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General: Jorge Rafael Videla : La muerte de un genocida
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De: Gran Papiyo (Mensaje original) |
Enviado: 17/05/2013 18:27 |
Viernes, 17 de mayo de 2013
El mayor genocida de la Argentina
Murió Jorge Rafael Videla
Encabezó la junta militar que se alzó con el poder luego del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y abrió la etapa más negra de la historia Argentina. Puso en marcha un plan sistemático genocida con secuestros, saqueos y desaparición de personas, y una política económica neoliberal que fue el puntapié de inicio de uno de los procesos de vaciamiento y entrega del país a los capitales financieros más duros para la sociedad argentina. Fue condenado por delitos de lesa humanidad y murió esta mañana a los 87 años, purgando una parte de sus crímenes -de los que nunca se arrepintió- en el penal de Marcos Paz. La lucha de los organismos de derechos humanos que reclaman memoria, verdad y justicia por los 30 mil desaparecidos y los nietos que aún no fueron recuperados, sigue de pie.
La muerte del genocida fue a las 8.30 en el penal donde purgaba una condena a cadena perpetua, según lo confirmó el Servicio Penitenciario Federal. La autopsia será esta tarde.
La noticia fue confirmada por el director del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, quien confirmo que Jorge Rafael Videla falleció por la mañana "de muerte natural" en el módulo 4 del Complejo Penitenciario Federal 2, de la ciudad de Marcos Paz, donde se encontraba cumpliendo condena a prisión perpetua por la comisión de delitos de lesa humanidad.
El parte médico indicó que "se lo encontró en su celda sin pulso ni reacción pupilar, por lo que se le realiza un ECG (electrocardiograma) constatándose su óbito, siendo las 08.25 hs del día de la fecha". Tras constatarse la muerte, "de conformidad con los trámites de rigor, se cursó comunicación del deceso al Juzgado Federal N 3, Secretaría N 10, de Morón".
El juez federal 3 de Morón, Juan Pablo Salas, dispuso que esta tarde se practique la autopsia al represor en la Morgue Judicial del Cuerpo Médico Forense de la Capital Federal, ubicada en Viamonte y Junín. La causa recayó en Salas porque es el que tiene jurisdicción federal en la cárcel donde estaba detenido Videla.
El dictador nació el 2 de agosto de 1925 en la ciudad bonaerense de Mercedes. Fue Jefe del Ejército Argentino desde 1975 y designado presidente del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional que derrocó al gobierno de María Estela Martínez de Perón. Ocupó la presidencia hasta 1981.
Tras la recuperación de la democracia en 1983 fue juzgado y condenado a prisión perpetua y destitución del grado militar por numerosos crímenes de lesa humanidad cometidos durante su gobierno. Pero fue indultado por el entonces presidente Carlos Menem el 28 de diciembre de 1990 y estuvo libre hasta 1998. En ese año, el entonces juez federal de San Isidro Roberto Marquevich lo detuvo en una causa por sustracción de menores, el único delito que quedaba fuera de la órbita del indulto. En esa causa fue procesado.
El 24 de marzo de 2004 el entonces presidente Néstor Kirchner ordenó que los cuadros de los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone, que estaban colgados en una de las galerías del Colegio Militar de El Palomar, fueran retirados de allí. Kirchner destacó que ese acto marcaba "definitivamente un claro posicionamiento" del país, de las Fuerzas Armadas, del Ejército y de él mismo, en su carácter de presidente y de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, "de terminar con esa etapa lamentable" y de que esté "consolidado el sistema de vida democrático y desterrado el terrorismo de Estado".
Videla gozó por un breve lapso de arresto domiciliario en su casa sobre avenida Cabildo, en el barrio porteño de Colegiales, pero luego fue denunciado por violar las condiciones de ese beneficio al salir a saludar por la ventana de su departamento y se lo envió a prisión.
El 5 de julio de 2012 fue condenado a 50 años de prisión por el Tribunal Oral Federal 6 al ser encontrado responsable de la puesta en marcha de un plan sistemático de sustracción de menores a secuestradas en centros clandestinos de detención y puntualmente condenado por 18 casos, entre ellos el de Guido, el nieto que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto aún sigue buscando.
