede central del EZLN.
Con casi cinco millones de habitantes, Chiapas tiene el mayor
porcentaje de población que habla exclusivamente alguna lengua indígena:
36 de cada 100 pobladores. Uno de los estados con más recursos
naturales, generador de más del 50 por ciento de la energía
hidroeléctrica en el país, rico en café y ganadería no es capaz de
asegurar el bienestar de su población manteniendo el 32 por ciento de
sus habitantes en la pobreza extrema y dejando al 82.4 por ciento a
enfrentar la carencia. Tomando en cuenta estas condiciones, el EZLN pudo
convencer poco a poco a los habitantes de la región para que apoyen su
lucha por un México diferente.
Así, la quinta etapa del EZLN se convirtió en el período del
crecimiento explosivo del movimiento. Como dijo el subcomandante Marcos,
“debido a las condiciones políticas y sociales, crecimos más allá de la
selva Lacandona y llegamos a los altos y al norte de Chiapas”. En la
sexta etapa se propuso a la votación el inicio de la guerra, incluyendo
la “Batalla de la Corralchén” en mayo de 1993. Sin embargo, el
levantamiento armado, que inauguró la séptima etapa, fue declarado el
primero de enero de 1994 iniciándose la guerra al gobierno del ex
presidente Carlos Salinas de Gortari.
Precisamente aquella madrugada, cuando entraba en vigor el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), anunciado por Carlos
Salinas de Gortari como un camino seguro para la incorporación de México
al club de los países más desarrollados del mundo, un destacamento de
indígenas del EZLN encapuchados tomaron cuatro municipalidades de
Chiapas emitiendo la Primera Declaración de la Selva Lacandona
anunciando la guerra a la política neoliberal del gobierno.
En realidad fue el primer movimiento en el mundo que declaró la
guerra a la globalización neoliberal que con el tiempo convirtió a
México en un satélite incondicional de los Estados Unidos. El ejército
mexicano respondió con una guerra de baja intensidad usando el manual
norteamericano sobre el “conflicto de baja intensidad” (LIC) para
desatar una campaña de contrainsurgencia social pero no pudieron
eliminar la guerrilla que se reorganizó con el apoyo de la sociedad
civil ganando la simpatía mundial de las organizaciones progresistas.
En los siguientes años los zapatistas organizaron y también
participaron en varios foros internacionales, como el Primer Encuentro
Americano contra el Neoliberalismo y por la Humanidad, el Foro especial
para la reforma del Estado y muchos otros eventos relacionados con los
movimientos anti sistémicos en el mundo.
Por supuesto, los medios de comunicación globalizados mantuvieron en
ignorancia a la opinión mundial respecto al quehacer del EZLN. Lo
hicieron de tal forma que ya se creía que este movimiento había entrado
en una etapa de extinción. También se propagaron rumores sobre el grave
estado de salud de Marcos debido a un cáncer en el pulmón. Sin embargo,
la reciente marcha de los zapatistas este 21 de diciembre demostró una
realidad completamente diferente que no supieron detectar los servicios
secretos mexicanos y norteamericanos y que pone en dificultades el
recién inaugurado gobierno de Peña Nieto que ha proclamado el triunfo
del neoliberalismo en México.
Sorprendentemente, el EZLN tiene actualmente presencia en 17 de los
31 estados del país y en 42 municipios rebeldes de Chiapas donde rigen
las Juntas de Buen Gobierno (JBG) acordados por los Acuerdos de San
Andrés firmados en 1997 por el gobierno de Ernesto Zedillo y
posteriormente ignorados por los gobiernos siguientes. Ni la represión,
ni la muerte, ni los intentos mediáticos de silenciar, aislar y
marginalizar a los zapatistas, el movimiento había sobrevivido y se
había expandido en silencio. Inclusive sirvió de inspiración al
movimiento estudiantil chileno, a los “Indignados” norteamericanos, al
Movement for Justice en Barrio (Nueva York) y muchos otras
organizaciones a nivel mundial.
Dijo el historiador francés Jerome Baschet que la lógica del
capitalismo nos hace perder control sobre nuestras vidas y ya es hora
recuperar este control”. Los zapatistas, que suspendieron las
hostilidades armadas desde 12 de enero de 1994, han estado tratando de
inducir la gente a la lucha colectiva para obtener derecho de cada ser
humano ser dueño de su vida. Su última marcha de silencio ha sido una
advertencia al gobierno de Enrique Peña Nieto indicándole que la lucha
continua.
En su último comunicado al terminar la marcha de los zapatistas, el
subcomandante Marcos advirtió al gobierno: “¿Escucharon? Es el sonido de
su mundo derrumbándose. Es el de nuestro resurgiendo. El día que fue el
día, era noche. Y noche será el día que será el día. Democracia,
libertad, Justicia”.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI