En otro aniversario del 11 de septiembre de 1714, que conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas durante la Guerra de Sucesión española, los manifestantes, distribuidos a lo largo de 400 kilómetros desde el norte al sur de Cataluña, enlazaron sus manos al grito de “inde-inde-independencia”.
La demostración comenzó exactamente a las 17.14, para ser coincidir la hora con el año de la caída de Barcelona.
Unas 400.000 personas se habían inscripto para participar de la cadena humana organizada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC), que al término de la jornada celebró el éxito de la iniciativa con más de un millón y medio de asistentes, entre los que formaron la cadena y los que acompañaron la manifestación desde las márgenes.
El departamento de Interior catalán, por su parte, elevó la cifra de participantes a “no menos de 1,6 millones”.
Imágenes aéreas tomadas por la televisión mostraban una gran cadena amarilla –color de las camisetas de los manifestantes- entre El Pertús, frontera con Francia, y Alcanar, Comunidad Valenciana.
Los manifestantes, en su mayoría con la “estelada” –bandera secesionista- en mano, convirtieron esta iniciativa que se realizó en el marco de la “Diada”, el día nacional de Cataluña, en una masiva movilización festiva y familiar.
Bajo el lema “Vía Catalana” hacia la independencia, la cadena pasó por lugares emblemáticos de Barcelona como el estadio Camp Nou, el templo de la Sagrada Familia, la plaza Catalunya y
Sant Jaume, y el parque de la Ciudadella, donde se encuentra el parlamento regional, sede de la soberanía del pueblo catalán.
La idea de la ANC era emular la Cadena Báltica que en 1989 unió las ex repúblicas soviéticas de Estonia, Letonia y Lituania, antes del reconocimiento de su independencia.
La ANC ya estuvo detrás de la multitudinaria manifestación independentista que hace exactamente un año desbordó el escenario político y supuso un punto de inflexión para el separatismo catalán.
Un año después, la nueva demostración ciudadana supone elevar la presión al Ejecutivo del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, para que acepte celebrar la consulta.
Desde la plaza Catalunya, la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, reclamó “coraje y valentía” a los políticos para abordar el proceso soberanista y celebrar “sin más dilación” la consulta por la independencia en 2014.
“Solo hay dos caminos: someterse al Estado español y desaparecer como pueblo o la independencia. Queremos ejercer nuestro derecho a la autodeterminación”. “Queremos un Estado”, demandó.
"Ante acciones históricas, son necesarias decisiones históricas", afirmó Forcadell.
“Necesitamos trabajo y que el dinero no se vaya a Madrid, con la independencia estaremos mejor”, afirmó a Télam Mireia Pauli, una empleada administrativa de 38 años que se sumó al reclamo secesionista.
“Es importante que avancemos como país, creo que siendo independientes nos entenderemos mejor con España”, apuntó por su parte Helena Gómez Blay, una estudiante de historia del arte de 22 años, que participó en la cadena a su paso por Las Ramblas.
“Mientras el modelo de España sea el heredado por dictadura franquista no queremos ser parte. Y si además nos desprecian y nos tratan mal, mejor ser independientes”, argumentó Jordi Mestre, jubilado de 78 años.
Apenas unas horas antes de la manifestación, el presidente catalán, Artur Mas, se comprometió a dialogar con Rajoy “hasta el final” con el fin de celebrar la consulta en 2014.
Recientemente, Mas dejó abierta la puerta a convertir las elecciones ordinarias de 2016 en un plebiscito separatista si Rajoy veta la consulta, algo que, según los analistas, enfriaba el desafió soberanista.
“Estoy tratando de mantener abiertas las vías de diálogo, queremos celebrar la consulta de forma legal”, y “negociaré hasta el final”, remarcó Mas, quien no participó de la cadena pero pidió a los catalanes que “abran los ojos del mundo”.
El Ejecutivo del derechista Partido Popular (PP), de Rajoy, dejó claro que no permitirá el referendo porque es inconstitucional, y advirtió a Cataluña que una declaración unilateral de independencia los dejará fuera de la Unión Europea.
Las declaraciones del presidente catalán tuvieron lugar tras el acto institucional de la celebración de la “Diada”, que por primera vez no contó con la participación de las fuerzas políticas que se oponen a la secesión.
“Se divide a los catalanes, por eso no estamos cómodos en una Diada del separatismo”, denunció Albert Rivera, del partido de centro derecha Ciutadans.
“Lo peor que puede hacer un político es obligar a la gente a separarse”, aseguró la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Saenz de Santamaría, reprochando a Mas su apuesta secesionista.
En tanto, un grupo de “encapuchados” boicoteó el acto de la Diada en la sede de la Generalitat (gobierno catalán) en Madrid, donde se lanzaron grases lacrimógenos al grito de “no nos engañan, Cataluña es España”. Se vivieron momentos de tensión y hubo heridos leves, informó el diario La Vanguardia.
Según una encuesta publicada hoy por la Cadena Ser, el 52% de los catalanes se declara abiertamente a favor de la independencia, mientras que solo un 24% votaría en contra.