Actualmente, Videla enfrentaba un juicio oral por el denominado "Plan Cóndor", la coordinación de la represión ilegal entre dictaduras Latinoamericanas, tras haber sido condenado a reclusión perpetua por el asesinato de presos políticos en Córdoba y a 50 años de cárcel por el robo de bebés. Además, cumplía la pena de reclusión perpetua impuesta en la llamada causa 13, que juzgó a la cúpula de la última dictadura cívico militar en 1985.
La última visita a los tribunales federales de Retiro fue el martes pasado, cuando se lo trasladó desde la cárcel bonaerense de Marcos Paz para prestar declaración indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 1 por el Plan Cóndor, donde era juzgado junto a otros 24 acusados.
Allí se negó a declarar, pero leyó un breve manifiesto en el que asumió "en plenitud" las "responsabilidades castrenses" por lo hecho en lo que llamó una "guerra" contra el "terrorismo" y deslindó de culpas a sus subordinados. "Los acompaño como preso político, hasta tanto recupere el último de ellos su ansiada libertad", dijo sobre sus consortes de causa, ante los jueces Adrián Grunberg, Oscar Amirante y Pablo Laufer.
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Carlotto: "Fue la muerte de un tirano"
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, en una improvisada conferencia de prensa brindada junto con el resto de los dirigentes de los organismos de derechos humanos, sostuvo que "no hay alegría en la muerte, pero la muerte de Videla aleja de la faz de la Tierra a un genocida, deshumanizado, que no tuvo pruritos en idear un plan de exterminio junto con sus secuaces, que mató, robó, que no se arrepintió, que reivindicó lo hecho y prometió volver a hacerlo". "Su muerte -agregó Estela de Carlotto- nos brinda alivio pero también el pesar de que no haya contribuido a revelar dónde están los desaparecidos y los 400 niños que todavía buscamos. (...) Si alguno quiere llorar, que lo haga, pero que sepa que no llora a una buena persona, sino a alguien que mató, robó y violó la Constitución".
La dirigente recordó, además, que Videla “quedó sin condena por muchos delitos, como el Plan Cóndor”, pero destacó que “por lo menos fue condenado por otros”, como por ejemplo “el más emblemático: el plan sistemático de robo de bebés”, por el que fue sentenciado a 50 años de cárcel. Además, destacó que, a diferencia de los detenidos durante la dictadura, tanto el ex-presidente de facto como otros represores “tuvieron una oportunidad de defensa en juicio” y hasta gozaron del beneficio de la prisión domiciliaria”.
“No se festeja la muerte de nadie porque la vida es sagrada. Ellos (los militares) no lo entendieron así”, señaló Carlotto, para quien la muerte de Videla y los juicios que continúan llevándose a cabo contra los represores “son hechos que forman parte de una construcción histórica permanente” en la que los organismos de derechos humanos “vamos avanzando sin venganzas ni odios, y sin perseguir a jueces”.
Eso sí, añadió, “hay que empezar a juzgar a los civiles”. “Por eso -continuó- creemos que tiene que haber una Justicia digna y estamos trabajando para que sea coherente con los tiempos. No estamos conformes con la Justicia vigente, porque hay piedras en el camino que son puestas por algunos jueces.”
Por último, Carlotto remarcó que con la muerte del dictador “no se cierra ningún ciclo” y enfatizó en la necesidad de que se siga juzgando a los responsables de los delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar, porque “lo que no se juzga se repite”.
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Temas creados en este Foro, sobre el Dictador Videla :
http://www.gabitogrupos.com/LACUBADELGRANPAPIYO/general.php?dia1=&mes1=&anio1=&dia2=&mes2=&anio2=&autor=&oggetto_msg=videla
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Terror en el infierno
Las últimas confesiones del dictador
En febrero del año pasado, la revista española Cambio16 publicó un reportaje a Jorge Rafael Videla hecho por el sociólogo Ricardo Angoso. En una nota posterior, el periodista Horacio Verbitsky destacó el "enorme valor histórico" de esa entrevista en la que el dictador reivindicó el accionar de las Fuerzas Armadas, habló del apoyo al golpe de algunos partidos políticos y la Iglesia Católica, y consideró que los indultos de Carlos Menem corrigieron el "error" de condenar la represión de Estado.
