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General: Argenis Martinez: El pajarito de Maduro
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De: t-maria2 (Mensaje original) |
Enviado: 06/04/2013 22:52 |
El 3 de septiembre de 1945, el doctor Diógenes Escalante,
candidato a la sucesión del presidente Medina Angarita, con la bendición
de éste y de los que entonces tenían capacidad de decisión, disparató
de lo lindo para consternación de Ramón J. Velásquez, su secretario, y
de los notables de entonces, con Uslar Pietri a la cabeza, que no
vacilaron en designar una junta médica para que se ocupara de examinar
al virtual jefe del Estado.
El veredicto de esa junta fue
devastador. Escalante estaba más tostado que fondo de caldero e
incapacitado para el ejercicio presidencial. Lo que vino después no fue
consecuencia de su locura, sino de la irracionalidad del PDV, que impuso
la poco potable candidatura de Ángel Biaggini.
A finales del año
pasado, cuando más de medio país estaba convencido de lo inevitable de
un desenlace fatal en la enfermedad del presidente Hugo Chávez, sus
apósteles le negaron a los ciudadanos toda posibilidad de que una junta
médica revisase y diagnosticase al paciente para, así, transitar sobre
seguro el sendero constitucional y evitar que el enfermo hiciera valer
su mandato testamentario en los términos que fue formulado.
Relacionamos
esos dos momentos de nuestra historia republicana porque en ambos la
enfermedad (demencia en el primer caso, cáncer en el más reciente) es la
fuerza motriz que precipita los acontecimientos. Y si en el primero
hubo aceptación y en el segundo negación, nos preguntamos qué sucedería
si se diese un tercer caso de incapacidad para gobernar.
Porque,
al parecer, al designado por Hugo Chávez se le subieron los humos a la
cabeza y está dando muestras evidentes de falta de cordura.
Si a
la imitación gestual (ecopraxia) que hace de su guía, norte y mentor el
candidato oficialista, agregamos una suerte de manía que le impulsa a
repetir hasta la saciedad y sin que venga a cuento el nombre de Chávez
y, además, un exultante delirio que se manifiesta en visiones y
apariciones más próximas al misticismo que al socialismo, como la
repentina visita que tuviera de un Chávez transmutado en "pajarito
chiquitico", que le impartía la bendición para santificar el arranque de
su campaña electoral, pareciese que estamos ante un severo caso de
inestabilidad cerebral, que debe ser atajado a tiempo para bien de la
república.
A menos que se esté bajo los efectos de un
medicamento, quizás sólo cierto grado de insania mental podría explicar
los desvaríos del presidente interino. Es, pues, menester, en aras del
interés y la seguridad del país exigirle, como él ha hecho con Henrique
Capriles, que se someta a un examen médico que determine si está
plenamente capacitado para asumir la primera magistratura. De lo
contrario quedará la sospecha de que, en torno a su cabeza siempre habrá
un pajarito, chiquitico, dándole tres vueltas allá arriba. Y menos mal
que se trata de un pajarito y no de una paloma, por qué: ¿quién lo
aguantaría en comunión con el Espíritu Santo?
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