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General: LEO TU CARTA.............
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Messaggio 1 di 7 di questo argomento |
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Da: TORRANTIAO (Messaggio originale) |
Inviato: 24/06/2013 04:59 |
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"Leo tu carta"
Leo tu carta alma de mi alma
no se que decir
son tan bellas tus palabras
me acaricias suavemente
me miras a los ojos
dulcemente me abrazas.
Leo tu carta todas mis mañanas
la necesito para estar en calma
veo tu rostro dibujado en ella
mis ojos brillan de emoción
y nostalgia
Yo se que sabes que mi amor
te espera
pasarán inviernos también primaveras
es vida que nace...es dulce quimera
es mi compañía...es mi larga espera
es este amor bueno que me complace
me llena de luz y me desespera
no amanecer contigo.....
no sentir tu abrazo.....
no besar tus labios
ese es mi castigo....por mi resabio.
Leo tu carta amor de mis sueños
estas ahí..te quedas en ellos
duermo en tu abrazo sin despertar
mañana es otro día.........
saldrá el sol en mi caminar.
ROSALÍA
Derechos Reservados
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Junio-2013


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Messaggio 2 di 7 di questo argomento |
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https://www.youtube.com/watch?v=g2j7mIzzpnU
08/02/2011 - Subido por regallo8760
GENARO SALINAS - SOÑAR. .... Watch Later Genaro Salinas "El Tenor de la Voz de Oro" No seby ...
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Messaggio 3 di 7 di questo argomento |
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BELLÍSIMA CANCIÓN, DE LAS ANTIGUAS PERO BUENA....
GRACIAS RUBEN POR DETENERTE EN MIS VERSOS.
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Messaggio 4 di 7 di questo argomento |
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u Última Carta
Tu Última Carta (Juan de Dios Peza)
He leído tu carta; ¡que elegante! ¿Dónde tu pluma su lenguaje toma? Ni el más rendido y cariñoso amante Habla tan dulce y celestial idioma.
Me parece de aquellos trovadores Que al pie de la calada celosía Entonaban sus cánticos de amores En quietas horas de la noche umbría.
Caballero gentil de otras edades Abierto está mi corazón sincero Y es justo que olvidando vanidades La dama le responda al caballero. Me resuelvo a escribirte; tú lo quieres Mi estilo no tendrá tu galanura Pero nadie nos gana a las mujeres En cuestiones de amor y de ternura.
No busques las palabras cadenciosas De un lenguaje castizo y estudiado: Las praderas del trópico dan rosas, Sin que nadie las haya cultivado.
Tú me has hecho soñar horas felices Y tan supremo bien debo pagarte... Son tan bellas las cosas que me dices Que no sé cómo pueda contestarte.
"Que a los hombres mis gracias vuelven locos, Que a un gran talento de belleza adorno"... ¡Gracias! Eres galante como pocos, y has sido siempre amable cual ninguno.
Tu imagen de mi pecho no se aparta El pincel de tu amor, mi mente el lienzo; Para hablar de ese cuadro en esta carta... Aquí termino el prólogo, u comienzo.
Para guardar una ilusión querida Como culto inmortal, grande y profundo, Es muy breve el espacio de una vida Que tan rápida pasa por el mundo.
¿Crees eterno un amor toda pureza? ¿Juzga eterno el fuego del cariño? Perdona que lo diga con franqueza: En cuestiones de amor eres un niño.
En la lucha tensa de las pasiones, Poblada de insensatos devaneos No pueden confrontar las ilusiones A quien no satisface sus deseos. Quiero hacerte feliz; quizá ignoras Que la felicidad que al hombre halaga En un rostro de vivos resplandores Que al alumbrar la realidad se apaga.
Dices que té cautiva mi hermosura Que te queman mis ojos adormecidos Y que buscas la miel de la aventura Sobre mis labios rojos y encendidos.
Que, como a Dios, tu corazón me adora; Que sólo anhelas, de esperanza lleno Reclina tu cabeza pensadora Sobre el caliente mármol de mi seno.
Que siempre que me miras te estremeces; Que a todas partes cual la luz te sigo; Que quieres apurar hasta las beses, El cáliz del placer sólo conmigo.
Que no envidias la gloria de los sabios; Que a otra gloria mayor tu pecho aspira: La de juntar tus labios con mis labios, Pues fuera del amor, todo es mentira.
Que anhelas que tu erótica locura, Morir entre tan dulces desvaríos, Mezclándose en la misma sepultura El polvo de tus huesos y los míos,
Que soy ser de tu ser. ¡Ah! Yo no puedo Creer vano el mundo que en tus sueños labras; Mi razón se oscurece, y tengo miedo De quemarme con solo tus palabras.
Si existen esas dichas que imaginas Si hay placeres así, tan celestiales, ¿Por qué priven todas las doctrinas Amarse libremente a los mortales? Dices que soy tu Dios... ¿Eres ateo? ¡Tan hondo pensamiento me contrista! Con el mágico prisma del deseo, ¿Dios también desaparece en tu vista?
