Según la información de The Guardian, el Gobierno británico de entonces -a cargo del laborista Gordon Brown- ordenó espiar los teléfonos y ordenadores de las delegaciones que participaron en esa cumbre. El periódico afirma haber tenido acceso a documentos clasificados en los que se confirmaría un “espionaje sistemático” llevado a cabo por el centro de escuchas GCHQ por el que se interceptaron los teléfonos de políticos y funcionarios extranjeros participantes en esas reuniones y se vigilaron sus computadoras.
Los documentos habrían sido entregados a “The Guardian” por Edward Snowden, el exempleado de la CIA que ha sido fuente de las filtraciones sobre el masivo programa de espionaje estadounidense que han sacudido en las últimas semanas al Gobierno de Barack Obama. Y, sin duda, los líderes que acuden este lunes a la cumbre de Belfast van a tener muy presente el escándalo.
Por otra parte, la prioridad del primer ministro británico es forjar un consenso internacional sobre Siria. El problema es que el G-8 no parece estar en condiciones de adoptar una posición común sobre el asunto. Mientras el presidente norteamericano, Barack Obama, anunció que está dispuesto a suministrar armas a la oposición siria, el presidente ruso, Vladimir Putin, que apoya al régimen de Bashar al-Assad, expresó su rotundo rechazo a cualquier intento de Occidente de suministrar armas a los rebeldes.
Putin reiteró su postura en una rueda de prensa celebrada en Londres tras entrevistarse con Cameron. “No me negarán que no es necesario apoyar a gente que no sólo mata a sus enemigos, sino que les abre en canal y se come sus intestinos delante de gente, delante de las cámaras. ¿Es a esta gente a la que queréis apoyar? ¿Es a ellos a los que queréis dar armas?”, afirmó el presidente ruso para añadir: “Entonces esto tiene poco que ver con los valores humanitarios que se han estado predicando en Europa durante cientos de años”. Putin se refería a un vídeo difundido por Internet en el que aparece un miliciano insurgente comiéndose lo que parece el corazón de un militar.
Otros países como Francia, Alemania e Italia apoyan la reciente decisión adoptada por la Unión Europea para levantar el embargo de armas a Siria. A fines de mayo, Bruselas autorizó a sus países miembros a facilitar armas a la oposición siria, aunque todos se comprometieron a no hacerlo antes de agosto para darle una oportunidad a la vía diplomática. Ayer, antes del inicio de la cumbre, Cameron se reunió con Putin en la residencia oficial de Downing Street para tratar el tema. Al término del encuentro, que duró casi una hora y media, el premier británico calificó de “constructiva” la reunión, pero las diferencias persisten.
Putin dijo que Moscú no viola reglas internacionales al armar al régimen sirio, y también sostuvo: “No vale la pena apoyar a personas que no sólo matan a sus enemigos, sino que también se comen sus órganos en público y ante las cámaras”, en referencia a un video difundido en mayo que mostraba a un rebelde extrayendo las vísceras de un soldado sirio. Por su parte, Cameron reiteró que el presidente sirio, Bashar al-Assad, “debe irse para poner fin a la pesadilla”.
En el plano económico, Cameron busca aprovechar la cita para iniciar formalmente una ronda de conversaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos para lograr un tratado de libre comercio transatlántico. A su favor juega que la Comisión Europea ya cuenta con el mandato de los ministros de Comercio para iniciar negociaciones con Washington.
Situación económica global y otros asuntos
Las reuniones comienzan a las 15.45 GMT en Lough Erne. Se trata de una cumbre de apenas 24 horas, con una agenda muy apretada, que incluye asuntos como la lucha contra el terrorismo, la evasión fiscal y la liberalización comercial. Previamente el presidente de EEUU, Barack Obama, pronunciará un discurso a las 8.30 GMT en el ayuntamiento de Belfast para expresar su respaldo al afianzamiento de la paz entre dos comunidades divididas durante décadas en Irlanda del Norte.
Uno de los objetivos del premier británico es que se adopten medidas concretas contra la evasión impositiva y los paraísos fiscales. Gran Bretaña dio el ejemplo al llegar anteayer a un acuerdo en este aspecto con los territorios británicos de ultramar. El objetivo es evitar la fuga a esos destinos de millones de impuestos al año.
La cumbre del G8, ensombrecida en los últimos años por el G20, pretende revisar la situación económica global en una sesión en la que la alemana Angela Merkel, el japonés Shinzo Abe y el francés François Hollande evidenciarán sus diferencias. Especialmente el primer ministro nipón, que ha impulsado una agresiva política de flexibilización monetaria y un aumento del gasto público en busca de revitalizar el crecimiento que choca con los planes de austeridad dominantes en Europa. Más tarde, después de una ronda de contactos bilaterales, los ocho líderes hablarán en la cena de política exterior, donde de nuevo aflorará el conflicto sirio.
Mañana martes será el turno de la política antiterrorista una vez se reanude la cumbre a las 7.30 GMT después de una nueva sesión de encuentros bilaterales. Además, los líderes del G8 hablarán de transparencia, comercio e impuestos en el almuerzo, al que ha asistirá el presidente de México, Enrique Peña Nieto, como un invitado especial.
La cumbre del G8 de Irlanda del Norte concluirá el martes con una rueda de prensa de Cameron prevista para las 14.30 GMT, seguida de las habituales comparecencias del resto de líderes ante sus delegaciones. Será entonces el turno de que David Cameron entregue el testigo a Vladimir Putin ya que la presidencia del G8 será asumida por Rusia.