07 de mayo de 2013, 01:01Por Roberto Salomón *
La Habana (PL) Cuba busca elevar la eficiencia en el riego, a fin de incrementar los rendimientos agrícolas y a partir del uso racional del agua.
La utilización de este líquido vital para el desarrollo de las plantas aumentó aceleradamente en los últimos cinco años, particularmente en el cultivo del arroz.
Si en 2007 un 35 por ciento del agua dulce disponible se empleaba en el país en la producción agrícola, esa proporción es actualmente del 50 por ciento, y hasta de un 70 si se incluye el cultivo de la caña de azúcar.
Pese al elevado crecimiento del uso de ese recurso en el sector, solo un 11 por ciento de la superficie cultivada está bajo riego.
Sin embargo, según aseguraron a Prensa Latina expertos del Instituto de Ingeniería Agrícola del Ministerio de Agricultura, esta isla podría tener más del 20 por ciento del área beneficiada por esa atención.
El incremento en el empleo del agua se registra mayormente en la producción de alimentos como el arroz, altamente consumidor del líquido.
No obstante, el suministro artificial de ese elemento a las plantas -el regadío-, se ve limitado por la permanencia de sistemas en mal estado y con muchos años de explotación.
Una buena cantidad de ellos adolece, además, de falta de un programa definido para su reparación y mantenimiento, y de insuficientes infraestructuras y personal técnico dedicado a esa práctica.
El advenimiento en esta isla a inicios de la década de 1990 del llamado período especial, desafortunadamente debilitó la estructura de riego a nivel de base, la cual era fuerte entonces.
Dejaron de existir los distritos, departamentos de riego y otras estructuras organizativas que permitían un mejor desenvolvimiento de esa actividad, eminentemente técnica.
Su importancia puede apreciarse en el lineamiento 202 de la política económica y social del país.
Este se refiere a la reorganización del regadío, el drenaje y los servicios de maquinaria agrícola para el uso racional del agua, la infraestructura hidráulica y los equipos disponibles.
Se subraya en esa directiva, además, la necesidad de combinar el uso de la tracción animal con tecnologías de avanzada.
Desde 2010/11, a partir de la convocatoria del Programa Hidráulico Nacional, comenzó a reorganizarse la irrigación y el drenaje en el sector, con una proyección hasta 2016.
Según especialistas, el tema de la medición del agua -la cual se redujo a niveles mínimos de expresión-, es lo primero que demanda una recuperación en este terreno.
Esta también presupone el conocimiento de los recursos disponibles y del estado actual de la infraestructura y redes de canales, para realizar una proyección de las inversiones y acciones necesarias a fin de recobrar los niveles de regadío en el país.
El énfasis está en alcanzar mayor productividad, es decir, tonelaje de alimentos producidos por metros cúbicos de agua.
La irrigación representa un aporte importante del potencial de los rendimientos agrícolas, que pueden crecer hasta un 30 por ciento con esa atención agrotécnica, siempre que también se realicen adecuadamente el laboreo, el cultivo, la fertilización, el desyerbe, el drenaje y las restantes tareas.
Puede afirmarse que la disponibilidad de agua para regar organiza todas las demás labores comprendidas en la atención al cultivo.
Aún se está lejos en el país de alcanzar todo el potencial productivo del regadío en la mayoría de los cultivos, coinciden expertos en la rama, para quienes el modelo en ese sentido lo ocupa el cultivo de papa, muy atendido y organizado en la isla, y el cual cuenta con un elevado nivel de riego.
De acuerdo con el viceministro primero de la Agricultura, Julio García, tradicionalmente el regadío por derivación ha sido predominante en la agricultura cubana, pero implica grandes consumos de agua y no es la técnica más eficiente.
A su juicio, se requiere continuar el desarrollo y producción en el país de los sistemas de aspersión, las máquinas eléctricas de pivote central, y los que se basan en el uso de enrolladores.
Esta última tecnología es muy eficaz, en particular porque presupone una disminución en el volumen de agua utilizado.
Mientras, se investigan e introducen en Cuba otras técnicas, como la irrigación por goteo, la cual permite suministrar a cada planta la cantidad del líquido que necesita.
*Periodista de la redacción de Economía de Prensa Latina.
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