09 de septiembre de 2013, 15:25Por Adalys Pilar Mireles
Pinar del Río, Cuba, 9 sep (PL) Los vegueros de Vueltabajo, mayor productor de tabaco en Cuba, intensifican el riego de los semilleros, la preparación de tierras y la construcción de aposentos para la cura natural de la hoja, primeros pasos de la campaña.
El ir y venir de los labriegos entre parcelas aradas es una imagen recurrente ahora en el paisaje de esta región, la más occidental de la isla, que en esta ocasión dedicará unas 14 mil 511 hectáreas a la siembra de la solanácea, informó la televisión local.
Entre las acciones iniciales de la etapa sobresale también el mejoramiento de los suelos para obtener óptimas cosechas en las vegas de la provincia, la cual aporta el 70 por ciento de la producción nacional tabacalera y la mayoría de las capas usadas para vestir los codiciados Habanos.
Sobrepasar las 17 mil toneladas de tabaco con destino a las industrias cigarreras y del torcido -cifra superior a la de períodos anteriores-, es uno de los retos de los cultivadores de la zona, donde se siembra la planta desde hace varios siglos.
En los surcos convergen intuiciones, sabiduría popular y novedosas tecnologías, probadas en centros investigativos de la isla.
No es extraño en estos tiempos escuchar hablar a los "guajiros" de las ventajas de la labranza cero o la doble hilera, sin que por ello renuncien a la observación de las fases lunares y la interpretación de otros avisos climáticos o celestiales.
Estos procedimientos son igualmente aceptados aunque implican una variación de las prácticas seguidas durante centurias por los cultivadores de Pinar del Río y otras regiones del país.
Sólo con la aplicación de la doble hilera es posible incrementar hasta en un 26 por ciento el número de plantas dentro de una misma superficie, mientras el rendimiento crece en igual proporción, son provechos indiscutibles, declaró a Prensa Latina el doctor en ciencias Nelson Rodríguez.
De esta manera -añadió- ascienden los volúmenes productivos sin necesidad de incorporar nuevas áreas a la campaña, ni más hombres para su cuidado.
Destinada a preservar los suelos, la metodología de la labranza cero es fomentada igualmente, con premisas como la utilización de abonos orgánicos sin remover la tierra, explicó el experto.
Al referirse a los canteros tecnificados precisó que es otra de las modalidades presente en los escenarios tabacaleros.
La condición principal es su ubicación en sitios próximos a las plantaciones y como ventaja adicional logran más de 10 mil posturas en un espacio de 20 metros cuadrados, los tradicionales aportan sólo tres mil, acotó.
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