LA HABANA, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Cada vez que se acercan los días 30 y 31 de octubre, llegan montones de mensajes (sms) por la red de los móviles, convocando a celebrar Halloween. Se descorcha la provocación, el glamour, el consumo y los placeres mundanos.
¿Quiénes festejan Halloween en la Cuba actual? Sin lugar a dudas son los chicos ricos de la emergente clase media alta, la “jet set” en las zonas de Miramar, Kolhy o Nuevo Vedado. Allí donde predomina la clase política/militar/gerencial. Pero últimamente, en Cuba, Halloween está dejando de ser solo un fenómeno de la jet set. Se extiende a otras clases sociales con menos recursos. Cada cual a su manera, celebra esta tradición que, aunque nunca fue demasiado fuerte en la isla, con la revolución fue completamente expulsada de nuestro calendario de fiestas.
Halloween es una contracción de All Hallows’ Evening, ‘Noche de Todos los Santos’, también conocida como Noche de Brujas o Noche de Difuntos, fiesta de origen celta que se celebra principalmente en los Estados Unidos, Canadá, Irlanda, el Reino Unido y en algunos países no anglosajones como México. Tiene origen en la festividad celta del Samhain y la festividad cristiana de los Santos. Las actividades típicas de Halloween son la famosa recogida de golosinas por los niños que van de casa en casa diciendo “trick or treat” y, sobre todo, las fiestas de disfraces. Además las hogueras, las bromas, la lectura de historias de miedo y las películas de terror. Es una de las fechas más significativas del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países latinoamericanos festejan ese día sus propias tradiciones.
Se dice que en la noche de Halloween, se abre la puerta que separa el mundo de los vivos del mundo del más allá. Los espíritus de los difuntos hacen una procesión en los pueblos en los que vivían. En Europa, son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con que Estados Unidos concibe Halloween. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles, disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.
Con la llegada de la revolución a Cuba, esta fiesta “burguesa” fue
categóricamente eliminada del calendario festivo nacional. Los revolucionarios
–dijeron- no podían permitirse el consumo y la distracción. Dicha celebración,
a su vez, estaba asociada al imperio del mal, “el capitalismo”.
Hay lejanos
recuerdos de los años 80, cuando un grupo de jóvenes del municipio habanero de
Regla se reunían en Halloween, con fiesta de disfraces y toda la tradición
incluida. No creo que en los años 90 se haya manifestado tal fenómeno, a no ser
en alguna que otra fiesta privada con sonido rockero. Sin embargo, este leve
despertar no prendió y paulatinamente quedó extinguido.
Halloween pareció reanimarse en la Isla en el cruce del
año 2009 al 2010. Por aquel entonces el proyecto Matraka Producciones hizo una
megafiesta en el club universitario José Antonio Echevarría. Fue una larga noche
de brujas y vampiros. Este resultó el puntillazo inicial, pues para 2011, 2012,
y ahora en el 2013, ya se han convocado a fiestas de disfraces y espectáculos,
mediante la red de móviles. A ellas acuden, sobre todo, los amantes de las
fiestas house, los que andan en autos, motos y llevan dinero para cervezas y
para pagarse damas de compañía.
Algunas tiendas privadas venden los típicos productos de esas fechas. Se incluyen muchos disfraces de brujitas, la muerte, la típica calabaza. Las tribus urbanas de la céntrica Calle G comenzaron a ir disfrazados desde el pasado fin de semana. Lo repetirán el próximo fin de semana.
¿Sera que el país cambió, o simplemente asume nuevos disfraces ante los ojos de la opinión pública internacional? Tantos años de disfraz ideológico han dado como resultado, por una parte, el curioso espectáculo de los felices infantes del VIP jugando a caramelo o susto; y por la otra, en los suburbios y los “llega y pon”, el desfile de fantasmas de todo un pueblo.