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General: Los católicos progresistas de Latinoamérica quieren recuperar la ilusión
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 20/03/2013 22:37

Los católicos progresistas de Latinoamérica quieren recuperar la ilusión

Pese a que es conservador, teólogos de la liberación, obispos y curas rescatan los primeros pasos del papa

 

En la Iglesia latinoamericana, los sectores progresistas siempre han sido minoría, pero que crecía en tiempos de Juan XXIII (1958-1963) y Pablo VI (1963-1978). Después llegó la condena de Juan Pablo II (1978-2005) y su cardenal Joseph Ratzinger a parte de la Teología de la Liberación y el retroceso de las comunidades eclesiales de base (CEB) y del nombramiento de obispos renovadores. Sin embargo, ahora referentes como el teólogo brasileño Leonardo Boff y el obispo catalán residente en Brasil Pedro Casaldáliga se ilusionan. Francisco era un cardenal conservador, pero moderado y sus primeros gestos como papa les despertaron esperanzas.

El exsacerdote Boff declaró al semanario alemán Der Spiegel que “hace un par de meses" el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, "aprobó expresamente que una pareja de homosexuales adoptara un niño". En su columna semanal, Boff ha escrito: “Francisco tiene en mente una iglesia fuera de los palacios y de los símbolos del poder. Lo mostró al aparecer en público. Normalmente los papas y Ratzinger principalmente ponían sobre los hombros la muceta, esa capita corta bordada en oro que sólo los emperadores podían usar. El papa Francisco llegó sólo vestido de blanco. En su discurso inaugural se destacan tres puntos. El primero: dijo que quiere ‘presidir en la caridad’, algo que pedían los mejores teólogos del ecumenismo. El papa no debe presidir como un monarca absoluto. Según Jesús, debe presidir en el amor. El segundo: dio centralidad al Pueblo de Dios, como destaca el Concilio Vaticano II (1962-1965), pero dejado de lado por los dos papas anteriores en favor de la jerarquía. El papa Francisco pide humildemente al pueblo de Dios que rece por él y lo bendiga. Sólo después él bendecirá al pueblo de Dios. Pide que le ayuden a construir un camino juntos. Por último, evitó todo espectáculo de la figura del papa. No extendió ambos brazos para saludar a la gente. Se quedó inmóvil, serio y sobrio, yo diría, casi asustado. Solamente se veía una figura blanca que saludaba con cariño a la gente. Es un papa que viene del Gran Sur, donde están los más pobres de la humanidad y donde vive el 60% de los católicos. Con su experiencia como pastor, con una nueva visión de las cosas, desde abajo, podrá reformar la Curia, descentralizar la administración y dar un rostro nuevo y creíble a la Iglesia”.

Casaldáliga, de 85 años, que debió mudarse de pueblo en diciembre pasado ante las amenazas de muerte que recibió por defender a indígenas del estado de Mato Grosso, temía que fuera otro el sucesor de Benedicto XVI. “La elección significa un cambio en la persona del papa. Evidentemente un papa solo no es la Iglesia, sino que es una responsabilidad de todos”, declaró Casaldáliga, que espera que Francisco adopte medidas importantes. En diálogo con el periódico O Globo, elogió la simplicidad del nuevo pontífice, su espíritu evangelizador y el simbolismo del primer gesto de inclinarse delante de la gente que lo aguardaba en la plaza de San Pedro. Aunque recordó el tiempo sombrío de la Iglesia de Argentina en la última dictadura militar de ese país (1976-1983), se esperanzó con cambios en la curia romana.

En El Salvador, el jesuita español Jon Sobrino advirtió en una entrevista al periódico Deia que “Bergoglio, superior de los jesuitas de Argentina en los años de mayor represión del genocidio cívico-militar, tuvo un alejamiento de la Iglesia popular, comprometida con los pobres, no fue un (Óscar) Romero”. Sin embargo, destacó “signos pequeños pero claros” de "la sencillez y la humildad" del nuevo papa y deseó que “crezcan como signos grandes”.

Uno de los pocos obispos argentinos que se enfrentó públicamente con el régimen, Miguel Hesayne, elogió a Francisco: “Es austero por seguir los pasos de Jesús. Siempre fue generoso y valiente”. Hesayne negó cualquier “vinculación” de Bergoglio con la dictadura y su supuesta colaboración en el secuestro de dos curas jesuitas: “En la época no era obispo para poderlo publicitar, pero sí los buscó por todos los medios. Es por eso que creo firmemente que (la acusación) es una grave calumnia. Alguien que quería tener una entrevista con Bergoglio el día en que fueron capturados (Orlando) Yorio y (Francisco) Jalics lo encontró en ese momento llorando y decía: ‘Me han secuestrado a Yorio y Jalics’”.

