Editado por Nuria Barbosa León | 23/10/2013
Islamabad,
23 oct (RHC) El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, urgió al
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a poner fin al controvertido
programa norteamericano con aviones NO tripulados.
Tras su reunión en Washington con Obama, afirmó Sharíf que ese tipo
de ataques, perpetrados en la zona fronteriza con Afganistán, perturba
la relación bilateral y dañan los esfuerzos de Islamabad por acabar con
el terrorismo en su propio territorio.
Organizaciones humanitarias denunciaron en un informe que la Casa
Blanca realizó homicidios ilegales en Pakistán con drones y exigieron
responsabilidades al gobierno norteamericano por unas acciones
calificadas como crímenes de guerra.
Un día antes, en un discurso en el Instituto de Paz, el jefe de
Gobierno pakistaní insistió en que esos ataques constituyen "un gran
obstáculo en las relaciones" con su histórico aliado y violan la
soberanía nacional.
Además, del uso de los drones, los vínculos entre Islamabad y
Washington tocaron su nivel más bajo en mayo de 2011, cuando un comando
elite estadounidense ultimó en Pakistán a Osama bin Laden, jefe de la
red extremista Al Qaeda.
Nawaz Sharif inició su visita el día 20 a Estados Unidos, la primera
con carácter oficial de un primer ministro pakistaní en los últimos
cinco años.
La administración Obama pidió al Congreso autorización para reanudar
la denominada ayuda antiterrorista a Pakistán, la cual asciende a más de
300 millones de dólares anuales, interrumpida en 2011- 2012, indicó el
domingo una portavoz del Departamento de Estado.
Organizaciones de derechos humanos han solicitado a la Casa Blanca
acabar con el secreto que rodea sus mortíferos disparos desde aviones
sin tripulación en Pakistán y Yemen, y juzgar a los responsables de esos
ataques que consideran ilegales.
La mansión ejecutiva ha desestimado esas acusaciones, a juzgar por
las declaraciones de su portavoz oficial, Jay Carney, quien ayer llegó a
decir que los ataques con drones contra aldeas en Pakistán, así como
otras operaciones militares, se apegan a la ley internacional.
Carney alegó que antes de hacer efectivos los ataques con los drones,
se debe estar "casi seguro" de que ningún civil resulte muerto.
Un estudio realizado por las universidades de Stanford y Nueva York
en septiembre de 2012 reveló que solo el dos por ciento de las víctimas
fatales en las incursiones de estos aparatos en Pakistán fueron
militares que operaban bajo el control de Al Qaeda.
Los ataques con drones han ocasionado en suelo pakistaní desde 2004
cerca de cuatro mil 700 muertos, estiman grupos de derechos humanos.
Además del uso de los drones, los vínculos entre Islamabad y
Washington tocaron su nivel más bajo en mayo de 2011, cuando un comando
elite estadounidense ultimó en Pakistán a Osama bin Laden, jefe de la
red extremista Al Qaeda.
Nawaz Sharif concluirá su visita iniciada el día 20 a Estados Unidos,
la primera con carácter oficial de un primer ministro pakistaní en los
últimos cinco años.
Según la Casa Blanca, esta "visita subrayará la importancia y
resistencia de las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán y ofrecerá
una oportunidad para fortalecer la cooperación en asuntos de
preocupación mutua".
Con ese propósito, la administración Obama pidió al Congreso
autorización para reanudar la denominada ayuda antiterrorista a
Pakistán, la cual asciende a más de 300 millones de dólares anuales,
interrumpida entre 2011 y 2012, indicó el domingo una portavoz del
Departamento de Estado.
Organizaciones de derechos humanos han solicitado a la Casa Blanca
acabar con el secreto que rodea sus mortíferos disparos desde aviones
sin tripulación en Pakistán y Yemen, y juzgar a los responsables de esos
ataques que consideran ilegales.
La mansión ejecutiva ha desestimado esas acusaciones, a juzgar por
las delaraciones de su portavoz oficial, Jay Carney, quien ayer llegó a
decir que los taques con drones contra aldeas en Pakistán, así como
otras operaciones militares, se apegan a la ley internacional.
Carney sorprendió con sus declaraciones durante una conerencia de
prensa al indicar que antes de hacer efectivos los ataques con los
drones, se debe estar "casi seguro" de que ningún civil resulte muerto.
Un estudio realizado por las universidades de Stanford y Nueva York
en septiembre de 2012 reveló que solo el dos por ciento de las víctimas
fatales en embestidas de estos aparatos en Pakistán fueron militares que
operaban bajo el control de Al Qaeda.