Siete personas perdieron la vida en el sur de
Yemen luego de dos ataques perpetrados por drones (aviones no
tripulados) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, reveló un comunicado
difundido este domingo por fuentes militares yemenitas.
Aunque el informe señala que las personas asesinadas son “supuestos
miembros de Al Qaeda”, el historial sobre los llamados drones asesinos
origina serias dudas al respecto.
En Yemen es de dominio público que las víctimas de los ataques de los
drones son civiles no beligerantes a quienes erradamente se identifica
como miembros de la milicia que combate al gobierno provisional y la
presencia militar estadounidense en el país.
Los bombardeos se efectuaron sobre la zona montañosa de Mahfad, en la
provincia de Abián, en el sur de Yemen, según fuentes oficiales citadas
por la agencia oficial yemení Saba, los proyectiles alcanzaron a dos
vehículos en los que viajaban las víctimas.
El ataque se da luego de que, días atrás, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, indicara que el uso de tales ataques
se circunscribiría a momentos en los que la amenaza fuera "continua e
inminente", a pesar de las crecientes críticas por el número de muertes
civiles que ocasionan.
Obama, admitió el 22 de mayo,
que desde 2009 cuatro ciudadanos estadounidenses perdieron la vida en
Yemen tras ser alcanzados por misiles lanzados desde aviones no
tripulados.
Mientras tanto, las autoridades estadounidenses se niegan a hablar
públicamente de los detalles del programa secreto de los drones y la
cifra exacta de muertos a consecuencia de los ataques aéreos de Estados
Unidos con este tipo de aeronaves.
La ONU pidió el pasado 30 de mayo
al Consejo de Derechos Humanos que inste a sus Estados miembro a
declarar una moratoria nacional sobre la producción, almacenamiento,
transferencia, adquisición, despliegue y uso de drones hasta que se
establezca un marco al respecto, ya que el gobierno estadounidense
emplea sus drones en el extranjero con el pretexto de erradicar el
terrorismo, pero a su paso los aviones sobre todo cobran la vida de
inocentes.
Sólo en 2012 en Yemen, Pakistán y Afganistán murieron cientos de
personas, en su mayoría civiles, por ataques aéreos de los drones de
Estados Unidos.