El coordinador del Grupo de Curas en Opción por los Pobres de Argentina, Eduardo de la Serna, no se entusiasma tanto, pero rescata que “dentro de las candidaturas que sonaban Bergoglio es Maradona, Messi y Cristiano Ronaldo juntos”. “En el tema de compromiso liberador con los pobres, continúa en la misma línea (conservadora). En el tema derechos humanos, pesa sobre él la sombra de los dos jesuitas desaparecidos. No es probable que sea un papa de avanzada. Hay cosas que a muchos preocupan y que no creo que sean para él temas principales, como la comunión de los divorciados, los temas de la homosexualidad y el aborto. Tampoco creo que haya cambios en el rol de la mujer dentro de la Iglesia. En cambio, podemos esperar gestos de cercanía. Bien podría ser que, sin cambiar la doctrina, tuviera gestos de acercamiento a divorciados o aún a travestis. Bergoglio ha lavado los pies de enfermos de sida y bendijo a cartoneros (recolectores informales de residuos). Son cosas positivas, después de un papa tan lejano como Benedicto XVI, que nunca vio un pobre en su vida”, declaró De la Serna al periódico Página/12.

Víctor Codina, teólogo español que vive en Bolivia, reconoce que su actuación como provincial jesuita de Argentina “no fue fácil tanto por las tensiones eclesiales del posconcilio como por el contexto del proceso militar argentino”. “Su etapa pastoral como obispo y cardenal ha sido muy alabada por su trabajo pastoral, austeridad, sencillez, cercanía a los pobres, atención al clero, profetismo ante el gobierno en momentos clave. Como obispo de Roma seguramente nos sorprenderá no solo con gestos simbólicos con claro sentido evangélico sino con reformas y tomas de decisiones audaces y proféticas en el crítico momento de la Iglesia actual”, se ilusiona Codina.

El sacerdote José Marins y la monja Teolide Trevisán, brasileños que promueven las CEB en toda América, conocieron a Bergoglio y han escrito que lo recuerdan como “un hombre sencillo, al cual uno puede acercarse y hablarle como a un ser humano de carne y hueso”. “Su visión eclesial no ha sido retrógrada. En los temas morales mantiene lo afirmado actualmente por la Iglesia: está contra el aborto, matrimonios gay... pero condenó a curas que no querían bautizar a los hijos de los que no estaban casados por la Iglesia. Aprobó cambios litúrgicos, pues el Vaticano II dejó a cargo de las iglesias locales algunas adaptaciones en materia . Sabemos que también hay grupos en Argentina que le achacan no haber protegido al jesuita Yorio y su compañero. Otros dicen que nunca se pudo probar que él tuvo culpa en eso. No tenemos elementos para juzgar sobre eso. Lo que a todos nos ha impresionado es que el colegio de cardenales lo escogiera como papa. Lo que vimos: presentarse como obispo de Roma, como el que está al servicio de los hermanos, y no como una autoridad arriba del episcopado; la actitud de hablar de 'nosotros' y no 'yo'; rezar junto con todos la oración que Jesús nos enseñó (Padre Nuestro), escoger el nombre de Francisco... Ponemos mucha esperanza en este pontificado”, escribieron Marins y la llamada hermana Teo.



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 20/03/2013 22:57

La teología de la liberación, herida pero viva

Medio siglo después del Concilio Vaticano II, el movimiento progresista resiste

 

Acto en recuerdo de Óscar Romero, arzobispo salvadoreño asesinado en 1980. / cordon press

El recordatorio de los 50 años del Concilio Vaticano II también es momento de reflexión en Latinoamérica, donde más fieles tiene la Iglesia católica, pero donde también avanzan otras confesiones cristianas, creencias posmodernas y el agnosticismo. Así como el concilio iniciado por Juan XXIII supuso en Europa el inicio del diálogo del catolicismo con el “mundo moderno”, en América Latina significó el comienzo del diálogo con el “mundo de los pobres”, según Pedro Ribeiro de Oliveira, sociólogo y profesor en la maestría en Ciencias de la Religión de la Universidad Católica de Minas Gerais (Brasil). “Pero en estos 50 años esa opción ha ido perdiendo fuerza. Los miembros de la Iglesia no se sienten más comprometidos y la jerarquía tiene más preocupación por sumar fieles que por el diálogo con los pobres”, advierte Ribeiro.

