La mitad de casi 24 millones de personas que tienen ingresos gana menos de $ 3.000 por mes. O, lo que es lo mismo, menos de $ 100 por día, según datos del INDEC del IV Trimestre de 2012 proyectados a todo el país. Son casi 12 millones de personas que trabajan, en blanco o en negro, en relación de dependencia, por su cuenta, como profesionales, perciben jubilaciones o pensiones, planes sociales o viven de una renta.
Dado que buena parte de esa gente debe mantener un hogar, de esta información oficial surge que cada integrante de esas familias dispone de menos $ 35 por día para alimentarse, vestirse y cubrir el resto de las necesidades como salud o vivienda. Según el INDEC, el 58,1% de la población percibe algún ingreso y el 41,9% son personas sin ingresos -en su mayoría chicos o adolescentes- que dependen de sus familias.
En el Norte del país los ingresos son menores.
Por ejemplo, en Posadas (Misiones), Resistencia (Chaco), Corrientes, Santiago del Estero o San Juan, la mitad percibe menos de $ 2.000. En el Sur, los ingresos son mayores, como en Tierra del Fuego donde la mitad percibe menos de $ 8.000, pero el costo de vida es bien superior. En la Ciudad de Buenos Aires, la mitad percibe menos de $ 4.200.
El informe indica que en promedio el ingreso mensual es de $ 3.686 por mes. Si se desciende en la escala de ingresos, surge que el 30% de los que tienen ingresos -7 millones de personas– dispone de menos de $ 1.890 mensuales o menos de $ 63 por día que, en muchos casos, deben compartir con sus cónyuges o hijos.
Esto significa que, pese al crecimiento económico de los últimos años y a que más familias tienen o mejoraron sus ingresos por el mayor empleo o las ayudas oficiales, es muy amplia la población que dispone de una suma insuficiente para vivir. Una parte de esta gente de ingresos tan bajos son asalariados informales, cuentapropistas, subocupados, jubilados o pensionados con el haber mínimo o cobran algún plan de empleo. El INDEC reconoce que más de una tercera parte de los asalariados está en negro; en tanto que 3 de cada 4 jubilados o pensionados a fines del año pasado cobraba la mínima de $ 1.879 y las pensiones no contributivas rondaban los $ 1.300.
Distintos estudios académicos marcan que una familia tipo- matrimonio con 2 hijos- necesitaba a fin del año pasado $ 7.600 mensuales para adquirir una canasta familiar alimentaria y cubrir los gastos básicos de vestimenta, educación, vivienda y salud.
Estos bajos ingresos ayudan a explicar los altos niveles de pobreza que, como informó Clarín la semana pasada, afecta a casi 11 millones de personas –el 26,9% de la población– según cifras del Observatorio Social de la UCA.
La mitad de las personas con ingresos inferiores a los $ 3.000 perciben el 22,9% del ingreso total. Y la otra mitad se queda con el 77,1% restante. Según los expertos, se estima que la distancia es mayor porque los sectores más ricos tienden a subdeclarar ingresos.