22 de septiembre de 2013, 00:11Por Javier Rodriguez Roque
Asunción, 22 sep (PL) Un alza generalizada de precios se cierne sobre la población paraguaya en momentos en que también sigue en aumento la reestructuración de la administración central con un alto número de despidos de empleados públicos.
Incremento de hasta 30 por ciento de los planificados en este mismo mes se unieron a los ya impuestos a la carne vacuna y al anuncio de un porcentaje similar en el deficiente transporte urbano como consecuencia del cese del subsidio estatal a ese servicio.
Paralelamente, el ya planificado aumento en los combustibles para finales del presente mes, conlleva su impacto en los precios de los productos de consumo, tanto de la canasta básica como de otros servicios, entre ellos la electricidad, agua y gas.
El gobierno demoró todo lo posible la coincidencia de tal avalancha por la lógica presión que significa para la economía popular, pero septiembre resulta, en definitiva, el mes de aplicación de esas medidas indeseadas.
Una situación que agrava el problema es la reestructuración llevada a cabo por el Ejecutivo en los organismos centrales de la administración ante la falta de recursos para el pago de salarios, lo cual desató una ola de despidos.
Hasta el momento y sólo en unas cinco instituciones del país las cesantías suman alrededor de cuatro mil sin que haya terminado el movimiento reestructurador, de acuerdo con lo señalado por ministros del gobierno.
Esa problemática, que tiende a tensionar el ambiente social, provocó que todas las centrales sindicales de la nación plantearan al presidente Horacio Cartes un aumento de 30 por ciento en el salario mínimo, algo nada contemplado en el presupuesto 2014.
Los sindicatos amenazaron con un proceso de medidas de fuerza que puede desembocar en una huelga general ante la crisis planteada, la cual tiene también expresiones en reclamos de pagos atrasados de salarios y bonificaciones en diversos sectores.
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