- Las Fuerzas Armadas ofrecieron cuatro cursos de acción y el gobierno justicialista eligió el más drástico y rápido. El presidente interino Italo Luder les dio “licencia para matar”. - Con tan amplios poderes “casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado”, que se debió a “otras razones”. Así alude al “peor crimen de la dictadura, la miseria planificada de millones”, como escribió Walsh. - El líder de la oposición, Ricardo Balbín, le preguntó si estaban “dispuestos a dar el golpe”. Videla lo interpreta como otra licencia. “Los radicales apoyaban el golpe, estaban con nosotros”. “Los empresarios también colaboraron”, por medio del ministro de Economía Martínez de la Hoz. - “Mi relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta”, porque “fue prudente”, no le creó problemas ni siguió la “tendencia izquierdista y tercermundista” de “otras iglesias del continente”. Condenaba “algunos excesos”, pero “sin romper relaciones”. Con el presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Raúl Primatesta, hasta “llegamos a ser amigos”. Sobre el conflicto interno, que Videla llama guerra, “también tuvimos grandes coincidencias”. - Además “teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad”. - Por primera vez, Videla admitió el método del secuestro de personas y su posterior asesinato. El vocablo desaparecido, que usaron por comodidad, para no dar explicaciones, fue “encubridor de otras realidades”. Dijo que los asesinados así habían sido 7.000, el mismo número que reconoció Díaz Bessone. Añadió que “sabemos quiénes murieron y en qué circunstancias”. - Consideró “correcto” el enfoque de los tres niveles de responsabilidad de Alfonsín, quien “se ciñó al derecho”, actuó “con decoro” y en “forma prudente”. Además dictó las leyes de punto final y obediencia debida. “Aunque cometió errores, la Justicia funcionaba”. - Menem enmendó esos errores y “cumplió a través de los indultos”. - El peor momento para los militares ocurre “con la llegada de los Kirchner al gobierno. Ha habido una asimetría total en el tratamiento a las dos partes enfrentadas en el conflicto”. - Hoy “la República está desaparecida”, porque no hay justicia sino venganza. ppppppppppppppp
- Las Fuerzas Armadas ofrecieron cuatro cursos de acción y el gobierno justicialista eligió el más drástico y rápido. El presidente interino Italo Luder les dio “licencia para matar”.
- Con tan amplios poderes “casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado”, que se debió a “otras razones”. Así alude al “peor crimen de la dictadura, la miseria planificada de millones”, como escribió Walsh.
- El líder de la oposición, Ricardo Balbín, le preguntó si estaban “dispuestos a dar el golpe”. Videla lo interpreta como otra licencia. “Los radicales apoyaban el golpe, estaban con nosotros”.
“Los empresarios también colaboraron”, por medio del ministro de Economía Martínez de la Hoz.
- “Mi relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta”, porque “fue prudente”, no le creó problemas ni siguió la “tendencia izquierdista y tercermundista” de “otras iglesias del continente”. Condenaba “algunos excesos”, pero “sin romper relaciones”. Con el presidente de la Conferencia Episcopal, Cardenal Raúl Primatesta, hasta “llegamos a ser amigos”. Sobre el conflicto interno, que Videla llama guerra, “también tuvimos grandes coincidencias”.
- Además “teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad”.
- Por primera vez, Videla admitió el método del secuestro de personas y su posterior asesinato. El vocablo desaparecido, que usaron por comodidad, para no dar explicaciones, fue “encubridor de otras realidades”. Dijo que los asesinados así habían sido 7.000, el mismo número que reconoció Díaz Bessone. Añadió que “sabemos quiénes murieron y en qué circunstancias”.
- Consideró “correcto” el enfoque de los tres niveles de responsabilidad de Alfonsín, quien “se ciñó al derecho”, actuó “con decoro” y en “forma prudente”. Además dictó las leyes de punto final y obediencia debida. “Aunque cometió errores, la Justicia funcionaba”.
- Menem enmendó esos errores y “cumplió a través de los indultos”.
