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General: EEUU dejó en Panamá basureros de armas químicas usadas en experimentos
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De: Ruben1919  (message original) Envoyé: 04/10/2013 08:54

EE UU dejó en Panamá basureros de armas químicas usadas en experimentos

El Pentágono aceptó limpiar una isla panameña del Pacífico que en el siglo XX fue convertida por tropas estadounidenses, canadienses y británicas en depósito de gases y agentes venenosos

 

Un manifestante en una marcha en 1998 contra la presencia de bases norteamericanas en la ciudad de Panamá, en conmemoración por los enfrentamientos ocurridos en 1964, cuando murieron 22 estudiantes. / AP

Peligrosos basureros con toneladas de bombas y municiones de armas químicas—gas mostaza y agentes nerviosos, asfixiantes y venenosos—y convencionales usadas por el Ejército de Estados Unidos en experimentos bélicos durante el siglo XX, ya fuera en la Segunda Guerra Mundial (1939—1945) para alistar la invasión a Japón o en la guerra de Vietnam (1964-1975), fueron abandonados por tropas estadounidenses en San José, pequeña isla panameña del Océano Pacífico ubicada a poco más de 80 kilómetros al sur de tierra continental y en áreas militares aledañas al Canal de Panamá.

Los depósitos y basureros son parte del legado de Estados Unidos al finalizar en 1999 su presencia militar en Panamá, que se inició en 1903 y durante la que utilizó a San José como plataforma de experimentos militares con armas químicas, con apoyo de los Ejércitos de Canadá y Reino Unido de 1943 a 1947, y a las riberas del Canal como campos de tiro.

“Hay aparentemente seis bombas sin detonar que pueden contener gas mostaza y fosgeno” en la isla, dijo el panameño Tomás Cabal, director general de Análisis Antiterrorista del Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá. “Eso es lo que quedó en San José: cinco bombas de mil o dos mil libras y una de 500. El peligro no son tanto los químicos, que pensamos se pueden haber debilitado, sino que esas bombas también tienen explosivos convencionales que sí pueden estar todavía activos”, explicó, en entrevista con EL PAÍS.

El fosgeno, componente químico industrial para producir plásticos y pesticidas, fue usado como arma química en la Primera Guerra Mundial como un agente asfixiante y venenoso, al atacar el sistema pulmonar. De las armas químicas usadas en ese conflicto, el fosgeno causó el mayor número de muertos.

El desacuerdo sobre la limpieza de San José, de 44 kilómetros cuadrados y la segunda isla más grande del archipiélago de Las Perlas, se remonta a más de 66 años y quedó pendiente de solución bilateral en 1999, cuando el Canal y regiones adjuntas fueron entregados por Washington a Panamá.

“La isla es un lugar muy hermoso: tiene reservas de agua, ríos y depósitos que la hacen muy atractiva al turismo. Hay un hotel de lujo pero pequeño comparado con la isla, porque estas bombas están a lo largo y ancho. No están cerca del hotel, pero sí en sitios en donde podrían hacerse otros desarrollos turísticos”, narró Cabal, uno de los responsables de negociar con Washington.

Tras múltiples pedidos de Panamá, el Departamento de Defensa (Pentágono) de Estados Unidos aceptó este año iniciar la limpieza en el último trimestre de 2013, pero se atrasará a 2014 por la crisis presupuestaria en Estados Unidos.

“El acuerdo fue que una vez que obtuviera financiamiento, el Pentágono enviaría expertos a revisar la isla y a remover las municiones. Inicialmente empezaría a finales de este año, pero posiblemente será el otro año”, relató el diplomático.

Al revelar el acuerdo, el diario El Panamá América, de la capital panameña, informó que una primera misión trabajará en “localizar las armas, tomar fotos, diagramar y levantar el inventario que deje constancia sobre las condiciones en que está el armamento”.

En una declaración escrita que entregó a EL PAÍS, el canciller de Panamá, Fernando Núñez, recordó que “los Ejércitos de los Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá dejaron caer toneladas de armas químicas en la isla de San José anticipando su uso en la invasión a Japón”.

