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General: Manipulación antirevolucionaria de cierta prensa
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De: Quico º (message original) |
Envoyé: 03/11/2013 22:13 |
Editado por Pedro Manuel Otero | 10:26 AM
Cuba, en la espiral de una manipulación mediática
Por Luis Chirino
Tan pronto como se publicara el 2 de noviembre una nota informativa en
los medios cubanos sobre un grupo de regulaciones aplicadas por el
gobierno cubano para mantener la disciplina en el creciente sector
cuentapropista de la isla, como a vuelo de águila veloz, medios
internacionales atacaron la soberana decisión de Cuba.
Es evidente que Cuba está permanentemente bajo una lupa que tergiversa
sus decisiones para hacerlas parecer autoritarias e impuestas, como
parte de una guerra mediática que cuando no manipula simplemente
silencia.
Las medidas dadas a conocer mediante un comunicado oficial ncluyen el
cierre inmediato de salas cinematográficas privadas, también las
denominadas 3D, las de juegos computacionales y la limpieza de
inventarios de artículos importados o adquiridos en la red estatal
comercial con fines de eventa. Estas actividades nunca fueron
autorizadas como modalidades en el sector cuentapropista, sin embargo,
se están desarrollando como único servicio y en ocasiones asociados a
otras prestaciones, explica la nota oficial.
La avalancha de titulares que siguieron la publicación de la nota
decían, “Cuba ordena cierre de cines particulares”, “Cuba ordena cierre
inmediato de los cines privados,”, “Cuba ordena cerrar salas de cine”, e
incluso “Aplica Cuba limitaciones a trabajadores por cuenta propia”
entre otros muchos.
La agencia AP ya había publicado un artículo en idioma inglés sobre el
tema en el que decía que “empresarios cubanos habían comenzado
discretamente a abrir docenas de salones de video este último año,
aprovechando ambigüedades legales para crear un nuevo negocio no
previsto en la reciente apertura económica comunista.” Y continúa
diciendo que “los dueños de tales lugares normalmente operan bajo
licencias otorgadas para restaurantes o cafeterías, y entonces adicionan
opciones de entretenimiento que crecen más que el negocio original.”
Este párrafo del artículo de AP refleja claramente la certeza de la
decisión del gobierno cubano, que dice que estos negocios “se están
desarrollando como único servicio y en ocasiones asociados a otras
prestaciones.”
Es evidente que el gobierno cubano no está cerrando ningún cine privado o
particular que legalmente existía, ni mucho menos limitando el
cuentapropismo, ya que la misma nota oficial refiere que “Desde octubre
del 2010, fecha en que se inició el proceso de ampliación del trabajo
por cuenta propia, el número de trabajadores inscritos, se incrementó de
157 mil a más de 442 mil. Quedó confirmada la validez de esta opción
como fuente de empleo y de producciones y servicios para la población, y
además afirma que se seguirá avanzando decididamente en la
actualización del modelo económico cubano, que incluye como elemento
significativo el desarrollo de formas no estatales de
producción y de servicios.
En Cuba existe una red de salas cinematográficas, a pesar del deterioro
y pérdida de muchas de ellas, incluso emblemáticas, en los últimos
años por falta de recursos para repararlas o mantenerlas. Dichas salas
junto con otros medios de difusión están al centro de los esfuerzos por
rescatar valores culturales y cívicos de la sociedad
cubana, y por contrarrestar la comercialización de productos banales que prevalece en el mundo de hoy.
Es justa la decisión revolucionaria encaminada a proteger el derecho del
pueblo, y sobre todo de la juventud, al acceso a productos
audiovisuales de alto valor cultural para contribuir al genuino
desarrollo social, cerrando puertas así a posibles inescrupulosos
comerciantes, que pululan en el mundo de hoy y se clonan de país en país
bajo la egida de la sociedad de consumo.
(1) .-Head of the English drafting of rhc
Radio Havana Cuba
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De: Quico º |
Envoyé: 03/11/2013 22:54 |
PARA MUESTRA UN BOTÓNYa tiene material el gilipollas para decir que soy antirevoluconario
Cuba se queda sin cines privados
El gobierno ordenó cerrar las pequeñas salas que funcionan
en casas, la mayoría con tecnología 3D. Además prohibió la venta de ropa
importada en garajes y locales de barrio. Para algunos intelectuales y
opositores, es un paso atrás en la apertura económica.