- El peor momento para los militares ocurre “con la llegada de los Kirchner al gobierno. Ha habido una asimetría total en el tratamiento a las dos partes enfrentadas en el conflicto”.
- Hoy “la República está desaparecida”, porque no hay justicia sino venganza.
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"Nuestro peor momento llegó con los Kirchner"
Durante una entrevista con una revista española, el máximo responsable de la última dictadura militar no solo dijo que recibió la colaboración de la Iglesia y el empresariado sino que justificó el golpe, la represión y se consideró víctima de “la venganza” de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner*.
Desde su celda en el penal de Campo de Mayo, Jorge Rafael Videla dio un largo reportaje a la revista española Cambio 16, a la que dijo que durante la dictadura tuvo “una relación excelente” con la Iglesia, que los empresarios “también colaboraron”, que días antes de tomar el poder Ricardo Balbín les preguntaba, ansioso, cuándo se iban a decidir, que los decretos de Italo Argentino Luder les habían dado “licencia para matar”, y que, a fin de cuentas, si hoy en la Argentina hay militares presos por los crímenes cometidos en aquellos años es porque el matrimonio Kirchner, por “un espíritu de absoluta revancha”, impulsó la reapertura de los juicios. Tras su reivindicación de la dictadura, Videla denunció que el problema que tiene hoy el país es que falta República: “Las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón”.
El represor está desde octubre de 2008 en la Unidad 34 del Servicio Penitenciario Federal, la antigua cárcel militar ahora a cargo del Ministerio de Justicia y destinada a los procesados y condenados por crímenes de lesa humanidad. En aquella fecha, hace ya más de tres años, Videla perdió el beneficio de la prisión domiciliaria a raíz de un pedido que hizo un grupo de querellantes –Abuelas de Plaza de Mayo– en la causa por el plan sistemático de robo de bebés. Hasta entonces había logrado cumplir sus detenciones en dependencias militares o en su casa.
En la entrevista publicada por Cambio 16 se ocupó de remarcar que el golpe del 24 de marzo de 1976 tuvo apoyos civiles. “Había ‘vacío de poder, parálisis institucional y riesgo de una anarquía’, y frente a este estado de cosas el clamor ciudadano, con sus dirigentes a la cabeza, pidiendo la intervención de las Fuerzas Armadas”.
El dictador aseguró que mientras fue presidente de facto tuvo una buena relación con el empresariado y la Iglesia Católica. “Los empresarios colaboraron y cooperaron con nosotros. Nuestro ministro de Economía de entonces, Alfredo Martínez de Hoz, era un hombre conocido de la comunidad de empresarios de Argentina y había un buen entendimiento y contacto”, definió. En cuanto a la Iglesia, sostuvo que tuvo una relación “excelente, muy cordial, sincera y abierta”.
“No olvide que incluso teníamos a los capellanes castrenses asistiéndonos y nunca se rompió esta relación de colaboración y amistad. El presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal (Raúl) Primatesta, a quien yo había conocido tiempo atrás en Córdoba, tenía fama de progresista, o sea proclive a la izquierda de entonces, pero cuando ocupó su cargo y yo era presidente del país teníamos una relación impecable.”
De Perón a Balbín
A las figuras políticas de la época, Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín, les dedicó frases mordaces. Así, definió a Isabelita como “una buena alumna de Perón, ya que desde el punto de vista ideológico se situaba en la extrema derecha del peronismo”. Y de Balbín repitió que fue uno de los que golpearon las puertas de los cuarteles.
En ese contexto, Videla agregó que el terrorismo de Estado no fue una decisión tomada por las Fuerzas Armadas a espaldas de la dirigencia política, sino que tuvo el aval tácito de los radicales y el apoyo explícito del peronismo en el poder, ya que –prosiguió– el entonces presidente provisional Italo Argentino Luder convocó a los jefes de las Fuerzas Armadas (él lo era del Ejército), les pidió un plan a seguir “frente a las acciones terroristas”, aprobó la más dura de sus propuestas y luego firmó el decretos para “aniquilarlas”.
