La cooperación entre estas dos hermanas repúblicas puede contabilizarse a través del Convenio Integral de Salud Cuba - Venezuela, que en 12 años de funcionamiento ha cambiado la vida de más de 50 mil familias venezolanas.
En esta ocasión conversaremos con una persona a quien, como él mismo dice, la Revolución lo ubicó en una posición privilegiada, al tener la oportunidad de ayudar a las personas.
Jhonny Ramos afirma que estar frente al Convenio por más de 10 años, ha sido su mayor experiencia de vida, la cual ha vivido en compañía de un equipo de trabajo comprometido, capaz de garantizar el correcto funcionamiento del convenio, aunque él no esté presente.
Y de esa manera, agradeciendo la labor de todos sus trabajadores, como afirma hacerlo en todas las entrevistas o cuando es interceptado por algún beneficiario agradecido, iniciamos una amena conversación en la que profundizamos sobre este gran proyecto social, que se han convertido en bandera de la Revolución Bolivariana y de la cooperación entre los pueblos de Cuba y Venezuela.
Miles de testimonios certifican que el Convenio Cuba-Venezuela es la esperanza de vida de muchos venezolanos. Hoy, cuando iniciamos un nuevo año, ¿Cuántas familias alcanzaron esa esperanza durante el 2012?
En el 2012 nos propusimos como meta realizar 41 vuelos a La Habana con un estimado de 3 mil pacientes; pero debido a la circunstancias con algunos pacientes, quienes por cuyas patologías debían permanecer más tiempo en tratamiento, se disminuyó la cantidad de vuelos a 34, con un aproximado de 2 mil 500 pacientes.
Esto en primera instancia, porque a raíz de la enfermedad del Comandante Chávez, a finales del año 2011, aumentaron las solicitudes de pacientes oncológicos, cuyo tratamiento exige permanecer por más tiempo en Cuba.
Sabemos que humanamente el beneficio que reciben estas familias es incalculable, pero estadísticamente ¿Cuánto son las personas beneficiadas?
Ya casi alcanzamos los 55 mil venezolanos atendidos en todas las patologías posibles. Y al mejorar el paciente, mejora la calidad de vida de toda la familia, así que son muchos más los beneficiados.
Próximo a cumplir 13 años ¿Cómo ha sido el crecimiento del Convenio y su impacto en la población?
Comenzamos el 30 de noviembre del año 2000 con 46 pacientes. Al principio los vuelos fueron de manera irregular, no obstante, a raíz de la creación de la Misión Barrio Adentro, cuyos pacientes no eran aceptados por los médicos ni centros de salud venezolanos, se fue incrementando la cantidad de pacientes que solicitaban ser enviados a Cuba para ser tratados.
Durante el año 2004 y el año 2007 tuvimos un promedio de 45 vuelos cada año. A partir del 2008 los realizamos cada quince días, en parte por la situación de los pacientes con tratamientos prolongados y por otro lado, afortunadamente, y gracias a la Revolución, ya Venezuela cuenta con centros de salud con un mayor nivel de atención.
Con relación a los tratamientos basados en rehabilitación física, a partir del año 2003 comenzamos a contar no sólo con los Barrio Adentro; sino que desde el ministerio se creó la Fundación Bolívar y Martí, con dos salas de rehabilitación integral, una en Caracas y otra en Barinas, lo que nos permitió ampliar la capacidad de respuesta en estos casos. Es decir antes del Convenio y la Fundación, pacientes con problemas de paraplejia, cuadraplejia o accidente cerebro vascular, no contaban con centros de rehabilitación públicos donde cumplir sus tratamientos de terapias físicas, salvo el Hospital Miguel Pérez Carreño.
Es entonces cuando a través de la Misión Barrio Adentro, comienzan a crearse Salas de Rehabilitación Integral (SRI) con la visión de que el paciente retornara de Cuba a continuar su tratamiento en Venezuela; o quienes no pudieran viajar, lo recibieran aquí. Estas salas se han ido fortaleciendo en todo el país y actualmente hay 600.
En el Plan de la Patria 2013-2019 los proyectos sociales y de salud tienen parte importante. ¿Cómo aportará el Convenio Cuba Venezuela a este Plan Nacional?