Al finalizar el Concilio Vaticano II (1962-1965), los obispos latinoamericanos manifestaron esa opción por los pobres en la Conferencia General del Episcopado regional en Medellín en 1968. A partir de entonces cobraron mucha fuerza la teología de la liberación, las comunidades eclesiales de base (CEB), formadas por laicos, la lectura popular de la Biblia, el compromiso cristiano contra las estructuras sociales consideradas injustas, los religiosos defensores de los pobres y los numerosos mártires de las dictaduras militares y de poderosos intereses económicos, aunque ninguno de ellos ha sido hasta ahora canonizado por Roma.

Con el papado de Juan Pablo II (1978-2005), con Joseph Ratzinger (actual Benedicto XVI) a cargo de la Congregación de la Doctrina de la Fe (ex Tribunal de la Santa Inquisición), comenzó un “franco proceso de involución eclesial, de invierno en la Iglesia, de noche oscura”, opina el teólogo y profesor de la Universidad Católica de Curitiba (Brasil) Agenor Brighenti.

Fueron los tiempos en que Ratzinger tachó de marxista a parte de la teología de la liberación, que dejó de enseñarse a los seminaristas, y en los que los obispos vertieron sospechas y críticas hacia las CEB por su supuesta politización, recuerda Pablo Richard, sacerdote y teólogo chileno que da clases en la Universidad Nacional de Costa Rica. Pero la minoría católica que aún mantiene viva esa fe referida a los pueblos crucificados y a la Iglesia construida desde la base no se mortifica por su situación actual. “La liberación es un ideal, no de los vencedores, sino de los vencidos, un movimiento de resistencia al exilio”, comenta Brighenti.

Este movimiento renovador de la Iglesia latinoamericana tampoco fue en su momento algo mayoritario. “Hay que desmitificar la imagen que en muchos lugares se ha tenido de la Iglesia latinoamericana de los años setenta y ochenta”, advierte el jesuita español Víctor Codina, profesor emérito de la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba. “Ni las comunidades de base florecieron en todas las diócesis, ni todos los obispos fueron como Hélder Cámara, [Óscar] Romero, [Enrique] Angelelli o [Pere] Casaldáliga, ni la teología de la liberación se enseñaba en todos los seminarios y facultades de Teología. Este movimiento liberador fue significativo, pero minoritario”, expone Codina.

Pese a todo, el teólogo jesuita considera que la Iglesia latinoamericana avanza “entre luces y sombras”. Por ejemplo, en la reunión regional de obispos de Aparecida (Brasil) en 2007, los prelados abogaron por la opción por los pobres, la renovación litúrgica, bíblica y pastoral, pero Codina también detecta “intentos de volver a una Iglesia anterior al Vaticano II, cierto debilitamiento de la vida cristiana, falta de clero, pérdida del sentido de trascendencia y abandono de la Iglesia para adherirse a otras confesiones religiosas”. El sacerdote español argumenta que estos movimientos contradictorios no son ajenos a los cambios sociales, políticos y económicos que están viviendo Latinoamérica y el mundo en general.

Ribeiro, Brighenti y Codina destacan que la corriente “liberadora” de la Iglesia latinoamericana sigue vigente y como prueba de ello citan el reciente congreso continental de teología, en Brasil, con la presencia de muchas mujeres, jóvenes y 30 obispos. “La Iglesia liberadora de América Latina está viva, pero es brasa bajo cenizas”, opina Brighenti.

“Nuestra opción no es solo por la supervivencia de la Iglesia, sino por la de los pobres que necesitan de la Iglesia para sobrevivir”, propuso Richard. “No nos interesa una Iglesia que necesita del poder y del dinero para sobrevivir”, concluyó el sacerdote, que se exilió de Chile tras el golpe militar de Augusto Pinochet en 1973.


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 20/03/2013 23:33
Pese a que es conservador, teólogos de la liberación, obispos y curas rescatan los primeros pasos del papa "

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 21/03/2013 01:08
En la Iglesia latinoamericana, los sectores progresistas siempre han sido minoría, pero que crecía en tiempos de Juan XXIII (1958-1963) y Pablo VI (1963-1978). Después llegó la condena de Juan Pablo II (1978-2005) y su cardenal Joseph Ratzinger a parte de la Teología de la Liberación y el retroceso de las comunidades eclesiales de base (CEB) y del nombramiento de obispos renovadores. Sin embargo, ahora referentes como el teólogo brasileño Leonardo Boff y el obispo catalán residente en Brasil Pedro Casaldáliga se ilusionan. Francisco era un cardenal conservador, pero moderado y sus primeros gestos como papa les despertaron esperanzas."


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