Suegra y nuera. ¿Qué pensamientos o figuras vienen a tu mente cuando piensas en estas palabras? ¿Ves a dos personas que son opuestas y enemigas o dos que son amigas?
Las nueras y las suegras por lo general son de dos generaciones diferentes. A menudo hacen las cosas diferentes. Una amiga me compartía de su vida y me decía, mi nuera no cuida de la casa como yo lo hago ahora. Pero cuando yo era de su edad, tampoco me interesaba tanto por el orden de la casa. Ahora que soy mayor, me interesa tener cada cosa en su lugar. Así que cuando voy a su casa me cuido de recordar eso. Y así he logrado que nuestra relación vaya en aumento hasta tener una linda amistad.
Hace pocos días leí un artículo acerca de lo que esperaba una suegra de su nuera. “Ahora la amo porque es la esposa de mi hijo, algún día la amaré por lo que es ella misma y se que ella me amará a mi. Con el tiempo nuestra relación será mejor”. Es un pensamiento sabio. No podemos pretender que alguien nos ame desde el primer día que nos conoció. A medida que caminamos y compartimos, aprendemos a amarnos.
Tengo en mis manos una carta de una nuera a su suegra y les comparto unas frases solamente que dicen así: “…En los diez años que estuviste a mi lado, compartiéndolo todo, me ayudaste a criar a mis hijas. Dejaste en nosotras una herencia tan grande de amor, de servicio, de humildad cristiana que estoy segura perdurará para siempre en medio nuestro…”
Que testimonio más positivo acerca de una suegra pronunciado por su nuera.
Ella había aprendido a guardar sus observaciones y palabras. Las críticas destruyen. La tolerancia y el amor edifican. Hay un antiguo dicho que dice: “cazas más moscas con la miel que con el vinagre”. Una actitud dulce siempre es mejor que una amarga.
En la Biblia encontramos la historia de una suegra y su nuera. Noemí fue tan buena como suegra, que Ruth su nuera, le dijo: “No me pidas que te deje y me aparte de ti; dondequiera que tu vayas iré yo y viviré donde tu vivas, tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios. Quiero morir donde tu mueras y ser sepultada allí. Y que Dios me castigue si permito que algo que no sea la muerte nos separe”.
La situación de Ruth era muy especial pero podemos destacar la buena relación que existía entre ambas. ¡Un buen ejemplo a tener en cuenta!
No siempre las relaciones familiares son tan especiales como la de éstas dos mujeres. Los conflictos se presentan aún cuando las relaciones son buenas y debido a que todos somos diferentes. Sé prudente, respeta la manera de ser del otro. Por sobre todo muestra amor, mucho amor y usa palabras amables.