“Los decretos de Luder nos dieron todo el poder y competencias para desarrollar nuestro trabajo e incluso excedían lo que habíamos pedido; Luder, prácticamente, nos había dado una licencia para matar, y se lo digo claramente. La realidad es que los decretos de octubre de 1975 nos dan esa licencia para matar que ya he dicho y casi no hubiera sido necesario dar el golpe de Estado. El golpe de Estado viene dado por otras razones que ya expliqué antes, como el desgobierno y la anarquía.”
El dictador sostuvo que él y otros represores están presos, entonces, por puro “espíritu de venganza” del kirchnerismo. “Alfonsín cumplió a su manera (...) Menem también, a su forma, cumplió con los indultos. Así llegamos al matrimonio Kirchner, que vuelve a retrotraer todo este asunto a la década de los setenta, y vienen a cobrarse lo que no pudieron cobrarse en esa década”.
“Lo hacen con un espíritu de absoluta revancha, con el complejo, y ésta es una opinión personal, y con el agravante de quien pudiendo hacerlo no lo hizo en su momento. Estos señores eran burócratas que repartían panfletos y no mataron ni una mosca entonces. Y eso les da vergüenza, claro, y quisieron exagerar la nota de persecusión para sacar patente de corso, de malos de una película en la que no estaban.”
La conclusión de Videla, que en un tramo de la entrevista blanqueó que él hubiera querido que “el Proceso dejara su descendencia”, es de antología. “Hoy la República está desaparecida”, declaró el dictador, porque “no tiene Justicia”. “Las instituciones están muertas, paralizadas, mucho peor que en la época de María Estela Martínez de Perón.”
*Nota publicada por Página/12 el 16 de febrero de 2012
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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El jefe del Ejército, Roberto Bendini, por orden del presidente Néstor Kirchner, retira los cuadros de los expresidentes de facto, los dictadores Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone que se encontraban en una de las galerías del Colegio Militar en El Palomar. (24 de marzo de 2004). |
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De: albi |
Enviado: 17/05/2013 21:02 |
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De: Quico º |
Enviado: 18/05/2013 00:15 |
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Mucho más que la muerte
Por HIJOS Capital *
Se murió mucho más que la muerte. Se murió uno de los mayores asesinos de nuestro pueblo: el genocida Videla. Se murió sin decirnos dónde están los cuerpos de los compañeros desaparecidos y los hermanos que buscamos.
Quedó una celda vacía en el pabellón de lesa humanidad de Marcos Paz. Esperamos que el silencio de su ausencia sea el llamado a romper los pactos y decir la verdad, porque es un derecho para que las madres puedan recuperar los cuerpos de sus hijos y para que el pueblo entero deje de vivir con la incógnita de dónde están.
No festejamos la muerte de Videla ni la de ningún genocida. Sí festejamos cuando son juzgados y condenados, o cuando uno de nuestros hermanos recupera su identidad. Pero la muerte no es nuestro festejo: es lo que ellos usaron para arrancarnos a nuestros seres amados.
Nos preguntaron muchas veces en este día qué sentimos ante la muerte del genocida Videla: muchas cosas. Que se llevó parte irrecuperable de la verdad; que se murió donde debía estar, en cárcel común, cumpliendo una condena efectiva a prisión perpetua; que su poder está derrotado; que la condena social lo ubica en el tacho de basura de la historia.
En la lista de los asesinos del pueblo, Videla está desde hace rato. Pero a partir de ahora empieza la aplicación de lo simbólico, el Videla más allá del dictador. Eso se ve, por ejemplo, cuando el diario La Nueva Provincia, uno de los órganos de propaganda de los genocidas, dice que murió un “ex presidente”. No. Ex Presidentes fueron otros, como Néstor Kirchner, elegido por el pueblo a través del voto. Fue el que decidió reconocer en políticas de Estado la lucha histórica del pueblo por justicia, el que se comprometió para terminar con la impunidad y lo hizo. Hoy son 411 los genocidas condenados, entre ellos Videla.
Se murió el genocida Videla. Seguramente, su familia será saludada en los diarios La Nación y La Nueva Provincia del día siguiente. Respetamos el duelo familiar, algo que nosotros nunca pudimos terminar de hacer, porque ni Videla ni ninguno de los demás genocidas nos dijeron dónde están los desaparecidos. Hoy sus hijos despiden a un padre: nosotros, al genocida que asesinó a los nuestros.
