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General: La muerte de Doris Lessing nos priva de un alma literaria excepcional
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 18/11/2013 20:55 |
La escritora se involucró en la batalla para conseguir no sólo un mundo mejor, menos malvado, sino un mundo bueno y decente
BEGOÑA PIÑA Madrid 17/11/2013 18:52 Actualizado: 17/11/2013 19:07
Doris Lessing.- REUTERS
Las apariencias desde luego que engañan. El aspecto físico, afectuoso y acogedor, de Doris Lessing, que acaba de fallecer a los 94 años, nada tenía que ver con la fuerza, el ímpetu, a veces, la ira que escondían algunas de sus obras. Una especie de rabia combativa animaba sus escritos, textos comprometidos con las mujeres, con el ser humano y sus dudas, con cuestiones muy concretas de África, con lo justo y contra lo injusto. La simpatía, cierta dulzura, aparecía, sin embargo, en los encuentros públicos a los que asistía la autora, donde siempre afablemente contestaba rotunda y radical a cualquier cuestión que se le hiciera.
Testigo muy excepcional de un siglo de guerras, Lessing se involucró en la batalla para conseguir no sólo un mundo mejor, menos malvado, sino un mundo bueno y decente. Peleó desde la militancia y desde la literatura, denunció guerras y violencia, acusó a reaccionarios, reveló situaciones inmorales, puso adjetivos a todas las bajezas que presenció... Fue una mujer luchadora, consecuencia de una época -nació en 1919- y de una situación familiar -su padre abandonó el ejército para hacerse granjero en África y su madre se esforzó demasiado por vivir como una gran dama-.
Nació en Irán cuando era Persia, creció en Zimbabue cuando era Rhodesia y cuando pudo hacerlo, se aisló en una casa del noroeste de Londres, en West Hampstead, donde cuidó a su hijo menor, inválido, y escribió, escribió, escribió. "(...) soy incapaz de escribir la única clase de novela que me interesa: un libro dorado de una pasión intelectual o moral tan fuerte que pueda crear un orden, una nueva manera de ver la vida", confesaba Anna Wulf, protagonista de su mítico libro El cuaderno dorado, una mujer que no era otra que ella misma, autora divorciada, militante comunista, obsesiva escritora... Y con aquellas palabras, Wulf-Lessing explicaba muy pronto el objetivo de su obra y, al mismo tiempo, la pasión por la literatura, la variedad de géneros, los experimentos que nunca abandonó, su incansable empeño por escribir, su hondura...
Crónica de una generación, El cuaderno dorado, sin duda su obra más conocida, fue también el texto que encendió las alarmas e hizo que aparecieran muchos enemigos. Icono feminista para muchos desde la aparición de aquel texto, Doris Lessing se negó a convertirse en portavoz del feminismo de ninguna época. "Eso de ‘la épica femenina' no me gusta mucho, eso de poner a hombres y mujeres en campos distintos no me parece lo más adecuado... Así es como yo lo veo, pero es evidente que a la gente le gustan las etiquetas: hombres, mujeres, el bien, el mal...", decía en una entrevista concedida a un periodista español poco después de recibir el Premio Nobel de Literatura.
Doris Lessing no dejó nunca de buscar en todos los rincones de la literatura
Muchas veces confesó Lessing su asombro cuando comprendió que El cuaderno se había convertido en una especie de Biblia del feminismo, sobre todo porque ella lo que había escrito era una "narración sobre la batalla del laborismo en el siglo XX". Pero el libro vivió por sí solo, y sigue haciéndolo, como otras de sus obras. Novelas generacionales, ciencia-ficción, crítica social, indagaciones psicológicas... Doris Lessing no dejó nunca de buscar en todos los rincones de la literatura y muchos de sus textos -hermosos, certeros, brillantes- siguen respirando después de la última línea.
Tienen su propio aliento Canta la hierba, Instrucciones para un descenso al infierno, Memorias de una superviviente, La buena terrorista, Dentro de mí, Un paseo por la sombra, Alfred y Emily... y todos son una incontestable demostración de que existe en Doris Lessing un alma literaria grandiosa, mucho más singular, más sobresaliente y excepcional que lo que el jurado del Premio Nobel quiso destacar. "Supo capturar lo esencial y la épica de la experiencia femenina, que con escepticismo, fuego y poder visionario ha sometido a una civilización dividida al escrutinio". Se quedaron muy cortos.
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Fallece la Premio Nobel Doris Lessing
Fallece la Premio Nobel Doris Lessing
La escritora consideraba "un sueño" la idea de acabar con el terrorismo internacional, lo que la llevó a cuestionarse la guerra de EEUU.
Autor : EFE | Fecha: 17/11/2013 | Actualizado: 17/11/2013 3:30 PM CST
MADRID- La escritora Doris Lessing, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2001 y Premio Nobel en 2007, fallecida hoy a los 94 años, consideraba "un sueño" la idea de acabar con el terrorismo internacional, lo que la llevó a cuestionarse la guerra emprendida por EEUU tras el 11-S.
En una rueda de prensa en Oviedo, previa a la recepción del Premio Príncipe de Asturias en 2001, la combativa autora británica, que a lo largo de toda su vida hizo causa común con los más desfavorecidos, se mostró escéptica respecto a la posibilidad de deshacerse del terrorismo internacional.
Ya en su discurso durante la ceremonia de entrega de los galardones, Lessing mostró su esperanza de que "la cultura y convivencia de cristianos, musulmanes y judíos", que durante tres siglos se dio en España, pudiera volver a repetirse.
Al margen de los atentados del 11 de septiembre, la autora centró entonces su discurso en la desaparición de la educación humanista y en la necesidad de formar a las personas sobre una base mucho más amplia.
Así, la autora de "El cuaderno dorado" señaló que la educación humanista "está desapareciendo", porque los gobiernos animan cada vez más a los ciudadanos "a adquirir conocimientos profesionales, mientras no se considera útil para la sociedad moderna la educación entendida como el desarrollo integral de la persona".
Según Lessing, la educación de antaño habría contemplado la literatura e historia griegas y latinas, y la Biblia, como la base para todo demás, y las personas cultas, que leían a sus clásicos y a los escritores más conocidos del resto del mundo, compartían una cultura que les permitía comprenderse y compartir, pese a ser de países distintos y lejanos.
"Esto ya no existe", dijo entonces Doris Lessing, quien denunció que el griego y el latín están desapareciendo, la Biblia y la religión ya no se estudian, y "hay un nuevo tipo de persona culta, que pasa por el colegio y la universidad durante 20, 25 años, que sabe todo sobre una materia -la informática, el derecho, la economía-, pero que no sabe nada de otras cosas, nada de literatura, arte o historia.
Hasta hace cincuenta años, precisó la escritora británica, a alguien así "se le habría considerado un bárbaro" y se hubiese considerado "imposible" haber recibido una educación sin nada de la antigua base humanista o sin un fondo de cultura.
Según Lessing, "aún no hemos comprendido que vivimos en una cultura que rápidamente se está fragmentando, donde sólo quedan algunas parcelas de la excelencia de antaño" en alguna universidad o escuela y donde "ha desaparecido la cultura que una vez unió a Europa y sus vástagos de ultramar".
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