De José María Memet
LA GRAN MARCHA
Anoche tuve un sueño, un gran sueño
Las putas de Santiago y de provincias
en una gran marcha
avanzaban por Vitacura
en dirección a La Moneda
Tacones, medias caladas, diminutos vestidos,
culos al aire, tetas enhiestas y caídas,
todas con rumbo hacia el palacio
Decenas y centenas y miles
salían de locales nocturnos, diurnos,
de cafés con piernas, prostíbulos,
night club’s, tiraderos, oficinas,
casas y mansiones
Otras columnas convergían a Mapocho
viniendo por San Pablo, avanzando en Recoleta
Por Vicuña o Gran avenida o Puente Alto
la consigna era la misma
Se iba vaciando el Minotauro, el Rugantino,
el Maeva’s, el Lucas Bar, el Passapoga, los saunas
ante esta ola incontenible
si todas somos putas y nos tratan como putas
entonces somos mayoría
gritaban por las calles
y ya frente al palacio
millones de chilenas coreaban
queremos ser gobierno, queremos el poder
y desperté sudando
-junto a mí dormía otra:
plácida, bella, eterna y joven-
pero era otro sueño, eran capas de sueños
que como olas llenaban mi cerebro
y allí en la plaza
frente al palacio donde cayó Allende
se abrazaron todas
lloraban, reían, corrían como locas,
se desnudaban por millones,
se arrojaban sobre el pasto y miraban las estrellas
Nunca se es más libre que en un sueño
Los sueños no tienen moral ni ética, son sueños,
y las estrellas son hermosas.