No levantamos ninguna copa por la muerte de Videla, ni le regalamos ninguna sonrisa. Eso queda para celebrar las victorias, para reivindicar a los 30.000, para festejar cuando un hijo recupera su identidad. Nuestra sonrisa es una victoria en sí misma, es la foto que les mandaríamos a nuestras mamás y papás si pudieran verla. Nuestra sonrisa no es para Videla. Para él fue nuestro escrache y nuestro festejo por cada una de sus condenas.
Se murió mucho más que la muerte. Se murió el que fue uno de los dueños de la muerte, ya derrotado en su poder. No estará en ningún tatuaje, ni cuadro, ni remera. Ahí se fue, al tacho de basura de la historia donde lo recibirá Massera.
Estamos llegando a los 30 años de democracia, abrazados a los pañuelos blancos para seguir profundizando el proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. En esta última década, Videla vio cómo la impunidad se desarmaba y se empezó a avanzar en el Juicio y Castigo a los partícipes de la última dictadura cívico-militar.
Esta última década fue la que el mismo genocida Videla dijo que fue su peor momento, porque la decisión histórica de Néstor Kirchner de juzgar a los genocidas es profundizada por la presidenta Cristina Fernández. Su peor momento es la década en la que la condena social y la judicial coincidieron de manera efectiva.
El terrorismo de Estado comandado por Videla tuvo a muchos partícipes que fueron juzgados y condenados, pero a muchos otros que siguen impunes. Incluso, algunos de ellos no fueron identificados todavía. Vamos a seguir militando por todo lo que falta, hasta todas las victorias y después.
Somos hijos de hombres y mujeres que lucharon por un proyecto de Patria Grande, que se comprometieron por un país para todos. Aprendimos muchas cosas de ellos, como la lucha por la justicia. Ninguno de nosotros jamás ejerció la venganza ni la justicia por mano propia. Tampoco las Madres, Abuelas, Padres y Familiares. Nadie. Esperamos a la par de seguir militando.
Vivimos muchos años de impunidad antes de llegar a este momento histórico. Años en los que los genocidas caminaban por las calles. Ahí fue cuando salimos con los escraches a generar condena social para que la casa del genocida sea su cárcel. En el 2003 cambiamos la historia y hoy podemos decir que las políticas de Estado no son el Perdón, el Olvido y el Silencio, sino la Memoria, la Verdad y la Justicia. Acá se juzga a genocidas. Acá se escuchó a un pueblo entero y se tomó la decisión histórica de juzgar a los máximos asesinos del pueblo.
Videla ya no podrá hablar de los de-saparecidos y decir que no tienen “entidad”, ya no podrá robarse a nuestros hermanos, ya no podrá inaugurar la planta de Papel Prensa con Ernestina Herrera de Noble, ya no podrá masacrar a militantes, ya no podrá decidir sobre la vida y la muerte de nadie.
Hay un símbolo derrotado hace rato, pero que ahora se va un poco más. Videla fue la cara de muchos, de todos los partícipes de un plan sistemático de exterminio. Fue el dictador, el siniestro, el asesino, el apropiador de niños, el torturador. Si tuviéramos que decir quién fue, podríamos decir que fue uno de los jefes de la muerte, del terror, del horror absoluto. Para muchos, ahora será dimensionable, será un muerto que cuando estaba vivo eligió masacrar a un pueblo. Era alcanzable, era uno más, pero de los genocidas. Con esto queremos decir que para muchos era una especie de “monstruo”, de ser inhumano, de alguien alejado de mucho de lo cotidiano, pero no. Videla tenía una familia, una vida, una casa, tenía hijos. Videla era un ser humano con un odio profundo a otros, un criminal masivo.
Se murió uno de los asesinos del pueblo. Quedará en la historia como uno de los que más dolores le causó a nuestra Patria. Se murió uno de los que más verdades tenía guardadas.
Se murió Videla. Se murió en la soledad de un penal. No murió con el uniforme militar, ni en el sillón presidencial. Murió donde debía estar.
* Paula Maroni, Amy Rice, Julián Athos, Paula Donadío, Carlos Rice, Giselle Tepper, Ariel Cugura, Juan Carnevale y Santiago García.
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