Sábelo de una vez; has trastornado Toda mi vida y mi razón entera; Tuyo es mi corazón enamorado; Si tuviera mil vidas te las diera.
Pretendí razonar... ¿ torpes errores! Voy a abrirte sin miedo el alma mía... Cuando encienden su hoguera los amores No sirve la vulgar filosofía.
Pensando en la pasión que ya me abisma Por más que a tantas tentaciones huyo, Hoy fui al espejo y me bese yo misma, Haciendo el rostro de la imagen tuyo.
Y el cristal me ha mentido de tal suerte, De tal modo vi en él tu rostro impreso, Que caí desmayada, y quede inerte, Creyendo tuyo el solitario beso. Y cuando he vuelto a la razón, me asombra Pensar, con insensato desvarío Que si besan los besos de una sombra Que besos mataran amado mío.
Esa terrible reflexión me aterra Y aunque causa decírtelo sonrojos, Queriendo ser feliz sobre la tierra, Rompí el cristal para buscar tus ojos.
Ven y perdona mi entusiasmo ciego, No importa que me des dichas o penas; Ven, porque para ti siento de fuego La sangre que circula por mis venas.
Quiero ese amor en que por ti he creído, Pues soy, para soñar en los placeres Árabe en cuya sangre se ha fundido El hierro de las lanzas beréberes.
Ven, ya te espero apasionada y ebria; Busca el caliente mármol de mi seno, Junta después tu boca con mi boca Y a ver si así me salvó o me condeno |
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Messaggio 5 di 7 di questo argomento |
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Otra carta
Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco. Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste —untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme— apareces distante, intocable, junto a mí. Me miras como a un niño y se me olvida todo y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente. He pensado en la duración de Dios, en la manteca y el azufre de la locura, en todo lo que he podido mirar en mis breves días. Tú eres como la leche del mundo. Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo. ¿Qué puedo darte sino el cielo? Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres —medalla, ojos de Dios, globo de plata, moneda de miel, mujer, gota de aire— pero la luna está en el cielo y sólo es luna, inagotable, milagrosa como tú. Yo quiero llorar a veces furiosamente porque no sé qué, por algo, porque no es posible poseerte, poseer nada, dejar de estar solo. Con la alegría que da hacer un poema, o con la ternura que en las manos de los abuelos tiembla, te aproximas a mí y me construyes en la balanza de tus ojos, en la fórmula mágica de tus manos. Un médico me ha dicho que tengo el corazón de gota -alargado como una gota- y yo lo creo porque me siento como una gruta en que perpetuamente cae, se regenera y cae perpetuamente.
Bendita entre todas las mujeres tú, que no estorbas, tú que estás a la mano como el bastón del ciego, como el carro del paralítico. Virgen aún para el que te posee, desconocida siempre para el que te sabe, ¿qué puedo darte sino el infierno? Desde el oleaje de tu pecho En que naufraga lentamente mi rostro, te miro a ti, hacia abajo, hasta la punta de tus pies en que principia el mundo. Piel de mujer te has puesto, Suavidad de mujer y húmedos órganos en que penetro dulcemente, estatua derretida, manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy y el caos que soy te preserva. Mi muerte flota sobre ambos y tú me extraes de ella como el agua de un pozo, agua para la sed de Dios que soy entonces, agua para el incendio de Dios que alimento.
Cuando la hora vacía sobreviene sabes pasar tus dedos como un ungüento, posarlos en los ojos emplumados, reír con la yema de tus dedos. ¿Qué puedo darte yo sino la tierra? Sembrado en el estiércol de los días miro crecer mi amor, como los árboles a que nadie ha trepado y cuya sombra seca la hierba, y da fiebre al hombre.
Imperfecta, mortal, hija de hombres, verdadera, te ursupo, ya lo sé diariamente, y tu piedad me usa a todas horas y me quieres a mí, y yo soy entonces, como un hijo nuestro largamente deseado.
Quisiera hablar de ti a todas horas en un congreso de sordos, enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre. Quiero darte a nadie para que vuelvas a mí sin haberte ido.
En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo, donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños, te deseo, te sueño. ¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente! (Te invito a comer uvas esta tarde o a tomar café, si llueve, y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)
De: La señal
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Messaggio 6 di 7 di questo argomento |
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www.youtube.com/watch?v=x3vprflwjxw
01/06/2007 - Subido por amigodelviento
Descargate los poemas de Gian Franco Pagliaro, y de otros Poetas y/o Recitadores. Tambien musica, videos ...
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Messaggio 7 di 7 di questo argomento |
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¿Qué puedo darte yo sino la tierra? Y a ver si así me salvo o me condeno
Mi muerte flota sobre ambosy tú me extraes de ella como el agua de un pozo
Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
| ¿Qué puedo darte yo sino la tierra?
De cada carta tomé un poquito de ella para dejarla en un verso.....
GRACIAS RUBÉN POR SIEMPRE LEERME
ABRAZOS EN LA DISTANCIA.
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