03 de septiembre de 2013, 01:05Por Fausto Triana *
Pretoria (PL) Las heridas y el futuro, los dobles raseros y los pretextos para alimentar al poderoso complejo militar-industrial. El mundo después del 11 de septiembre de 2001, muchas ecuaciones a resolver en un siglo XXI lleno de interrogantes.
Un mar de reflexiones ante la mesa del padre Michael Lapsley, sudafricano de origen neozelandés, en entrevista exclusiva con Prensa Latina 10 años después de nuestro primer diálogo en Harare, Zimbabwe.
Siempre impacta sentarse frente a una personalidad de tanto sufrimiento y a la vez capacidad de lucha. Perdió sus dos manos por una carta-bomba enviada por el régimen del apartheid en 1990, tres meses después de la liberación de Nelson Mandela.
También se le dañó un ojo y tuvo severas quemaduras. Sin embargo, nunca se rindió frente a amenazas de muerte.
-Yo creo que uno de los desafíos mayores de la humanidad es afrontar el presente y el porvenir con una idea más clara del pasado, de la necesidad de restañar las heridas y plantearse el reto de sociedades incluyentes, de verdadero bienestar social.
El padre Michael, como se le conoce popularmente, es director del Institute for Healing of Memories (entidad consagrada a curar las heridas del pasado oprobioso de Sudáfrica).
-En Sudáfrica tenemos un problema muy grave. Han pasado ya 20 años desde el fin del régimen del apartheid y el sueño de Nelson Mandela de reconciliación todavía no se cumple. Por otro lado, somos el país con más inequidades sociales del mundo. Una nación traumatizada.
Cura de filiación anglicana, nacido en Nueva Zelanda, se trasladó a Sudáfrica en 1973, donde tuvo una rica trayectoria como activista del Congreso Nacional Africano (ANC por sus siglas en inglés) de Mandela y otros dirigentes de la Nación Arcoiris.
Fue expulsado del territorio sudafricano en 1976 por sus discursos en defensa de los niños detenidos y torturados durante las protestas de Soweto. Se mantuvo en Lesotho hasta 1982, en que se vio obligado a emigrar a Zimbabwe.
El tema de Cuba es uno de sus estandartes. Ferviente opositor al bloqueo económico de Washington contra la Isla, el padre Michael también es un destacado activista en la batalla por la liberación de los antiterroristas cubanos presos en Estados Unidos.
-Es más fácil adelantar una campaña corta e intensa. Pero no se puede cejar en el empeño. Nuestra labor fue larga y paciente con el caso de Mandela. Y sabemos que (Barack) Obama únicamente reaccionará sobre Cuba por la presión internacional.
Durante su reciente visita a Sudáfrica, el presidente estadounidense visitó la prisión de Robben Island, donde Mandela pasó 18 de los 27 años que estuvo encarcelado.
Tuvo palabras de admiración y encomio, pero no dijo nada de la cárcel de torturas de la Base Naval de Guantánamo, que funciona ilegalmente en territorio cubano.
TENDENCIAS Y EXPECTATIVAS
Con lenguaje pausado y reflexivo, el sacerdote anglicano reveló a Prensa Latina sus puntos de vista sobre las tendencias en el orbe con la denominada cruzada antiterrorista.
-Después del 11 de septiembre, a los norteamericanos se le limitó en extremo sus derechos y se les inculcó el miedo ante posibles ataques terroristas. Con estas manipulaciones se han manejado muchos casos, entre ellos la relación con Cuba.
Se construyó un síndrome que llevó a justificar una guerra devastadora contra Irak. Hace poco tiempo vimos con escozor lo ocurrido en Noruega cuando un joven ultraderechista decidió disparar y matar a 77 personas.
Me pareció interesante la valoración que hicieron el primer ministro y el rey de Noruega. Debemos profundizar la democracia, el desarrollo social, el bienestar, dijeron en lugar de lanzar una cacería que si bien necesaria, no resuelve la situación.
A tono con el asunto, el padre Michael volvió sobre el expediente de Cuba en el contexto global.
En marzo pasado visitó a Gerardo Hernández, uno de los Cinco luchadores antiterroristas cubanos, quien permanece encarcelado en una prisión de alta seguridad de Estados Unidos, "por un delito que no cometió".
Gerardo es una persona excepcional y lleva preso 15 años con una sentencia de dos cadenas perpetuas; sus compañeros Antonio (Guerrero), Ramón (Labañino) y Fernando (González) continúan reclusos, mientras René (González) ya fue liberado, precisó.
-Hay una evidente política de doble rasero de Estados Unidos, en especial en temas de antiterrorismo y respecto a Cuba, que además de absurda no se sostiene bajo argumento alguno.
Soy de los que cree en la vía negociada. Pienso que muchos problemas del mundo tendrían soluciones en la mesa de diálogo. Pero hay que tener voluntad. Si la Casa Blanca normalizó lazos con Vietnam, no veo por qué no puede hacerlo con Cuba.
*Enviado especial de Prensa Latina en Sudáfrica.
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