“La remoción de las armas químicas que quedaron en la isla permitirá que Panamá salga de la lista de la OPAQ (Organización para la Prohibición de Armas Químicas) de países que mantienen este tipo de armas sin detonar. El acuerdo ratificado por la Cancillería panameña se da en momentos que el tema relacionado con el uso de armas químicas en Siria ocupa la atención mundial”, afirmó.

Otros basureros

Los basureros de armas también quedaron en otras partes de suelo panameño.

“Durante la guerra de Estados Unidos en el sudeste asiático, el ambiente tropical de Panamá se convirtió en un campo de pruebas para equipo militar y entrenamiento de la tropa”, escribió el investigador estadounidense John Lindsay-Poland, en un artículo en la página en internet de ”Fellowship of Reconciliation”, organización no gubernamental estadounidense fundada en 1915 que trabaja por la paz, la justicia y la no violencia.

Lindsay-Poland, autor del libro “Emperadores en la jungla: la historia oculta de Estados Unidos en Panamá” (Duke University Press, 2003), relató que, según documentos militares estadounidenses, Washington dejó 105.000 municiones en Panamá al retirarse en 1999 y “que van desde bombas de 500 libras a granadas extremadamente sensibles de 40 milímetros”.

Las municiones y armas “engañan”, porque están “en zonas próximas a crecimiento demográfico intenso, donde los recién llegados no tienen memoria del entrenamiento militar que se produjo junto a donde ellos y sus hijos viven”, puntualizó.

Basado en “documentos oficiales”, Lindsay-Poland aseguró que Estados Unidos envió tres toneladas con minas del agente nervioso VX en 1964 a las bases militares estadounidenses en las riberas del Canal “para pruebas tropicales”. El VX, que en su momento también produjo Irak y considerada como arma de destrucción masiva, “es tan letal que sólo cinco miligramos en la piel son suficientes para matar a un ser humano”.

“De las tres toneladas de minas VX, los documentos indican solamente lo que pasó con 576 kilos. ¿Qué pasó con las restantes dos y media toneladas?”, preguntó, al describir que, según le confió un comandante del Tropic Test Center del Eército estadounidense destacado en Panamá en la década de 1960, que había un vertedero de químicos en la antigua zona aledaña al Canal, por lo que se teme que el VX esté enterrado en esa región.

Sobre la situación en la isla, aseveró que las municiones “sin estallar se quedaron allí, tan peligrosas como cuando fueron lanzadas”. Técnicos de la OPAQ, contó, inspeccionaron San José en 2002 y encontraron bombas de gas mostaza “todavía intacta y mortal”.



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De: Ruben1919 Envoyé: 05/10/2013 13:37

Los ecologistas exigen que EE UU retire las armas químicas de Panamá

Los grupos temen que existan más agentes venenosos en sitios desconocidos

Varias organizaciones ambientalistas de Panamá han repudiado la existencia de basureros de armas químicas en el país y han exigido al Gobierno de Estados Unidos que inicie inmediatamente las operaciones de limpieza de ese tipo de arsenal, para que salde lo que han considerado una “deuda ambiental” de Washington con los ecosistemas panameños.

Las informaciones que han mostrado que peligrosos basureros con toneladas de bombas y municiones de armas químicas fueron abandonados por tropas estadounidenses han provocado la reacción de los ambientalistas del país. Las armas fueron usadas por el Ejército de Estados Unidos en experimentos bélicos en el siglo XX—como gas mostaza y agentes nerviosos asfixiantes y venenosos— y se abandonaron en la pequeña isla panameña de San José, en el Océano Pacífico, ubicada a poco más de 80 kilómetros al sur de tierra continental, y en áreas militares aledañas al Canal de Panamá.

“Cuando existe un peligro para el ecosistema, hay una conexión con la salud de los seres humanos”, advirtió la panameña Alina Spadafora, directora ejecutiva de la Asociación para la Conservación de la Naturaleza. “Esas sustancias químicas están afectando obviamente a especies que, de alguna u otra forma, después entran en la cadena alimentaria (marítima y terrestre) con sus presas y depredadores”, agregó.

