Por Eric Reynoso
La recién estrenada 53 Serie Nacional de Béisbol podría ser aún más aburrida y descafeinada de lo que los fanáticos y los expertos vaticinaron antes de su arrancada. Las autoridades deportivas quieren ahora que no haya música y ruido en los estadios cubanos.
La Dirección Nacional de Béisbol emitió una circular en la que “queda prohibida la música generada por congas, orquestas y otros instrumentos musicales como trompetas durante el desarrollo del juego”. Solo se permitirá emitir música y jolgorio en los recesos entre un inning y otro.
El texto de la ordenanza fue divulgado este jueves por el conocido cronista deportivo Michel Contreras en el sitio Cubadebate. El periodista se limitó a publicar el documento bajo el título de “Pelota muda“.
La comunicación no ha sido publicada hasta el momento por otros medios cubanos.
Absurdo de altos quilates
Si estuviera más cercano el Día de los Inocentes pudiera pensarse que se trata de una tomadura de pelos. Pero no, se trata de una decisión sustentada y hecha firme por los directivos del béisbol cubano, bajo la batuta de Higinio Vélez.
Prohibir las congas en la pelota cubana -o en cualquier manifestación deportiva- con el pretexto de que “interfieren en la concentración de los jugadores” es un absurdo de altos quilates, porque el espectáculo deportivo es, en esencia, bullicio, sonoridad y fiesta de las emociones.
Ya sabíamos que entre deserciones, malas retribuciones y torpes manejos gubernamentales, el béisbol cubano estaba gravemente herido. La actual Serie Nacional es un triste desencuentro de ausencias y la falta de interés de los aficionados es una prueba avasalladora de la pérdida de protagonismo de la pelota en nuestra vida cotidiana.
¿Estadios o abadías?
El béisbol es un atributo de la idiosincrasia y el alma cubanas. Pretender acallar congas y celebraciones en los estadios es quitarle parte de su esencia a una tradición centenaria en nuestra cultura.
Las congas y las sanas disputas musicales están en la pelota cubana desde siempre.
¿Qué temen estos embajadores del silencio? ¿Convertir los partidos de béisbol en ejercicios monacales? ¿Al Latinoamericano en una Abadía del INDER? ¿En qué país vivimos? ¿O es que estos son también parte de los cambios para la “actualización del modelo” de que hablan los ancianos y los barrigones del Consejo de Ministros?
No anda muy sano un organismo -deportivo, político o gubernamental- cuando las recetas para reanimar el pasatiempo nacional terminan en prohibir música y eliminar razones. Ojalá y las “direcciones provinciales de deportes, comisionados y peñas deportivas” a los que la circular evoca para hacer cumplir la medida, conserven aún una pizca de sentido común y al menos salgan a discutir esta disparatada prohibición.
La Dirección Nacional de Béisbol, estamos de acuerdo, no se merece una conga, sino una trompetilla bien sonora.
A continuación reproducimos la Circular No.4/2013
LIII SERIE NACIONAL 2013-2014 CIRCULAR Nº 4. 13 NOV. / 2013
1.- ACERCA DE LAS EXPULSIONES. Se aplicará lo que está reglamentado, o sea pago de multa de 200 pesos cubanos por expulsión. Además, de acuerdo a la gravedad de la indisciplina, el atleta o directivo puede ser sancionado a uno o más juegos sin participar.
2.- REGULACIONES CON LAS CONGAS Y OTROS. Queda prohibida la música generada por Congas, orquestas y otros instrumentos musicales como trompetas durante el desarrollo del juego (Obviamente se exonera de ello los entreinnings, léase minutos de descanso por entrada y salida de los equipos al terreno). Las Congas están interfiriendo en la concentración de los jugadores, molestias constantes de la música sobre los dogouts no permitiendo, incluso, las efectivas comunicaciones de las direcciones de los equipos con los atletas en el terreno, afectando también en las transmisiones de la televisión y de radio.
Solicitamos apoyo y cooperación de las direcciones provinciales de deportes, comisionados y peñas deportivas para hacer cumplir lo reglamentado y desarrollar un buen espectáculo.
Dirección Nacional de Béisbol