El látigo que tiene Kohlschreiber en su revés, un golpe a una mano que es sin lugar a dudas uno de los más plásticos y efectivos del circuito, no suele presentar demasiados problemas al ocho veces campeón de Roland Garros que tiene un 10-1 favorable ante Kohlschreiber en los cara a cara: su única derrota data del torneo de Halle de 2012, donde el alemán se impuso por 6-3 y 6-4.
El último enfrentamiento entre ambos tenistas tuvo lugar en el US Open de este 2013, donde Philipp empezo plantando cara al español, que sin embargo acabó dominando el partido con mucha autoridad, mostrando un gran nivel de juego que a la postre le llevaría a conquistar el torneo estadounidense y su decimotercero Grand Slam, el segundo en Nueva York.
Desde entonces, el tenista español no había vuelto a las pistas hasta hacer su reaparición en el torneo ATP de Pekín donde se espera con gran expectación la lucha por el número uno que mantiene el jugador balear con el vigente líder de la ATP, que también debutó en el torneo asiático con una contundente victoria ante a Rossol por 6-0 y 6-3 en menos de una hora de partido.