03 de septiembre de 2013, 01:22Por Neisa Mesa del Toro* Ciego de Ávila, Cuba, (PL) Ciego de Ávila es una joven ciudad cubana ubicada a 430 kilómetros al este de La Habana, en el mismo centro de la Isla, con características muy originales como son la rectitud y amplitud de sus calles y la presencia de portales corridos.
En su entorno sobresalen edificaciones de la arquitectura ecléctica, con amplios corredores, rejas muy bien decoradas y una variada tipología de columnas neoclásicas y arcos que la distinguen del resto de los territorios de Cuba
La localidad devino municipio hace 136 años, condición que alcanzó en marzo de 1877, al contar con la población y economía necesarias y una estratégica ubicación geográfica para la defensa de la región.
Años antes a esa fecha el lugar era apenas una aldea, sólo disponía de una plaza llana y limpia en su centro, con pequeñas calles y unos 262 habitantes, según datos ofrecidos por Ángel Cabrera, historiador de la localidad.
El principal factor para el otorgamiento de la municipalidad fue la existencia de la Trocha de Júcaro a Morón, fortificación militar construida en el siglo XIX por el gobierno de España.
Las guerras de independencia trajeron el auge a la región, pues, además, de la línea fortificada, estaba la comandancia española, un hospital y comenzaba la criaza de ganado, aspectos que determinaron el crecimiento de la ciudad.
A partir de entonces las fértiles tierras comenzaron a dar sus frutos, se ejecutaron confortables casas, edificios, una iglesia nueva, escuelas y fondas, por lo que florecieron el comercio, los abastecimientos y los servicios.
La ciudad de Ciego de Ávila exhibe una arquitectura vernácula con una libre interpretación del clasicismo ecléctico, a lo que se unen ejemplos puntuales de otras influencias como de raíz andaluza, árabe y el barroco.
En el área más céntrica se ubican edificaciones de valores patrimoniales como el teatro Principal, hotel Sevilla, museo de Arte Decorativa, La Cruz Verde y la otrora Colonia Española, convertida en Casa de la Cultura.
También, el antiguo Ayuntamiento, actualmente sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular (gobierno local) y el edificio donde radicó la comandancia española, actualmente el Museo Provincial de Historia.
Por ese contorno salta a la vista la espléndida iglesia San Eugenio de la Palma (santo patrón de Ciego de Ávila) ubicada en el mismo punto donde surgió el curato de monte a finales del siglo XVIII y considerada uno de los inmuebles más importantes y vetustos de la urbe.
Hasta hace poco el sitio más acogedor y agradable era el parque José Martí, antigua plaza Alfonso XII, mérito que ocupa hoy el moderno boulevard , inaugurado a finales del 2008 y devenido el lugar más atractivo de la vida social avileña.
Construido en la céntrica calle Independencia, el paseo de cuatro cuadras de largo, se ha convertido en un espacio de confluencia del comercio, la recreación e interactividad de los habitantes de esta ciudad cubana.
Fue concebido con una novedosa arquitectura y buen gusto artístico, por lo que es un punto importante para la familia avileña y los visitantes foráneos.
En áreas aledañas se ubican la Alameda de la Locución, el Parque de la Ciudad y la Avenida de las Flores, concebidos mediante un Proyecto de Reanimación Urbanística.
A ello se une la construcción de parques y paseos en zonas donde no existen edificaciones para beneficiar el paso del caminante, quienes pueden recorrer toda la ciudad a través de áreas comunes, adornadas de pérgolas y exuberante vegetación.
Según la arquitecta Xiomara Pérez, se ha concebido un importante trabajo de reanimación de la ciudad con un entorno moderno y armónico, lo que protege tanto al medio ambiente como a las interacciones sociales.
ELEMENTO EMBLEMÁTICO: LOS PORTALES
En el año 1538 cuando la distribución anárquica de las tierras en la Isla, esta parte de la geografía cubana asumió el nombre de Ciego de Ávila.
Al consultar el diccionario enciclopédico, "ciego" indica terreno llano y sabanoso rodeado de bosques, con suelos más o menos fértiles; mientras, el Ávila lo acoge por el apellido del primer propietario de estas tierras.
Durante la referida época la zona servía como parador de descanso para los viajeros de paso, prinpalmente los ganaderos que transitaban entre las villas de Sancti Spíritus y Puerto Príncipe (Camagüey).
A partir de entonces los transeúntes se referían al lugar como el Ciego de Ávila, nombre que ha trascendido hasta nuestros días.
Ciego de Ávila es la principal ciudad de la provincia homónima y tiene como elemento que la identifica a sus portales, los que por la amplitud y variedad de estilos son muy diferentes a los de otras regiones cubanas.
Aquí forman parte inseparable de las edificaciones, tienen carácter colectivo, o sea, funcionan como un corredor público y se consideran autóctonos de la localidad porque han perdurado por más de 100 años.
En su surgimiento allá por el siglo XIX, fueron construidos con materiales propios de la época como guano, tablas y tejas criollas, los cuales fuerion sostenidos sobre madera rolliza, con un soporte en el suelo en pie derecho u horcones, hechos de madera dura.
La llegada del eclecticismo transformó al portal colonial, se emplearon elementos propios de ese movimiento artístico, las columnas se modificaron y adquirieron las más disímiles variedades: estiradas, lisas, salomónicas y seccionadas.
Con los capiteles ocurrió algo similar, en ellos estuvieron presentes todos los órdenes griegos y romanos. Nuevos frisos adornaron la urbe y una variedad increíble de balaustradas, ofrecieron pretiles distintos para cada inmueble.
A partir de entonces salta a la vista de pobladores y visitantes los largos y espaciosos corredores ubicados por toda la ciudad que sirven para protegerse del sol y la lluvia.
De ahí la denominación a Ciego de Ávila, como la Ciudad de los Portales. Hoy considerado uno de los principales símbolos de esta provincia de la región central de Cuba.
nmt/rcg
*corresponsal en provincia cubana de Camaguey |