José Camilo Torres Restrepo es el ejemplo del hijo descendiente de una familia tradicional colombiana, sólo que él decidió darle un giro a su historia, y de paso, a la historia de Colombia. Hoy, 15 de febrero, se conmemoran 46 años de la muerte de un hito de la lucha social del país.
Para entender la importancia del ‘Cura Guerrillero’, como es conocido aún hoy día, es necesario subrayar que la trascendencia de su vida y el pilar de su ideología fue enfrentar directamente a la oligarquía gobernante en ese momento en Colombia, y que en verdad tenía sometido al pueblo, pues conservaba una hegemonía en la que a los pobres no se les permitía el acceso al mejoramiento social. Todo con la aprobación y el respaldo de la Iglesia.
Por eso, él propuso una manera diferente de entender el ejercicio sacerdotal. Tras su muerte, decenas de sacerdotes siguieron su ejemplo de ofrendarle su vida a Dios luchando por los más necesitados, inspirados en la llamada teología de la liberación. En resumen, planteó una nueva sociedad. Una de sus frases lo resume: “Inventaron la división entre liberales y conservadores. Esta división, que no comprendía el pueblo, sirvió para sembrar el odio entre los mismos elementos de la clase popular. Esos odios ancestrales transmitidos de padres a hijos han servido únicamente a la oligarquía. Mientras los pobres pelean, los ricos gobiernan en su propio provecho.”
José Camilo Torres Restrepo nació en Bogotá, el 3 de febrero de 1929 en el barrio más tradicional de Bogotá para esa época, La Candelaria. Su padre era un prestigioso pediatra, Calixto Torres Umaña, y su madre reconocida por sus contactos sociales, era Isabel Restrepo Gaviria. La formación intelectual de Camilo Torres Restrepo inició aprendiendo las primeras letras en castellano y francés. Sus hermanos terminaron en el Colegio Andino, pero Camilo se graduó del bachillerato en el Liceo de Cervantes en 1946. Durante el primer semestre de 1947 entró a estudiar Derecho en la Universidad Nacional. Sin embargo, cambió las aulas por el seminario Conciliar del Bogotá, allí pasó siete años, y allí se interesó por la realidad social, junto con su compañero, Gustavo Pérez. Se ordenó a sacerdote en 1954 y partió a Bélgica a estudiar Sociología en la Universidad de Lovaina. En Europa, tuvo contacto con el movimiento social cristiano y el movimiento de resistencia argelino en París. Las causas de los oprimidos despertaron en su conciencia.
Se graduó en 1958 y regresó como capellán de la Universidad Nacional. En ese centro de conocimiento fundó junto a Orlando Fals Borda la facultad de Sociología. Pero su ideología que lo motivaba a predicar la misa en castellano y no en latín, y frases tan célebres como la cuestión no es “rezar más sino amar más”, le costaron su alto lugar en el clero.
En julio de 1964 apareció en Colombia un nuevo movimiento guerrillero, el Ejército de Liberación Nacional, este llamó la atención de Camilo Torres. Para él, no tenía el espíritu bélico de los demás grupos insurgentes. En febrero de 1965, lanzó la plataforma del Frente Unido de Movimientos Populares y a mitad del mismo año, luego de su primer contacto con el ELN tomó una de las decisiones más trascendentales y dolorosas de su existencia: abandonar el sacerdocio, una experiencia de 18 años de su vida.
Pudo abandonar la vida religiosa, pero no la religión. Siempre fue un católico convencido. Desde su incorporación a las filas, su figura creció positivamente entre gran cantidad de gentes, logrando aglutinar a diferentes tendencias de la izquierda y de la política tradicional. A pesar de ser candidato del Frente Nacional, convenció al pueblo de que la vía electoral no era una solución a la injusticia social y que el abstencionismo era una posición de lucha, en un momento en el que la democracia era más corrupta que la ilegalidad.
El 18 de octubre partió finalmente para la guerrilla y el 15 de febrero de 1966, en Patio Cemento, Santander, cayó muerto en su primer enfrentamiento con las fuerzas del ejército colombiano. El cadáver nunca le fue entregado a su madre y el sitio donde fue enterrado es uno de los secretos más guardados de Colombia.