Quizás hay personas que vean el Convenio sólo como un órgano para enviar pacientes a Cuba, pero además de eso, que es importante, el Convenio ha aportado otras cosas a la población. Por ejemplo, el Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano “Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa”, nace en el 2001 por la necesidad de atender a niños con cardiopatías congénita, y los proyectos y primeros trabajos de proyección del centro se hicieron a través de los médicos cubanos del Convenio, mediante una comisión que vino del Cardiológico de Santa Clara de Cuba. Ahora, gracias a que contamos con el Hospital Cardiológico Infantil ya el Convenio no envía niños con esta patología a Cuba.
Segundo, la formación de médicos venezolanos, pues además de pacientes, paralelamente hemos enviado médicos y actualmente hay más de mil doscientos formándose en Cuba, que sumados a los casi 9 mil formados aquí a través del Programa Nacional de Formación en Medicina Integral Comunitaria y a toda la experiencia y acompañamiento que nos brinda la República de Cuba en materia de salud, más temprano que tarde lograremos atender a todos nuestros pacientes en Venezuela.
Las proyecciones para el 2013 dentro del nuevo rol que tiene el ministerio como ente de Seguimiento de la Gestión de Gobierno.
Yo siempre les digo a las personas que soñemos con el día en que en Venezuela no haya enfermos. Evidentemente las clínicas privadas desaparecerían y también el comercio que hay con la salud.
Bueno, nosotros vamos hacía allá, hacia un sistema de salud que nos permita atender a los pacientes con humanidad y con una cultura de prevención. Durante este año y todos los que vienen, seguiremos solucionando la mayor cantidad de casos posibles.
Para este año tenemos una propuesta de mudarnos del Palacio Blanco para un centro del Instituto Venezolano del Seguro Social, en donde probablemente podamos establecer las primeras condiciones para tener médicos cubanos que atiendan a los pacientes aquí y así, aumentar nuestra capacidad de respuesta.
¿Cómo ha sido esta experiencia durante los 10 años frente al Convenio Cuba-Venezuela?
Yo nunca imaginé que la Revolución me pondría en una posición de esta naturaleza. Estar en el Convenio me ha permitido sentir y saber que estoy haciendo algo importante por la gente.
Mi trabajo anterior como Jefe en Fontur en el estado Vargas, era totalmente técnico; me tocó el proceso de reconstrucción del estado Vargas y podías ver una calle asfaltada, un semáforo bien puesto, un estudiante atendido, pero no ves el lado humano, lo que sí me ha permitido el Convenio; ver a un padre o a una madre desesperados por la salud de su hijo y atenderlos, y ver el resultado cuando regresan de Cuba es inigualable y no tiene precio, no lo cambiaría por nada en el mundo.
¿Puedes compartirnos alguna anécdota memorable?
Hay una en particular que recuerdo. Estábamos esperando un vuelo en el aeropuerto; había aproximadamente 40 personas esperando a un paciente, con franelas estampadas con fotos. Yo siempre trato de pasar desapercibido para poder observar las impresiones de las personas. Me acerqué y les pregunté qué estaba pasando y ellos me explican que esperan a un familiar que llega de Cuba luego de 9 meses allá siendo tratado por un tumor; me cuentan cómo hicieron el proceso y lo que los médicos venezolanos le decían.
Cuando el paciente llegó, la sensación fue indescriptible, se abrazaban, lloraban y reían al mismo tiempo. En eso me percato de una niña de 1 año de edad a quien abrazaban mucho, y vuelvo a acercarme y pregunto qué pasa con la bebé. Para mi sorpresa, se trataba de la hija del paciente que viajó con su esposa, dejándola con 3 meses de nacida sin saber si la volvería a ver.
Esa es una de las anécdotas más bonitas dentro de muchas; son miles de testimonios que avalan lo que ha sido esta experiencia de vida para muchas personas que volvieron a vivir gracias al amor del Presidente Chávez y el Comandante Fidel Castro por sus pueblos y el Convenio Integral de Salud Cuba-Venezuela.
(MPPDPSGG/ Gabriela I. Portillo)
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