Edición Impresa: domingo, 03 de noviembre de 2013
Miles de cubanos y turistas disfrutan de las pequeñas salas
caseras, donde exhiben estrenos y documentales deportivos, con Messi
como estrella. (AFP)
Agencia AFP
La Habana. El Gobierno cubano ordenó ayer
el cierre de los cines particulares y la venta de ropa importada por
parte de privados, medidas que algunos intelectuales interpretan como
“un paso atrás” en las reformas del presidente Raúl Castro.
El Consejo de Ministros ordenó, en una nota publicada en la prensa
oficial, el cierre “inmediato” de las salas privadas de cine
improvisadas en casas y dio plazo hasta el 31 de diciembre para liquidar
los negocios privados de venta de ropa importada, que habían
proliferado en la isla.
“El gran perdedor en este juego comercial va a ser, entonces, el cubano
de a pie”, consideró el laureado novelista cubano Leonardo Padura en un
artículo difundido en internet.
El gobierno afirmó que se trata de actividades que “nunca han sido
autorizadas” y que son ejercidas con licencias para otros oficios de los
casi 200 legalizados al amparo de las reformas económicas.
Las pequeñas salas de cine operadas por privados, casi todas con
tecnología de tercera dimensión inexistente en las grandes salas
estatales, funcionan con licencias de operador de equipos para
recreación infantil, mientras que los que venden ropa importada lo hacen
con permiso para sastres o costureras.
Raúl Castro ha ampliado el trabajo privado, pero lo tiene muy regulado y
todos los “cuentapropistas” deben tener una licencia, aunque existen
muchos oficios que se ejercen de manera informal.
También tendrán plazo hasta fin de año para cerrar los pequeños negocios
de venta de artículos de ferretería y plomería, que son importados por
ellos o adquiridos en la red minorista estatal y revendidos. Muchos de
estos negocios cuentan sólo con un mesa de venta callejera, llamados
popularmente “merolicos”.
La ropa y equipos de imagen y sonido son adquiridos generalmente en
Estados Unidos, España, Ecuador y otros países, y son enviados por
amigos o parientes a la isla, o son ingresados por viajeros que trabajan
como “mulas”.
Un modelo agotado
Como parte de sus reformas para “actualizar” el agotado modelo económico
de corte soviético, Raúl Castro ha impulsado el trabajo privado, que
pasó de 157.000 a 442.000 personas en tres años.
El fin de la venta de ropa importada había sido ordenada hace un mes,
provocando malestar entre los comerciantes, y reiterada ayer.
Académicos y escritores reprochan que el gobierno quiera dar marcha
atrás acabando con negocios que habían sido bien acogidos por la
población y que estimulaban el empleo y la economía de la isla.
“Es un paso atrás”, dijo el profesor universitario y bloguero Harold Cárdenas en un artículo reproducido en varios blogs.
“En vez de crear licencias para esa labor o adecuar las ya existentes
para que se contemple esa nueva realidad, la respuesta ha sido cerrar
dichos establecimientos”, lamentó Cárdenas.
Pero el gobierno alega que no hay retroceso.
“No se trata, en lo más mínimo, de dar un paso atrás, todo lo contrario,
seguiremos avanzando decididamente en la actualización del modelo
económico cubano”, dijo el gobierno ayer.
El cierre de cines y negocios de ropa privados buscan “combatir la
impunidad, exigir el cumplimiento de la legalidad y proteger a los
trabajadores por cuenta propia, que en su inmensa mayoría cumplen las
regulaciones establecidas”, añadió.
Pero el escritor Padura destacó que las medidas no sólo afectarán a los
comerciantes, sino también a todos los cubanos que encontraban en esos
negocios privados artículos de mayor calidad y variedad y mejor precio
que en el comercio estatal.
Pedro, un vendedor de piezas de plomería que cerró su puesto hace un mes
cuando el gobierno inició su cruzada contra estos negocios, explicó que
“ahora les vendo a brigadas de la construcción que me hacen sus
pedidos” por teléfono o van a la casa.
Como Pedro, que se negó a dar su apellido, otros comerciantes de ropa y
plomería han continuado con su actividad de forma encubierta, de difícil
detección por inspectores o policías.
Sin embargo, la desaparición de muchos “merolicos” se aprecia en diversos barrios de La Habana.
“Los merolicos están perdidos, donde antes había 50 ó 60, ahora te
encuentras 8 ó 10”, dijo Rogelio, un plomero y albañil que se abastecía
en estos pequeños negocios de artículos y herramientas inexistentes en
las tiendas estatales.
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