Editado por Nuria Barbosa León | 08:31 AM
México,
3 nov (RHC) Las luchas obreras en Estados Unidos incluye que casi
cuatro millones de mexicanos trabajan en el país sin cobrar salario y el
logro de los trabajadores del transporte en concretar un convenio
colectivo con la patronal.
Según los más recientes datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y
Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), este
año suman tres millones 898 mil 436 las personas que realizan alguna
actividad por la que no reciben directamente un sueldo.
Esa cifra representa ocho por ciento de las 49 millones 500 mil
personas ocupadas en el país y supera al número de desempleados, pues la
tasa de paro es de cinco por ciento.
Las personas que no reciben ingresos superan a las desocupadas porque
la falta de oportunidades en el mercado laboral las ha llevado a optar
por actividades en las que obtienen como pago techo o comida, y en el
caso de los jóvenes, la adquisición de experiencia, señalan expertos en
la materia.
De acuerdo con el secretario general de la Asociación Latinoamericana
de Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, Pedro Salcedo, en los negocios
familiares es común que quienes apoyan las labores no tengan un sueldo
establecido.
Eso se debe, precisó, a que las utilidades se emplean en solventar los gastos tanto de la empresa como de la familia.
Datos de la asociación arrojan que nueve de cada 10 negocios
familiares son instrumentos de autoempleo que permite a los dueños
obtener capital para mantener sus hogares.
Padres, cónyuges, hermanos o hijos suman su fuerza de trabajo a la
empresa familiar, a cambio de la cual reciben habitación, comida,
diferentes servicios -agua, teléfono, televisión, Internet-, o
educación, en el caso de los hijos, manifestó Salcedo.
Bertha Ponce, trabajadora social por la Universidad Nacional Autónoma
de México, advirtió que tanto hombres como mujeres provenientes de
estados con altos niveles de marginación trabajan en zonas urbanas en
condiciones precarias, sin seguridad social ni remuneración.
Por su parte, los trabajadores del transporte público de San
Francisco, en el oeste de Estados Unidos, ratificaron un nuevo convenio
colectivo de trabajo, alcanzado con la patronal BART tras cuatro días de
huelga.
Miembros del sindicato Internacional de Empleados de Servicios
aprobaron con 88 votos el acuerdo, que contempla un aumento salarial de
15 por ciento, garantiza la seguridad social y la atención médica.
El gremio emitió su decisión dos semanas después de que sus
representantes cerraron meses de negociaciones con BART sobre sus
sueldos, beneficios y condiciones de seguridad.
Los transportistas realizaron una huelga el 18 al 21 de octubre
pasados luego del fracaso de esas conversaciones, iniciadas hace seis
meses.
Como consecuencia se paralizó el servicio ferroviario, hubo grandes
congestiones en las vías públicas y la población tuvo que recurrir a los
autobuses y ferris para movilizarse durante esos días.