El
Malleus Maleficarum (del
latín:
Martillo de las Brujas) es probablemente el tratado más importante que se haya publicado en el contexto de la persecución de
brujas y la histeria brujeril del
Renacimiento. Es un exhaustivo libro sobre la
caza de brujas, que luego de ser publicado primeramente en
Alemania en 1486, tuvo docenas de nuevas ediciones, se difundió por
Europa y tuvo un profundo impacto en los juicios contra las brujas en el continente por cerca de 200 años. Esta obra es notoria por su uso en el período de la histeria por la caza de
brujas, que alcanzó su máxima expresión desde mediados del
siglo XVI hasta mediados del
XVII.
Sir Leigh Teabing, un apasionado de la leyenda del Santo Grial, lo arroja al experto en simbología Robert Langdon –interpretado por Tom Hanks– en el film El Código Da Vinci. Dan Brown, en cuyo libro del mismo nombre se basaron para rodar este film, dice de éste que es responsable de la muerte de cinco millones de mujeres. Michael Baigent, un reputado historiador religioso, dice que es «uno de los libros más infames de la historia», tildándolo de «un ejemplo destacado de erudición al servicio de la locura»
[1].
The Malleus Maleficarum o “El martillo de las brujas” es, sin duda, uno de los tratados que más sangre ha derramado en la historia de la humanidad. Fue utilizado como manual de cacería de brujas en toda Europa y es causante de miles de muertes. Lo tengo en mis manos, en la misma edición que aparece en la película, la de 1971, publicada en Nueva York, con el título y las imágenes en fondo rojo que transmitieron cierto temor reverencial al público espectador. Escrito, según Baigent, en 1486 por dos dominicos alemanes muy cultos
[2], Heinrich Kramer y James Sprenger, bajo la protección de la Bula del Papa Inocencio VIII, el
Malleus Maleficarum, llevó a la hoguera, al decir de Brown, «a las mujeres que tenían estudios, las sacerdotisas, las gitanas, las místicas, las amantes de la naturaleza, las que recogían hierbas medicinales y “cualquier mujer sospechosamente interesada por el mundo natural”»
[3]. Es un libro, pues, desdichado que tuvieron los inquisidores al alcance para arrancar a sus víctimas, por medio de la tortura o la confesión inducida, su condición brujeril. Dice cosas increíbles.