Las autoridades de Estados Unidos protegen a dos exagentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por su sigla en inglés) que participaron en las sesiones de tortura de los diplomáticos cubanos Jesús Cejas y Crescencio Galañena, quienes finalmente murieron a causa de los martirios.
Los hechos tuvieron lugar en Argentina, donde Michael Townley y Guillermo Novo, de nacionalidad estadounidense, secuestraron a los funcionarios cubanos en el barrio de Belgrano, ubicado en la ciudad capital de Buenos Aires, el 9 de agosto de 1976, donde desaparecieron durante la última dictadura del país suramericano (1976-1983).
El diario cubano Granma publicó una nota que afirma que Townley y Novo gozan de una protección integral del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés), oficina con la cual colaboraron.
El texto indica que también cuentan con el amparo de la CIA, en la que ejecutaron diversas tareas, mientras el Departamento de Estado pretende ignorar su presencia en territorio norteamericano.
El pasado 25 de junio, se hallaron los restos de Galañena en la localidad de Virrete, situado en la ciudad de San Fernando (Buenos Aires), y fueron entregados a la Embajada de Cuba en Argentina. En esta zona se llevan a cabo excavaciones en busca de más víctimas de la dictadura militar que se extendió desde el 24 de marzo de 1976, hasta el 10 de diciembre de 1983.
Como parte de estos trabajos, en el mismo territorio fueron encontrados los restos de Jesús Cejas, durante el mes de octubre del pasado año, que también fueron entregados a la embajada cubana.
Investigación
El historiador e investigador cubano, José Luis Mendéz, desarrolló durante varios años la búsqueda de los restos de Cejas y Galañena, considerados mártires por la Revolución cubana.
Durante ese período, Mendéz entrevistó a Manuel Contreras, quien para el tiempo de la dictadura militar fungió como jefe de la Dirección de Información Nacional de Chile.
En el cuentro, Contreras reveló que “viajaron a Argentina, el 11 de agosto de 1976, su agente Michael Townley y el terrorista internacional refugiado en Miami, Guillermo Novo para interrogar y torturar a los diplomáticos cubanos Jesús Cejas y Crescencio Galañena", revelaciones que contribuyeron al hallazgo de los restos.