(Historia de pasiones y compromisos, por Jorge Testero)
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uestra Propuesta celebra su número mil. Siempre en una experiencia periodística cumplir tal magnitud de ejemplares publicados es un hecho significativo. Cuando se trata de un órgano partidario -del Partido Comunista- se amplía esa significación y abarca cuestiones políticas, culturales y de militancia revolucionaria. Cada uno de los nombres que a través de la historia fueron expresando las posiciones de nuestro Partido tienen detrás una larga cadena de decisiones y de esfuerzos sin los cuales no habría sido posible su llegada a afiliados, militantes y dirigentes políticos la palabra y las posiciones del Comité Central en los distintos momentos de sus apariciones, también es el caso de Nuestra Propuesta.
Cada uno de sus antecesores marcó una etapa en la vida del Partido y de la política nacional. Cada uno expresó en su formato y mensaje los intentos de aportar una salida popular al laberinto argentino. También los altos y bajos del movimiento comunista internacional.
Me tocó dirigir el periódico en un momento crucial de nuestra historia, contra viento y marea mantuvimos izadas las banderas que nos dieron origen y seguimos fielmente la firme decisión de nuestros dirigentes y militantes de defender la causa revolucionaria en nuestra Patria, en la región y en el plano internacional.
Las consecuencias de los acontecimientos de los noventa pesaban aún en los ámbitos de la izquierda, la firmeza política parecía necedad y costaba mantener el rumbo, escasos de recursos en una realidad que parecía darnos la espalda definitivamente. Sin embargo fuimos fieles a los objetivos planteados, defendimos esforzadamente los llamados a la unidad, nos mantuvimos con la vista en el faro cubano y ayudamos a capear aquel temporal que amenazaba llevarse todo. Por supuesto esto es mérito de la Dirección colectiva del Partido, de la que formaba y formo parte, y la confianza de todos los miembros que fueron acompañando cada una de las iniciativas políticas y organizativas que, más allá de probables falencias, tuvieron como norte la misión de mantener la llama revolucionaria pues no nos cabía dudas que, tarde o temprano, se reanimaría.
Hoy la vida nos da la razón, la crisis brutal del capitalismo está llevando a la ruina a los países más poderosos del propio sistema, sus repercusiones no tienen todavía límites en su capacidad de destrucción económica y social y desatan una crisis política de imprevisibles consecuencias. Nuevamente aparece con nitidez la única solución de fondo a estos problemas: el socialismo.
En nuestra región ya Cuba no está sola y una cadena de naciones con gobiernos populares y procesos democráticos desafía la potestad del imperio y corona en el campo real el lema de la fundamental Carta de los Cinco, América Latina es el continente de la esperanza.
En la Argentina vivimos un estimulante momento político, social y cultural en el que se está desarrollando un reencuentro en el movimiento popular con una izquierda reconocida en su lucha por la verdadera democracia y los derechos humanos con las corrientes más avanzadas de la historia peronista y nuevos espacios independientes que tratan de forjar su identidad en un marco de incipientes alianzas históricas que conformarán una distinta y abarcante respetando las existentes.
En esto tuvo y tiene mucho que decir el Partido Comunista, más de noventa años de compromiso con los trabajadores y el pueblo sostienen hoy una voz cada vez más escuchada; Nuestra Propuesta es una de las vías más importantes para hacer escuchar esa voz.
Haber sido participe de esta particular epopeya es una de las cuestiones mayores en mi recorrido militante. He sido parte de un equipo que conjugaba con entusiasmo la pasión política y el periodismo. Cada semana, al terminar la redacción, ya el periódico en las rotativas, sentíamos la satisfacción del deber cumplido y asumíamos la esforzada tarea de pensar y ejecutar el próximo número. Pasión de periodistas, pasión de militantes, en la cual emitir una posición parcial, partidaria, es una de las formas más claras de decir la verdad. Y más valiente.
Más allá de eso, conocí un grupo humano excelente, con una disposición positiva permanente para solucionar los grandes y pequeños problemas típicos de tan delicado oficio, aprendí mucho. Las reformas que encaramos y que culminamos con éxito no hubiesen sido posible sin el concurso de ese empeñoso equipo. La Dirección del Partido me comisionó para representar a este medio en los encuentros de la prensa comunista de Portugal, España y Francia, ese viaje y sus consecuencias tanto personales como políticas tampoco hubiese sido posible sin el respaldo de la idoneidad y responsabilidad de los que quedaron al pie del cañón.
Por lo tanto no tengo otra cosa que agradecer, a la Dirección partidaria que confió en mi, a los y las que me antecedieron en la responsabilidad, a los periodistas y técnicos que acompañaron esa gestión y al equipo actual que lleva adelante tan apasionante tarea.
Por los mil números de Nuestra Propuesta, ¡ salud !
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