Consultada por EL PAÍS, Spadafora explicó que se trata “esencialmente de especies de moluscos que acumulan y filtran pequeñas partículas de alimentos, pero que pueden estar contaminados con sustancias de la isla por las corrientes o las lluvias. Siempre se va a contaminar el ambiente marino. Las especias se van distribuyendo por las corrientes. Las aves también se pueden contaminar con esas partículas, con un efecto en esas poblaciones. Todo está conectado y nos va a afectar también a nosotros”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá informó a este periódico que en la isla hay cinco bombas de hasta 2.000 libras y una de 500 y que, aunque los químicos se habrían debilitado, contienen explosivos convencionales que pueden permanecer activos. Los artefactos contienen gas mostaza y fosgeno, un componente industrial para producir plásticos y pesticidas que se utilizó como arma química en la Primera Guerra Mundial por su capacidad de agente asfixiante y venenoso, por lo que causó gran número de muertos en ese conflicto bélico.

Los basureros son parte de la herencia que dejó Estados Unidos al finalizar en 1999 su presencia militar en Panamá, que se inició en 1903. San José, de 44 kilómetros cuadrados y la segunda isla más grande del archipiélago de Las Perlas, sirvió como plataforma de experimentos militares de Estados Unidos con armas químicas, con apoyo de los Ejércitos de Canadá y Reino Unido entre 1943 y 1947.

Panamá y Washington acordaron este año que el Departamento de Defensa de EE UU (Pentágono) financiará la limpieza. A pesar de que estaba previsto que las operaciones se iniciarían en el último trimestre de 2013, ahora se han atrasado por los problemas presupuestarios que mantienen cerrada la Administración de Estados Unidos desde el primero de octubre. Las discrepancias sobre la limpieza de San José—casi deshabitada aunque cuenta con un hotel de 14 habitaciones—se remonta a más de 66 años. En 1999, cuando el Canal y las regiones adjuntas fueron entregados por Washington a Panamá, quedó pendiente una solución bilateral al problema.

“Esta desidia del Gobierno de Estados Unidos de no enfrentar esta responsabilidad tiene que ver también con la falta de exigencia de Panamá de hacer que Estados Unidos cumpla”, aseguró la panameña Raisa Banfield, directora ejecutiva de la Fundación Panamá Sostenible, una organización no gubernamental.

“La deuda ambiental del Gobierno de Estados Unidos con Panamá es un compromiso adquirido desde el proceso de reversión del área canalera al país”, que se desarrolló de 1979 a 1999, recordó. “Es un compromiso de Estados Unidos el tener que sanear las áreas que, cada día más, implican un riesgo en la salud pública y ambiental de Panamá, porque la población crece y estas zonas son cada vez más turísticas. Estas armas ponen en riesgo no solo a la población nacional, sino también a la extranjera”, alegó.

La situación, describió, “es cada vez más compleja: las zonas son reservas forestales o son reserva de la cuenca del Canal. Eso no quita el compromiso de Estados Unidos de limpiarlas por la seguridad de Panamá”.

En su libro Emperadores en la jungla: la historia oculta de Estados Unidos en Panamá (Duke University Press, 2003), el investigador estadounidense John Lindsay-Poland aseguró que en las áreas aledañas al Canal también quedaron depositados agentes químicos.

“No se tiene certeza sobre todas las armas químicas de que se dispuso, ni cómo ni dónde”, afirmó el panameño Félix Wing, director ejecutivo de Derechos Humanos, Ambiente y Comunidades, una organización no estatal de Panamá.

“Existe el temor de que haya enterradas armas químicas en otros lugares desconocidos, sin descartar la posibilidad de que se haya dispuesto de armas químicas en el mar, lo cual es más grave”, aseguró Wing a EL PAÍS. “Aunque ha transcurrido mucho tiempo y uno pudiera decir que se degradaron y que ha habido reacciones químicas con el agua de mar por su alta salinidad y otras consideraciones, son cosas que no se han aclarado debidamente y ni siquiera sabemos si se llevaron registros adecuados de todo esto”, alertó.

El Gobierno estadounidense, añadió Wing, “se había resistido durante mucho tiempo a llegar a un acuerdo con el Estado panameño para la descontaminación de esas áreas, porque en la época en la que ocurrió el abandono de esas armas químicas, todavía no estaba firmada la Convención para la Prohibición de Armas Químicas (suscrita en 1993 y vigente desde 1997) y no se hizo siguiendo la metodología correcta”.

 
 


 
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