Mi amigo, el escritor Carlos Fernández Liria,
suele mostrar el gráfico que acompaña este texto cada vez que le piden
hablar sobre Cuba. Es una corrrelación entre índice de desarrollo humano
y huella ecológica, medida como la cantidad de planetas necesarios si
todos los habitantes de la Tierra
consumieran como el promedio de un determinado país. Por un lado, están
los países con baja huella ecológica; aunque si todos viviéramos como
ellos haría falta menos de un planeta, se caracterizan por mayorías
excluídas de bienes y servicios básicos para una vida digna. Por otro
lado, están los que alcanzan un alto índice de desarrollo humano pero se
necesitarían varios planetas si todos los habitantes de la Tierra
viviéramos como se hace allí.
En
el gráfico, arriba a la izquierda, hay una zona verde, allí está Cuba,
sólo Cuba. No voy a citar lo que dice Carlos, porque es mi amigo, sino
el fragmento de un cable de la agencia EFE
que recoge las declaraciones de Jonathan Loh, experto de la prestigiosa
organización ecologista WWF sobre por qué esta Isla ocupa esa
posición:
“WWF ha elaborado en su
informe un gráfico en el que sobrepone dos variables: el índice de
desarrollo humano (establecido por la ONU) y la llamada “huella
ecológica”, que señala la energía y recursos por persona que se consumen
en cada país. Sorprendentemente, sólo Cuba tiene en ambos casos niveles
suficientes que le permiten ser designado un país que “cumple los
criterios mínimos para la sostenibilidad”. El ecosistema se está
degradando a un ritmo sin precedentes en la historia “No significa, por
supuesto, que Cuba sea un país perfecto, pero sí que es el que cumple
las condiciones”, destacó Jonathan Loh, uno de los autores del estudio.
“Cuba alcanza un buen nivel de desarrollo según la ONU gracias a su alto
nivel de alfabetización y una esperanza de vida bastante alta, mientras
que su ‘huella ecológica’ no es grande al ser un país con bajo consumo
de energía”, añadió Loh.”
La misma información dice que, “si las
cosas siguen como en la actualidad, hacia 2050 la humanidad necesitaría
consumir los recursos naturales y la energía equivalentes a dos planetas
Tierra”.
Ayer, Cuba fue electa por tercera vez
miembro del Consejo de Derechos Humanos, un órgano de la ONU constituido
en 2006 en contra del criterio de Estados Unidos. De los tres
candidatos latinoamericanos (México, Uruguay y Cuba), la Isla fue el que
más votos obtuvo y resultó seleccionada por América Latina, junto al
país azteca, para ejercer en ese órgano durante los próximos tres años.
Algunas informaciones hablan de protestas
ante la sede de la ONU por la elección de Cuba -mostrando la foto de
una multitud integrada por dos personas- y recogen las declaraciones de
inconformidad del gobierno estadounidense y de voceros oficiosos del
State Department como la ONG Human Rigth Watch. No ha sido así por la
elección de México, que -a diferencia de Cuba- aparece en la sección prioritaria de Amnistía Internacional con la siguiente argumentación:
“Las graves violaciones
de derechos humanos en México ponen de manifiesto que, hasta el
momento, los compromisos asumidos por el Gobierno mexicano de aplicar
los tratados y normas internacionales en este ámbito no se están
cumpliendo. La impunidad por violaciones de derechos humanos sigue
siendo un problema endémico y el respeto, la protección y la realización
de los derechos humanos en el país continúa vetado para numerosos
sectores de la población.
“En los últimos años ha
habido varios casos de homicidios ilegítimos, torturas, violaciones y
detenciones arbitrarias perpetrados por agentes de la policía municipal,
estatal y federal. A pesar de la aprobación de reformas
constitucionales sobre la seguridad pública y la justicia penal en el
país, algunas de las cuales deberían servir para la protección de los
derechos de las personas detenidas, en la práctica se siguen cometiendo
violaciones de derechos humanos. Además, el número de abusos a manos de
agentes de seguridad ha aumentado durante las operaciones emprendidas
para combatir a las bandas criminales violentas.
“Activistas políticos y
sociales, periodistas y defensores y defensoras de derechos humanos son
de los colectivos más afectados por la falta de acceso efectivo a la
justicia, e incluso hay casos de presos de conciencia. Las comunidades
indígenas o que sufren cualquier otro tipo de marginación son a menudo
víctimas de acoso por oponerse a proyectos de desarrollo que afectan a
sus medios de vida, mientras que los y las migrantes irregulares que
atraviesan México son sometidos a malos tratos por agentes del Estado, y
a violencia sexual y de otro tipo por bandas criminales.
“Las desapariciones,
homicidios, agresiones sexuales y otros abusos graves contra las mujeres
no son debidamente prevenidos ni sancionados mediante investigaciones
imparciales y efectivas, ni se da una adecuada atención a las mujeres
que denuncian actos de violencia. Pese a los avances en la legislación
para proteger a las mujeres frente a la violencia, su aplicación sigue
siendo tenue. En el caso de la violencia familiar, las mujeres se
enfrentan a numerosos obstáculos para acceder a la seguridad y la
justicia, ya que las autoridades mexicanas a nivel federal, estatal y
municipal no siempre reconocen que la violencia en el ámbito familiar es
una violación de los derechos humanos y no sólo una cuestión privada.”
Ese no es el cuadro de los Derechos Humanos en Cuba. Pero los activistas de Derechos Humanos en México no defienden el legado de un dictador sangriento como Fulgencio Batista, no piden que bloqueen económicamente a su país ni se retratan con terroristas, como los amigos cubanos de Human Rigth Watch y el State Department. Por eso es poco probable que reciban el saludo del
presidente de Estados Unidos, representante en jefe del sistema que
requiere nueve planetas para realizar el sueño imposible de derechos
para pocos y cosas para muchos, enemigo de Cuba y de cualquiera que
pretenda llegar a la peligrosísima zona verde, esa de la que le gusta
hablar a mi amigo Carlos y que es el único lugar donde la humanidad
puede tener derecho a salvarse. (Publicado en CubAhora)
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