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General: Las principales características de una fábula son
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: carlos305  (Mensaje original) Enviado: 24/10/2013 16:27
Las principales características de una fábula son:

 

1- Es inverosímil.

 

2- Ofrece un contenido moralizante o didáctico.

 

3- Siempre tiene una moraleja.

 

En la fábula del lobo con piel de oveja, la moraleja es que el engaño lleva en sí su castigo, ya que como nos dice Abraham Lincoln:

 

Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”.

 

A mis alumnos siempre les alerto que no crean nada de lo que yo les digo, ¡investiguen! Al lector le digo lo mismo; le ofrezco una gran cantidad de enlaces en Cuba, para que compruebe por sí mismo la veracidad de lo que le digo. ¡Lea! Esa es la mejor sugerencia que puedo hacerle al lector.

 

Los tribunales de justicia están concientes de las muchas maneras en que la gente miente, ya que exigen bajo juramento que los testigos digan “la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad”.

 

La Real Academia Española –define la palabra ‘mitomanía’ (de mito y manía) como:

 

1. f. Tendencia morbosa a desfigurar, engrandeciéndola, la realidad de lo que se dice.

 

2. f. Tendencia a mitificar o a admirar exageradamente a personas o cosas.

 

¿Cuántos mitómanos nos encontramos constantemente?

 

El poder de la mentira de Umberto Eco, cuenta una historia de lucha por el poder con la información como arma, aunque tras esa información existe la capacidad de falsificarla, manipularla y hacerla circular como si fuera verdadera. El protagonista, Baudolino, es incapaz de decir la verdad. Una mentira le lleva a tener que inventar otra. En la medida en que los demás dan por cierto lo que Baudolino dice, él mismo es víctima de sus propios engaños. A la Cuba de Fidel Castro le sucede algo similar.

 

José Saramago, premio Nobel de Literatura, denuncia que estamos inmersos en la “Era de la Mentira”.

 

Como muchas veces la mentira se enmascara, a mis alumnos les enseño cómo se puede mentir en los informes de investigación, para evitar que ellos sean engañados y arriben a conclusiones erróneas. Les explico cómo se cambian las cifras, se comparan contextos diferentes que invalidan las conclusiones, se hace una interpretación estadística parcial y extrapolada, o se encubre bajo declaraciones de patriotismo y posibles catástrofes. Por ejemplo, Bush justificó la invasión a Irak basándose en la supuesta búsqueda de las armas de destrucción masiva que escondía Sadam Hussein. Después se demostró que era mentira, pero a Bush no le pasó nada.

 

Reconozco la gran capacidad de Fidel Castro para aplicar los principios de Joseph Goebbels, que como ministro del III Reich, desarrolló y aplicó la propaganda del régimen de Hitler. Según Goebbels, la propaganda se basa en once principios: Simplificación y enemigo único; contagio; transposición; exageración y desfiguración; vulgarización; orquestación; renovación; verosimilitud; acallar; transfusión; unanimidad.

 

Considero que con sólo utilizar dos de estos principios –renovación y orquestación- un gobierno puede desinformar bastante.

 

Principio de renovación: Consiste en emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda, el público ya esté interesado en otra cosa.

 

Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. De ahí viene la famosa frase: “Repetir la mentira hasta que parezca verdad”.

 

Recordé esos principios cuando hace cuatro años, el 8 de febrero de 2009, leía Cuba: Estado-partido y participación, del profesor marxista Guillermo Almeyra, publicado en el diario mexicano La Jornada

 



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